Opciones de vida (+18)

Autor: Sam15
Género: Romance
Fecha Creación: 22/07/2010
Fecha Actualización: 22/07/2010
Finalizado: SI
Votos: 37
Comentarios: 119
Visitas: 155201
Capítulos: 40

El había llegado, al menos eso era lo que me había dicho la encargada. No sabía lo que sentía y en estos días había sido tan feliz a lado de otro que no era precisamente mi prometido. Había perdonado ya todo el daño que me había hecho, a pesar de que sabía que había sufrido mucho no le daba ningun derecho a hacer lo que me hizo. Pero lo había perdonado por que ambos cometimos el error. Camine más deprisa en busca de lacabaña 23 y escuche unos ruidos extraños saliendo de la habitacion. ¿Me habría equivocado? Claro que no, la encargada me dijo que era la cabaña 23. Sin más abrí la puerta y los vi...

¿Vanessa?...dije en un susurro y ambos me vieron

Hola soy nueva aqui me llamo samantha y esto es algo que se le ha ocurrido a mi loca cabeza... espero que les guste. Los personajes son de Stephenie Meyer aunque he agregado algunos...

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Capítulo 34: Propuesta

Hola!!! Bueno les cuento que casi no escribo esta semana... es que ando con un plan entre manos contra un tipo que me cae muy mal...jeje Pero bueno si pude al final de todo mi amiga Iliana me ayudo.

Muchas gracias por sus votos y sus comentarios en verdad me motivan... ¿Cuantos capítulos faltan? Creo que ya no muchos... pero muchas gracias a todas!!!

Beos y Abrazos

Sam

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A las siete de la mañana con cinco minutos exactamente salí saltando de mí cama, corriendo al baño por culpa de las nauseas. Era ya el segundo día en que me pasaba lo mismo, y estaba por querer echarle la culpa a esas vitaminas que me había mandado el dichoso doctor Richardson.

Las vitaminas me habían abierto el apetito, lo cual era malo ya que si quería bajar de peso, eso no ayudaba en nada. Además con el incremento de apetito aparecieron estas horrorosas nauseas. Pero por fín ese día iba a saber que era lo que tenía y si me enviaba más vitaminas le iba a rogar que cambie las vitaminas que me había recetado.

Me rendí luego de intentar ponerme dos faldas que no podía abrocharme. Así que me puse un pantalón de tela negro, subí la cremallera  y dejé sin abrochar los botones. Usé una blusa lo bastante larga para que no se note que llevaba los botones desabrochados y me puse unos zapatos muy comodos que combinaban con el conjunto.

Desayuné panqueques con miel de mapple y un vaso con zumo de naranja. Luego me tomé las dos vitaminas que me había enviado el doctor y me dirigí en busca de mi auto para ir al hospital. Gracias a Dios Gabriel vino a dejarme mi auto el sábado por la mañana. Cuando llegué a la recepción, puse mi mejor sonrisa y me dirgí a una enfermera de cabellos grises.

-Buenos días- saludé- me puede indicar dónde se encuentra el consultorio del Dr. Richardson

-Un momento por favor señorita- pidió ella mientras atendía el teléfono, habló un momento y luego revisó una carpeta- piso cinco, oficina trescientos veinte- me dijo cuando se apartó el teléfono

Le agradecí y me dirigí a los ascensores. Fui a la oficina trescientos veinte y estaba cerrada. Toqué insistentemente un pequeño timbre que se encontraba junto a la puerta y nadie atendía.

-Oh por favor- murmuré más para mí mientras seguía tocando

-Señorita ¿esta buscando al Dr.Richardson?-preguntó una mujer detrás de mí, me giré hacia ella y asentí- el doctor llamó hace media hora y tuvo que irse de la ciudad por una emergencia familiar

Tenía ganas de golpearme la cabeza

- ¿Usted sabe cúando llega?-pregunté

-Lo siento, no nos ha dicho nada, pero debe estar aquí mañana probablemente ya que tiene unas cirugías programadas- me contó y suspiré

- Él tiene unos examenes que me tomaron el día viernes, me dijo que me los iba a entregar el día de hoy… usted podría entregarmelos para enseñarselos a otro médico, es importante

-Dejeme ver si ha dejado los examenes a la enfermera de turno- dijo cuando miró mi expresión, pidió que la espere un momento.

Me quedé esperandola fuera de la oficina mientras miraba el techo sentada en una de las sillas de espera que estaban fuera del consultorio.

-¿Bella?-preguntó una voz familiar

-Hola Carlisle- saludé con un beso en la mejilla mientras me ponía de pie y le preguntaba cómo se encontraban él y Esme. Me comentó que estaba bastante sorprendido de Heidy ya que había empezado a mejorar considerablemente. Me alegré por ella.

-¿Qué haces aquí?- preguntó luego de un rato.

-Vine a recoger unos examenes que me hicieron el viernes, pero parece que el doctor que los tiene no ha venido tiene una emergencia familiar o algo así…- murmuré

-¿Por qué no me mandaste a llamar? Yo hubiese hablado con un amigo del laboratorio para que te dé los examenes el sábado- empezó a decir cuando le conté todo lo ocurrido el viernes

Luego de eso apareció la enfermera y saludó a Carlisle. Se sorprendió al saber que lo conocía.

-Lo siento señorita, pero el doctor debió dejar sus examenes en su consultorio y está cerrado- me explicó la enfermera- incluso se ha olvidado dejar las llaves en la recepción, vuelva mañana

-Claro mañana estoy aquí- dije resignada, no me gusta estar tanto tiempo en los hospitales

-Si quieres puedo enviarte a hacer ahora mismo otros examenes- me ofreció Carlisle

-No, no más agujas- dije abriendo los ojos al recordar los dos pinchazos del viernes, Carlisle sonrió - yo espero, tranquilo, cuidate creo que nos vemos mañana –murmuré mientras me despedía de él

-Si claro, cuidate Bella y hazme saber el resultado de los examenes- dijo cuando me dirigía al ascensor, asentí y le sonreí. Carlisle siempre se preocubaba 

Cuando llegué a la oficina Gabriel y Thomas ya esperaban por saber los resultados de los exámenes, incluso ví a Helen preguntandome sobre mi salud, al parecer los asusté mucho el viernes. Si no hubiese sido porque Alice y Rose se turnaron para hacerme de niñeras es probable que Gabriel hubiese insistido en ir él mismo.

-El Dr. Richardson se ha ido de viaje y probablemente venga mañana- les expliqué para que dejen de preguntarme – así que mañana voy a ver que me dice

-Debiste hacerte otros examenes – dijo Thomas mientras  se sentaba en una silla frente a mi escritorio- no sabes si ese doctor vendrá mañana o no

-Si no viene tendré que ir al día siguiente pero no pienso hacerme más examenes ¿ok? - dije mientras encendía mi ordenador- no más agujas- agregué

-¿Cómo te sientes hoy?-preguntó Gabriel acercandose a mí para examinar mi rostro

-Bien- anuncie con una sonrisa- así que vayan a trabajar, este viernes es la inauguración y necesitamos tener todo preparado- les recordé y se marcharon todos de la oficina.

Luego de eso me puse a llamar a la imprenta para confirmar si ya habían entregado todas las invitaciones y los afiches. A las doce de la tarde me estuvieron llamando Alice, Rose y Esme para saber que tal habían salido los examenes. Alice me dijo que iba a pasar por mí a las dos de la tarde para salir a almorzar. Acepté ya que tenía casi todo listo.

Estaba confirmando el número de meseros que iban a estar en la inauguración, cuando Gabriel entró a la oficina. Se sentó frente a mí y esperó a que cuelgue el telefono.

-¿Sucede algo?- pregunté cuando colgué

-Si Bella necesito hablar contigo- dijo con una sonrisa

-Bien, escucho ¿qué quieres hablar conmigo?- dije mientras  me apartaba el cabello del rostro.

-No vengo a hablarte como tu novio Bella- empezó a decir, asentí- vengo a hablarte como representante de la agencia de publicidad de New York

Eso era extraño ya que hasta donde yo tenía entendido mi propuesta había sido aceptada e incluso me felicitaron ese día. Volví a asentir sin entender el punto en concreto.

-Bien Bella como tú ya tenías entendido, hay una vacante en la agencia y me han pedido a mí que te de la buena noticia – dijo con una gran sonrisa, aún no entendía de que iba esto, asentí para que prosiga- queremos que nos hagas el honor de trabajar con nosotros, el puesto es tuyo  ¿qué dices?

Yo sabía que era posible, pero no lo había considerado mucho y al fin ahí estaba Gabriel proponiendome trabajar con ellos en New York. Pasé una mano entre mi cabello y suspiré. No sabía que decirle al menos no en ese momento. Él lucía muy emocionado ante la idea, su sonrisa lo delataba

-¿Thomas ya lo sabe?-pregunté porque fue lo primero que se me ocurrió

-Él fue el primero en enterarse- asintió- esta muy emocionado con la idea, cree que te lo mereces- dijo como si fuera obvio

-Gabriel… yo no..-empecé a decir cuando me interrumpió

-No digas nada aún-pidió- tomate tu tiempo, tienes aún algunos días para pensarlo, pero piensalo bien si dices que sí el siguiente Lunes estaremos viajando a New York, aún tienes un par de días para pensarlo. Solo consideralo porfavor

-¿El siguiente lunes?-pregunté sorprendida, él asintió- es muy poco tiempo, yo no le he dicho nada a Rose, Alice… tengo todo aquí, no lo sé…

-Solo te pido que lo pienses ¿bien?, recuerda Bella una oportunidad así no se da todos los días- me recordó, se puso de pie y me besó la frente- aún tienes unos días piensalo- volvió a pedir

-Te prometo que voy a pensarlo, pero no te prometo nada con respecto a mi respuesta- dije con sinceridad- no sé tampoco si es que llego a aceptar donde mudarme, como empacar todo… es muy pronto para tomar una decisión

-Sé que sonará algo muy atrevido de mi parte pero mi apartamento es lo suficientemente grande para ambos- dijo e hice una mueca, no me esperaba esa propuesta- solo hasta que encuentres un sitio al cual mudarte- agregó luego- lo de la mudanza es bastante sencillo puedes hablar con tus amigas

-No lo sé, dejame pensarlo- respondí mientras evitaba su mirada

-Bien, tomate el día para que lo pienses, ya todo está confirmado- dijo e iba a protestar cuando puso uno de sus dedos en mis labios impidiendome hablar- los siguientes días solo tienes que ir a revisar cómo estan arreglando todo, ya no tienes nada que hacer por hoy, deja que el resto haga su trabajo, relajate- musitó y me dió un besito en los labios

-Ok, me voy luego de terminar de firmar unos cheques- le respondí

-¿Quieres almorzar algo?- preguntó alejandose de mí -  yo tambien me puedo ir temprano- dijo con una gran sonrisa

-He quedado con Alice pero ¿qué te parece mañana?- pregunté intentando sonar alegre, no me gusta que piense que invento excusas

-Se me ocurre que mejor paso por ti a las siete para cenar…- lo miré por un momento sin saber que decir- claro solo si te apetece cenar conmigo- dijo luego de ver mi expresión

-Claro a las siete está bien- dije intentando sonreir

Él se marchó con una sonrisa en su rostro. No podía negarme se supone que estabamos saliendo, y tenemos que salir a cenar eso es normal. Lo que no era normal era que si estoy saliendo con él me esté preocupando por otra persona.

Pero la verdad es que no podía sacarme a Edward de la cabeza y no sabía porque cuando Alice mencionaba que Tanya estaba con él se hacía un nudo horrible en mi estómago.

Llamé a Alice y le dije que la alcanzaba en el restaurante, ella escogío un restaurante del centro de la ciudad. Cuando llegué al parqueadero reconocí un automovil muy familiar, aparqué junto al mercedez de Rose. Ya habían llegado.

Cuando entré me dirigí a su mesa, ahí estaban Alice, Rose… y dos mujeres más. Solté un suspiro audible, bien ahí estaban Tanya e Irinna. “Sonrie Bella”, repetía una y otra vez

-Hola- saludé a todas de manera general cuando me senté en una silla desocupada junto a Alice. Estaba justo al frente de Tanya. Por primera vez pude ver que ella era en realidad muy bonita y su hermana Irinna no se quedaba atrás.

-Bella ¿recuerdas a Tanya e Irinna?-preguntó Alice, asentí

-Si claro, son tus primas- confirme asintiendo nuevamente- un gusto volver a verlas- dije de la manera más cortés que pude

-Mis primos me han contado mucho de ti- dijo Tanya con una sonrisa- te aseguro que seremos amigas- de la forma en que lo dijo era como si fuera un hecho

-En realidad he oido hablar algo de ti… ¿estuviste en la clínica verdad? - murmuró Irinna, parecía no estar muy feliz con mi prescensia, ella miró mi expresión y solto una carcajada- oh, no, no me mires así, no tengo nada contra ti es que en realidad desde que llegué he estado interesada en otros temas y no en dialogar con mi familia, sé que suena cruel pero creeme no soy una mala persona

-Descuida- murmuré con una ligera sonrisa

-Irinna se pasa apostando con Emmett y Jasper- murmuró Rose mientras estudiaba el menú- es el tan parecida a Emmett…- dijo luego de un rato

-Parecida sí, pero con más cerebro –dijo esta de repente- volvemos loca a la pobre de Rose- concordó Irinna- Emmett y yo siempre hemos sido muy unidos desde chiquitos

Sonreí con ganas, en verdad me hubiese gustado ver como volvían loca a Rose.

-¿Así como Tanya y Edward?-pregunté mientras miraba la carta, Irinna soltó una carcajada y empezó a negar. Tanya se puso muy roja y empezó a estudiar el menú.

-Nunca como Tanya y Edward- dijo Irinna con mucha seguridad- Emmett y yo somos algo así como compinches… en cambio Tanya y Edward…-empezó a decir y su hermana le pegó disimuladamente con el codo

-¿Qué?-pregunté luego de que ordenaramos la comida y nos la sirvieran- ¿Qué sucede entre tú y Edward? Creí que eran muy unidos- murmuré mientras intentaba concentrarme en mi plato

-No es nada Bella- murmuró Alice- cosas de niñez –añadió mientras comía su ensalada

Miré a Alice de reojo y ella evitaba mi mirada. Genial, eso era algo que me molestaría ¿por qué no me lo había dicho? ¿Qué era eso tan malo que ocurría entre Tanya y Edward?

-Ok- dijo Tanya rompiendo el silencio que se instaló en la mesa- lo que sucede es que si soy muy unida a Edward, pero… -miró mi expresión conforme decía sus palabras- Edward siempre fue… algo así como mi amor platónico- dijo finalmente y me sonrió, intenté mantener mi expresión intacta- pero yo siempre he sido para él como una hermana- agrego de inmediato

Si eso debía tranquilizarme no lo hizo.

-Son primos- dije, fue lo primero que se pasó por mi cabeza

-Claro, pero tú sabes, no hay ninguna ley que te impida enamorarte de tu primo…-dijo con una risita nerviosa- pero Edward solo me ha visto como una hermana siempre- recalcó- cosas de juventud, niñez… tú sabes él era para mí algo así como mi Brad Pitt adolescente

Luego de eso Rosalie empezó a charlarnos de la última cita con su ginecólogo y hablabamos de sus bebes. Alice comentaba sobre el babyshower y todo lo que tenía que planear.

-¿En qué parte de Alaska viven?-pregunté

-Dénali-repondió Irinna- veníamos por los examenes que se tiene que realizar Tanya y Carlisle nos recomendó un colega suyo bastante bueno… cuando llegamos nos enteramos lo de Heidy

-¿Exámenes?-pregunté confundida, no sabía que Tanya estuviese enferma, Alice no me lo había mencionado.

-No estoy enferma, son unos examenes que necesito para quedar embarazada- explicó Tanya- hace unos mesesvisité a mi ginecólogo y me dijo que tengo problemas para quedar embarazada entonces me estoy haciendo tratar con un especialista

-Oh, no sabía que estabas casada- dije confundida cuando Irinna soltó risitas

-No estoy casada, pero por mi problema el doctor me recomendó embarazarme pronto… luego puede ser algo complicado- dijo con una sonrisa- si me pongo a buscar al amor de vida en este momento puedo perder mucho tiempo y mi reloj corre… quiero ser madre, al principio mi familia creía que estaba loca o algo así, si no hubiera hablado con Edward cuando me enteré no estaría intentandolo, él y Carlisle empezaron a buscar médicos

-¿Buscas un donante?-pregunté mientras tomaba algo de jugo- ¿Fertilización in vitro?

-Un donante… bueno no, algo así, me gustaría que sea alguien sano a quien conozca de preferencia y no quiero una fertilización in vitro, estoy tomando algunas hormonas puede ser… natural,  yo puedo ser padre y madre no es necesario que él se preocupe por eso, solo si el quiere

-¿Cuándo planeas quedar embarazada?-pregunté mientras mi cerebro asimilaba lo que ella me había dicho

-He estado con alguien…- dijo mirando mi rostro, me pregunté si conocía a ese alguien-  tres noches seguidas y bueno he hecho los ejercicios que me envió el médico, así que quizas ya esté embarazada o eso espero esa persona es muy linda persona, voy a visitar a mi doctor el miercoles por la mañana

-Me encantan los niños- dijo Irinna- son adorables, pronto seré tía… Tanya es muy aburrida

-¿Él sabe que estas intentando quedar embarazada?- preguntó Rosalie que no había hablado hasta ese momento

-Claro, yo se lo comenté y aceptó, de hecho está entusiasmado con la idea de ser padre, le gustan los niños, tiene un pequeño- dijo Tanya muy segura- no está pasando por un buen momento, creo que sería bueno… si estoy embarazada va a ser al primero al que se lo diré

Cuando terminamos de almorzar me despedí de ellas. Alice me acompañó en mi auto para ayudarme a arreglar para la cena con Gabriel. Mientras conducía pensaba en la decisión que había tomado Tanya y me sorprendía lo valiente que era.

-¿En qué piensas Bella?-preguntó Alice cuando entramos a mi departamento- Has estado callada todo el camino y quiero saber que te pasa

-Pensaba en Tanya- confesé- es muy valiente, está dispuesta a tener a su hijo sola si fuera nescesario, contra todo

-Si, al principio no te voy a negar que me pareció algo precipitada su decisión pero en el fondo la entiendo, y toda mi familia la apoya… pero bueno tenemos que arreglarte para una cita- dijo cambiando el tema de repente- ahora que recuerdo explicame ¿qué es eso que me dijo Rosalie acerca que no te queda ya nada de lo que tienes en el closet?

Me reí con pena y empecé a confesarle a Alice que estaba algo excedida de peso. Mientras ella examinaba mi armario me dí una ducha rápida y cuando salí ella ya tenía todo arreglado.

Me peinó rápido y me colocó una fina diadema de plata con piedras incrustadas. Ella había escogido un vestido que ajustaba desde la cadera hasta la cintura.

-Bien Bella respira hondo- pidió por tercera vez, la obedecí y tiró del cierre con fuerza. No subió.

-No cierra Alice rindete- dije con el rostro rojo de cansancio, mirandola rendida

-Bien cambiemos de vestido entonces… no entiendo Bella cómo no te queda, pero no te has engordado es solo de las caderas… es absurdo- empezó a hablar consigo mientras sacó un vestido blanco de seda.

Este era suelto y solo se ajustaba en los senos y en la parte superior de la cintura con una cinta. En ese vestido si subió la cremallera. Ambas suspiramos aliviadas.

-Bien, voy a tener que cambiarte la ropa del armario- murmuró Alice mientras pasaba la mano por la ropa, la alejé y la miré seria

-No lo vas a hacer- dije seriamente- voy a bajar de peso y me voy a poner todo esto ¿ok?- ella asintió- y si no es así te iré a visitar el fin de semana a tu boutique, pero voy a pagarte todo ¿ok?-volví a preguntar

-Te hago un descuento entonces- dijo ella con una sonrisa, mientras me sentaba frente al tocador para que empiece a maquillarme

-Puede ser- dije luego de un rato- no creo que mi tarjeta de crédito resista un cambio de armario entero- reconocí- Sabes de casualidad ¿Quién podría ser la persona con quien a estado Tanya?- pregunté curiosa mientras me aplicaba rubor

Ella se detuvo y puso una mano en su cadera mientras pensaba. Luego de un momento empezó a negar.

-No, no me lo ha dicho… pero Edward debe saberlo, ella se está quedando con él desde que llegaron, Irinna se ha mudado conmigo- dijo distraida mientras seguía con su trabajo

-¿Se está quedando con Edward?-pregunté mirandola por el espejo, ella me vió y enarcó una ceja- tú no crees que ellos… que tú hermano…- empecé a decir incapaz de continuar

- ¿Tú crees que Edward y ella…?-preguntó captando la idea

Nos miramos fijamente y empezamos a reirnos.

-No- dijimos al mismo tiempo negando y riendo, luego nos  volvimos a ver y volvimos a reir- no- negamos nuevamente

-Deja de decir tonterias Bella y dejame terminar de arreglarte- pidió ella intentando concentrarse en el maquillaje

Jasper pasó por Alice diez minutos antes de las siete para cenar juntos. Me despedí de ellos y me desearon una linda noche. Lucían muy bien juntos y sin embargo tan disparejos que se complementaban.  Justo lo que él otro necesitaba.

Me miré en el espejo nuevamente cuando escuché que tocaban a la puerta. Me veía bien pero mi expresión no ayudaba mucho. Instalé una sonrisa en el rostro, esperaba que no se viera forzada. Abrí la puerta y allí estaba Gabriel en smoking con su sonrisa. Me dio un besito.

-Hola- saludé y él asintió- te ves bien- agregué

-Tú tambien estas muy bonita, ¿nos vamos?-preguntó

-Si- dije tomando mi cartera, apagando las luces y saliendo del apartamento.

Fuimos en su carro, puse una emisora de música más escandalosa para evitar la conversación mientras intentaba tararear las canciones que salían de vez en cuando, estoy segura que me veía ridícula. Gabriel me miró extrañado y soltaba risitas de rato en rato.

-No sabía que te gustaba ese tipo de música- murmuró incrédulo cuando aparcó su auto.

-A veces tenemos que estar abiertos a sugerencias- murmuré intentando sonar convincente

-¿Así que te sugirieron escuchar hip hop?- preguntó incrédulo soltando una carcajada, mientras abría la puerta del piloto.

¿Era eso lo que estaba escuchando? Me sonrojé y me encogí de hombros.

-No critiques ningún género si no lo has escuchado- dije intentando sonar convencida, bajando del auto y me quedé paralizada no habían edificios cerca, solo veía algunos arboles- ¿Dónde estamos?-pregunté confundida

-Creí que sería romantico- respondió él, me giré para verlo y de ese lado se encontraba la mesa de un restaurante con algunos platillos cubiertos. Había rosas por todos lados y las velas decoraban alrededor- ¿te gusta?- preguntó entusiasmado

Sentí mis ojos anegados de lágrimas y un nudo en mi garganta. Era tan similar a esa noche, intenté empujar mis lágrimas de regreso de donde habían salido. Gabriel aún no había visto mis lágrimas debido a la oscuridad de la noche, intente dispersarlas con mis manos.

-Está muy bonito- me obligué a responder

-Gracias, pero falta música y no he podido traer a algún músico- dijo apenado- pero supongo que no te molestarás si uso el equipo del auto ¿verdad?- preguntó mientras subía el volumen del equipo de sonido con música romántica.

-No- dije muy segura y mirando diferente la escena, era distinta, empezando desde el acompañante y terminando con los sentimientos.

 Caminó hacia mí y tomó mi mano, me llevó hasta la mesa improvisada y me apartó la silla para que me sentara.

-Espero que te guste la comida italiana- dijo cuando se sentó frente a mí- es una de mis favoritas- agregó mientras sacaba las tapas de los platos

-Si, es buena- contesté con una sonrisa

Empezamos a comer y a charlar sobre nuestros gustos. Ya habíamos hablado algo de eso pero me pareció un buen tema.

-¿Has pensado sobre la propuesta de New York?-preguntó cambiando de tema

-Ummmmm….-murmuré mientras me mordía el labio inferior y pinchaba un ravioli- la verdad es que no lo he pensado aún- confesé

Él asintió y sonrió.

-¿Qué me dices de ciudades? ¿A que sitios has viajado?- pregunto cambiando el tema nuevamente

Nos sumergimos en este nuevo tema, él había viajado a muchos sitios a diferencia de mí. Ya que lo más exótico y emocionante que había conocido era Hawaii. Lo cual era cierto ya que no podía conciderar a Phoenix, Jacksonville o peor aún a Forks sumamente emocionante, aunque recalqué que cada sitio tenía su encanto. Le conté a los sitios que me gustaría viajar y le pregunté mucho sobre Europa. Entre eso ya nos habíamos acabado la comida.

-¿Qué te puedo decir de Paris?-se preguntó él mientras tocaba su mentón, sonreí- que es precioso claro está, pero eso debes saberlo ya…-murmuró con una risa- que tomé las clases de baile más largas de mi vida- dijo finalmente- ¿has tomado clases de baile?-preguntó

-¿Clases de baile?-pregunté y los recuerdos nublaron mi mente- si-dije finalmente- Rose nos obligo a tomar clases de baile para su boda

-Entonces- empezó a decir mientras se levantaba y caminaba junto a mí extendiendome su mano- ¿bailas conmigo Bella?

-No soy muy buena- murmuré viendo la mano que me había tendido

-Nadie nos va a ver solo estamos nosotros- me recordó- vamos toma mi mano- dijo extendiendo más aún su mano

Solté un suspiro audible y tomé su mano. Empezamos a bailar una música lenta, he de admitir que me sentía incomoda al sentir su mano en mi cintura, pero por otro lado me sentía algo tranquila.

-Ves- dijo bajando su vista a mis ojos, en ese momento recordé lo alto que era, lo miré sin entender- estás bailando- susurró sonriendo

Me miraba fijamente y sentí un rubor ascender por mi cuello para depositarse en mis mejillas. Algunas veces Gabriel podía hacer tan facil el hecho de responderle y otras veces era solo un amigo, nada más. Se acercó a mí lentamente manteniendo aún mi mirada y me besó.

Continuamos bailando un momento más y luego decidimos que era ya muy tarde.

Condujo en silencio pero su sonrisa lo delataba, estaba satisfecho con respecto a los resultados de la cena. Había respondido a sus besos con mucha naturalidad, a diferencia de otras veces. Cuando llegamos me acompañó hasta mi departamento, me pidió que lo deje entrar al baño.

-¿Puedo invitarte a tomar algo?-pregunté cuando salió del baño

-No, nada- dijo acercandose a mí- gracias por la velada Bella- dijo mientras me besaba

Respondí a su beso con naturalidad, pero este beso fue más prolongado que cualquier otro de esa noche. Sus manos se posaron firmemente en mi cintura, mientras sus labios descendían desde mis labios a mi garganta.

Empecé a sentirme mareada y mi el latido de mi pecho era atronador, pero no de felicidad sino de reproche. No creía poder hacer esto.

-Gabriel…-empecé a decir pero él interrumpió mis palabras con un beso

Seguía besandome mientras sus manos descendían de mi cintura a mis caderas, para luego bajar aún más. Intentaba moverme pero la manera en la que me sostenía me volvía imposible hacer cualquier movimiento. Sentí sus manos en el borde de mi vestido subiendo por mis muslos desnudos, luego sus manos estaban por todos lados de mi cuerpo. Mis ojos empezaron a picarme cuando escuché el sonido de la tela del vestido romperse. Él no podía hacerme esto. Reuní todas mis fuerzas para darle un empujón.

-¡Gabriel! – exclamé separandome de él bruscamente, él se veía mareado, confundido y dolido. Respiré profundamente – no- dije decidida- no quiero hacer esto, no estoy preparada

-Lo siento- dijo bajando la mirada, su rostro estaba rojo- creo que debo marcharme- murmuró al ver que yo no iba a decir nada, asentí

-Hasta mañana- me despedí de él cuando estuvo al pie de la puerta.

Apenas salió del departamento cerré la puerta y la aseguré bien antes de ir a darme una de las duchas más largas de toda mi vida. Cuando salí del baño con el cabello mojado y envuelta en una toalla me fijé que iba a necesitar otra toalla para mi cabello.

Abrí el gavinete del baño y noté que la toalla que necesitaba estaba hasta arriba de este, me puse de puntitas y la halé. Se cayeron algunas cosas sobre mi cabeza.

Cogí la toalla y me envolví con ella el cabello mojado y empecé a recoger lo que se me había caido. Una caja de pasta dental, una botella nueva de acondicionador y lo último fue lo que más llamó mi atención, era una caja de tampones.

Salí del baño con ella y me sente en la cama. Ya casi se había acabado el mes y no me había llegado mi periodo, el cual normalmente llegaba en los primeros días del mes.  Me levanté de mi cama en busca de una peinilla para desenredar mi cabello mientras sacaba cuentas de mi último periodo.

-Oh Dios- murmuré asustada tocando mi vientre

En ese momento la caja se cayó de mis manos y quedó tirada en el suelo.

 

Capítulo 33: Un largo día Capítulo 35: Dudas

 
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