Opciones de vida (+18)

Autor: Sam15
Género: Romance
Fecha Creación: 22/07/2010
Fecha Actualización: 22/07/2010
Finalizado: SI
Votos: 37
Comentarios: 119
Visitas: 155174
Capítulos: 40

El había llegado, al menos eso era lo que me había dicho la encargada. No sabía lo que sentía y en estos días había sido tan feliz a lado de otro que no era precisamente mi prometido. Había perdonado ya todo el daño que me había hecho, a pesar de que sabía que había sufrido mucho no le daba ningun derecho a hacer lo que me hizo. Pero lo había perdonado por que ambos cometimos el error. Camine más deprisa en busca de lacabaña 23 y escuche unos ruidos extraños saliendo de la habitacion. ¿Me habría equivocado? Claro que no, la encargada me dijo que era la cabaña 23. Sin más abrí la puerta y los vi...

¿Vanessa?...dije en un susurro y ambos me vieron

Hola soy nueva aqui me llamo samantha y esto es algo que se le ha ocurrido a mi loca cabeza... espero que les guste. Los personajes son de Stephenie Meyer aunque he agregado algunos...

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Capítulo 30: Oportunidad

Hola sí ya sé debí actualizar hace muchas horas pero recién llego y la verdad es que me fugué a la playa con mi novio y bueno.... esas oportubinades no se desaprovechan.

Aún no sé que le ven de mal a Gabriel.... pero bueno el tiempo dirá....

Gracias a tooooooodas son de verdad muy lindas. Muchas gracias

Les mando besos y abrazos y no se olviden de votar.

Sam

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Me duché lentamente mientras olía el aroma del nuevo shampoo que me había comprado Rose, era de flores silvestres. Revisé el armario de mi baño y saqué una toalla limpiaque estaba hasta arriba ya que Rose tambien se preocupó por surtir mi baño habían algunos paquetes de papel higienico, pasta de dientes, hilo dental, jabones –de diferentes tipos-, botellas de shampoo, botellas de acondicionador y algunas cajas de  tampones como para unos tres meses. Por lo menos no iba a tener que preocuparme de eso por un buen tiempo.

Cepillé mis dientes y me limpié la cara con un tónico que me había dejado mi amiga. Cuando mi cabello estuvo seco y ordenado me dirigí al armario. Encontré al final de este, algunos conjuntos deportivos, escogí un conjunto de pantalón de lycra suelto, acompañado por un abrigo. Era de color negro con detalles en turquesa. Escogí una blusa de tiras blanca de algodón y unos zapatos deportivos muy bonitos que no había visto de color negro. Me puse los pantalones, la blusa blanca, unas medias blancas y los zapatos, tomé el abrigo y me convencí de desayunar antes de salir.

Dejé el abrigo en uno de los muebles de la sala, cogí una liga para hacerme una rápida cola alta y fui a examinar mi cocina. En la nevera había tantas cosas pero lo primero que me llamó la atención fue el jamón y el queso.

-¡Tostadas!-canturré y la boca se me hizo agua con la idea de comerme yo sola dos grandes tostadas

Puse a hacer las tostadas y me preparé jugo de naranja. El olor del jamon y del queso derretido sobre el pan me volvía más ansiosa, así que apenas estuvieron listas empecé a comerme las tostadas calientes, quemandome la lengua. Me fijé en el reloj de la cocina y me sorprendí al notar que había desayunado en menos de cinco minutos.

-Esto está mal-murmuré e iba saliendo de la cocina cuando me percaté de la cesta de frutas, estaba sacando una banana pero me dí cuenta que había comido mucho, la solté en el cesto nuevamente- mal Bella, si sigues comiendo así te vas a volver una vaca- me reprendí e iba saliendo de la cocina cuando regresé y cogí la banana de nuevo, me encogí de hombros- ¡vamos! Llevo mucho tiempo sin comer comida de verdad- me reconforté y le dí un mordisco

Estaba escuchando las noticias matutinas en el televisor sin escuhar ya que aún pensaba en la última noche. Gabriel me había besado, si eso era un hecho, pero para mi suerte llegó su taxi cuando le dije que lo veía como un amigo, su repuesta fue que mientras yo esté sola el iba a seguir intentando hacerme cambiar de parecer, no le prometí nada y me sentí como si hubiese traicionado a Edward toda la noche, las rosas que recibí no ayudaban, en el fondo esperaba que él me las hubiese enviado, pero no, me convencí que eran de otra persona. Absurdo, me convencí, él intentaría hacer su vida… yo debería intentarlo tambien.

 Recibí un mensaje a las seis de la mañana recordandome nuestro paseo al parque, y sé que quiza no debí aceptar para no darle falsas espectativas, pero en el fondo me gustaría rehacer mi vida, no podía sufrir para siempre. Además Gabriel me caía muy bien y no quería perder su amistad.

-Solo somos amigos- me convencí en voz alta, cuando escuché que tocaban la puerta, solté un suspiro y abrí la puerta

-Hola- saludó él con su sonrisa, asentí y le devolví la sonrisa- te ves muy bonita- comentó admirando mi ropa, me sonroje

-Obra de Alice- comenté y miré su atuendo. Él llevaba una polo blanca , un calentador gris obscuro y zapatos deportivos grises- tu tambén luces bien- admití y amplió su sonrisa- pasa un momento, cojo mis cosas y salimos

Él entró detrás de mí, yo empecé a buscar mi celular en el sofá pero no lo encontré, cuando me volteé para buscarlo en la habitación Gabriel estaba detrás de mí a escasos centímetros de mi cuerpo, se estaba acercando a mi rostro cuando sonó el teléfono y tuvo que alejarse de mí.

Bendito teléfono, pensé aliviada por un momento. Él parecía algo molesto.

-Diga- dije rápidamente

-Bella-chilló Alice- ¡vamos a ver películas a tu casa!, tú sabes tarde de chicas- dijo ella rápidamente- ¿qué opinas si vamos a desayunar juntas? Porque hay un sitio…

-Alice-la detuve- me parece que no puedo, voy a salir- confesé

Se escuchó un silencio al otro lado de la línea, me preocupé, pero la oí respirar.

-¿Con quién?-preguntó aunque me parecía una exigencia, en lugar de simple curiosidad

-Con Gabriel- murmuré y escuché unos  gritos al otro lado del teléfono los cuales no eran muy alegres, tuve que apartarlo un poco. Gabriel me sonrió y enarcó una ceja mientras se sentaba en el mueble, le sonreí- Alice-llamé- Vamos a dar un paseo al parque, me parece que pueden venir en la tarde para ver las películas

-Bien, vamos a estar ahí a las tres de la tarde, no almuerces-me advirtió con una voz camuflada de calma- vamos a llevar comida… Bella sé que no puedo preguntar esto…pero… ¿él te gusta?-preguntó preocupada por algo

-Hablamos más tarde- dije rápidamente ya que no sabía que contestarle- las espero, y traigan las películas, no tengo nada nuevo entre mis películas…chao- colgué y fui rápidamente a mi habitación a tomar el celular.

Cuando llegué a la sala Gabriel ya había apagado el televisor y estaba frente a la puerta esperandome. Tomé el abrigo y me lo puse, volví a asegurarme que llevaba mi billetera en el abrigo y deslicé dentro el celular. Él abrió la puerta.

-¿Tienes planes para la tarde?-preguntó cuando salímos del apartamento

-Si- dije mientras echaba seguro a la puerta- Alice y Rose vienen a almorzar y a ver películas… tú sabes tarde de chicas-murmuré

-Entonces no puedo venir-concluyó y negué- bien entonces vamos al parque-concluyó feliz

Bajamos hasta la entrada del edificio y allí estaba aparcado el BMW rojo. Lo miré dudosa, se supone que los paseos en el parque se hacen a pie, pero luego me convencí que venir caminando desde el norte de la ciudad al centro era ilógico.

-¿Quieres que vayamos en el auto?-preguntó señalando su BMW- porque pensé que podríamos caminar hay un parque como a cuatro cuadras de aquí-murmuró señalando hacia el este

-Caminemos-concordé, el día era relativamente soleado y había brisa, así que era reconfortable caminar-veo que ya te han entregado tu auto-murmuré

Empezamos a caminar  y cuando me fijé que planeaba tomar mi mano, me las arreglé para meter ambas manos en los bolsillos de mi abrigo. Él parecio no notarlo.

-Si, lo he recogido hace como una hora y dime ¿cómo dormiste en la noche?-preguntó para cambiar de tema

-Como un oso, creo que nisiquiera tuve tiempo de soñar-lo cual era bueno porque no soñé con…bien debería dejar de decir su nombre en mi mente- creo que comer algo distinto ayudó bastante a mi insonmio y ¿tú dormiste bien?

-Creí que quizas yo pude ocasionar que durmieras mejor… la comida me está llevando la ventaja -murmuró y me miró sonriente, le devolví la sonrisa algo incomoda- yo dormí bien y no gracias a la comida…-pretendí no escuchar eso

Continuamos caminando tranquilamente hasta que llegamos al parque. Conversabamos de sobre nuestros trabajos. Habían niños corriendo de un lado a otro, personas paseando a sus mascotas, parejas de enamorados y algunas otras personas trotando o andando en bicicleta.

-Me enteré que Thomas te ha propuesto para el cargo en New York- me comentó  repentinamente

-¿En serio?-pregunté sorprendida, ya que él me había comentado el tema pero  nunca le respondí- algo me contó sobre eso-admití encogiendome de hombros

Él asintió y empezamos a caminar atravez del parque en silencio, de repente fijó su vista en algo y sonrió ampliamente. Parecía no estar seguro de decir algo, iba a cambiar de tema cuando se colocó enfrente mío impidiendome hablar.

-¿Te gustaría andar en bicicleta?-preguntó muy entusiasmado, hice una mueca- ¡vamos! ¡será divertido!- me animó

Solté un suspiro y él hizo un puchero. Me reí de su expresión era lo más chistoso que había visto últimamente.

-Ok, vamos a andar en bicicleta- dije negando levemente.

Aunque estaba segura de que me iba a caer entre los arbustos, en una banca y sino el algún bote de basura, no pude negarme. Gabriel era muy divertido y me apenaba estropear su día.

Caminamos hasta el puesto donde alquilaban las bicicletas y Gabriel le preguntó al encargado el precio de alquiler de las bicicletas. Nos pidió diez dólares por dos bicicletas sencillas, la que me dio era de color azul y la de mi aconpañante era de color negro.

-¡Que se diviertan mucho usted y su novia!- nos dijo con una gran sonrisa el hombre.

Solo asentí y Gabriel se rió disimuladamente. No pude evitar reirme y le pegue un codazo amistoso en su brazo.

-Auch- se quejo él y se encogió cogiendo su brazo.

Rayos, yo no pensé que le había pegado demasiado fuerte. Me agaché junto a él nerviosa de haberlo lastimado en verdad.

-Oh, Dios, disculpame- dije preocupada intentando ayudarlo- dejame ver que tan mal está para ayudarte- murmuré mientras trataba de ver su brazo y de repente él volteo su cara contraida en una mueca de dolor.

-¿Qué puedo hacer para ayudarte?-pregunté preocupada en verdad, en ese momento deseé venir en carro al parque

Él me miró de reojo y sonrió. Lo miré enfadada de verdad, no creía poder abrir más los ojos de lo estupefacta que estaba.

-Si me das un cariñito me curo- murmuró cerca de mi boca

Sonreí.

-¿Quieres un cariñito?-pregunté de una forma empalagosa, él asintió, formé con mi mano un puño y le pegué fuerte en el brazo que ya había golpeado anteriormente- ¡ahí tienes tu cariñito! ¡Eres un idiota! ¡Me asustaste!- me quejé y me levanté enojada yendome lejos de él

Me fui caminando enojada lejos de ahí, estaba muy enojada quería patear cualquier cosa que estuviera cerca. Pasé junto a un payaso que estaba regalando rosas y globos a las personas que pasaban junto a él. Mi expresión lo mantuvo lejos de mí.

-¡Bella espera!- rogaba él detrás de mí,me tomó del brazo y me obligó a mirarlo. Lo miré enfadada- lo siento, soy un tonto, un idiota, un menzo… ¿suficientes insultos?-preguntó y negué- un troglodita, un desadaptado, una rata…-luego  bajó su rostro y se puso algo en él- un payaso- dijo con una nariz enorme de color roja en su cara, luego sacó detrás de él una rosa y me la dio- ¿perdonas a este tonto payaso por hacerte una broma tan pesada?

Tenía que decir que no, pero no pude, tuve que soltar risitas debido a la nariz de payaso que llevaba puesto mi amigo, tomé la rosa e intenté calmar las risas.

-Si vuelves a hacer algo así de nuevo…-empecé a decir tranquilamente- te patearé el trasero, lo juro-dije seria y el sonrio ampliamente

-Si te vuelvo a hacer algo así me visto de payaso completo y te dejo patear cuantas veces quieras mi trasero- ofreció y tuve que asentir mientras contenía la risa

Gabriel le devolvió la nariz al payaso y le agradeció a este su ayuda. Este nos obsequió un par de globos de color rojo en forma de corazón. Lo miré extrañada por la forma del globo.

-Un placer ayudar a una bonita pareja- nos dijo sonriente el payaso- pasen un bonito día

Atamos los globos a los manubrios de las bicicletas y pusimos la rosa en una de las canastas de estas. Empezamos a andar por el sendero más abierto, por petición mía ya que no quería caerme por falta de espacio. Se sentía muy bien el viento golpeando la cara, era relajante.

-¿Vas a aceptar?-preguntó él junto a mí en su bicicleta

-¿Qué tengo que aceptar?-pregunté confundida sin verlo, no podía quitar los ojos del sendero o me caería.

-El puesto en New York- dijo en voz alta mientras esquivaba a un hombre con su perro

Suspiré y lo consideré por un momento. Finalmente solo pude decirle lo que ya había estado pensando acerca del tema.

-No lo sé- le contesté lo suficientemente alto para que me oiga- tendría que pensarlo y considerar mis opciones- concluí

-Me gustaría que aceptaras- contestó y por primera vez desde que andabamos en bicicleta lo ví brevemente y él me vio. No pude responderle.

Anduvimos algún tiempo más en bicicleta cuando una mujer pasó en frente mío con su poodle y casí los atropello. Los esquivé a tiempo, pero choqué contra una banca y me estrellé en un árbol. Sentí una punzada en mi cabeza, pero bueno, la bicicleta estaba bien.

-¡Bella!-gritó Gabriel preocupado, se estacionó cerca de la banca y corríó a ayudarme- ¿estás bien?-preguntó preocupado- ¡demonios estas sangrando!-dijo cuando se fijó en mi frente

Me levanté y me dí cuenta que mi cuerpo no había sufrido ningún daño visible, no sentío dolor en ningún lado solo en mi cabeza.  Pasé mi mano por mi frente y cuando la ví estaba roja de sangre. Me mareé y me tapé la boca con la mano limpia.

-¿Dónde están los baños?-me pregunté a mi misma ya que Gabriel nunca había venido a este parque, que yo supiera. El olor de la sangre me inundaba las fosas nasales. Despues de fijarme bien donde me hayaba corrí hasta los baños que estaban más cerca de lo que creí.

-Bella- me llamaba Gabriel preocupado- ¿Dónde vás?-preguntaba

-Lo siento, debó ir al baño

Eso fue lo último que le dije antes de entrar al baño y vomitar mi desayuno. Eso lo lamenté, me había gustado mi desayuno. Me lavé las manos, la boca y la cara que estabahecha un desastre, examiné mi herida que era solo una diminuta raspadura, pero sangraba mucho, luego de detener el sangrado miré mi aspecto.

Estaba pálida, al menos más que de costumbre y mi cabello estaba lleno de hojas. Me desenredé el cabello con las manos y lo volví a coger en una cola. Cuando salí del baño Gabriel me esperaba preocupado, le sonreí lo mejor que pude.

-¿Te sientes mal?-preguntó acercandose a mí para examinar con cuidado mi frente, negué y el besó mi frente- entonces ¿no quieres ir a un doctor?-preguntó de nuevo y volví a negar

-ha sido solo un raspón- dije sin importancia- he estado en peores condiciones…creeme- murmuré sonriendole, él pareció más calmado

-Pero te mareaste- me recordó y me encogí de hombros

- Me mareo con el olor de la sangre- le comenté y me miró extraño- lamento que hayas tenído que ver eso-murmuré apenada mientras buscaba las bicicletas, que no estaban

-Ya las he llevado de regreso- dijo al notar que iba a preguntarle y luego checó su reloj- aún es temprano ¿quieres seguir paseando o te llevo a tu casa?

-Caminemos por una rato más- sugerí ya que no me apetecía ir al departamento y esperar el bombardeo de preguntas de mis amigas, al menos no aún, en todo caso él aceptó entusiasta

Empezamos a caminar por el parque tranquilamente, Gabriel había atado ambos globos y la rosa yo los llevaba con una mano mientras la otra la deslicé en mi bolsillo para cerciorarme que mi celular y billetera estaban en su lugar, lo estaban. Suspiré aliviada.

-Mira parece que nos han invadido los niños-murmuró Gabriel sonriendo mientras estaba viendo un grupo grande de niños en los columpios

-¿Te gustan los niños?-tuve que preguntar

-Claro que sí, ya te lo he dicho vengo de una familia numerosa- me recordó y asentí

-¡Damela!-chillaba una niña a un niño que tenía una pelota en sus mano. Ambos eran rubios y de tez clara. Quizas eran hermanos.

-¡No, es mía!-le girtaba este a ella

-¡Yo tambien quiero jugar!- gritaba ella con los ojos llenos de lágrimas

No me gustaba ver a niños pelear, así que caminé hacia ellos con cuidado. Ambos me miraron extrañados.

-No peleen chicos- les dije bajando lo suficiente para estar a su altura- mira te doy un globo- le ofrecí a la niña, esta lo tomó sonriente y le sacó la lengua al niño

-¡No es justo!-se quejó él- ¡Yo tambien quiero un globo!

Suspiré y tuve que reírme.

-¿Qué te parece si te doy este otro globo?-pregunté y él asintió- pero-agregué y el juntó sus cejas- tienes que dejarla a ella jugar tambien con la pelota

El niño se lo pensó un momento y luego aceptó. Le dí el globo y sonrió.

-Me llamo Bella- les dije con una sonrisa- un placer conocerlos chicos- y me puse de pie

-Me llamo Bob y ella es mi hermana Carla, gracias por los globos- dijo el niño sonriente

-Bella- me llamó Gabriel, le hice señas para que se acerque hacia nosotros- ¿Qué tal niños?-saludó él con su sonrisa

-¿Quién es él?-preguntó Bob señalando a Gabriel

-Es su novio- concluyó la niña sacandole la lengua a su hermano- ¿verdad Bella?

-Eh…-empecé a tartamudear, no sabía que decirles a un par de niños. Gabriel parecía divertido por la situación y esperaba mi respuesta

-No lo es- empezó a decir Bob- ¿es tu esposo verdad?-preguntó él

-No chicos, es mi amigo…Gabriel- les dije rápidamente con el rostro rojo de la vergüenza

Los niños se miraron entre sí y luego nos miraron a nosotros. Repitieron el gesto nuevamente y se sonrieron.

-Mi mamá dice eso de su novio- murmuró Carla- ¿tu tambien te besas con Bella en su casa?

Bien, tierra trágame, pensé muerta de pena por la situación. ¿Dónde está la mamá de estos niños cuando se la necesita?

-Ella no es mi novia- les explicó Gabriel a ambos niños, suspiré de alivio, sentía el rubor bajar de mi rostro- ella no quiere, ya se lo he pedido y no me ha dicho nada aún- esas palabras volvieron a teñir de rojo mi rostro

-Que chistoso Gabriel-dije riendo mientras le pisaba un pie disimuladamente

Carla y Bob se miraron por un largo momento, luego nos miraron a ambos y nos sonrieron ampliamente.

-¡Dile que sí!¡Dile que sí!¡Dile que sí!-empezaron a canturrear ambos, para ese momento algunas personas nos estaban mirando.

Me sentía morir de la pena, ok, lo iba a hacer disfrazar de payaso y lo patearía sin piedad, es más llamaría a Emmett para que lo patee. Los niños seguían cantando.

-Tranquilos niños ya los escuche- murmuré muy apenada

-¿Entonces si vas a ser su novia?-preguntó Carla sonriente

Miré a Gabriel y noté que estaba más sonriente que nunca. Pasé una mano por mi cara para evitar soltar una carcajada, era absurdo que me den ganas de reírme en ese momento, pero no podía evitarlo. Probablemente estaba loca, o el golpe de mi cabeza fue muy fuerte. Asentí solo para calmar a los niños quienes empezaron a aplaudir entusiasmados.

-¡Ahora bésala!- pidió Bob

“Bendita la hora en que me acerque a este par de diablillos”pensé. Empecé a negarme y entonces Gabriel me dio un sutil beso en la mejilla, le sonreí de vuelta.

-Listo ya la besé- les dijo Gabriel

-¡Acaso no eres hombre!-exclamó Bob- ¡Dale un beso de verdad!

-O será que Gabriel es gay- dijo la niña pensativa- ¿Gabriel eres gay?

“¿Pero que clase de niños eras estos?”Pensé con la boca abierta. Parecían de almenos cinco o seis años. Miré a Gabriel que por una vez en su vida estaba con la boca bierta, nunca lo había visto así, tuve que reírme. Gabriel me miró de reojo y tuve que soltar un suspiro.

Me acerqué a él y le dí un pequeño besito en la comisura de los labios. Miré a los niños quienes parecían ya satisfechos. Tuve que volver a reí y me fije en Gabriel quien ya parecía estar sonriente de nuevo.

-¡Bob! ¡Carla!- empezó a llamar una mujer rubia pequeña- ¡Disculpen!-exclamó al vernos- ¿No los estaban molestando?-preguntó mirando a los niños quienes negaron

-Nos regalaron globos mami- dijo Carla sonriente

-Son unos niños muy divertidos- le comenté a su mamá- bueno disculpenos debemos irnos- le dije mientras miraba el reloj

-Claro y gracias por los globos- dijo su mamá con una sonrisa, me encogí de hombros

-Chao- exclamaron ambos niños mientras se iban con su mamá

Nos despedimos de los niños, luego Gabriel y yo nos quedamos mirando fijamente por un largo minuto, finalmente aparté la mirada y volví a ver el reloj.

-Sabes- dije mirando mi reloj- de verdad se me hace tarde

-Claro-concordó él y empezamos a caminar de regreso a mi departamento- ¡que lindos niños!- murmuró cuando salímos del parque

Tuve que sofocar una risa.

-Entonces somos novios- empezó a decir él y yo lo iba a interrumpir- sé que lo dijiste por los niños- dijo repentinamente

El silencio empezaba a tornarse algo incomodo ya que ni él ni yo hablabamos luego de eso.

-¿Puedo preguntarte algo?-preguntó mirando mi rostro- ¿te gusto?... es decir ¿me concideras atractivo?

-Si- murmuré, él asintió y seguimos caminando

-¿Crees que soy un buen tipo?-preguntó luego de un rato

-Si-volví a decir y clavé la vista en la rosa que aún llevaba en mi mano

-Dame una oportunidad dejame demostrarte que puedes llegar a quererme-pidió luego de un silencio mucho más largo-  solo una oportunidad-volvió a decir

-No estoy segura- le contesté francamente- aún no he superado mi antigua relación- confesé

-¿Hay alguna probabilidad de que regreses con él?-preguntó sin dejar de mirar mi rostro

Eso era duro de responder, ya que en el fondo lo que más ansiaba era tener una sola probabilidad de estar con Edward, pero la verdad era que no la había.

-No

Ya estabamos a unos metros del edificio en que vivo, así que caminamos hasta la entrada del ascensor.

-Dame una oportunidad de ayudarte a olvidarlo-volvió a pedir mirandome fijamente a los ojos, esta vez no pude esquivar su mirada.

La verdad es que era tan facil que Gabriel me guste, él era atento, sabía hacerme reír, me hacía sentir bien estar con él y la verdad es que no tenía oportunidad con Edward.

-Bien- susurré- te doy una oportunidad Gabriel

Él sonrió ampliamente y empezó a acercarse a mí. Aguanté la respiración y respondí a su beso.  Luego nos despedimos y me dijo que él me pasaba recogiendo para el partido de mañana por la tarde.

Subí algo aturdida al ascensor y fui hasta mi piso. Entré a mi departamento, dejé la rosa junto al arreglo florar en la mesita de mi sala y me dirigí al cuarto de baño. Luego de una larga ducha dejé mi pelo suelto para que se seque solo, me puse unos vaqueros y una blusa suelta.

Me sentía extraña y no sabía que era. Entré a la cocina, llené un florero pequeño con agua para la rosa y me tomé un vaso de leche. Empecé a tener ganas de comer pero ya solo faltaban minutos para que Alice llegara. Por lo cual solo puse la rosa dentro del florero junto al arreglo al cual le puse agua para que no se marchiten las rosas y me senté en un sillon a pensar.

¿Qué había pasado? Luego de estudiar todo me dí cuenta de la verdad. Gabriel me besó y yo le respondí…. De verdad me gustó su beso. Me congelé allí mismo en el sofá cuando escuché que llamaban a la puerta me sobresalté.

Repiré profundamente y abrí la puerta. Detrás de esta estaban Alice y Rosalie con media sonrisa, cuando me miraron su sonrisa terminó de esfumarse. Incliné la cabeza para que entren y se sienten, pero ellas me seguían mirando. ¿Qué tenía?

-Hola chicas-saludé intentando sonar alegre, curiosamente soné realmente alegre, ellas seguían mirandome, reparé en las bolsa de sus manos- ¿Qué vamos a comer?-pregunté ignorando sus miradas

-Sushi- dijo Rosalie intentendo sonreir, Alice parecía triste

-¿Pasa algo?-pregunte ya asustada

-Te ves distinta- dijo Alice por primera vez desde que entró por la puerta- ¿Qué tal tu día?-preguntó de repente, me sonrojé

-Bien-murmuré y ellas me miraron esperando que explique algo- bueno tengo que contarles algo…relativamente importante

-Dinos porfavor-pidió Rosalie

-Le he dado una oportunidad a Gabriel- murmuré y ambas asintieron- y vamos a empezar a salir

Hubo un silencio algo incomodo, eso nunca pasaba entre nosotras. Alice tenía una mirada triste y Rosalie estaba pensando.

-¿Te gusta?-preguntó Alice con la voz triste

Me sentí muy mal, si ella se ponía a llorar yo tambien me iba a poner a llorar. Pero tenía que contestarle con la verdad, despues de todo ella es mi amiga.

-Creo que sí- les respondí con cuidado, no era mentira. En verdad me gustaba Gabriel, pero yo seguía enamorada de Edward- pero eso no significa que haya olvidado a Edward- admití- lo que tuvimos él y yo es demasiado fuerte para olvidarlo así por así

-Lo siento Bella, sé que esto es duro…pero me duele no verlos juntos, pensé que terminarían juntos, siempre he querido verlos juntos- explicó Alice cerrando los ojos para contener las lágrimas, respiró profundamente y me sonrió- pero tú tambien necesitas rehacer tu vida así que te voy a apoyar así como apoyo a Edward

Abracé a  Alice con mucha fuerza. Ella me dio un beso en la mejilla y me sonrió. Rosalie me abrazó luego y repitió el gesto de Alice.

-¡Entonces a comer sushi!- exclamó Rosalie desempacando los recipientes sellados

-¡Que bonitas rosas!-comentó Alice mirando el arreglo y la solitaria rosa en el florero.

-¿Ya sabes quién te mandó el arreglo?-preguntó Rose mientras repartía la comida

-No, ni idea- le contesté mientras separaba los palillos

-Tal vez fue Gabriel- murmuró Rosalie despues de pensarselo un rato

-No, él tambien se sorprendio de ver el arreglo…-le conteste mirando el arreglo y la rosa en el florero- la rosa que esta sola me la dio él hoy- le comenté

-Lindo detalle-comentó Alice- ¿no has intentado poner la rosa en el arreglo?-preguntó mirandolas fijamente

-No se me había ocurrido-confesé

Alice sacó la rosa del florero e intentó acomodarla con el resto en el arreglo pero no combinaban, las rosas del arreglo eran de un rojo intenso y lucían muy delicadas, a diferencia de la que me dio Gabriel que lucía de un rojo opaco y era demasiado grande para combinar con las otras. Era como intentar unir a personas similares pero diferentes al mismo tiempo. Sim embargo ambas eran rosas y eran hermosas. Pero el arreglo llamaba más mi atención.

-Creo que no se ven bien juntas- concluí, Alice suspiró frustrada y puso la rosa de vuelta al florero

Estuvimos comiendo  mientras conversabamos de la última ecografía de Rose al parecer los bebes estaban ubicados de tal forma que no podían diferenciar el sexo de ninguno. Alice estaba pensando en comprar mucha ropita de bebe de diferentes colores para cubrir las espectativas.

Luego conversamos sobre el partido del día de mañana y lo que llevarían puesto cada una. Eso activó una alarma en la cabeza de Alice.

-Detente Bella, si tu vas mañana al partido con Gabriel entonces es algo así como una cita- dijo ella como si fuera demasiado obvio

-La verdad, no lo creo…-murmuré con una risa- es solo un partido, ustedes van a estar ahí, no se lo puede considerar cita

-Tenemos que escoger tu ropa- exclamó Rosalie

Eso fue lo que necesitaron para arrastrarme hasta mi cuarto y empezar a estudiar mi armario. Estaban viendo todas las blusas y pantalones, luego que descartaron las faldas y vestidos. Yo miraba y negaba al ver algunos conjuntos cuando sonó mi teléfono celular.

Me dirgí a la sala y lo cogí, el número esta marcado como privado. Contesté para ver quién llamaba.

-Diga- dije por el teléfono

Se escuchaba una respiración pero nadie contestaba.

-¿Con quien hablo?-pregunté para ver si contestaban, pero nada

Debía colgar pero una punzada en el pecho me decía que no lo haga, no me gustaban las bromas por teléfono más sentía que esto no era una broma.

Alice vino corriendo a la sala y empezó a halarme a mi habitación.

-Tranquila Alice estoy hablando por teléfono- le pedí- hola ¿con quien desea hablar?-pregunté de nuevo, seguía escuhando la respiración tras el teléfono

- Bella nececitamos que veas si te gusta este conjunto para tu cita- rogó Alice en voz alta

Luego de eso la persona que llamaba colgó y la punzada en el pecho aumentó. Por alguna extraña razón miré las rosas.

 

Capítulo 29: Perdida en el calendario Capítulo 31: Hay cosas que no se pueden separar

 
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