Rose estaba muy preocupada por mí, me preguntó varias veces por teléfono que me sucedía pero le dije que necesitaba verla y ella me aseguró que en treinta minutos pasaba por mí.Ella tenía que ir a la sesión de fotos había firmado un contrato de mucho dinero y no podía permitirse una demanda. Me  prometió que luego de la sesión hablaríamos en privado.

En otra ocasión me hubiese negado rotundamente a acompañarla a una sesión de fotos, ya que siempre había mucha gente. Modelos plasticas que competían entre ellas y miraban con menosprecio a cualquier palo con falda, flashes, maquillistas, ordenes y mucha hipocrecía tras camaras. Rose era tenaz y sabía sobrellevarlo perfectamente, cuando alguien intentaba burlarse de ella, ella ya había atacado dos veces. Pero era eso o quedarme a desayunar con Jake y poner una expresión de alegría cuando en realidad estaba vacía por dentro.

 Me puse una blusa negra con mangas, muy sencilla que me había regalado Rosalie, era de marca pero no le notaba lo extraordinario, solo era una blusa y la acompañe con un jean ajustado de un tono azul oscuro. Use unas zandalias negras de cuero de tacón alto, con una bolsa negra que hacían juego. Le deje a Jake una nota en el velador que se encontraba junto a mi camadonde le explicaba que tenía que acompañar a Rosalie a una sesión de fotos  y bajé a la recepción a esperar a mi amiga.

Mientras estaba dando vueltas en el recibidor rezando para que Jacob no se despierte y me vea ahí, me asusté cuando se escuchó el chirrido de un auto girando por la esquina, sumado a los pitos estridentes de los autos  y al frente de la puerta apareción el mercedez rojo de Rosalie. Suspiré aliviada y me subi al asiento del copiloto.

-Se puede saber ¿Por qué demonios no contestas tu celular?- exigió saber cuando me puse el cinturón de seguridad

La mire sorprendida, busqué en mi bolso y no lo encontré. Debí dejarlo en la cocina.

-Lo siento- dije apenada- lo he dejado en el departamento

Suspiró fuerte, relajó su expresión y me observó con la preocupación dibujada en el rostro.

-¿Estas bien?- preguntó cogiendo mi rostro con su mano para que la mirase- ¿Qúe te hizo el perro de Black?- escupió entre dientes

Las lagrimas abordarón mis ojos y undí la cara entre mis manos, para intentar calmarme.

-Me pidio matrimonio- dije entre sollosos- y… yo lo he traicionado

Escuche como el carro aceleraba y Rose tocó mi espalda con su mano, intentando consolarme.

-Bella no logro comprenderte- dijo después de un rato- tranquila, lo que sea que haya pasado tiene solución, confia en mi, voy a estar a tu lado sea lo que sea que haya pasado- aseguró

Llegamos a un estudio fotográfico ubicado en el centro de Los Angeles. Rose saludó a algunas personas con un beso en la mejilla y me presentó ante todos. Me guió por un pasillo a un cuarto que tenía escrito su nombre en una placa. Luego me explicó que le habían asignado un camerino ya hace un mes, cuando grabó el comercial del producto. Aún faltaba una hora y media para que llegara el estilista y el maquillador que habían contratado. Por lo tanto ese sitio era privado y perfecto para la circunstancia.

Se sentó en un mueble largo de color negro de cuero y me pidio que me sentara junto a ella. Apenas la tuve frente a mí me tiré a sus brazos en busca de consuelo, ella me abrazo con fuerza y me prometio que todo estaría bien

Me separé de ella para contarle lo sucedido y me ofrecio una botella de agua para tranquilizarme. Se lo conté todo, como había terminado en esa habitación, como me hizo sentir estar con aquel hombre, como me había humillado después, la declaración de Jake y finalmente la frustración de hacer el amor con él. Me abrazó muy fuerte cuando terminé de contarle todo y cuando se apartó vi que ella tenía lágrimas en los ojos.

-Lamento no haber estado allí contigo- dijo con la voz quebrada por las lagrimas- lo que te hizo ese idiota no tiene perdón, pero estoy y te prometo que siempre voy a estar contigo

-Rose, no fue culpa tuya- dije secandome las lagrimas- fui yo la que se dejo llevar por un maldito impulso- dije con rabia

-¿Qué piensas hacer con respecto a tu relación con Jacob?- pregunto triste. Era la primera vez que Rose trataba a Jacob por su nombre, ya que siempre le ponía sobrenombres estúpidos. Eso me hizo sentir mejor.

- Yo lo amo- contesté sin pensarlo- y quiero que este conmigo siempre…

- Entonces no hay nada que hacer- dijo sonriendo- dejemos esa noche en el olvido Isabella Swam, en el rincón más obscuro de tu mente- y me rodeo con sus brazos- Felicidades y gracias

Me hizo sonreir su comentario y la miré extrañada.

-¿Gracias por qué?

Me miró elevando una ceja y poniendo una mano en su cintura.

-Por pedirme que sea tu madrina de bodas- explicó como si fuera lo más obvio del mundo, sacandome una sonrisa- ahora debes darme algo de tiempo, ya que como tu comprenderas no tengo pareja y no te puedes dar el lujo de tener a una madrina solterona- comentó con horror

Le sonreí con más ganas

-Gracias- susurre

Rose empezó a hablar de la idea de hacer una boda en la playa intentando borrar lo que había pasado la noche anterior. Intenté olvidarlo, enviarlo a lo más profundo de mi cerebro y concentrarme en mi realidad. Pero aunque no pude borrarlo intente bloquearlo.

Luego de un momento llegarón dos hombres altos. Un flacucho de tez morena, cabello rubio, aspecto desgarbado con gafas, usaba una camisa mangas largas, pantalón oscuro y una bufanda ploma en su cuello.El otro era de una constectura normal, cabellos castaños y tez clara, vestido de manera informal. El primero se llamaba Eric y se notaba su inclinación sexual a leguas, él era el maquillista, y el segundo se llamaba Mike, no aparentaba ser gay aunque le podría otorgar el beneficio de la duda.

Alisaron y peinaron el cabello de Rose con suaves ondas que caían a ambos lados de su rostro. El maquillaje que le habían puesto constaba en un labial rojo carmesí y sombras oscuras que resaltaban el color azul violeta de sus ojos.

-Estas preciosa- le dije cuando ambos tipos abandonaron el camerino.

-Aún no has visto el vestido- me dijo sonriendo

La siguiente pregunta no cabía en ese momento, pero me había intrigado.

-Ambos- dije gesticulando- ya sabes, Mike y Eric…-no sabía como continuar

-Son gays- me dijo asintiendo levemente- y creo que son parejas-comentó y empezó a reir

- Wow eso lo explica- comenté recordando como al Sali Eric le dio una nalgada a  Mike

Solo minutos despues entró Eric saltando en la habitación trayendo con él el vestido que Rose debía usar. Era rojo tenía un gran escote en su espalda y se colgaba de su cuello, ceñía su cintura y caía sutilmente en capas, le quedaba sobre la rodilla.

Estuve presente el la sesión fotografica. Rose posaba en algunas ocasiones sola con el perfume y enotras ocasiones con un modelo bastante guapo. Tardaron cuatro horas en sacar diferentes poses, expresiones y yo estaba contenta de ver hacer a mi amiga lo que le gusta.

Terminada la sesión la acompañe a su camerino para ayudarla a cambiarse. Cuando le estaba ayudando a quitarse el vestido, la puerta se abrio abruptamente y se escucho un grito. Ambas nos viramos a ver al responsable del alboroto. Era Eric.

-Nena- chilló- no te quites ese vestido- exigió haciendo un gesto bastante ridículo con su mano

-¿Acaso se dañaron las tomas?- preguntó preocupada

-Nada de eso tontita- dijo sonriendo- quedate con el vestido…les ha encantado tu trabajo y quieren que lo conserves

-¿En verdad? Wow gracias- contestó Rosalie con una gran sonrisa

-Vamos todos a celebrar a un nuevo café exlusivo que abrierón aquí cerca- yo de ti estaría saltando- comento suspirando- ese vestido cuesta ochocientos cincuenta y seis dolares con ochenta y tres centavos… sin incluir el IVA- comentó como quien dice el clima y se marchó de la habitacion, gritando un nos vemos abajo.

Acompañe a Rose y al equipo de producción al café a celebrar por el futuro éxito de la campaña.Salimos alrededor de las tres de la tarde del café cuando a Rose se le antojo llevar un café para beberlo de camino a mi casa. Estabamos conversando y cuando salimos todo pasó muy rápido.

-Jake noooo!!!- gritó alguien y se escuchó el grito histérico de Rose

-Perro malo- le recriminó aquel hombre a su pastor alemán que estaba sentado con las orejas gachas en el piso- muy mal Jake eso estuvo mal, no vas a comer más dulces te pones como loco.

-Cuesta ochocientos cincuenta y seis dolares con ochenta y tres centavos… sin incluir el IVA- repitió Rose mirando su vestido manchado con café

Toqué su hombro y intenté calmarla. Aunque estaba segura de que aquel hombre tendría que aguantar una muy buena bofetada de parte de ella y quizas su perro terminaría siendo abono.El era enorme aunque lucía como un niño, su expresión era bastante parecida a la de un niño que acaba de ser pillado en un travesura, era bastante corpulento, su cabello era negro, y tenía dos oyuelos en el rostro. Era bastante guapo, el tipo de hombres que les gustaba a Rose, pero dude que ella se fige en ese momento.

Rose levantó la vista y lo miró con la cara roja de la ira. Respiró y vio al hombre y a su perro.

-Lo… lo …lo siento- dijo el nervioso- soy un Emmett me llamo tonto- dijo rapidamente y se golpeo la frente con la palma de su mano

-Lo Emmett, soy un siento, me llamo tonto- mascullo una maldición en voz baja y solo susurró- me llamo Emmet…lo siento

Lo siguiente que pasó no me lo esperaba. Rosalie estallo en risas y le dio la mano.

-Mucho gusto tonto, soy Rosalie

El mostró una ancha sonrisa y sacudio la cabeza y le estrecho la mano.

-Lamento mucho lo de tu vestido- dijo con pena- pero mi hermana tiene una boutique bastante cerca y ella es experta en esas cosas….prometo comprarte toda la boutique si es necesario

-ok- contestó Rose- vamos Bella acompañame, tengo que elegir ropa nueva- se volteo a mirarme y me guiño un ojo

-Claro- contesté

-Ya entiendo porque mi papá me dijo que no le de dulces a Jake…Eddie se va a reir y espero que Alice me haga un descuento familiar- murmuró para sí mismo Emmett

-Disculpa- dijo Rose de repente- ¿Cómo se llama tu perro?

-Jake- contestó él encogiendose los hombros- porque?

-Lindo nombre- dijo entre risas- ¿verdad Bella?

-No empieces- murmuré sonriendo