Opciones de vida (+18)

Autor: Sam15
Género: Romance
Fecha Creación: 22/07/2010
Fecha Actualización: 22/07/2010
Finalizado: SI
Votos: 37
Comentarios: 119
Visitas: 155168
Capítulos: 40

El había llegado, al menos eso era lo que me había dicho la encargada. No sabía lo que sentía y en estos días había sido tan feliz a lado de otro que no era precisamente mi prometido. Había perdonado ya todo el daño que me había hecho, a pesar de que sabía que había sufrido mucho no le daba ningun derecho a hacer lo que me hizo. Pero lo había perdonado por que ambos cometimos el error. Camine más deprisa en busca de lacabaña 23 y escuche unos ruidos extraños saliendo de la habitacion. ¿Me habría equivocado? Claro que no, la encargada me dijo que era la cabaña 23. Sin más abrí la puerta y los vi...

¿Vanessa?...dije en un susurro y ambos me vieron

Hola soy nueva aqui me llamo samantha y esto es algo que se le ha ocurrido a mi loca cabeza... espero que les guste. Los personajes son de Stephenie Meyer aunque he agregado algunos...

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Capítulo 33: Un largo día

Me levanté más temprano de lo normal para poder arreglarme adecuadamente, ya que ese día en particular iba a presentar mi propuesta publicitaria a los gerentes de la concesionaria, además de a los gerentes de la agencia de New York así que me debía ver sofisticada y profesional. Ese era el punto superficial, en cierta manera en el cual debía intentar concentrarme sobre todo porque afectaría mi carrera si salía algo mal y a Thomas le iba a dar algo.

El otro suceso que ocurriría este día en particular era la operación de Heidy, no había vuelto a hablar con Edward desde la noche del lunes cuando me llamó. Había hablado con Alice y me había contado sobre la llegada de unas primas que vivían en Alaska, quienes eran muy unidas a su familia aunque no recordé haberlas visto en la boda de Emmett y Rose, Alice me contó que estuvieron presentes. Si no olvidaba sus nombres eran Tanya e Irina, aunque Alice me contó muy poco sobre ellas, había mencionado que Tanya era muy unida a Edward, eso debía ser bueno ya que él necesitaba todo el apoyo del mundo. Alice prometio mantenerme informada.

Me dí una ducha rápida ya que no podía perder mucho tiempo, quedé solo en bata de baño y me senté frente a mi tocador. Me alisé y sequé el cabello con la secadora. Cuando quedó totalmente liso no sabía si cogerlo en un moño alto, dejarlo suelto o hacer alguna clase de peinado que se supone que deben usar las ejecutivas.  Probablemente debía llamar a Alice o a Rose, pero eran las seis de la mañana y no quería molestarlas.

Tomé las tenazas que me había regalado Rosalie hace un año para mi cumpleaños y ondulé ligeramente las puntas de mi cabello y solo agarré una parte de el dejando el resto suelto. Me maquillé ligeramente con algo de rubor, rimel, delineador,  un lapiz labial de color durazno, algo de brillo labial y unas ligeras sombras de tonos grises.

El día anterior Alice me había recomendado usar un conjunto de falda ajustada sobre las rodillas, con saco que ella había adherido a mi armario, a juego con una blusa de seda mangas largas de color celeste y un par de zapatos negros cerrados de tacón alto. Toda la ropa que me había conseguido Alice para el armario era a la medida,  probablemente había abusado de la comida las últimas semanas ya que estaban empezando a apretarme. Esa mañana tuve que sumirme mucho para que suba el cierre de la falda.

-Genial Bella ahora te estas engordando, no te va a entrar nada del armario si sigues comiendo así- me reprendí  mientas me examinaba en el espejo

Usé un perfume que me había obsequiado Renné para navidad, me coloqué un par de pendientes de plata, un reloj de plata que tenía guardado en mi joyero y decidí finalmente llevar puesto el relicario que me había obsequiado Jake. Escogí una cartera de cuero muy bonita, pequeña a juego con los zapatos y me dirigí a la sala cuando sonó el teléfono

-Diga- contesté mientras me caminaba a la cocina para prepararme algo de té

-Hola Bella –saludó Rose- ¿Has podido arreglarte sola? Porque podría ir a ayudarte- ofreció

-Tranquila Rose, creo que estoy bastante decente, aunque me he engordado la ropa me aprieta –confesé mientras sacaba algunas galletas saladas para acompañar el té

-Bella yo estoy enorme… además que apriete un poco no significa que has engordado –dijo- según Alice todo tu armario está lleno con ropa a la medida

- Claro eso pensé yo hace una semana… pero me aprieta mucho, necesito hacer dieta no hay muchas cosas holgadas en mi closet- murmuré contrariada mientras mordía una galleta

- ¿Dieta? ¿Le hablas de figura a una mujer embarazada de mellizos?- preguntó entre risas- Vamos Bella evitame ese sermón hasta dentro de unos cinco meses ¿ok?

- Me parece que te ves fenomenal- le dije sinceramente- además recuerda que comes por tres y esos cambios son normales en una mujer embarazada… en cambio mis cambios corporales se deben a una mala alimentación y ultimamente a refrigeradora y una alacena llena- comenté sin mucho animo, ella soltó una carcajada

- Descuida le voy a decir a Alice que empiece a llevarte al gimnasio con ella todas las mañanas… o mejor le digo a Emmett que salga a trotar contigo y Jake, así se pone en forma para el otro viernes- murmuró alegre

Rose se había tomado bastante divertida la idea de ver a Emmett modelando, ella misma se ofreció a tomarle fotos a su marido y a su hermano. Aunque él último estaba muy nervioso, Alice le estaba infundiendo fuerzas.

- Quizás no la siguiente semana, si aprueban mi propuesta hoy voy a estar algo atareada…- comenté mientras me bebía el té

-Ya veras que todo va a salir bien- me animó mi amiga- te voy a estar llamando ¿ok?

-Listo…-dije y tuve que preguntarle- ¿A qué hora van a ir a la clínica?

- La van a operar a las diez de la mañana, vamos a procurar estar ahí a las nueve

-Bien, dale un abrazo a Edward de mi parte y a Thony tambien, espero que todo salga bien… avisame cualquier cosa porfavor- pedí y ella accedió

Terminé mi té y las galletas. Me dirigí al parqueadero del edificio para subirme en mi auto y conducir hasta la agencia, me sentí algo fatigada. Ya había estacionado mi auto y estaba bajando de este cuando un mareo me obligó a sentarme nuevamente.

-Bella- dijo alguien preocupado tocando mi rostro, no pude fijarme quien era me sentía muy debil y veía borroso- ¿qué te sucede Bella? Mírame – pedía el hombre

Seguía llamandome por mi nombre y en un momento pude reconocer su voz preocupada. Había cerrado los ojos para poder  controlar el mareo. Luego de un momento pude abrir los ojos, aunque tuve que entrecerrarlos un poco la luz me molestaba.

-¿Gabriel?-pregunté confundida

-Si, Bella tranquila aquí estoy ¿ya te sientes mejor?-preguntó acariciando mis mejillas

-Si, solo ha sido un mareo- murmuré mientras me recuperaba y sentía mis manos calentarse

-Bella ¿Has ido al doctor?-preguntó preocupado negué levemente- recuerda lo que ha dicho Carlisle, esos mareos no son normales…- me reprendió- me preocupas mucho ¿lo sabes?- su voz hacía eco a sus palabras, sonreí

-Gracias por preocuparte- dije sinceramente tocando su hombro- pero creo que es solo algo de nervios con respecto al proyecto… tú sabes es importante y no quiero defraudar a Thomas

Él me miró fijamente por más de un minuto intentando decifrar si le mentía, me besó delicadamente en los labios, me sonrió y me abrazó.

-Ya veras cómo todo va a salir bien, he visto tu propuesta y es maravillosa- susurró en mi oido, le devolví el abrazo, él había sido alguien muy importante para mí en estas semanas- pero me sentiría mucho mejor si visitaras al médico pronto- agregó luego

-Te prometo que voy a ir en estos días- murmuré con una sonrisa mientras deshacía el abrazo

Luego de preguntarme tres veces más si me encontraba bien me ayudó a levantarme, rodeo uno de sus brazos a mi cintura para ayudarme a caminar mientras entrabamos al ascensor. Insistió en seguirme ayudando a caminar hasta que llegamos al piso donde quedaba mi oficina, a pesar de decirle que podía moverme. Me soltó y me permitió incorporarme.

-¿Estas segura de poder caminar? –preguntó algo preocupado tocando mi hombro y asentí

Me soltó e intenté caminar pude dar un paso, dos, tres… ya me sentí más confiada cuando casi caigo al suelo por culpa de los tacos de mis zapatos. Él me atrapó en sus brazos.

-Eso no es ninguna enfermedad…-murmuré percatandome de la cercanía de su rostro, sonrió intentando contener la risa- soy torpe por naturaleza y estos zapatos no ayudan

-Seguro- dijo con una gran sonrisa

Me cargó en sus brazos y me sonrojé de inmediato. Me llevó así hasta mi oficina, no sé como abrió la puerta pero ya estaba depositandome en la silla de mi escritorio cuando lo noté. Se quedó cerca de mí mirandome a los ojos con mucha dulzura, se acercó un poco más y me besó.

-Voy a la cafétería –murmuró entre mis labios- ¿quieres que te traiga algo de desayunar?

-No –dije mientras trataba de respirar, aunque mi estómago se removió del hambre- ya desayune…

Me dio otro besito en la punta de la nariz y se marchó de la oficina. Encendí el oredenador para revisar de nuevo la presentación que tenía que mostrar en unas horas cuando se volvió a abrir la puerta de la oficina.

-¿Te había dicho que hoy estás muy hermosa?-preguntó Gabriel asomando su cabeza por la puerta- tú sabes más hermosa que de costumbre

-No, pero gracias de todas formas- dije con una sonrisa y un leve rubor

-Bueno, tú estas muy hermosa - repitió y sonreí- ¿segura que no quieres nada de la cafétería?

Negué y mi estomago protestó muy fuerte, por suerte Gabriel no pudo escucharlo.debido a la distancia. Se marchó en ese momento y empecé a revisar la presentación.

Guardé todos los cd’s que iba a necesitar y preparé las carpetas en tiempo record, me sentía muy orgullosa de mí misma, había hecho todo en menos de diez minutos, cargué mi bolso en uno de mis hombros. Me dirigía a la sala de conferencias, cuando se abrió la puerta del ascensor, en ese momento una corriente de aire trajo consigo el olor a donas a todo el piso. Mi estomago gruño, solté un fuerte suspiro y entre a la sala para empezar a arreglar todo. Tenía que bajar un poco de peso e iba a conseguirlo.

-Quizas podría comprar ropa un poco más holgada- murmuré mientras ponía carpetas con informes en cada uno de los sitios de la larga mesa, tenía ganas de golpearme la cabeza por pensar eso.

Nunca me había preocupado mi peso, siempre fui delgada, me sentía muy bien con mi cuerpo y a pesar de no hacer ningún deporte siempre consideré tener un cuerpo bonito, de ninguna manera como el de Rosalie y otras mujeres que había conocido, pero lucía bien.

Ahora me estaba engordando, justo cuando a mi amiga se le ocurre llenarme el closet con ropa a la medida. Lo peor es que no había usado ni la mitad de lo que había en mi armario, la ropa que había ahí era carísima y ni siquiera pude usarla. Ya había oido a mi mamá hablar que con la edad el cuerpo de la mujer cambia y bla… bla… bla

Ese último pensamiento me dejó en estado de shock. Toque mi rostro y no pude sentir nada raro. Entré al baño de la sala de conferencias y empecé a examinar mi rostro con mucho detenimiento frente al espejo, ni siquiera me preocupé de cerrar la puerta. Estaba buscando arrugas en mi cara, según había oido el cuerpo de las mujeres cambia cuando envejecen. Esto era terrible.

-Srta. Swam ¿Le sucede algo?-preguntó Helen mientras sostenía unos folletos entre sus manos y me veía preocupada- se ve algo sobresaltada- murmuró, sonreí apenada

-¿Tú crees?- pregunté nerviosa y ella asintió- ¿Cuántos años tienes Helen?-pregunté mientras observaba mi rostro en el espejo y luego observaba su rostro sin mucho maquillaje.

-¿Veintitres?- dijo aunque pareció una pregunta- ¿se siente bien?-preguntó

- Quizas… -murmuré- Helen podría hacerte una pregunta… sin que te rias o creas que estoy loca y que guardes en secreto- dije mientras salía del baño, ella asintió- ¿Crees que estoy…- ¿cómo preguntaba eso?- vieja? – ella oprimió sus labios fuertemente, bien estaba conteniendo una risa. Me arrepentí de hacer esa pregunta.

-No, creo que usted es muy atractiva y joven aún- respondió con una sonrisa- creame no debe preocuparse por eso en absoluto – sonreí y solte un suspiro aliviada

-Gracias Helen, me has elevado el autoestima- dije dandole una sonrisa de agradecimiento- tú tambien eres muy bonita y una excelente profesional

-Dudo eso- murmuró ella en voz baja- su ropa el día de hoy es muy bonita

-Gracias, Alice me la obsequió… luego de deshacerse de toda mi ropa –reconocí en voz baja y Helen sonrió- puedes visitarla a su boutique ella te puede recomendar un cambio de look... y porfavor tratame de tú

-No creo que ese tipo de ropa me luzca bien – dijo en voz baja- además la ropa es muy cara y gastaría el dinero para nada

La miré algo enojada, no me gustaba que la gente se menosprecie por tonterias. Helen era bonita, de hecho muy bonita pero peinaba su cabello hacia atrás con gel, se trenzaba el cabello y lo cogía con una goma elastica. Hoy vestía un pantalón de tela azul marino y una blusa mangas largas de color gris, se había abrochado todos los botones hasta el cuello, encima usaba un abrigo negro. Sus lentes tambien eran muy grandes.

-Helen creeme cuando digo que eres muy bonita-le animé y ella negó- te lo puedo demostrar ¿si me lo permites?-pregunté y ella asintió

Coloque los folletos en la mesa y me acerqué a ella. Cogí mi cartera y saqué una peinilla que llevaba por si me despeinaba. No sabía como empezar esto era más de Rose o de Alice, pero ellas me habían enseñado lo suficiente para defenderme sola.

Solté su cabello y deshice la trenza con mis dedos, ella lucía nerviosa. Le sonreí lo mejor que pude para que se relaje.  Su cabello estaba muy tieso así que tuve que mojarselo un poco para que se afloje. Empecé a desenrredarselo poco a poco, cuando estuvo suelto lo peiné hacia un lado y lo cogí con unas invisibles a los lados, como había tenido el cabello trenzado aún estaba algo ondulado, pero lucía bien.

-Ok, he terminado con tu cabello- suspiré aliviada, ella empezó a moverse- hey tranquila ahora vamos con el maquillaje- hizo una mueca- dame la oportunidad- pedí y aceptó luego de un minuto

Le quité los lentes y vacié mi bolso sobre el escritorio. Bien, había traido todo con lo que me maquillé en la mañana –tal como me habían recomendado hacer Rose y Alice-. Así que hice exactamente lo que había hecho hace un par de horas.

-Puedes abrir los ojos- le informé ya que los había tenido cerrados los últimos minutos mientras le ponía las sombras, me hizo caso y la miré, nunca había notado que sus ojos eran azules. Sonreí satisfecha, probablemente Rose y Alice se sentirian orgullosas de mí- te ves muy bien- dije con sinceridad

Ella se levantó y se puso sus lentes. Caminó lentamente al baño y luego noté que aún faltaba algo. Puse una mano en su hombro para detenerla y la volteé hacia mí. Me vio preocupada.

-Tranquila solo me faltó algo chiquitito- murmuré y empecé a sacarle él abrigo para ponerlo en una silla, cuando toque el primer botón de su blusa su cara se pudo muy roja- no creas que voy a desnudarte… solo voy a abrirte un poco la blusa ¿ok?- pregunté y asintío, le abrí la blusa hasta el nacimiento de sus senos y la doblé para que no se vea mal, sonreí- listo anda mírate

Helen se miró en el espejo y no se movió por un largo momento. Luego salió del baño y me dio un fuerte abrazo. Empezó a darme las gracias una y otra vez. Se lo devolví, pero me preocupé que si estuviese llorando se le correría el rimel, aunque como Alice me lo regaló quizas era a prueba de agua.

-Tranquila Helen, te ves muy bien aunque deberías intentar cambiar esas gafas- le recomendé y sacó un estuche de su bolsillo

-Mi optometrista me envió a hacerme un par de lentes contacto, pero no sabía cómo me vería –confesó. La animé a ponerselos y me ayudó a terminar de arreglar todo.

-Bella dime que tienes todo listo- dijo Thomas preocupado entrando a la sala- Gabriel fue a recibir a los gerentes al aeropuerto y en cualquier momento van a entrar por esa puerta…

-Tranquilo ya hemos arreglado todo- le calmé con una sonrisa

-Eres la mejor- empezó a felicitarme pero vió a Helen- ¿quién es tu amiga? ¿Vino a ayudarte?

Sonreí y tomé a Helen de la mano poniendola junto a mí.

-Thomas te presento a Helen -dije y él me miró confundido- mi secretaria- le recordé y sus ojos se abrieron como platos. La estudió de pies a cabeza.

-Wow-  fue lo primero que dijo Helen sonrió- te ves muy bien Helen debes vestirte así más seguido… mira no debería decir esto ya que estoy casado pero luces muy bonita

Ya eran las diez de la mañana y luego de que Thomas hubiese revisado todo al menos cinco veces ya estaba preocupado. Cuando Helen entró para avisarnos que habían llegado, mi celular empezó a sonar era un mensaje de texto de Alice.

“Ya a entrado a quirófano, te voy a estar llamando” decía

Puse el celular en vibrador cuando los gerentes de la concecionaria y los gerentes de la agencia de publicidad de New York entraban a la sala de juntas. Parte de mi cabeza estaba concentrandose en lo que debía de hacer y la otra parte en lo que quería hacer.

Saludé cordialmente a todos los presentes y los invité a tomar asiento mientras encendía el proyector y apagaba las luces. Helen les ofreció algo de beber cada quince minutos. Expuse toda mi propuesta, explique el tema de los costos y todo lo que tenía preparado. Por su parte Thomas y Gabriel apoyaron en cada momento mi intervención. Cuando terminé y di las gracias todos me miraban fijamente.

-Bien caballeros –empezó a decir Thomas llamando su atención- ¿Cuál es la postura frente a nuestra propuesta?- preguntó con una amplia sonrisa

Todos se miraron entre ellos y asintieron entre sí. El dueño de la concesionaria se levantó, miró a sus socios, luego Thomas y finalmente a mí.

- Srta. Isabella ¿puedo hacerle una pregunta?- dijo seriamente, asentí confiada- ¿usted realizó sola todo esto?-preguntó

Vi a Thomas quien le daba un largo trago a su vaso de agua, se había puesto rojo, parecía muy enojado. Gabriel me sonreía confiado

- Bueno decir que lo he hecho todo sola sería menospreciar el trabajo de Thomas, de la agencia en sí e incluso del mismo Gabriel –mi respuesta hizo que todos me miren- si me pregunta sobre mi papel le puedo afirmar que yo he sido la encargada del proyecto y he estudiado sus anteriores campañas publicitarias, antes de exponerles mi idea.

Thomas y Gabriel me sonrieron ampliamente. Los dos grupos de personas que se encontraban ahí se vieron entre sí sorprendidos. Uno de los jefes creativos le susurró a Gabriel algo en el oido, este asintió. Él dueño de la concesionaria se aclaró la garganta y todos lo miramos.

-Nos encantaría que lleve a cabo nuestra publicidad Srta. Swam, sería un placer para nosotros firmar con ustedes- dijo él hombre con una pequeña sonrisa extendiendome una de sus manos

-Gracias- dije con una sonrisa en mi rostro estrechando su mano.

Me felicitaron todos ellos, elogiando mi idea, me sentía bastante satisfecha de no haber defraudado a Thomas, ni a Gabriel. Helen tambien estuvo felicitandome de tanto en tanto. Luego de firmar un contrato por cinco años con nuestra agencia se les ocurrió celebrar el negocio almorzando. Gabriel se ofreció a pagar la cuenta y seguían charlando cuando me salí un momento para ver una llamada perdida de Alice y otra de Rosalie. 

Eran ya las tres de la tarde, marqué a ambos celulares varias veces pero ninguna me contestó. Sentí unos brazos rodear mi cintura.

-Te dije que todo saldría muy bien- susurró Gabriel en mi oído, le sonreí

-Tienes demasiada confianza en mí- le contesté

-Es lo menos que puedo hacer, vamos Bella tenemos que ir a almorzar algo – iba a negarme cuando él vió mi expresión- no puedes cancelar Bella, fue tu propuesta, se sentirían ofendidos- me recordó

Acepté luego de un rato tras admitir en mi interior que no podía ir a la clínica, ya que no sabría que hacer. Además si se estropeaba algo con la concesionaria Thomas no me lo perdonaría.

Un grupo fue en el carro de Thomas que era el más grande y otro grupo más pequeño fuimos en  un carro que había alquilado Gabriel me senté en el asiento del copiloto.

Mientras Gabriel conducía me sentí muy mareada, fijé la vista en la ventana. Sé que Gabriel estaba hablando con los señores que estaban ahí, pero no podía escucharlos me sentía muy fatigada, era una sensación similar a la de la mañana.

Cuando llegamos al restaurante al que habíamos ido para mi cumpleaños me sentía un poco mejor. Tenían preparada una gran mesa para todos nosotros. Pedí lo mismo que pidió Gabriel para comer, excepto el champagne, de verdad ya me sentía mareada como para beber algo de alcohol. Comí casi todo sin mucho ánimo, sentía mi frente fría.

-Bella estas muy pálida te sientes bien- preguntó Thomas junto a mí

- Estoy algo mareada- balbuceé- creo que debería ir a mi departamento-murmuré- no es nada- dije cuando sentí que Gabriel se acercaba a mí

- Bella ¿Cómo nada? esta es la tercera vez que te desmayas- protestó Gabriel muy preocupado

Con las fuerzas que pude me levanté de la mesa y me disculpé con los presentes, luego de decirles que era un placer tratar con ellos. Gabriel tambien se excusó y me acompañó hasta la puerta del restaurante sosteniendome por la cintura. La visión se me volvía algo borrosa.

-Bella esta muy fría –dijo Gabriel, aunque casi no podía oirlo

-Voy a estar bien- murmuré

Eso fue todo lo que recuerdo antes de que se me nublara por completo la vista de lejos podía oir el sonido de un celular sonar. Creo que era el mío

 

Cuando me desperté estaba en una habitación de paredes blancas y escuchaba el un pitido. Al alzar la mano pude notar que llevaba puesto un suero. El pitido era de una máquina junto a mi cama.

-Auch- me quejé mirando la aguja en mi mano

-Quedate quieta ya va a llegar el doctor y la enfermera- dijo Gabriel a mi lado, lo miré confundida- te desmayaste y te he traido al hospital- me explicó

Noté que me habían quitado el saco y habían desabrochado algunos botones de mi camisa. Tampoco llevaba zapatos.

-¿Por qué tengo un suero?- pregunté mirando mi mano- ¿qué tengo?

-Parece que tienes algo de anemia, el doctor dijo que eso te iba a ayudar a recuperarte, he buscado a Carlisle pero una enfermera me ha dicho que esta con un paciente- dijo mientras tomaba la mano que estaba libre, miró en dirección a mi pecho y tomó el relicario entre sus dedos- es muy bonito-murmuró- ¿puedo saber quien te lo ha regalado?-preguntó mientras lo examinaba

-Jacob, me lo dio como regalo de cumpleaños el día lunes- respondí mientras esperaba que llegue el doctor- ¿cómo puedo tener anemia?- me pregunté en voz baja  incrédula

-Es un lindo detalle- comentó con una sonrisa- tranquila, el doctor y la enfermera van a llegar en un momento, van a hacerte unos examenes

-¿Más agujas?-pregunté con los ojos abiertos como platos, el soltó una risita

-No veo otra forma en que puedan hacerte los examenes… ¿te asustan?-preguntó besando mi mano.

- Las detesto - respondí, entonces se abrió la puerta.

Un doctor de cabellos canos, algo excedido de peso y una enfermera de baja estatura morena.

-Hola Srta. Swam soy el Dr. Richardson- saludó el doctor- ¿Cómo se siente?-preguntó mientras revisaba el suero

-Mucho mejor-murmuré- ¿Cuándo me puede quitar el suero?-pregunté

-En cuanto se acabe, cuenteme que ha sentido estos últimos días- pidío amablemente mientras la enfermera preparaba un par de inyecciones en una mesa y abría un frasco de alcohol

-Bien- contesté mirando las agujas, Gabriel me miró enojado- bueno me he desmayado dos veces-reconocí

-Tres- me contradijo Gabriel

-Bien- murmuró mientras anotaba algo- ¿ha sentido alguna que otra molestia además de los desmayos?

-No nada más- murmuré considerando que el haberme sentido vieja y gorda no era una posible ser considerado como una molestia, al menos para el doctor ya que mi autoestima era aparte

-Bueno entonces le vamos a hacer unos examenes para descartar algun tipo de infección o estado, parece que tiene anemia pero…- empezó a decir cuando se acercó la enfermera para aplicarme un torniquete

Estoy segura que él doctor estaba hablandome sobre los examenes que iban a realizarme pero solo podía ver a la enfermera buscando mi vena para extraer sangre. Sentía que me iba a volver a desmayar, Gabriel giró mi rostro hacia él y me sonrió.

-No veas ¿ok?- pidió y asentí- Toma mi mano y piensa en cualquier cosa

Tome su mano y cuando sentí el pinchazo apreté muy fuerte sus dedos y cerré los ojos. Luego de un momento sentí otro pinchazo. El olor de la sangre me inundaba las fosas nasales y eso mezclado con alcohol era insoportable. Gabriel me dio un beso en la punta de la nariz.

-Ya se acabó- murmuró y abrí los ojos

Ya habían doblado mi brazo. Sonreí y miré al doctor.

-¿Cuándo van a estar los examenes?-pregunté

-El laboratorio debe haber cerrado a esta hora, pero podría venir el día de mañana temprano a retirar uno de los resultados, aunque otros examenes demoran veinticuatro horas…-murmuró luego

-¿Puedo pasar por ellos el lunes por la mañana?-pregunté, no me apetecía venir dos veces a la clínica solo por unos examenes

-Claro, yo voy a tener para entonces los examenes en mi consultorio, pero por ahora tiene que comprar estas vitaminas para evitar desmayos por si es alguna posible anemia. El lunes solo digale a las enfermeras mi nombre y la guiarán a mi consultorio

-Ok, entonces el lunes lo veo, muchas gracias- dije y volví a ver el suero- ¿Cuándo cree que se termine?- pregunté preocupada de que no me saquen nunca eso

-Tranquila Srta. Swam en unos treinta minutos debe haberse terminado entonces Nicole le retirará el suero

Estuve impaciente los siguientes quince minutos, aunque Gabriel intentaba distraerme contandome anecdotas de su niñez. Me hacía reir de rato en rato cuando recordé mi celular.

-Gabriel mi celular- dije buscando alrededor- Alice y Rosalie iban a llamarme, necesito ver mi celular ¿qué hora es?

-Tranquila lo he guardado en tu saco y son las seis de la tarde- dijo levantandose para darme el movil- toma alguien estuvo llamando cuando te desmayaste pero no pude contestar mientras conducía

Cogí mi celular y noté que tenía cinco llamadas perdidas de Alice y Rosalie. Remarqué el número de Alice y rogué porque contestara. Al segundo intento contestó.

-Hola Bella ¿Dónde has estado? te he estado llamando-empezó a decir en voz baja

-Es complicado de explicar, lo siento me desmayé y estoy en el hospital- murmuré rápidamente

-¿Te encuentras bien?-preguntó preocupada- ¿en qué hospital estas?

-Estoy en el mismo hospital donde trabaja Carlisle, pero no te preocupes parece que es algún tipo de anemia- murmuré- ahora tengo un suero y debe faltar poco para que se termine

-¿Estás aquí? Dame el número de tu habitación y voy para allá

Le dí el celular a Gabriel para que le diga en qué parte nos encontrabamos ya que no sabía en realidad si quiera en que piso estaba. Gabriel le indicó el número y el piso de la habitación. Luego de cinco minutos llegaron Rose y Alice. Saludaron a Gabriel y luego a mí

-Bella ¿Qué tienes?-preguntó Rose abrazandome, su vientre había crecido más

-El doctor cree que es anemia, me han sacado sangre-dije arugando la nariz-  el lunes debo venir a ver los resultados- explique rápidamente

-Debiste hacer llamar a mi papá- se quejo Alice- él pudo haber hecho que te den los resultados más rápìdo

-Cuando llegamos pregunté por el Dr. Cullen pero me dijeron que estaba con un paciente, entonces no han enviado al Dr. Richardson- explicó Gabriel mirando el reloj- vuelvo en un momento ya faltan cinco minutos para que te retiren el suero, voy a buscar a la enfermera

Salió de la habitación y nos quedamos solo las tres. Esperé que ellas empezaran a decirme lo que había sucedido.

-Si mi papá no pudo venir en ese momento era porque estaban con otros doctores discutiendo la situación de Heidy-murmuró Alice

-¿Qué tal salió la operación?-pregunté preocupada ya que los rostros de Alice y Rose lucían algo sombríos, tristes

Alice y Rosalie se miraron entre sí y luego me miraron a mí.

-El cancer se ha extendido Bella, ahora es inoperable –dijo Rose con la mirada triste

-¿Qué sucedera ahora? Va a seguir recibiendo la quimioterapia me imagino- murmuré

Alice tomó mi mano y negó. Sentí que me picaban los ojos, no la conocía bien y si era cierto que ella había lastimado a Edward, pero no podía odiarla.

-Está respirando artificialmente, los doctores no creen que pueda soportar mucho tiempo- susurró Alice- sé que ella y yo nunca fuimos amigas, pero tiene un hijo Bella un bebe de dos años- al final se le quebró la voz

-¿Cómo estan todos?-pregunté

-La mamá de Heidy no para de llorar, Thony tuvo que irse con mi mamá porque no creemos que deba ver así a su mamá y Edward esta mal, si no fuera por Tanya no creo que podría estar aun en pie- me contó Alice

-Él debe quererla mucho- murmuré

En ese momento llegó la enfermera para retirarme el suero. Alice y Gabriel me ayudaron a levantarme de la cama. Rosalie arregló un poco mi cabello y me puso el saco sobre los hombros.

-Bella es tarde no creo que puedas pasar por tu carro a la oficina, yo te llevo a tu departamento- ofreció Gabriel

-Si gracias pero quería acompañar a Alice y Rose a visitar a una persona que se encuentra en la clínica- me disculpé- puedo tomar un taxi luego

-No te preocupes Gabriel yo la llevo a su casa he traido mi carro- dijo Alice antes que Gabriel pudiera contradecirme- gracias por cuidar a nuestra amiga

-Bien, no te preocupes la cuido porque la quiero- contestó con una sonrisa, se acerco a darme un besito en los labios- te dejo en buenas manos…- dijo mirando a mis amigas-  te llamo mañana temprano, cuidate te quiero

Se despidió de Rose y de Alice con un beso y un abrazo. Cuando se marchó tomamos el elevador al piso trece.

Caminamos por el largo pasillo y pude ver ahí a Emmett con la mirando el suelo, no me gustaba verlo así, Jasper recostado en el asiento con la cabeza entre sus manos preocupado, una mujer rubia mayor con el rostro rojo y mojado por las lágrimas y por último ví a una chica de cabello rubio rojizo abrazando a Edward quien estaba sentado en una silla. Ella debía ser Tanya.

Saludé a Emmett y Jasper, luego llegó una chica rubia joven que Alice me presentó como Irina. Finalmente llegué donde estaba Edward, él elevó la mirada y me vio. No pude contener las lágrimas y se me quebró la voz.

-Lo siento mucho- murmuré

Él se levantó de su silla y me abrazó muy fuerte. Sentí como mi hombro se mojaba con sus lágrimas. Lo abracé sin decir nada más, no podía decirle que todo estaba bien, porque no sabría si era cierto. Solo podía ofrecerle mi apoyo.

-Gracias por estar aquí- dijo entre mi cabello

-Es lo menos que puedo hacer- contesté en voz baja

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Bueno de nuevo les agradesco sus votos y sus comentarios.

Besos y Abrazos

Sam

Capítulo 32: Complicaciones Capítulo 34: Propuesta

 
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