Opciones de vida (+18)

Autor: Sam15
Género: Romance
Fecha Creación: 22/07/2010
Fecha Actualización: 22/07/2010
Finalizado: SI
Votos: 37
Comentarios: 119
Visitas: 155185
Capítulos: 40

El había llegado, al menos eso era lo que me había dicho la encargada. No sabía lo que sentía y en estos días había sido tan feliz a lado de otro que no era precisamente mi prometido. Había perdonado ya todo el daño que me había hecho, a pesar de que sabía que había sufrido mucho no le daba ningun derecho a hacer lo que me hizo. Pero lo había perdonado por que ambos cometimos el error. Camine más deprisa en busca de lacabaña 23 y escuche unos ruidos extraños saliendo de la habitacion. ¿Me habría equivocado? Claro que no, la encargada me dijo que era la cabaña 23. Sin más abrí la puerta y los vi...

¿Vanessa?...dije en un susurro y ambos me vieron

Hola soy nueva aqui me llamo samantha y esto es algo que se le ha ocurrido a mi loca cabeza... espero que les guste. Los personajes son de Stephenie Meyer aunque he agregado algunos...

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Capítulo 29: Perdida en el calendario

Había estado sumergida en el trabajo dos semanas enteras, lo cual ayudaba bastante con respecto a la última conversación que sostuve con Edward. Logré terminar casi todas las campañas que tenía en mis manos para poder concentrarme solamente en la campaña de la concesionaria de vehículos deportivos.

Gabriel ha sido de gran ayuda en realidad, hemos estado tan centrados en el trabajo que a duras penas podía pensar en cualquier cosa. Él se había ganado el título de buen amigo y debido a que nos pasabamos organizando la campaña y todo lo que esta conllevaba. No teníamos tiempo para comer, así que pedíamos comida a domicilio.

Esa mañana en particular estaba terminando un informe para enviar a New York con nuestros progresos cuando sonó el teléfono.

-Dime Helen- dije poniendo el speaker del teléfono de mi oficina

Helen era mi asistente, una buena chica si me preguntan, pero era muy timida por lo cual  casi no hablabamos más de lo estrictamente necesario. Solo llevaba cinco meses en el puesto.

-La llama la Srta. Alice Cullen- me informó- ¿se la paso?-preguntó dudosa

Terminé de teclear algo y le contesté.

-Claro pasamela a la línea uno- pedí- gracias Helen- dije luego de un momento

-No hay de qué, ya se la comunico- dijo ella

Él teléfono comenzó a sonar y lo sostuve con mi hombro mientras terminaba de teclear.

-Hola Alice- saludé mientras mis dedos seguían paseandose por el teclado.

-Bella llevo días sin verte- se quejó mi amiga

-Ya lo sé- contesté apenada- pero recuerda que nos vimos el domingo-le recordé, el domingo ella y Jasper nos invitó a ver películas en su nuevo apartamento. No, Edward no fue.- la verdad es que estoy ahogada en trabajo- confesé, aliviada, ella guardó silencio

-¿Sabes que día es hoy?- preguntó ella algo enojada

-Hummm… ¿viernes?-pregunté confusa

-Si Bella Viernes- dijo ella enojada- pero recuerda la fecha- me apresuró

-Creo que estamos septiembre…-murmuré no muy convencida- ¿hay rebajas en el mall?- pregunté para asegurarme

Escuché un bufído y alguien pateó la puerta de mi oficina, llamando mi atención. Detrás de la puerta estaba una Alice Cullen  con una gran sonrisa y un pastel entre sus manos. Colgué el teléfono.

-¿Asaltaste una dulcería?-pregunté levantandome de mi silla, ella puso los ojos en blanco

-¡Feliz Cumpleaños Bella!-chilló ella

Detrás de ella entraron Jasper, Emmett, Rose y Esme. Pasé una mano entre mis cabellos, estaba absorta. De verdad me había olvidado de  mi cumpleaños. Bueno no es que sea mi epoca favorita del año, pero casi nunca me había olvidado de el. Mis amigos se acercaron a mí con una gran sonrisa. Intenté devolverselas.

-¡Feliz cumpleaños!- aulló Emmett dandome un abrazote haciendome girar en el aire, me entregó una bolsa grande de colores brillantes

-Emmett te lo agradesco, pero no debiste gastar nada-dije en su pecho- Eh…no respiro- le recordé y me bajó al suelo

-¡Feliz Cumpleaños amiga!- gritó Rose detrás de su esposo dandome un abrazo y llenandome de besos- veintiseis añitos- canturreó ella cuando me soltó y me entregó una bolsa con un gran ponpón

-Shhhh- le pedí- digamos veinticuatro ¿si?- aconsejé y ella soltó una risita

Luego vino Esme y Jasper respectivamente a abrazarme y felicitarme. Esme me dio una pequeña caja envuelta con un moño y una tarjeta de Carlisle que no había podido venir porque tenía guardia en el hospital. Jasper me entregó una caja de regalo pequeña con un moño.

-¡Sopla las velas!-pidió Alice acercandome el pastel

Era una torta de vainilla y chocolate, era algo pequeña y estaba decorada con frutillas y cerezas. En medio de ella estaba una vela en forma de signo de interrogación. Buen detalle, pensé. La soplé y todos aplaudieron.

-Lo siento, Bella no sabía que tenías compañía- se disculpó Gabriel entrando por la puerta con algunas carpetas- solo vine a traerte estos informes

Alice, Rosalie y Esme tenían sus bocas abiertas formando una “O”. Genial. Ellas habían reconocido a Gabriel con una simple vista. Emmett y Jasper intercambiaron una mirada llena de dudas.

-Les presento a Gabriel Stewart- les dije con una sonrisa- él es un publicista de New York y estoy trabajando con él para una campaña publicitaria

-Mucho gusto- se presentó él con Emmett y Jasper- un placer volver a verlas señoras- saludó él a Esme, Rose y Alice.

Tuve que explicarles a todos lo que Gabriel ya me había contado anteriormente. Élmismo incluso terminó de explicarles todo.

-¿Así que tu familia es dueña del spa?- exclamó Alice encantada- debe ser increíble

Él se encogió de hombros.

-Tiene sus ventajas, pero saben que cuando quieran puedo otorgarles un pase de cortesía- ofreció él y los ojos de todas las mujeres en esa oficina brillaron.

Hubiese hecho lo mismo que ellas pero él ya me lo había ofrecido anteriormente. Me reí de las expresiones de ellas. Era como cuando un bebe vé por primera vez a Papá Noel.

-Eres sencillamente encantador- murmuró Alice y al parecer todas estuvieron de acuerdo con excepción de  Jasper y Emmett.

Emmett y Jasper querian comerselo vivo a Gabriel con sus miradas, a diferencia de nosotras que lo mirabamos con una  gran sonrisa. Alice tenía razón él era encantador.

-Pero disculpen la interrupción- dijó el de repente viendo la torta- ¿se puede saber que celebran?-preguntó con una sonrisa

-No, no se puede saber- murmuró Jasper, Alice le sacó la lengua

-Es el cumpleaños de Bella- le explicó Rosalie

Gabriel me miró con sorpresa. Parecía algo ofendido por que yo haya omitido esa información. Le dirigí una sonrisa de disculpas.

-Ella no me ha comentado nada- dijo el mirando a mis amigos y luego a mí- me siento ofendido Bella, llevamos trabajando dos semanas y no me lo has contado

-Lo siento- me disculpé- la verdad he estado metida en tanto trabajo que ni siquiera sabía que hoy era mi cumpleaños-confesé

-¿Has olvidado tu cumpleaños?-preguntó incrédulo- pero qué mal…-miró su reloj- pero dejame compensarte-suplicó

-No es necesario- le hice saber- en realidad apreciaría que no me obsequies nada-pedí con una sonrisa

Él bufó y puso los ojos en blanco.

-Tonterías- luego miró a mis amigos- ¿Qué tal si los invito a todos a comer? Ya casi es la hora del almuerzo y sé de un sitio buenísimo, además deberíamos dejar de comer a domicilio Bella- se quejó él y negué- Vamos solo por hoy-pidió

-No sé que planes tengan ellos- dije saliendome por la tanjente

Los miré esperando que me digan que ibamos a otro lado o que tenían planes. Pero lo que pasó fue esto:

-Oh, ningún plan-canturreó Alice

Estoy segura que Jasper estuvo a punto de hablar pero juro que ví a Alice pisar uno de sus pies con el tacón de su zapato. Rosalie le dirigió una sonrisa a Emmett y este tuvo que aceptar. Miré a Esme, mi última esperanza. Ella debía ser más conciente que él resto.

-Así que- empezó a decir Esme- ¿A dónde vamos?-preguntó

Me quedé con la boca abierta. Solo me faltaba caerme de espaldas en un ¡Plop! .

Pero no, me animé a sonreírles a Gabriel y a mis amigos. Eso se llamaba motín, estaba muy segura.

-Súper- murmuré frente a todos los presentes con mi mejor sonrisa

Gabriel habló con Thomas para que nos excuse un par de horas. Para mi desgracia nos dio el día libre – para mi desgracia porque estaría temprano en casa, así que quizas deba subir las escaleras lentamente para tomarme mi tiempo-, me deseó que me vaya muy bien y me felicitó por mis… sí, veintiseis años. Le dí un pedazo de torta que Alice sacó ,no sé cómo y me despedí de él.

Todos habían venido en el jeep de Emmett, así que debíamos distribuirnos. Entre su carro, el mío y el de Gabriel. Estabamos en eso cuando Gabriel habló:

-Lo siento-dijo con pena- no he traído el día de hoy mi vehículo- se excusó- supongo que tendré que ir en tu auto Bella… claro, si no te molesta- lo último lo dijo con una sonrisa

Me pregunté si en verdad él había olvidado su automovil o era para que yo lo lleve, tal como había mencionado hace unas semanas atrás. Me encogí de hombros.

-Claro, no hay problema- murmuré con una pequeña sonrisa

Esme, Jasper, Rosalie y Emmett iban en el jeep; mientras Alice –junto a la torta que había vuelto a empacar-, Gabriel y yo ibamos en mi volswagen. Emmett nos iba a seguir en el jeep mientras Gabriel me explicaba cómo llegar al restaurante.

-¿Qué le pasó a tu auto?-pregunté a Gabriel cuando estuvimos dentro del auto y ponía en marcha mi vehículo.

Él evitó una sonrisa y luego me miró raro.

-Se le ha dañado el tubo de escape- dijo luego de un rato

-¡Que mal! - murmuró Alice - Si quieres te doy la tarjeta de mi mecánico- ofreció ella

- No te preocupes, ya lo llevé a uno que me recomendaron esta mañana- explicó él con una sonrisa

- Saben ¿Qué es curioso?- pregunté a ambos cuando salímos del estacionamiento, ambos se encogieron de hombros- acabo de ver un automovil idéntico al tuyo en el estacionamiento- comenté encogiendome de hombros.

El rostro de Gabriel lució de un tono rojo en un momento y luego me sonrió. Le devolví la mirada y Alice nos miró muy extraño.

-Casualidades- murmuró él luego de un rato y empezó a examinarme- Tu conjunto de ropa es muy bonito- dijo él con una gran sonrisa

Miré mi atuendo y le sonreí. Llevaba puesta una blusa mangas largas de una tela azul manino algo transparente, me sonrojé no me había fijado de esto en la mañana, por suerte mi brasier era lo bastante grueso de color negro y combinaba con  una falda caqui que llegaba sobre mis rodillas, era ajustada. Mis zapatos eran cerrados pero con un taco alto, del mismo tono de la blusa.

-Eso es obra mía- canturreó Alice.

Seguí las instrucciones de Gabriel, mientras él hablaba animadamente con mi amiga que se ubicaba en el asiento trasero. Estaban hablando de tanto que me perdí en su conversación decidí fijar mi vista en la carretera.

Llegamos a un restaurante ubicado en el centro de la ciudad. Había más restaurantes alrededor y se veía a la gente entrar y salir. Pero curiosamente el restaurante más grande que era en el que habíamos aparcado se veía solitario, con las paredes blancas y sus ventanas teñidas de un café obscuro. En la entrada estaba un señor en smoking junto a dos guardias. A ese sitio no se podía entrar sin reservación y nosotros no habíamos hecho ninguna.

Gabriel bajó del automovil seguido de Alice. Me bajé un poco apenada estaba segura que no entraríamos.

-Gabriel-lo llamé cuando estuve junto a él

-Dime Bella- dijo él con una gran sonrisa

El señor con smoking y los guardias nos miraban. Les sonreí nerviosamente y dirigí mi mirada hacia Gabriel.

-Estoy segura de que este restaurante – dije recalcando la palabra restaurante- parece demasiado caro y no creo que nos dejen entrar sin reservación-murmuré preocupada

Él se rió y se encogió de hombros. Para ese entonces Emmett ya había estacionado su jeep y el resto de mis amigos se unian con nosotros.

-¿Algún problema?-preguntó Emmett cuando estuvo cerca de nosotros

-Ninguno- respondió Gabriel con una sonrisa y se dirigió a la puerta.

-Buenas tardes Señor ¿en qué puedo servirle?-preguntó el señor con smoking

-Buenas tardes-respondió Gabriel con una sonrisa- necesito una mesa para siete personas- dijo cortésmente

-Me encantaría servirle señor…-respondió el hombre- digame a nombre de quien está su reservación- solicitó revisando una hoja

Miré a Gabriel con una sonrisa, para que entienda que no era necesario y que no importaba si no teníamos reservación, pareció no entenderme. Puse una mano en su brazo y el atrapó mi mano con la suya. Negó levemente.

-Soy Gabriel Stewart- dijo él y el hombrecillo empezói a leer en las hojas que tenía entre sus manos- no tengo reservación-confesó Gabriel y él hombre lució disgustado- pero soy hijo de Jhon Stewart, puede preguntar por él al gerente 

Los ojos del hombre casi se salieron de sus cuencas, le dirigió una gran sonrisa a Gabriel y luego a nosotros. Nos abrió la puerta del restaurante rápidamente. Parecía nervioso.

-Disculpe señor, solo me lo hubiese dicho y no lo habría hecho pasar su valioso tiempo- se disculpaba el hombre- dejeme buscarle nuestra mejor mesa- dijo él entusiasmado

- Descuide, no ha pasado nada-murmuró Gabriel- si pudiera conseguirme una mesa con vista a la ventana sería maravilloso- le comentó y él hombre desapareció por un momento.

En menos de un minuto el hombre se acercó a nosotros junto con un par de meseros nos guiaron a una mesa grande que estaba junto a uno de los ventanales. Nos retiraron las sillas para que podamos sentarnos. Nos dejaron una botella de champagne en hielo, cerca de la mesa.

Todos mis amigos me veían con los ojos abiertos, primero a él y luego a mí. Me encogí de hombros, yo tampoco tenía ni la más remota idea de lo que ocurría.

-Que influyente- murmuré sorprendida, él me sonrió- no sabía que eras tan importante

-No soy influyente- comentó él hacia nosotros, lo miré incrédula- En realidad es una tontería- dijo encogiendose de hombros- mi padre compró unas acciones en este restaurante hace un par de años, tenemos cuenta ilimitada como socios y ya que nunca había venido creí que era una gran oportunidad, es la primera vez que vengo-confesó mientras abría el champagne

-Eso es interesante-comenté más para mí que para él, todos asintieron

-¡Claro que sí!-dijo Alice asombrada- Un Spa, un restaurante… Es increíble y no me malinterpretes pero  ¿qué más ocultas? ¿Acaso posees un equipo de fútbol? –preguntó incredula

Todos reímos menos Gabriel. Tragué compulsivamente. Ok, él era la primera persona que poseía un equipo de fútbol, lo miré con la boca abierta, estaba segura que mi expresión se pareció a la del resto. Me aclaré la garganta.

-Ok, no es un equipo de fúbol-dijo el apenado- es algo así como un equipo de baseball… mi papá es un gran fanático de ese grupo y bueno…es algo impulsivo- sus mejillas estaban sonrosadas

-¿Qué equipo es?-preguntó Emmett del otro lado de la mesa, por primera vez lo ví interesado en entablar una conversación con Gabriel

Resultó ser que el padre de Gabriel, era el dueño del equipo favorito de Emmett y Jasper. Después de mencionar que tenía entradas gratis y un palco grande a disposición nuestra si quisieramos ir a los partidos, Gabriel se convirtió de “un tipo arrogante” a “un gran tipo” al menos para los hombres presentes.

- Mi querido Gabriel ¿sabías que el equipo juega el domingo?-preguntó Emmett con una amplia sonrisa

-Claro, de hecho ya me enviaron las entradas- contestó Gabriel casi sin prestarle atención mientras estudiaba el menú. Pobre Gabriel ni si quiera se había fijado en la sonrisa de Emmett, quien obviamente quería algo.

-Es uno de los últimos partidos de la temporada y Jasper y yo no hemos conseguido entradas, es una pena va a ser un gran partido- comentó Emmett con fingida pena

-Por eso se pasó llorando el domingo pasado- murmuró Rose  entre dientes.

Su esposo la miró enojado y ella le sacó la lengua. Ahogué una risita, pero atraje la atención de Gabriel quien por primera vez se fijó de que iba la situación.

- Si quieren pueden venir conmigo al partido el domingo-dijo encogiendose de hombros- pensaba ir solo, pero en grupo sería incluso más divertido.

SI Gabriel era hasta ese momento “un gran tipo” para Emmett y Jasper, luego de eso se convirtió en lo mejor que les pasó ese día. Gabriel aclaró que la invitación era para todos nosotros. Nos dio libertad de invitar a quién queramos, ya que tenía al menos unas veinte entradas. Estuve segura de que Esme se iba a asegurar que Carlisle fuera. ¿por qué? Bien porque Carlisle Cullen era incluso aún más fan de ese equipo que sus propios hijos.

-¿Crees que podamos hablar con los jugadores?-preguntó Jasper emocionado

-Por supuesto, si quieren luego del partido podemos ir a una fiesta que organizan para el equipo- propuso Gabriel

Eso fue más emoción que la que Emmett pudo soportar, estaba con el rostro rojo de la emoción y con una sonrisa realmente enorme en su rostro. Ví una lagrima correr por su mejilla.

-¿Estas llorando?-pregunté en voz baja, no muy segura de si estaba viendo bien

-Si-confesó él con la voz quebrada- es que… ¡Es tan emocionante!- chillo de alegría- ¡Eres de lo mejor!- dijo Emmett a Gabriel emocionado

Rosalie atrajo a su esposo a su hombro para tranquilizarlo. Gabriel me miró enarcando una ceja, le sonreí timidamente y me encogí de hombros. Luego miró a Rosalie.

 -Hombres-murmuró ella en respuesta

Luego de ese desequilibrio emocional de parte de Emmett. Ordenamos la comida. Rosalie se deleitó con algunos platos que se le antojaron. El resto de nosotros pedímos algo más sencillo. Gabriel pidió a un mesero que termine de repartir la torta que mis amigos me habían comprado y luego de volver a cantarme el cumpleaños feliz, nos comimos la torta de postre.

-Está muy buena la torta- murmuré comiendome un segundo pedazo

-Que bien que te gusto- dijo Rosalie con una sonrisa- porqué ha sido lo que más has comido, la comida apenas y la tocaste

Les sonreí apenada sobre todo a Gabriel que nos había invitado a comer.

Pero la verdad es que luego de tener la comida en frente mío mi apetito desapareció y la torta me habría resultado tan apetitosa de repente que tuve que repetir la porción.

-No tenía mucha hambre- murmuré mientras me zampaba el último pedazo de torta

-Pues sí que estás rara-murmuró Emmett- te has comido en menos de dos minutos dos pedazos grandes de torta y dices que no tenías hambre- luego de eso soltó una risa

-Probablemente-reconocí luego de un rato, me tomé un vaso de jugo de naranja ya que no quise champagne, ya que no me llevo muy bien con el licor

Estaba viendo mi agenda despejada para el domingo cuando recordé que ese día ya tenía planes.

-Saben creo que no voy a poder ir el domingo al juego- confesé despues de un rato

-¿Por qué?-preguntó decepcionado Gabriel

-¿Tienes planes?-preguntó Esme en seguida

-La verdad es que mi cocina esta que dá lastima, la nevera está vacía a no ser por dos litros de leche y no tengo nada en la despensa más que palomitas de maíz, sobres de té de manzanilla y media caja de cereales- reconocí- iría hoy pero si Thomas me dio el día libre se me va a acumular el trabajo el lunes y quiero adelantar algo entre hoy y mañana

Los cereales y la leche los compré obligatoriamente para desayunar algo en una tienda cercana, y para poder comer algo antes de dormir. No se me había antojado ir al supermercado y necesitaba comer cosas más sanas que cereal con leche todos los días.

-¿Hace cuanto no vas al supermercado?-preguntó Jasper

-La última vez…fue una semana antes del viaje a Hawaii- confesé luego de sacar cuentas.

Todos me miraron incrédulos. Les sonreí con pena.

-Con razon has estado enferma- me retó Rose- necesitas comer mejor Bella, así no puedes ni trabajar

Iba a contraatacar cuando una voz me interrumpió.

-Tu amiga tiene razón- soltó Gabriel- además desde que llegué solo hemos comido comida a domicilio y no tengo nada en contra de la comida china o de la comida frita pero necesitas alimentarte mejor- su discurso fue bastante certero, me obligué a sonreírles solo se preocupaban por mí.

-¿Cómo pensabas pagar en el supermercado?-preguntó Rosalie mientras picaba su último pedazo de torta

- Con la tarjeta- le expliqué- sabes que no cobro hasta fin de mes

-Bueno dame tu tarjeta yo tengo que ir al supermercado tambien esta tarde- dijo extendiendo su mano frente a mí- yo tengo una copia de tus llaves, te dejo las compras en el departamento ¿ok?

Su expresión no era algo a lo cual yo quisiera enfrentarme, le dí la tarjeta de crédito sin rechistar. Asentí hacia mi amiga y le dirigí una sonrisa.

-¿Entonces si nos acompañas al juego?-preguntó Gabriel

-Claro, ya me ha quedado libre la agenda- contesté con una sonrisa- pero mejor me voy a la oficina a adelantar algo detrabajo, no me apetece trabajar mañana sábado

-Entonces supongo que nos tenemos que dirigir a la oficina- murmuró Gabriel

-Claro si quieres te paso dejando por tu departamento- ofrecí apenada de estropear su tarde libre

Él me sonrió y negó. ¿Cómo hacía para sonreir siempre? No importa cuantas veces lo vea o yo cometa alguna imprudencia en su presencia, él siempre sonreía y nunca era una sonrisa forzada, era una sonrisa de alegría.  Era lo más cercano a un modelo de dentífrico, me reí del sobrenombre que le daba mi cabeza. Sr. Sonrisa.

Me despedí de mis amigos y quedé de encontrarme con ellos el día domingo para el partido. Pasé dejando a Alice en su boutique y luego me dirigí con Gabriel a la oficina.

Helen y Thomas parecieron asombrados de verme, al parecer ni siquiera se esperaban verme hasta el día lunes, pero les expliqué que quería adelantar algo de trabajo. En la tarde recibí tres llamadas más de felicitaciones en el celular, de Renné, Charlie y Jacob.

Terminamos de adelantar algo de trabajo, al menos el suficiente para que no me ahogue de este el lunes. Ibamos conversando al estacionamiento cuando recordé que él me había dicho que no había traído su carro.

-Supongo que ya puedes buscar tu carro- insinué con una sonrisa para que sepa que lo había pillado.

Él me miró con media sonrisa, parecía confundido. Ah, no, él no iba a seguir con ese jueguito luego de que lo había pillado. Yo misma ví su carro en el estacionamiento en la tarde. Empecé a buscar el BMW rojo y al final lo encontré.

-Ahí está tu carro- dije señalando el vehículo

Me sentí tonta, su sonrisa se extendió aún más estuve a punto de decirle que deje de jugar, cuando una chica pelirroja que trabaja en finanzas se subió al auto, lo encendió y se marchó. Si antes me sentía tonta ahora  me sentía más tonta.

-Hummm… no es tu carro- murmuré y él soltó una carcajada, me sonrojé- disculpa no sabía…- empecé a decir y el me interrumpió

 -No está bien- dijo de repente- yo te advertí de una situación así…fue mi falla-admitió riendo

-¿Te llevo?-pregunté señalando mi auto, él asintió

Nos subimos a mi auto y conduje fuera del estacionamiento. Me encaminé en la calle principal sin saber bien hacia donde dirigirme. Nunca le había preguntado a Gabriel donde vivía.

-¿Dónde vives?-preguntó él tomando la pregunta que yo iba a hacerle

-Un edificio en el centro de la ciudad, es pequeño pero tu sabes lo necesario para una persona ¿Y tú?-pregunté con la vista fija en el semaforo que estaba por cambiar a rojo.

-En un edificio al norte de la ciudad, creo que te va a quedar muy lejos-murmuró- mejor ¿me podrías hacer un favor?

-Claro, dime- dije confundida

-Mejor llevame a tu departamento y ahí pido un taxi, es demasiado tarde para que conduzcas sola en la noche- pidió seriamente

Estuve por contradecirlo pero su expresión era seria. Acepté y le dirigí una pequeña sonrisa, en respuesta regreso con esa sonrisa suya que casi nunca desparece.

-¿Cómo lo haces?-pregunté cuando estabamos ya fuera de mi departamento

-¿Hago qué?-preguntó confundido enarcando una ceja

Me encogí de hombros y empecé a revisar mi bolso en busca de la llave de mi departamento. Cuando la encontré abrí la puerta rápidamente, prendí la luz y le hice un gesto para que entre.

-¿Cómo hago que cosa?-volvió a preguntar con su sonrisa

-Tu sabes…-empecé a explicarle moviendo mis manos- soreir y parecer feliz todo el tiempo, yo no podría lo juro- dije y él amplió su sonrisa- ¿quieres algo de beber?-pregunté por cortesía

-Agua- dijo firmemente y empezó a estudiar el departamento- ¿Dónde está el teléfono?-preguntó y le enseñe la mesita junto al sofá.

Me dirigí a la cocina y noté que lucía distinta.  Había un cesto de frutas en el mesón de la cocina, al lado estaba mi tarjeta de crédito, eso era común, lo que no era que estuviera lleno el cesto. Cogí una manzana roja que se veía increíblemente dulce. Abrí la nevera y la despensa, estaban totalmente llenas, me serví un vaso de yogurt de vainilla que estaba en la nevera y le serví el vaso de agua a Gabriel con dos cubos de hielo. Me pregunté cuanto se abría gastado Rose en esto con mi tarjeta de crédito.

-¿Estás seguro que no quieres nada?-pregunte a Gabriel en voz alta desde la cocina

-No- dijo él luego de un rato- solo el vaso con agua ¿vas a hacer algo mañana?-preguntó

-No, creo que nada… ¿por qué?-pregunté mientras terminaba de revisar lo que Rose me compró.

-Me preguntaba si mañana te gustaría salir conmigo a pasear por el parque, sabes que no tengo nada que hacer y no conozco a nadie aquí- me explicó

-Claro- dije emocionada de no tener que quedarme en el departamento sola todo el día- ¿entonces me visto deportiva?-pregunté mientras pensaba que debía revisar  mi armario para saber que llevar

-Sí- dijo él emocionado

Llevé unas servilletas conmigo y maniobré con mi vaso de yogurt, su vaso de agua y mi manzana.

-¿Ya llamaste al taxi?-pregunté cuando llegué a la sala

-Si- dijo él con una sonrisa tomando el vaso con agua de mis manos- creo que te han dejado algo- murmuró un poco serio.

Ví en la mesa del centro de sala y ahí estaba un arreglo pequeño de rosas rojas. Era muy bonito empecé a buscar la tarjeta y la encontré sin firma solo decía:

“Feliz Cumpleaños Bella”

Al lado de la tarjeta había una hoja arrancada  de mi bloc de notas, era la letra de Rose.

“Bella cuando llegamos al departamento encontramos el ramo frente a la puerta, no tiene firma así que no sabemos de quien es. Le he puesto agua a las flores y las he dejado aquí porque creo que se ven bonitas en esta mesa. Ya guardé las compras y de verdad tu cocina daba pena. Alimentate bien. Saludos.

Rose y Emmett.

Pd: Si sabes quien te mandó el arreglo hasme saber, me muero de curiosidad”

-Están muy bonitas- murmuré viendo el arreglo

-Tienes un admirador secreto-comentó Gabriel serio, lo miré y solté una risita. No me imaginaba yo con un admirador secreto.

-Quizas se olvidaron de poner el nombre- dije encogiendome de hombros-  tuvo que ser uno de mis amigos…

-No- dijo tajantemente- rosas rojas son amor, pasión, atracción….solo cuando alguien te interesa envias rosas rojas es una regla… ok se me tuvo que  ocurrir- murmuró más para sí

-¿De qué hablas?-pregunté confundida

-Cualquier persona se podría sentir feliz de estar a tu lado- dijo de repente- me has preguntado ¿por qué siempre sonrio? La respuesta es que no siempre sonrió, sonrió cuando estoy feliz y cuando estoy contigo soy feliz Bella

Sentí como si me tiraran un balde de agua fría. Lo miré algo confusa e iba a decir algo cuando el puso un dedo en mis labios para que no hablara. Su rostro estaba cercano al mío y podía sentir nuestras respiraciones mezclandose. Seacercó aún más y luego de eso me besó.

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Bueno espero que les guste y no quieran matarme por meter a Gabriel en la historia.....

Besos. Comentes y sigan votando.

Sam

Capítulo 28: De regreso a la ciudad Capítulo 30: Oportunidad

 
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