Opciones de vida (+18)

Autor: Sam15
Género: Romance
Fecha Creación: 22/07/2010
Fecha Actualización: 22/07/2010
Finalizado: SI
Votos: 37
Comentarios: 119
Visitas: 155169
Capítulos: 40

El había llegado, al menos eso era lo que me había dicho la encargada. No sabía lo que sentía y en estos días había sido tan feliz a lado de otro que no era precisamente mi prometido. Había perdonado ya todo el daño que me había hecho, a pesar de que sabía que había sufrido mucho no le daba ningun derecho a hacer lo que me hizo. Pero lo había perdonado por que ambos cometimos el error. Camine más deprisa en busca de lacabaña 23 y escuche unos ruidos extraños saliendo de la habitacion. ¿Me habría equivocado? Claro que no, la encargada me dijo que era la cabaña 23. Sin más abrí la puerta y los vi...

¿Vanessa?...dije en un susurro y ambos me vieron

Hola soy nueva aqui me llamo samantha y esto es algo que se le ha ocurrido a mi loca cabeza... espero que les guste. Los personajes son de Stephenie Meyer aunque he agregado algunos...

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Capítulo 18: Sol, mar, arena y ¿que mas?...tú

Hola!!! gracias por su comprensión...si mis hermanos están mejor pero aún deben tener yeso dos semanas más y ya debieron empezar clases esta semana y no han podido ir y me ha tocado estar escusandolos en las clases, recogiendo mis libros porque esta semana al fin inicio mis clases!!!! estoy emocionada!!!y la compañia de cable que es la misma del internet vino esta semana y se ha dañado algún cable y hay que hacer una carta de reclamo pero con el que firmó el contrato osea mi querido padre que aún no regresa a la ciudad... osea aún no tengo internet

Entonces tengo clases hasta tarde porque mi carrera es tegnológica y empiezan tarde las clases...pero los sabados tengo clases hasta la tarde y puedo subir los caps desde aqui de la u... bueno besos y espero que les gusten estos dos caps!!!

COMENTEN Y VOTEN!!! BESOS Y GRACIAS POR TODO!!! BYE

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-Así que ¿cuál es el plan de hoy?- pregunté mientras comía mi ensalada de frutas

Rosalie intercambio una mirada significativa con Emmett, luego nos miraron a Edward  y a mí. No entendía cual era el problema, en estas dos semanas eran ellos los que organizaban lo que ibamos a hacer.

-¿Algún problema?- preguntó Edward tomando un sorbo de café

Rosalie nos miró con gesto de disculpas y nos sonrió.

-Yo…-empezó a decir pero luego vio a Emmett- nosotros- corrigió moviendo sus manos- esperabamos que ustedes puedan inventarse juntos un plan para ustedes hoy- Edward y yo nos miramos y  no comprendimos nada- ayer por la noche Emmett fue  a buscarme para salir a pasear y como no había nadie en la cabaña- comentó haciendo sonrojar, miré a Edward de reojo él me miró y luego bajó la mirada- bueno ayer pasamos por la recepción y nos enteramos que el complejo cumple cuarenta años de aniversario dentro de semanas… justo para la semana en la que viene Alice

-No los entiendo…- dijo Edward

-Yo tampoco entiendo…-admití- ¿qué tiene que ver eso con nosotros?-pregunté

-Ellos hacen eventos antes del aniversario- explicó Emmett- hoy tienen un paseo para parejas por las islas y nosotros nos anotamos, es por eso que no vamos a estar hoy todo el día con ustedes…

-Oh- murmuré

-Pero por la noche hay una fiesta en la playa y en esa si vamos a estar juntos- agregó Rose- ¿se apuntan?- preguntó mordiendose el labio inferior- no están molestos ¿verdad?-preguntó preocupada

-No, diviertanse-dijimos Edward y yo al mismo tiempo ocasionando las carcajadas de Emmett y mi sonrojo.

Era justo que ellos pasen algo de tiempo los dos juntos divirtiendose, ya que ese era el plan principal de las vacaciones. Casi todos los días de estas dos semanas habíamos estado de un lado a otro por los planes de la boda, las clases de baile, el smoking de Emmett y las clases pre-matrimoniales de los viernes.

 Gracias a Dios Edward y yo solo tuvimos que llenar un formulario. Hablabamos de cualquier cosa  mientras ellos estaban charlando con el sacerdote. De vez en cuando se escuchaba una que otra maldición de Emmett, golpes y a Rosalie mandando a callar a Emmett. Al final el sacerdote salia con unos papeles entre sus manos temblorosas, pálido y evitando contacto visual con Emmett; Rosalie lucía apenada y Emmett salió con una gran sonrisa.

Cuando Edward le preguntó a su hermano que era lo que le había hecho al sacerdote este se encogió de hombros y dijo que era un viejito agradable. Rosalie por su parte juró que nunca olvidaría lo que sucedió en ese despacho y que prefería reservarse sus comentarios.

Estaba preparandome para una maratón de películas por cable, ya que no me apetecía salir sola. Daría una vista deprimente verme deambulando sola de un lado a otro sin nadie, además probablemente Edward debía de haber planeado algo para divertirse, todas las noches nos encontrabamos en la playa para admirar el paisaje.Conversabamos de muchas cosas y en verdad creo que estaba comenzando a conocerlo. Y me gustaba lo que conocía.

La siguiente semana más de lo mismo, la prueba del traje de Emmett, algunos  ajustes, la prueba de la torta, vimos ya algunos de los adornos para la boda. La selección del bouquet de Rose, la música,  los manteles, sumado a más clases de baile y la elección del menú para el buffett. Sin contar las videos conferencias con Alice, lasn charlas con Edward y los antojos cada vez más exagerados de Rose.

Dos semanas metidos de cabeza en lo que se trataba de la boda y aunque tratabamos de sacar algo de tiempo para divertirnos no podíamos hacer gran cosa, por lo que resultaba justo que Emmett y Rose quisieran escaparse para pasar tiempo juntos. Solo faltaba una semana más para que Alice llegara, ya luego de eso en una semana más era la boda. De ahí vendrían los arreglos para mi propia boda, lo cual me resultaba deprimente.

 Ya me había sentado en la cama cuando se escuchó que alguien tocaba la puerta. Probablemente eran de la recepción pensé y cuando abrí lo ví ahí sonriendome recargado en la puerta. Llevaba una camisa negra manga corta con los tres primeros botones desabrochados y una bermuda abana.

-Hola-musitó- creí que no tenías planes para este día y la verdad es que es un día precioso. Se me ocurrieron algunas ideas pero no me apetece ir solo ¿quieres acompañarme?

Me mordí el labio inferior dudosa.

-¿Qué es lo que vamos a hacer exactamente?-pregunté curiosa

El se encogió de hombros y negó con la cabeza.

-Eso es sorpresa- dijo intentando mantener la risa- ¿vienes?

-Debo saberlo para tener una idea de que llevar puesto.

Él lo consideró un minuto.

-¿Alice te ha empacado algún short y ropa de baño?-preguntó dudoso

Lo hice pasar a la cabaña mientras buscaba algo entre lo que me había empacado Alice, habían muchos vestidos de playa que era lo que me estaba acostumbrando a ponerme últimamente, pero yo había visto otras prendas cuando desempaqué. Al final encontré unos shorts de tela jean muy pequeños que daban pena mirarlos.

-No creo que esto cuente como short- le dije enseñandole la pequeña prenda, él abrió los ojos al verla y luego se aclaró la garganta.

-Creo que te quedaría bien para lo que tengo planeado, además donde te voy a llevar va a ser complicado ir con vestido- me explicó- creo que debes llevar puesto por debajo el traje de baño- me aconsejó ya  que donde ibamos no podría cambiarme comodamente.

Luego de ver entre la lencería que me había mandado Alice si encontraba algún traje de baño, encontré un bikini deportivo azul oscuro y algo que debería estar prohibido a la venta en un tono rojo vino. Esperando que Edward no haya visto ese conjunto, tomé el azul, el short y una camisa olgada del mismo tono del bikini.

-Me voy a cambiar y ya salgo- le dije entrando al baño.

Me vestí rápidamente sin pensarlo mucho, me puse el traje de baño y me vestí. Acomodé mi cabello suelto y me puse unas zandalias bajas de playa. Usé un lipstick rosado palido que Rose me había regalado y me puse las gafas que Alice me había comprado.

En un bolso de playa guardé algo de ropa interior para luego cambiarme, una toalla grande, bloqueador solar y una camisa parecida a la que llevaba puesta pero de color púrpura.

-Lista- dije saliendo del baño- vamonos

Él tomó mi mano y salímos de la cabaña para dirigirnos a la recepción. Edward se dirigió a la caja y empezó a hablar con la recepcionista quien tecleaba algo en la computadora, luego de un rato le hizo firmar un papel y le entregó un juego de llaves.

-Alquilaste un auto- afirmé- entonces vamos a salir- concluí

Él me miró, negó levemente y se sonrió. Tomo mi mano y salimos de la recepción.

-Si vamos a salir, pero no he alquilado un auto- me dijo mientras caminabamos hacia la playa, empecé a preguntar que sería lo que él había alquilado- no intentes adivinarlo Bella me vas a arruinar la sorpresa- pidió mientras nos dirigíamos a los muelles

El muelle estaba vacío no habían botes, solo habían dos motocicletas acuaticas. Eso siginicaba que ibamos a montar esas cosas, recuerdo que al intentar montar una moto en el suelo firme me rompí la cabeza y me costaron algunos puntos. Yo se lo había contado hace dos noches, acaso ¿no le quedó claro que me podía matar en esos aparatos?

-Edward no creo...-empecé a decir pero un señor me interrumpio.

-Sr Cullen lo que ordenó se encuentra listo- anunció un señor de cabellos canos vestido de blanco con un gorro de capitán- acabamos de llenar los tanques y ya estan asegurados.

¿Tanques? ¿De qué hablaba?

Edward le tendió la mano en saludo y le agradeció. Nos guió al final del muelle y ahí estaba un yate blanco de lujo. Me voltee para ver a Edward quien sonreía y me daba la mano para que suba al yate. Creí que probablemente el señor se iba  a subir para conducir el yate pero luego se marchó y Edward se dirigió hacia el cuarto de los controles.

-Sabes manejar este cacharro ¿verdad?- pregunté preocupada en que nos perdamos en alta mar.

-Bella, me ofendes- dijo encendiendo el yate- no has prestado atención a nada de lo que hablamos por las noches- me recriminó- yo te conté que se manejar yates

-Ya lo sé –refuté- claro que lo recuerdo pero yo sé manejar autos y no por eso soy muy confiable al volante- me expliqué

-Te prometo -dijo mientras aceleraba- que no vamos a perdernos ¿ok?

-Ok-grité ante el estridente ruido del motor- quiero agua- pedí

-Sube por las escaleras y arriba vas a encontrar otras escaleras que bajan hasta el camarote ahí hay un pequeño refrigerador, debe haber algunas cosas para beber- me explicó- pero arriba debe haber una canasta con algo de comida para nosotros, toma lo que necesites

-Ok, gracias- dije sonriendo

El sonido del motor era algo fuerte pero luego se normalizó conforme él desalceleraba. Salí del cuarto y subí las escaleras que estaban al salir del cuarto de controles. Arriba había una vista preciosa de las islas, el mar lucía ya azul por donde nos encontrabamos, habían dos sillas para tomar sol de color blanco tendida en pleno sol, entre ellas estaba una mesa pequeña con una canasta grande. Empecé a buscar las otras escaleras, detrás de mí había un pequeño techo con dos sillas más y unos vinoculares en una pequeña encimera que tenía bajo de ella un pequeño gabinete, ubicado del lado derecho había otras escaleras.

Baje las escaleras y entré al camarote que tenía una gran cama blanca, estaba decorada con cuadros y las paredes eran de maderas. Habían dos puertas una a cada lado de la cama, una ventana y un pequeño armario, frente a la cama estaba el refirgerador. Había agua, jugos, postres, caramelos, chocolates y algunas bebidas alcólicas. Tomé dos botellas con agua y volví a subir las escaleras. Me senté en una de las sillas para tomar sol.  

-¿Qué te parece?-preguntó Edward tras de mí

-Increíble- murmuré- es precioso, gracias Edward- dije volteandome para verlo

-No me agradescas nada aún- murmuró- aún no has visto nada Bella

Me sonrió y se sentó en la silla que se encontaraba a mi lado. Tomó la otra botella de agua se quitó la camisa y se puso unas gafas parecidas a las mías. Estaba tan relajada sintiendo el sol sobre mi piel que no me había dado cuenta que nadie conducía el yate y nos seguíamos moviendo.

-Edward- grité asustada

-¿Qué sucede Bella algo mal?- preguntó preocupado

-¿Quién está conduciendo esto?- pregunté sosteniendome de la silla fuertemente

El soltó una carcajada y se relajó.

-Bella me parado porque hemos llegado a uno de los sitios donde quería venir, te iba a decir que bajemos pero te ví muy relajada tomando sol, creí que podíamos esperar un momento, relajarnos, pero si quieres bajemos- dijo poniendose de pie

-¿Bajar? ¿Dónde?- pregunté curiosa parandome junto a él

-Creo que deberías quedarte en traje de baño, tambien debes quitarte las gafas- me recomendó quitandose las suyas poniendolas sobre la mesita- cambiate en el camarote, voy bajando a arreglar todo, apenas estés lista baja

Asentí, tomé mi bolso y bajé al camarote. Me quité la ropa y quedé en el traje de baño, guardé todo en el bolso, saqué la toalla que había tomado y el bloqueador solar. Tomé dos botellas más de agua  y me dirigí a buscar a Edward.

Él estaba revisando unos tubos conectados en un tanque de color plata cubierto con un forro negro. Caminé hacie él y me vió impresionado, bajo la mirada y terminó de ajustar unos aparatos que no sabía que eran.

-Te ves hermosa- murmuró volviendo a verme

-Gracias- susurré sonrojandome y luego fijé mi vista en el horizonte, solo se veía el mar, me asuté- Edward si recuerdas que hablamos ayer ¿verdad?

-Recuerdo absolutamente todo perfectamente desde que te conocí- aseguró con una sonrisa haciendo que mi cara se pintara en un tono más intenso de rojo.

-No sé nadar- le recordé

-Que pena- murmuró tomando uno de esos aparatos- y claro que lo recuerdo,  pero aún no vamos a nadar, vamos a bucear-dijo mientas me acomodaba en los hombros  el arnés

-Tampoco sé bucear- rechisté mientras me ponía esas gafas para poder ver bajo el agua.

-Nunca es tarde para aprender- dijo mientras se ponía su tanque y ataba el arnés.

Estabamos parados en la proa y yo estaba emocianad pero muerta de miedo.

-Edward y ¿si me hundo? O ¿me ahogo?, aún no tengo mi testamento y te van a acusar de homicidio- el me miró entrecerrando los ojos y sonrió. Me metió un aparato en la boca y lo miré enojada.

-Ese aparato es para repirar bajo el agua -me explicó- y si mueres voy a decir que has dejado todas tus pertenencias en mis manos para dividirlas equitativamente- bromeo- ah y si me meten preso por homicidio diré en mi defensa que tú me obligaste…y que moriste feliz.

Luego de ese absurdo discurso, me guiño un ojo,  se puso ese aparato en la boca tomó mi mano y saltamos juntos al mar.Sentía como nos hundíamos en lo profundo del mar y mi pánico se hizo presente, luego sentí un apretón de manos y vi a Edward que me veía fijamente intentando infundirme fuerzas. El pataleaba sutilmente para adentrarnos más  a las profundidades, intente imitarlo pero fui muy torpe.

Mientras más bajabamos me preguntaba si es que no nos perderíamos y luego noté algo muy fino que salía de nuestros tanques de oxígeno. Edward atrajo mi atención halando mi mano para que vea un conjunto de peces que pasaban cerca de  nosotros nadando, sentía que los podía tocar, más cuando lo intente todos se dispersaron asustandome. Le dirigí una mirada de disculpas.

Y así continuamos juntos bajo el agua por un largo tiempo, apreciando los corales y todos los animales marinos que pasaban junto a nosotros, en una ocasión vimos una carpa en una formación rocosa, era todo muy hermoso admirando peces de diferentes colores y demás, hasta que el reloj de Edward empezó a parpadear insistente una lucecita roja , me atrajo hacia él rodeo sus brazos entre mi cintura y empezó a subir.

Creí que quizas ibamos a otro sitio hasta que ví el yate.

No quería irme, quería seguir entre los peces admirandolos para mí no había pasado muchp tiempo y todo era tan hermoso. Me removí entre sus brazos para volver a bajar pero él me aferró fuertemente hasta que llegó a la superficie y se sacó el aparato de la boca.

-Bella porfavor escuchame – suplicó y me saqué el aparato de la boca- sé que quieres seguir viendo los peces y los corales …yo también daría lo que sea por quedarme contigo más tiempo pero ya casi se nos acabó el oxígeno del tanque y eso sería muy peligroso e irresponsable de mi parte

-Pero yo quería seguir ahí contigo - refuté como una niña pequeña

El empezó a reír, mirandome con ternura y empecé a temblar con él de la risa. No me había dado cuenta de lo cerca que estabamos hasta ese momento. Sus manos seguían en mi cintura y nos dejamos de reir al notar la proximidad. Nos miramos a los ojos sin saber muy bien que hacer, el posó sus ojos en mis labios y cerré los ojos esperando el beso.

Sentí sus labios posarse en mi frente y me dio un dulce beso.

-Gracias por pasar este lindo momento conmigo Bella- dijo con los labios en mi frente. Sentí las lagrimas correr por mis mejillas, pero estabamos tan mojados que él no notó que estaba llorando cuando lo abracé de repente. Sabía que no me besó en los labios por no destruir todo lo que habíamos construido en estos días, pero mi corazón latía dolorosamente sintiendo aquel beso que nunca lego a ser.

-Gracias a ti Edward -murmuré en su pecho-  esto ha sido hermoso

-Bueno –comenzó a decir él correspondiendo a mi abrazo- aún no acaba nuestro día pequeña dama, aún tenemos algo más por hacer

-¿Qué más?- pregunté desaciendo el abrazo

-¿Qué te parece si primero subimos a secarnos, beber o comer algo, y después te cuento?- sugirió y asentí.

Él subió primero, luego me ayudó a subir a mí al yate, desató primero su arnés y luego me ayudó con el mío. Guardó los tanques y volvió a arrancar el yate.

Yo tomé mi toalla y subí las escaleras para tomar algo de sol. Tendí la toalla en una de las sillas y me senté sobre ella mientras abría el bloqueador e intentaba ponermelo en las piernas. Yo sé que quizas es absurdo usar bloqueador en lugar de bronceador, pero mi piel era tan delicada que necesitaba usar un buen bloqueador para evitar quemarme.

-¿Te ayudo con la espalda?- preguntó Edward mientras se caercaba a mi y tendía una toalla en su silla

Asentí me giré para darle la espalda y acomodé mi cabello delante de mi hombro. Él tomó la botella del bloqueador y empezó a aplicarmelo en los hombros y la espalda. Luego de un rato me arrepentí de haberle permitido ponerme el bloqueador ya que su tacto era más cálido que él mismo sol. Me sentí aliviada cuando se escuchó que cerraba la botella. Me giré a él y le dirigí una sonrisa en agradecimiento.

-Y ahora ¿qué es lo que vamos a hacer?- pregunté notando que el yate se había detenido.

-Ya llegamos – me dijo con una sonrisa, noté que ya estaba usando sus gafas- ¿Bajamos?-preguntó entusiasmado

-Me parece que conduces muy rápido- dije levantandome- ¿es de familia?-pregunté recordando los excesos de velocidad de Emmett y Alice, el solo sonrió.

-Voy a recoger mis gafas- le dije luego de un rato- las he dejado en el camarote.

Bajé a tomar mis gafas y él bajo detrás de mí. Lo miré sosprendida y el sonrió abriendo el refrigerador.

-Solo he bajado a buscar algunas bebidas – dijo mientras llenaba una hielera con un poco de todo lo que había en la nevera- te espero abajo- gritó sobre su mientras salía del camarote.

Mi vejiga me traicionó cuando estaba a punto de subir, así que empecé a buscar el baño en el camarote, era la puerta que quedaba cerca del closet. Luego de atender mis necesidades físicas, me miré en el espejo. Mi cara estaba sonrosada, pudo ser por el efecto del sol, me dije. Mi cabello estaba muy ondulado debido al agua salada, intenté arreglarlo un poco pero finalmente me rendí y lo dejé así declarandolo asunto perdido.

Cuando bajé no lo ví por ningún lado, al contrario habían muchas palmeras y arena.

-¡Hey Bella!- dijo él corriendo a mí llamando mi atención- Dejame ayudarte a bajar.

Me tomó la mano, mientras bajaba me tomó por la cintura y me puso de pie junto a él.

-Así que ¿cuál era el plan?- pregunté mientras me preguntaba porqué no habían personas.

-Por ahora… vamos a comer y luego de un tiempo vamos a nadar un poco -comentó como si nada-  tengo unas clases pendientes para ti- dijo tocandome la punta de la nariz con su dedo índice, le sonreí y me guió hacia un improvisado escenario.

-Y ¿qué es esto Edward?- pregunté mientras me mordía el labio inferior intentando contener la risa.

Había colocado un parasol en un pequeño montículo de arena entre las palmeras, debajo de este había un mantel a cuadros, en el estaba la canasta que había estado en el yate y a un lado la hielera.

-Fue lo mejor que se me ocurrió- dijo con pena

-Esta muy lindo Edward- le dije dandole un pequeño beso en la mejilla

Nos sentamos en la arena mientras él abría la canasta y empezaba a sacar las cosas. Sanduches, Ensaladas, Panecillos, Cakes y Frutas. Él repartió algunas frutas para nosotros, un par de sanduches, algunos panecillos  y  me dio una botella de limonada, mientras él eligió una botella de té helado.

-¿Por qué no hay personas aquí?- pregunté curiosa- está tan solo, tan pacífico- dije admirando el horizonte.

-Es un islote que pertenece a los dueños del complejo y lo alquilan de vez en cuando a sus clientes…la recepcionista me dijo que hoy no iba a ver nadie por aquí, ya que casi todos estaban en el paseo al que fueron Em y Rose

-Que desperdicio…-murmuré

-¿Por qué lo dices?- preguntó curioso

-No me imagino paseo más lindo que él que hemos tenido tu y yo hoy- confesé respirando profundamente saboreando el olor al mar y arena.

-¿Dónde has estado todo este tiempo?- preguntó impaciente

Entendí que se refería a estos dos últimos años.

-Haciendo mis cosas de un lado a otro, ya sabes el tranajo, Rose, Alice, Emmett…Jacob-murmuré luego de un rato y su expresión se endureció- nada fuera de lo común… tu vida ha de ser más interesante

- Lo dudo…-negó- pero no me refería a eso, Bella sabes a cuantos paises he viajado, cuanta gente he conocido y nunca he encontrado a alguien en el mundo siquiera parecido a ti…  al final que te encuentro tienes a alguien en tu vida y estás a punto de casarte…

-Edward…- empecé a decir y sentí mis ojos humedecerse

-No digas nada- suplicó- sé que estoy hablando de más de nuevo pero debo sacarlo de mí o voy a explotar, no sabes cuanto he buscado y solo contigo he llegado a sentir cosas que jamás creí que eran posibles sentir… estos dos años han sido siglos, he tenido tanto miedo de que no aceptes este viaje por mí culpa pero debí hacer algo bueno en otra vida, ya que esto aquí contigo… aunque nunca como querría estar en serio

Bajó su mirada y luego elevó sus ojos llorosos para mirar el horizonte. Me levanté decidida y lo encaré.

-Mírame- pedí pero él me ignoró, no me podía confesar todo eso y luego sencillamente ignorarme- mírame ahora Cullen- exigí, el se paró y  levantó la vista.

Tomé su rostro con decisión, choqué nuestros labios y al fin lo besé con todo lo que tenía guardado en estos últimos años.

-¿Qué significa esto?-preguntó con la respiración entrecortada a solo un centímetro de mi boca

-Dimelo tú- musité entre sus labios, volviendo a besar sus labios.

 

Capítulo 17: Compras con Emmett Capítulo 19: El fín de un día perfecto

 
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