Capítulo 23:

Bella Pov:

Por la mañana Edward volvió a su casa, y me prometió volver por la tarde. No comí nada, no tenía hambre. Así que fui a mi habitación y me dediqué a terminar la tarea, luego bajé a ver televisión. Después de un rato, miré la hora, eran las seis en punto, así que decidí ir a darme una ducha antes de que Edward llegara. Subí las escaleras, agarré la ropa limpia y entré al baño. Cuando cerré la ducha, me vestí y me peiné.

 Dejé la ropa sucia en la cesta y salí del baño. La puerta de mi habitación estaba abierta, estaba segura de que la había cerrado; pero tal vez recordaba mal. Entré en mi habitación y caminé hacia la mesita de noche, cuando sentí que me tocaban el hombro. Di un pequeño grito y me volteé bruscamente. Ahí estaba Edward.
-¡Idiota! ¡Casi me matas del susto!- Dije dándole un golpe en el pecho.
-Te dije que vendría-
-¡Pudiste haberme llamado!-
-Bueno, lo siento- Dijo sonriendo. Suspiré. Nos quedamos mirándonos durante un ratito, se acercó a mí y me tomó en sus brazos haciendo que quede frente a él, yo me reí. Puso sus manos debajo de mí y yo rodeé su cadera con mis piernas.
-Te extrañé- Dijo mirándome.
-Te fuiste apenas hace unas horas- Él sonrió y luego dio unos pasos hasta dejar mi espalda pegada a la pared, acercó sus labios a los míos  y comenzó a besarme lentamente para que luego el beso se vuelva apasionado. Apoyé mis manos en su pecho, y él se acercó más a mí,  dejando su cuerpo pegado al mío.                                                                                        

           Luego de unos segundos más, separé mis labios de los suyos para tomar un poco de aire, pero sus labios no se separaron de mí ni un segundo; comenzó a dejar pequeños besos en mi cuello, y luego lentamente y aún sin abrir los ojos, levantó su rostro y mordió suavemente mis labios. Apoyó su frente en la mía, y luego me puso en el suelo con cuidado.
            Después de un par de minutos, me tomó por los hombros y me puso con delicadeza sobre la cama para luego subirse él y sentarme sobre sus piernas.  Comenzó a besarme de nuevo, pero esta vez dejaba besos cortos sobre mis labios. Cuando la cosa empezaba a ponerse interesante comenzó a sonar mi celular. Separé mis labios de los suyos y me estiré para alcanzar el celular que estaba sobre la mesita de noche y contesté.
-¿Hola?-
-¿Bella?- Era mi madre.
-¡Mamá, hola! ¿Cómo va todo?- Edward comenzó a dejar pequeños besos cerca de mi clavícula.
-Bien hija, creo que ya estaré en Forks mañana… ¿Cómo va todo por allá? ¿Estás con Edward?-
-Eh, espérame un segundo- Alejé el teléfono de mí- ¡Edward, basta!- Se río y yo volví a acercar el celular.
-Lo siento mamá, ¿Qué decías?-
-¿Está Edward contigo?-
-Ah, si-
-Me lo imaginaba Jajaja… Y ¿Cómo te ha ido en los exámenes?- Edward trataba de quitarme el celular de la mano.
-Eh… Mamá, hablaremos después, Edward se comporta como un niñito- Ambos se rieron a la vez.
-Está bien. Te llamaré luego. Adiós hija, cuídate-
-Adiós- Cerré el celular y me estiré nuevamente para dejarlo donde estaba. Nos miramos durante un momento y él sonrió.
-Así que, me comporto como un niñito- Asentí. Acercó su rostro para besarme pero no lo dejé.
-Debo estudiar, tengo examen-
-¿Cuándo?-
-El Martes-
-Aún tienes tiempo, hoy es sábado- Dijo poniendo cara de perrito regañado y no pude contener la risa.
-Aw, eres tan lindo- Dije apretujando sus mejillas.
-Bueno… Creo que perder un poco más de tiempo no afectará- Dije apoyando mis manos en su pecho. Sonreímos, tomó mis manos y entrelazó nuestros dedos. Acerqué mi rostro al suyo y dejé un pequeño beso sobre sus labios. Nos quedamos un rato hablando.
-¿Te quedarás esta noche?- Pregunté haciendo un puchero. Acercó su rostro al mío y me dio un beso lento en respuesta. Luego dejé caer mi cabeza sobre su pecho, él me abrazó y nos quedamos en silencio un rato.

-¿Cuándo vamos a casarnos?- Preguntó rompiendo el silencio. Su pregunta me tomó por sorpresa.
-No lo sé. Quiero esperar un poco más- Levanté mi rostro para mirarlo.
-¿Cuánto más?-
-No sé, un par de años-
-¿¡Qué!? ¿Un par de años?-
-No quiero casarme siendo tan joven- Respondí con calma.
-¿Por qué no?-
-Edward, nadie se casa a los diecinueve-
-Pero eso no importa. Si no quieres casarte conmigo me lo hubieras dicho desde el principio- Lo tomé del cuello de su camisa haciendo que acercara su rostro al mío.
-¡Edward!-
-¿Qué?- Dijo con lágrimas en los ojos. Me partió el alma verlo así, había herido sus sentimientos. Se me formó un nudo en la garganta haciendo que me costara hablar.
-Tonto. No es que no quiera casarme contigo. Es sólo que... No quiero casarme siendo tan joven- Se dio cuenta de que iba a ponerme a llorar, entonces acarició mi mejilla con las yemas de sus dedos.
-¿Y qué tiene de malo casarse a los diecinueve?-
-No sé, pero… Quiero esperar al menos hasta cumplir veinte- Dije comenzando a llorar.
-Amor, ¿Por qué lloras?-
-Es que… No me gusta herir tus sentimientos, Edward- Secó mis lágrimas con su mano y luego me abrazó. Nos quedamos así hasta que logré calmarme.
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Holaa chicas!

Como estan? Aca les dejo otro cap, espero que les guste!
Aww estoy muy ansiosa, mañana por fin voy a ver Amanecer!

Me dijeron que está muy buenaaa!
Bueno, no tengo nada nuevo que contar, asi que me vooy!

Gracias por leer mi historia :')

Bye, cuidensee! Saludos desde Argentina! :)