- POV DEMETRI

Cuidadosamente la deposite en su cama; ella, mi pobre humana seguía inconsciente. Sentía un profundo dolor; todo fue por mi culpa; ni no me hubiese adentrado en el callejón ella no me habría seguido y no estaría en este estado.
Seguía embobado admirando su precioso rostro, era como tocar el cielo con la punta de los dedos... después de tanto siglos sucumbido en la oscuridad y en tan solo un momento con una simple mirada mi vida y la suya iban de la mano.
Pero yo me estaba precipitando ¿y si ella no me quería a mi? Según tengo entendido los humanos se olvidan facilmente de las personas... y ella me habría olvidado a mi. Pero por otra parte ella ha venido; esta en Volterra junto a mi; con tan solo una nota de papel y ella estaba a mi lado.
En este momento si que me sentía feliz; si ella ha venido aqui sera por algo ¿no?

Algo inquietaba al amor de mi existencia; se movía bastante... tenía miedo a que se cayese y... dicho y hecho. Menos mal que estaba yo porque si no se hubiese dado un buen golpe. Rapidamente cogí su cuerpo entre mis fríos brazos; sentí una corriente electrica en cuanto la toque; su aliento chocaba contra mi cuello, era la sensación más placentera que había tenido en mi vida.

De repente sus preciosos ojos verdes se abrieron de par en par; aquellos ojos que me volvían loco. Me miraba con cautela pero a la vez con amor. Quería besarla, hacerla mia; pero no. Desde hace unos días no me alimentaba, la garganta me dolía más que nunca; pero por ella haría todo.

- Mi ángel

Sus maravillosos labios se abrieron y pude retener su embriagador aroma; exquisito.
Tenía que irme; pero no podía... mi mente no reaccionaba.

- Dime tu nombre; solo eso...

Otra vez abrió sus maravillosos labios; las puertas del cielo.

- Demetri

- Demetri; mi ángel.

Sus maravillosos ojos se cerraron; no me lo podía creer... había hablado con ella. Su angelical voz todavía seguida grabada en mi mente.
¿Pero como me podía llamar ''mi ángel''? Yo era un sádico; despiadado, malvado vampiro. Sin piedad por la raza humana... soy un demonio.
Pero ella si que era un ángel... una cosa tan preciosa como esta...

Mis pensamientos se turbaron debido al maldito móvil.

- Mierda - exclame; eso si, sin hacer mucho ruido... no quería despertarla de nuevo.

- ¿Se puede saber donde estas Demetri? - la voz de Alec me impactó; el era uno de mis mejores amigos.

- ¿Que pasa?

- Aro te esta buscando como loco; recuerda llevas todo el día afuera...

Es verdad; el tiempo se me había pasado volando...

- Ahora voy para allá

Eché un último vistazo al amor de mi existencia. Salí ágilmente por la ventana y me deje caer con suavidad en el pequeño jardín.
Pude escuchar otra vez su maravillosa voz

- No me dejes por favor...

Muy pronto volveré me dije a mi mismo; ahora tu eres mi vida.

Corrí todo lo que pude hasta el castillo; ¿y ahora que diría? por primera vez en mucho tiempo estaba confuso... era una sensación muy extraña.
Cuando me adentre en las alcantarillas pude visualizar ha Alec.

- ¿Donde estabas? Mira Demetri últimamente estas muy raro y eso ha Aro no le gusta nada...

- Lo siento Alec; pero es que...

- ¿Es que que?Puedes contarmelo; además aqui no nos oyen

- Me he enamorado

- Oh; vaya vaya con el Demetri... ¿y como la conocistes? ¿de que clan es?

- Veras... es una humana

- ¿Que?

- Baja la voz... que al final nos escucharan. Si es una humana... me siento como el vegetariano

- ¿Como Cullen y la maldita humana?

- Asi es; ella es todo en mi vida. Por primera vez en mi vida siento como si mi muerto corazón latiese de nuevo.

- No creo que los maestros lo aprueben... la tendrás que convertir.

- Nunca; nunca... escuchame bien, nunca digas eso. Ella tiene derecho a la vida

- ¿Pero ella lo sabe?

- No, pero...

Le conte todo; como me siento, como la conocí, el incidente de esta mañana... todo.

- Vaya si que te ha dado fuerte amigo

- Pues si...

- Si te digo la verdad yo le contaría la verdad

- Pero eso la alejaría de mi

- Puede que si o puede que no; si de verdad te quiere y si de verdad sentistes que ella sentía lo mismo por ti... nunca se alejara.

Una voz retumbó toda la alcantarilla... esa angelical pero a la vez malévola voz.

- Hacía ya un rato que tendrías que estar junto ha Aro

- Ya hablaremos Alec...

Le di una palmada en la espalda y fui hacia el gran salón.