POV EDURNE
Antes de caer en la profunda oscuridad lo vi; era un ángel caido del cielo. Intente correr hacia el; acariciarlo, abrazarlo y sobre todo, lo más importante besarlo. Mi mente estaba bloqueada; ¿donde estaba? yo creo que esto sería el paraiso, el cielo; porque un ángel tan hermoso no podría pertenecer al infierno. Estaba muerta; pero era una muerte dulce; satisfactoria; porque la última cosa que mis ojos podrían captar sería... mi ángel. De pronto la oscuridad vino hacia mi y solo pude sentir el amargo dolor.
POV DEMETRI
No me dio tiempo a contestarla... porque se fue. Ella me había confesado todo; quería ser una de los nuestros. En menos de un año ya no podría verla dormir; ni sonrojarse, ni escuchar mi nombre a través de su maravillosa voz; echaría de menos los latidos de su corazón; aquella melodía tan hermosa para mis oídos; sus preciosos ojos verdes en los que me perdía cada día y cada noche.
Solamente habían pasado cinco minutos y ya la extrañaba; nunca pensé que un ser como yo encontraría las puertas del cielo gracias a ella. Simplemente su sonrisa me bastaba para que me alegrase toda la eternidad. Sabía que ella me echaría la bronca; pero quería verla; sentir su maravilloso aroma. Cada segundo que estaba lejos de ella era una terrible tortura.
Su aroma estaba por toda la ciudad; esto hizo que de mi cuerpo saliese un placentero gemido.
Pero de pronto otra aroma se mezclo con el de ella... maldita seas Heidi. ¿Es que ella nunca se cansaría de dejarla en paz? Siempre podía sentir su mirada posada en mi; me miraba con rabia... pero a la vez con deseo. Sinceramente me daba asco. Nunca la quise; es verdad que alguna vez jugué con ella; pero solo era diversión.
Entre por aquel callejón y lo vi... ... mi pobre Edurne tirada en el suelo, y ella la más falsa de los vampiros a pocos centimetros de su hermoso cuello. De repente pude sentir como esta clavaba sus dientes en el cuello, sin pensarlo me abalancé sobre ella. Ha decir verdad Heidi no era muy buena luchadora; solo servía para traer la comida y nada más. La hice sufrir hasta el último momento; poco a poco fui arrancando cada uno de sus miembros, sus dedos, sus manos, sus brazos... todo. Y por último quedo su cabeza y lo único que dijo antes de morir fue.
- Si no eres mío, no seras de nadie. - de un mordisco la arranqué la cabeza
Prendí fuego a todo; menos mal que la ciudad estaba desierta y nadie se dio cuenta... rapidamente fui hacia donde se encontraba Edurne... el veneno la estaba matando, se retorcía de dolor. No, no dejaré que se haga el cambio; ella tiene que disfrutar de la vida; no puede quedarse congelada a los diecinueve años.
- Mi ángel
Es lo único que pudo decir; se la veía tan mal.
- Tranquila mi vida; todo pasará.
Me acerqué lentamente e intente absorber todo el veneno; pasaron los segundos y pude notar como su sangre estaba realmente limpia... pero no podía parar. Su sangre era realmente deliciosa...
- Demetri
Mi nombre; ella ha dicho mi nombre. Todo cambió.
- Edurne - la dije mientras la abrazaba
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