POV EDURNE
Salí de mi casa y me dirigí al castillo decidida.
Iba con paso firme; segura de mi misma; podía notar como me observaban, algunas con envidia y otros con deseo. Pero me daba igual; solo tenía un objetivo. Demetri.
Por fin había descubierto por donde se entraba al castillo; todavía recuerdo la imagen de Heidi esperando junto a unas grandes puertas de madera bastante antiguas; esa era la entrada.
No había nadie; o sea que me metí sin problemas.
Enfrente tenía unos grandes pasillos realmente hermosos; aunque estaban bastante oscuros, pero había algo de luz para poder recorrerlos sin problemas.
No me costo nada llegar a la recepción, hay era donde se encontraba Ginna; tarde o temprano llegaría su fin, un fin nada agradable.
Me miro sorprendida; ella había oído hablar de mi, pero no nos conocíamos en persona.
- Buenos días señorita
- Hola Ginna; ¿puedo entrar?
- Por supuesto; dejame que avise al amo
- Como gustes - le dije mientras le devolvía una sonrisa
A los pocos segundos las puertas que tenía delante se abrieron.
Entre decidida sin ningun miedo.
Pude observar como todos me miraban con deseo, salvo Jane que era la única mujer que se encontraba en la sala; esta me miraba con asco.
Estaban realmente sosprendidos de mi llegada.
Al lado de esta se encontraba Alec. Verle me dio un escalofrío; pero había madurado, l no era bueno para mi; y todo el amor o el poco que sentía hacia el se fue.
- Que maravillosa visita querida Edurme - me dijo Aro mientras me besaba la mano
- Lo mismo digo Aro
- ¿Y ha que se debe tu visita?
- Tu sabes lo que quiero
- ¿Alec o Demetri? - dijo mientras soltaba una risita. Realmente era repugnante
- Muy gracioso Aro; quiero ver a Demetri
- Siento desilusionarte querida; pero el no esta aqui. Se ha ido ha una misión.
- ¿Otra vez? - yo ya sabía que me estaba mintiendo. Pero quería seguirle el juego.
- Si
- Que pena; pero me parece algo extraño. Aqui están todos los de la guardia¿y le has dejado ir solo?
- No se ha ido solo; se ha ido con Felix
- ¿Solo dos personas? Me parece muy raro, pero te creo. No espero que tu, mi buen amigo Aro me mientas¿no?
- Oh; querida eso es imposible.
Antes de responderle hable mentalmente con Demetri, espero que esta vez funcionase
·Demetri cariño, estoy en el castillo; pero me han dicho que no estas aqui. Tienes que salir de aqui, haz lo que sea. Como si matas a Felix; me da exactamente igual.Yo ya me buscaré la vida para entretenerles. Esperame en mi casa. Te quiero
+ Quererte es poco vida mía
Y desconecté, tenía que hacer algo. Entretenerles de alguna manera.
- Entiendo - le dije con una sonrisa - por cierto Aro, ¿cuando me convertirías?
En su cara pude ver la ilusión, era como un niño pequeño cuando le compraban un juguete nuevo.
- ¿Lo dices en serio querida?
- Por supuesto Aro, estoy harta de la vida humana. Quiero disfrutar del placer de la inmortalidad - dicho esto mire a Alec. También pude ver en este la ilusión, pero a la vez la pasión.
Aro se dio cuenta de nuestras miradas; pude ver una sonrisa maliciosa en su rostro.
- ¿Necesitaras un compañero no?
- Podría ser; algo para matar el tiempo
- Si es cierto, pero ¿quien? yo creo que ya lo tienes decidido
- O no Aro, todo puede cambiar. ¿por que quiera ver a Demetri significa algo? puede ser que yo quiera romper con el
Esas palabras me dolieron en el alma; pero lo tenía que hacer. La venganza era un plato que se servía frío. Haría sufrir a todos por alejarme de Demetri; por aprovecharse de mi poder, por todo.
- Me alegra oírte Edurne, yo creo que haras una buena elección.
- Yo tambien lo creo Aro - y dicho esto volví a mirar a Alec
- Bueno yo creo que es hora de dejarlos solos;¿no hermanos?
- No hace falta Aro, yo ya me iba. Pero eso si, necesito ha alguien que me acompañe; todavía no conozco muy bien esto
- Si quieres te lo puedo enseñar yo Edurne - la voz de Alec me asusto, estaba llena de alegría, pero a la vez de enfado.
- Como quieras - eso me vendría bien, tiempo para Demetri
En apenas unos segundos el ya estaba a mi lado, y sin decirme nada me cogió de la mano.
Su tacto era abrasador, pero ya no me dejaría cautivar por el. Nunca más.
Recorrimos los largos pasillos del gran castillo; me enseño todo.
Sentía que el tiempo se había pasado volando y cuando ya me quise dar cuenta era de noche. Demetri ya me estaría esperando.
- Alec es hora de que me vaya. Es demasiado tarde
- ¿No te puedes quedar un poco más?
- No Alec; estoy muy cansada
- ¿Te puedes quedar a dormir? mi habitación esta libre.
- Suena tentador; pero mejor en otra ocasión.
Me fui a dar la vuelta cuando sus fríos labios se juntaron con los mios.
Ya no había el amor que sentía. Solo había repugnancia. Pero lo tenía que hacer. El tenía que creer que lo había escogido a el.
Le devolví el beso pensando que era Demetri, pero no, era una falsa copia barata de sus labios.
- Hasta mañana - le dije mientras me separaba de el
- Duerme bien preciosa
- Así sera
Dicho esto me encamine hacia la salida. Solo me separaban unos pasos, unos dulces pasos y el volvería a mi. Demetri
|