22 Desgracia

Bella

Una vez que nos quedamos solos Edward me tomó de la mano dirigiéndonos hasta su coche, sabía que de algún modo debía comunicarle la noticia que iba hacer papá pero no se tenía mucho miedo nunca habíamos hablado de ese tema específico, tampoco lo planeamos esto fue una verdadera sorpresa, incluso no sabía como había sucedido. (Bueno como sucedió si, aja… pero no recordaba no habernos cuidado)

—Bella— la voz de Edward me saco de mi dilema.

—Si Ed— esta noche te secuestrare serás mía toda lo noche sin interrupciones me dijo, besando mi mano.

—Esa me parece una brillante idea Sr. Cullen — Pegándome a su cuerpo. A decir verdad la idea me parecía genial disfrutaría de sus caricias y besos antes de darle la noticia.

—Bueno entonces Isabella Swan prepárese para una noche inolvidable — Su cara parecía la de un niño a segundos de cometer una travesura.

—Subimos a la camioneta de Edward y casi me arrojé en sus brazos, mi boca busco la suya urgente saboreando sus labios me aleje de él solo cuando no pude aguantar la falta de aire.

—Bella por dios no me hagas esto en un estacionamiento espera que lleguemos— Logró decir Ed con la respiración agitada.

—Es que te extrañe demasiado— Perdón perdí el control por unos minutos.

—No amor no te disculpes Bella solo recuerda que no soy de piedra, y si los dos perdemos el control de seguro terminamos tras las rejas por exhibicionismo en la vía pública.

—Una carcajada broto de mi garganta— Mira si Carlisle y Esme nos tendrían que rescatar los dos reímos al unísono.

—Llegamos al hotel de Forks bajando directamente hasta el estacionamiento me llamo la atención, ver mi vieja camioneta al lado del lugar que Ed estacionó. ¿Qué significa esto Edward, no me iré con vos acaso?

—Mi amor es que mañana debo estar en Seattle al mediodía. Se opaco un poco la noche pero sabía que Edward había dejado de lado su estudio por quedarse en el pueblo traté de olvidarme rápidamente pero no hizo falta. Ya que al subir a la suite reservada por Edward encontré un par de sorpresas una que la habitación estaba llena de flores el perfume era embriagador la otra sobre la cama una caja enorme con una tarjeta con mi nombre, la abrí en ella encontré el más maravilloso vestido que podría lucir y otra caja más pequeña que contenía unos hermosos tacones.

Giré para ver donde se encontraba Ed, estaba apoyado contra la pared observando cada una de mis reacciones con la sonrisa ladeada que me fascinaba, corrí hacia él para abrazarlo, lo besé otra vez sin poder controlar mis hormonas hasta que él mismo me separo tiernamente.

Creo que deseas darte una ducha antes que salgamos hacia nuestro destino lo miré azorada pesaba que estábamos en el le dije—

Se carcajeo te doy unos minutos para verificar algunas cosas luego paso por ti. Obedecí casi sin pensar tome una ducha qur realmente necesitaba me sentía renovada me acerque al vanito Ry para arreglarme encontré un estuche lleno de maquillaje, de seguro Alice o Rosalie participaron de esta sorpresa dentro del estuche se encontraba una tarjeta con una nota cuando estés lista ve hacia la mesa de la entrada encontrarás otra sorpresa. Por supuesto que no esperé y corrí hacia el recibidor con la toalla alrededor de mi cuerpo allí había otra caja gigante al abrirla encontré una nota y un abrigo de piel que invitaba a cubrirse, leí la nota la letra de Rosalie era inconfundible No pensabas que te íbamos a dejar morir de frío. Alice te manda algo esta en esta misma caja, efectivamente como había ocurrido con el vestido y lo zapatos en la caja se encontraba un estuche de terciopelo que al abrirlo mi mano fue hacia mi boca no podía creer lo que veía una gargantilla que costaba de diminutos diamantes los cuales se unían entrelazados por uno de muchos quilates mis dedos lo acariciaron suavemente la euforia me embargó salí corriendo a vestirme en unos minutos me sentía una verdadera princesa por lo menos la ropa que llevaba puesta era la de una princesa. Me contemplé en el espejo sin dar crédito que esa era yo todavía no terminaba de convencerme cuando escuché que Edward golpeó la puerta pidiéndome permiso para entrar.

Si yo era una princesa el era la imagen del príncipe que todas las niñas soñamos su smoking le sentaba de mil maravillas con su endemoniado cabello despeinado.

—Bella estas hermosísima— seré la envidia de muchos esta noche.

—Creo que todo lo contrario Cullen — las mujeres me asesinaran solo por osar estar a tu lado.

—El me abrazo y susurro a mi oído soy tu esclavo para siempre amor mío.

—Salimos de la habitación allí comenzaron las sorpresas todo lo contrario a lo que pensaba no bajamos si no que fuimos a la azotea del hotel.

— ¿Dónde vamos? Le pregunté intrigada— Para mi sorpresa nos esperaba un helicóptero.

 — Que nos llevó rumbo a Seattle donde nos esperaba un coche, que nos llevó directo a la ópera, la obra fue Romeo y Julieta una de mis preferidas, fue maravilloso luego cenamos en un elegante restaurante donde unos momentos antes que nos trajeran el postre los músicos nos dedicaron nuestro tema en ese momento Edward se levanto se arrodilló junto a mi silla y dijo.

     —Bella eres la mujer que esperé durante toda mi vida ¿me concederías el honor de ser mi esposa?

—   Todo el restaurante lleno en ese momento estaba en silencio no podía creer que algo así estuviese sucediendo —

Hasta que me perdí en esos ojos color mar profundo y logré esbozar un claro solo para él— que sonrió al deslizar el anillo en mi dedo del corazón.

—   El lugar explotó de aplausos y el cielo se ilumino de fuegos artificiales.

—   Yo tengo una sorpresa para ti le dije casi sin darme cuenta el champaña había soltado mi lengua y dejado de lado mis preocupaciones ahora había comenzado a hablar y no me echaría atrás—

—   Edward me miraba expectante, con una sonrisa deslumbrante—

—   Edward estoy embarazada — Lo dije casi sin respirar de golpe sin rodeos es la única forma que se me ocurrió.

—   Su boca pasó de una sonrisa a quedar abierta. Luego reaccionó— Bella mi amor me abrazó besándome dulcemente luego me alejo posando sus ojos en mi abdomen, tendió la mano acariciándolo como si fuese a romperse. Un hijo nuestro cuando me miró sus ojos estaban llenos de lágrimas, solo lo abracé y le susurré te amo con locura.

—   Una vez de vuelta me encontraba cansada y media pasada de copas, las caricias de Edward sobre mi cuerpo sintiéndome la mujer más dichosa del mundo.

—   Al poco tiempo de haberme dormido feliz en brazos de Edward nos despertó el sonido de los móviles de cada unos respectivamente, nos miramos sabiendo que algo sucedía para mi desgracia supe por pequeños destellos de lo que habían sido mis premoniciones de quien se trataba.

     —Yo contesto amor — me tranquilizó Ed.

—    me levanté de un salto cosa que no fue muy buena ya que tuve que correr al baño, antes de hacer un desastre en la habitación.

Edward se dio vuelta preocupado pero a la vez no podía despegarse del teléfono. A unos pocos minutos salí del baño casi me choque con él, que aguardaba el la puerta.

—   ¿Estas bien Bella? Su cara estaba descompuesta de preocupación.

—   Si amor deberás acostumbrarte a estas situaciones por un tiempo— Le comenté restándole importancia, mi cabeza estaba en lo que vi y en algo que pensé no iba a tener más mi don, pero de eso me preocuparía luego. Pero ¿que pasó con Ana?

—   Tubo un accidente amor Jacob la encontró al borde de la carretera el otro conductor se dio a la fuga, ella esta en el hospital— pero ¿Cómo? ¿Qué hacía ella sola? ¿Jacob no estaba con ella?—

Mi cabeza estaba hecha un lío entre lo poco que había dormido, la angustia las copas y el mareo no servía de mucho pero deseaba ir allí.

    —Vamos Edward tengo que verlos a los dos por favor— De ninguna manera yo iré pero tú te quedarás a descansar ahora debes cuidarte mi amor no eres solo tú, recuerda dijo cariñosamente.

    —Refunfuñé como una niña pero no hubo forma de convencer a Ed. Me quede sin decir nada por que ya lo había planeado apenas se vaya yo iría por detrás por suerte tenía mi camioneta en el estacionamiento—

    —Se despidió de mí convencido que lo esperaría allí— Por unos instantes me sentí culpable por       engañarlo pero se me pasó en seguida.

—   Esperé unos escasos minutos y bajé al estacionamiento para mi sorpresa todavía estaba allí estaba hablando con alguien del hotel, lo sabía porque llevaba el uniforme—

—   Busqué una solución rápida fui directo a la mesa de recepción para que lleven mi vehículo a la entrada —

—   De aquí se veía parte del estacionamiento y del mismo se podía ver la entrada al hotel, tomé un periódico para que Edward no me reconociera al pasar por delante.

—   En un par de minutos sucedieron dos cosas. La camioneta de Edward, salía cuando lo retuvieron otra vez detrás salía mi camioneta, por supuesto la reconoció.

—    Mierda todo salió mal, claro no debía descubrirme, se ahorrillo un poco más adelante esperando encontrarnos. La otra camioneta que manejaba uno de los  encargados del estacionamiento apenas paso la salida explotó por los aires prendiéndose fuego en su totalidad para mi horror nadie salió de la misma y lo único que logré escuchar antes de perder el conocimiento fueron los gritos de Edward llamándome, tan desgarradores eran que quisiera borrarlos de mis recuerdos para siempre.

—   Desperté en el hospital, Edward estaba a mi lado como así también Carlisle—

—    ¿Cómo te sientes Bella? —Me pregunto atento como siempre.

—   Estoy bien pero mi memoria se fue recuperando, ¿Qué pasó? Mi camioneta, explotó dije apenas audible, apareciendo ante mi las imágenes que deseaba olvidar.

—   Edward abrió la boca pero su padre fue quien habló— Mira Bella la explosión de la camioneta no fue un accidente. Si no que lo hicieron deliberadamente, y lo prueban los mensajes que recibió toda la familia. Así que de ahora en más debemos cuidarnos.

—   ¿Tu Carlisle me quieres decir que alguien intentó hacerme volar en pedazos? Otra vez la imagen de la camioneta prendida fuego y lo peor era saber que alguien inocente había muerto por mi capricho de venir al hospital.

—   Lamentablemente, si Bella— me observaba tratando de preveer mi reacción.

—   Lo único que hice fue tirar los brazos hacia Ed saber que contaba con su apoyo, con su fuerza— Se aproximó al instante envolviéndome con los suyos.

—   ¿El bebe? esta todo bien — el miedo se apoderó de mi alma, de mi corazón de mi cuerpo.

—   Si. Contestó Carlisle solo me gustaría que descanses que te quedes tranquila al menos un par de días.

—   Asentí, no volvería a comportarme como una tonta los actos tienen un precio muy alto a veces.

—   Unos golpecitos en la puerta hicieron que de un brinco, estaba alterada.

—    ¿Podemos pasar? Dijo una voz muy conocida que dio esperanzas a mi corazón—

—   ¡Ana!! Estas bien casi grite ella se acercó uniéndonos en un fuerte abrazo. Jacob Edward y Carlisle nos miraban en silencio.

—    ¿Qué te pasó amiga? Le pregunté curiosa.

—   Ya te contaré Bells— ya tendremos tiempo para hablar me respondió.

—   Bueno dijo mi suegro yo sugiero que las dos futuras mamas se retiren a descansar ya que todo esta bien con ellas no es necesario que se queden acá. Me gustaría que por las circunstancias que estamos viviendo acepten la invitación a venir a nuestra casa todos estaremos más seguros si nos cuidamos entre nosotros. Proclamó Carlisle.

—   Ninguno se negó solo que os chicos buscarían algunas cosas en nuestras casas.

—   Pero es seguro protestaba mientras Edward y Jacob hacían una lista de lo que debían traer.

—   No se preocupen, no nos separaremos —Dijo Jacob además no creo que pase nada más por hoy, eso espero casi gritó Ana. ¿Por qué no vamos los cuatro? Propuso.

—   Ni lo sueñen espetaron los dos— No discutimos por que sus caras lo decían todo.

Chicuelasssss espero que le gusten estos capítulos el final esta cerca así que espero que sigan apoyando el fic. Las quiero muchoooo Veroooo.