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20-Solo en tres minutos

Bella

El viaje había sido muy tranquilo, pero no logré descansar muy bien mi cabeza estaba agobiada por pensamientos, en especial se dirigían a Edward. Había aceptado que viaje sola pero sabía que por la decisión que yo había tomado estaba sufriendo.

No sabía el por qué de su intranquilidad solo eran unos días. Pero era cobarde y no pregunte.

Ahora, sentía culpable, ni siquiera me había acompañado al aeropuerto, si no que se despidió de mí en casa.

—   Ya se le pasará, Bella— Me consolaba mi cuñada al verme triste.

—    Es que desde que te conoció mi hermano es un poco sobre protector— Tú debes hacer lo que sientas— Me marcaba mientras me acompañaba a embarcar. Pero sus palabras no eran suficientes para reconfortarme.

—   Es que quisiera que me comprenda— le respondí angustiada, no he tenido premoniciones por un tiempo, Alice— Por ese motivo quiero, enfrentarme sola a este reto no es por él, sino por mí. Es un desafío—

—   Tranquila amiga, ya te dije que se le pasara Bella. Lo que le pasa con Ed que siempre se sale con la suya, y esta vez no lo hizo— Sonreía Alice mientras me despedía amorosamente. Tú disfruta y has buenos negocios.

— ¿Desea algo de beber Srta.? La azafata interrumpió mis pensamientos. — Me gustaría un Martini seco por favor— Necesitaba relajarme de alguna forma pensé— no se si era la mejor, pero algo es algo.

—   Ana a mi lado me miró cómplice— Yo también deseo uno y por favor puede ponerle una aceituna. Dijo satisfecha.

—   Nos miramos echando a reír—

—   ¿Qué te pasa Bella has estado muy callada desde que salimos de Forks? ¿Es por Edward? — sus preguntas me tomaron por sorpresa.

—   ¿Tan evidente es mi preocupación? repliqué algo contrariada.

—   Pues, como te diría me contesto —arqueando las cejas.

—   SI— Perdón Bella pero no se por que vienes sola a este viaje si no estabas segura de hacerlo.

—   ¡Pues si lo estoy!— le conteste alzando un poco la voz — Pero tampoco me gusta que se sienta mal.

—   Hay estos enamorados— susurró saboreando un trago. Cambiando el tema de la conversación.

   Cuando bajamos del avión, nos arrepentimos de haber pedido esos tragos, experimentamos unos fuertes mareos.

—   Necesito ir al baño urgente— me dijo Ana al oído.

—   Esta bien yo iré a retirar el equipaje— Luego de unos minutos me maldecía por la decisión tomada.  Mi cabeza me estallaba, el dolor era intenso, parecía que cada sonido retumbaba en mi cabeza.

—   Tome un carro para llevar las maletas me aleje lo más que pude de la multitud siempre manteniendo una perspectiva del lugar para localizar rápidamente a mi amiga. La vi aparecer su semblante estaba tan blanco como un papel— ¿te sientes bien Ana?

—   Ella me miró como si fuera a matarme— es evidente que no, Bella, pensé que iba a dejar mi estómago en ese baño. Me contestó.

—   Esta bien no te enfades— no te creas que a mi me va mucho mejor, creo que nos pasamos un poquito con la bebida

—   Vayamos al hotel será lo mejor. El viaje hasta el mismo fue horrible luche contra las nauseas todo el camino.

—   Bella me preocupas me dijo Ana— lo cual me hizo soltar una carcajada que la descoloco por completo.

—   Me miro extrañada por mi reacción, mira quien se asusta el muerto del degollado, le conteste entre risas.

—   Tú mi querida Ana— estas blanca como un fantasma.

—   Tú estas verde más bien — me gruño entre dientes, conociendo el carácter de An sabía que estaba molesta.

—   Una vez en la habitación corrí hasta el baño. Cuando salí Ana estaba recostada en una de las camas.

—   MMM…. Y quien parece un fantasma ahora…. Me regañó por lo bajo.

—   Basta Ana— juro que no beberé más en un avión logré decir antes de quedarme dormida.

Cuando desperté la habitación estaba vacía, pero no tardé en escuchar el sonido del agua corriendo desde el baño.

Me senté en la cama la habitación me giraba un poco. Cerré los ojos. Maldición ¿que tenía esa bebida veneno?

Luego de unos minutos me sentí un poco mejor.

Miré por la ventana del hotel la vista era realmente hermosa. Me habría gustado que este Edward, fui muy tonta el no permitir que me acompañase, pero ahora era tarde para el arrepentimiento.

—   ¿En que piensas? —

—   Me sobresalté. Ana me asustaste—

—   Perdona Bells no fue mi intención.

—   Y preguntes algo que ya conoces la respuesta — Le contesté, dándole la espalda mientras observaba a la gente.

El día siguiente, por suerte me encontraba mucho mejor, solo me sentía cansada, en cambio Ana seguía descompuesta.

—Por favor Ana no te vayas a España así espera unos días—

—Avisé que llegaría hoy mismo y así lo haré no me parara una simple descompostura Bella—

—Pero Ana ¿por que tanto apuro? Le pregunte intrigada.

—No es apuro Bella solo que quiero ver como andan todas las sucursales, para llevarle un informe completo a mi jefe o sea tu novio — dijo burlonamente y que este pueda seguir un par de meses libres o con menos carga de trabajo.

—   Ok. Amiga tú sabrás lo que haces—

—   Si. Lo se Bella y no te preocupes —

—   Tratare, An te juro que trataré.

Esa tarde ya sin la compañía de Ana me dediqué a recorrer Roma, era una ciudad bellísima con contrastes muy particulares entre lo antiguo y lo moderno.

Cuando llegué al hotel estaba cansadísima, así que luego de una ducha y una cena frugal me acosté. Pese al cansancio no podía dormir, entre mis pensamientos que me llevaban desde Edward hasta la cita de mañana con los anticuarios.

Decidí por lo menos terminar con una de mis preocupaciones llamé a Edward que no quitar ojo al segundo timbre.

—Hola Edward—

—Bella, mi amor ¿Por qué tardaste tanto en llamarme? si no lo hacías saldría mañana mismo para Italia—

—Sonreí, bueno no estaría nada mal Ed te extraño mucho— Me haces mucha falta estoy arrepentida que no hayas venido.

—No te sientas mal amor yo también te necesito pero tú debes tener tus momentos para ti.

—Si puede ser. Su cambio de actitud me llamo la atención traté, que el fantasma de la inseguridad no me atacara pero fue demasiado tarde.

—Otro pequeño problemita con el que no había contado era que cuando escuché la perfecta y atrapante voz de Edward mi cuerpo ardiera de deseos por él.

—Mi cuerpo y mi mente me estaban jugando una mala pasada.

—Ed, ¿que estas haciendo en estos momentos?

—Pues estaba acostado leyendo un informe preliminar que me mandó Ana hace una hora desde España—

—   Um que bien, yo estoy en mi cama sin poder dormir, tengo muchos deseos de estar con vos y apenas llevo puesta la parte superior de mi pijama y mi ropa interior.

—   Bella, como puedes decirme algo así estando tan lejos— Ed sonaba contrariado.

—   Juguemos le propuse solo dime como me acariciarías si estarías a mi lado — Solo escuché un gruñido del otro lado de la línea.

—   En unos cuantos minutos mi cuerpo ardió de placer—Te amo Edward le dije todavía con la respiración agitada.

—   Yo también Bella— pero es la última vez que no viajo con vos.

—   Me reí complacida y me despedí hasta mañana.

 Los días pasaron a gran velocidad para mi desgracia, nuevos episodios de malestar estomacal me afectaron más de lo normal.

Fui a encontrarme con Ana que llegaba desde España y nos quedaban solo dos días libres antes de volver, cuando la vi aparecer entre la gente me alarmé estaba muy demacrada y juraría que con menos peso, su tez se veía amarillenta.

La abracé, —Ana como te he extrañado amiga — ¿Te encuentras bien?

Pues Bella yo también te he extrañado y en realidad no me siento muy bien las nauseas me están volviendo loca a toda hora.

Al escucharla decir esto me llamó la atención: Yo tampoco me sentía bien estos días.

—   A mi me pasa lo mismo An— ¿Nos habremos pescado alguna enfermedad?

—   En serio Bella ¿Tú también has estado mal?

—   Asentí, la ayude con su equipaje y volvimos al hotel.

—   Ana estaba muy callada eso me preocupaba en ella; se debía sentir mal par que este callada.

—   Al llegar se recostó un rato y enseguida estaba dormida profundamente.

Me dedique a tejer teorías que nos pudo haber enfermado en el viaje pero la única vez que cenamos juntas fue la noche que llegamos y anteriormente en el avión.

Ya debería sentirse mejor no peor.

En medio de mis cavilaciones escuché que An me llamaba.

—Si Anita ¿necesitas algo?

—Quisiera hablar contigo de algo—

—Si, acá estoy soy toda oídos— te escucho para lo que necesites.

—Mira, Bella sabes que no me gusta andar con rodeos, pero antes de ayer a la noche se me ocurrió algo mientras pensaba la causa de mi malestar me puse a sacar cuentas y puede ser que este embarazada—

    —La miraba atónita— nada que ver con las teorías estúpidas que se me ocurrieron a mí. Pero podía ser verdad. Una luz de alarma se encendió en mi cabeza algo no me gustaba.

—   Bella, la voz de Ana traspasó mis pensamientos—

—   Si dime Ana— ¿Comprarías por mí unos test de embarazo caseros? 

—   Claro, estaba confundida no lograba pensar con claridad.

—   Tomé la cartera y salí en busca de una farmacia.

—   En la recepción me indicaron una cercana, en unos veinte minutos estaba de vuelta con tres test distintos por las dudas.

—   Pero la duda más incomoda era que no me acordaba bien cuando había menstruado por última vez.

—   En otra media hora teníamos la confirmación que Ana estaba total y absolutamente embarazada.

Se la veía tan feliz, tan radiante hasta me contagió su alegría, haciéndome olvidar mi preocupación.

¿Por que no era tan valiente como ella y me realizaba uno de los test que quedaron? Ya que con uno solo basto para averiguar el estado de Ana.

Esa noche fue muy intranquila, la mañana me sorprendió despierta al igual que el malestar estomacal.

Sin decir nada y sentada en el piso del baño tomé la decisión me lo haría. Salí del baño Ana estaba dormida con una sonrisa en el rostro rebusque en silencio tomé uno y volví a mi refugio.

Leí las instrucciones y lo realicé. En tres minutos sabría la verdad.

Las lágrimas corrían por mi rostro. Me sentía muy rara pero sabía que nada sería como antes.

Ahora sería muy fuerte, ahora Bella se enfrentaría al mundo por lo que sea en tres minutos mi vida había cambiado para siempre...ahora Edward estaría ligado a mí y yo a él….Ahora seríamos padres.

Este capítulo va para una de mis seguidoras firmes Marcela espero que lo disfrutes niña ya que lo esperaste mucho.

Y a todas les quiero agradecer que siempre estén apoyando esta historia muchas gracias. Un besote y un abrazo planetario jajajajajaja ( así de gigante es el abrazo)