Mi corazón latía desbocadamente mientras entraba a la habitación. No me perdonaría esto. Lo sabía.
- Quieres que entre contigo Bella?- me pregunto Carlisle.
- No. Lo haré sola, gracias.- Respondí cerrando la puerta detrás de mi.
Estaba acostado en la cama, dormido. Se veía tan hermoso como siempre. Pude apreciar sus rasgos, esos que había querido olvidar durante todo este tiempo. Seguía siendo el hombre del que me había enamorado locamente, y al que había amado con gran intensidad.
Me senté en la silla al lado suyo. No sabía que hacer. Debía despertarlo para poder acelerar el tiempo.
Me acerqué a el, y suavemente susurré.
- Edward... Edward puedes escucharme?-
Abrió los ojos despacio y clavo su mirada en mi.
- Bella! Estas aquí! Amor, te extrañé tanto!- dijo mientras me abrazaba sorprendiéndome.
- Ya... ya estoy aquí.- dije intentando contener mis lágrimas.
Me soltó y tomo mi rostro entre sus manos. Comenzó a acercame a el. Debía hacer algo, no quería besarlo.
- Edward, tomalo con calma- le dije mientras me alejaba.- Estas depertando de un accidente muy grave... cariño...- le dije con dificultad.
- Y por eso no puedo besar a mi novia?- preguntó mirándome extrañado y acercándome de nuevo a el.
Cuando me beso, intente devolverle el beso. En otro momento me hubiese avalanzado sobre el, pero ahora no podía. Mientras lo besaba podía ver en mi mente la imagen de "Irina" en su cama.
- Bella amor... estoy bien, no llores.- dijo cuando nos separamos. No me había dado cuenta cuando comencé a llorar. El lo tomó como un llanto de alivio. Pero la realidad es que sentía que me rompía por dentro.
- Lo se, pero me asusté mucho.- le respondí. Nunca se me habia dado bien mentir. Pero debía actuar como correspondía para esto.
- Ya estoy bien, ahora que estas aquí estoy mucho mejor amor.- dijo haciendose a un lado en la cama y tirándo de mi mano para que me siente.
Lo único que quería era salir de ahí.
Me senté a su lado en la cama mientras le tomaba la mano, el la acariciaba suavemente mientras me miraba.
No sabía que hacer. Era una situación horrible.
-Sabes? - dijo un mínuto después al ver que ninguno hablabamos. - Tengo un sensación extraña.-
- Que sensación Edward?- pregunté.
- Siento como si hiciera tiempo que no te veo.- dijo dejándome helada.
- Es que estuviste bastante tiempo inconsciente cariño.- bromee- a propósito, que vamos a hacer con esa forma tuya de conducir? Creo que esto ha sido un aviso claro verdad?- le dije desviando el tema.
- Dime la verdad Bella ¿ Los asusté mucho no?-
- Y tu que crees?- le dije irritada. Al fin podía expresar como me sentía de verdad sin levantar sospechas.- Tus padres estaban como locos, ni decir Alice que viajo desde París a verte.-
- Si lo se... Hablando de hermanos ¿ Donde esta Emm?- Oh oh... bien Bella, improvisa.
- En Seattle, Edward. El se quedó allí trabajando. No puede viajar pero te envío saludos y dijo que en cuanto pudiera vendría a verte.- Debería hablar con Emmett.
De pronto entro un medico seguido por Carlisle.
- Buenas tardes- saludo- como te sientes Edward?-
- Excelente ahora Dr. Miller.- dijo mirándome- Conoció a mi Bella?- preguntó mientras besaba mi mano.
- Ah la famosa Isabella!- respondió el médico mientras me tendía la mano- un gusto Bella, me alegro que haya podido llegar.-
- Igualmente Doctor- respondí.
- Bueno, vengo a revisarte. Podrían esperar afuera? - se dirigió a Carlisle y a mi.
- Claro, vamos Bella.-
- Un momento!- nos frenó Edward.- No hace falta que Bella salga Dr. no tengo nada que ocultarle.- le dijo a su médico, logrando que me ponga colorada en extremo.
- No lo dudo Edward, pero necesito hacerte unos chequeos y sería mejor que esperaran afuera. Será rápido y podrás volver a tu Bella.- Dios! Quería que dejaran de decír "mi" "tu" yo no le pertenezco. Ni a el ni a nadie.
- Volveré cariño- le dije forzando una sonrisa mientras besaba su frente.
- Pronto por favor.- me pidió suplicante apretando mi mano.
- Si.- le dije, y salí con Carlisle, que fue llamado inmediatamente para una urgencia.
Una vez salida de allí me senté en una de las sillones de la sala de espera, tomándome la cabeza entre las manos.
Las lágrimas salían sin parar.
De pronto sentí como alguien se sentaba al lado mío.
- Ven cariño- dijo Esme mientras me abrazaba haciendo que apoyara la cabeza en su pecho.- Es muy duro verdad? Como te recibió?- preguntó.
- Como si me amara Esme- dije como pude. No podia parar de llorar. En cada toque, mirada me parecía sentir su cariño. Pero no podía entenderlo. Simplemente no podía.
- Pero Bella amor, no se te ocurrió pensar que en verdad te ama?- me dijo suavemente.
- No Esme! No me digas eso! Lo siento, se que es tu hijo, pero no puede ser. Uno no le hace algo así a alguien que ama.- replique llorando con más fuerza.
- Quizás las cosas no son como pensabamos. Quizás el no...-
- El no se acostó con otra? Vamos Esme! Yo la ví desnuda en su cama!- no quería enfadarme con ella, pero no podía escuchar eso.- Además, cuando vino a casa para hablar nunca lo negó. Si no hubiese sido así, Edward hubiese intentado convencerme. Pero ya no me amaba. Lo de Irina solo fue su salida. Lo sentí. Lo sentía desde hace tiempo pero me negaba a creerlo. Es por eso que no puedo entender que hoy crea que me ama.- dije casi sin respirar.
- Creo que no lo sabremos Bella- dijo acariciándome la espalda- no diré nada más al respecto, porque te lo prometimos. Cariño, no sabes lo infeliz que me hace verte así.- dijo en voz baja.
- Hay algo bueno de todo esto- le dije mientras le tomaba la mano- vuelvo a tenerte cerca mío-
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