- EDWARD! Es en serio?! No puedo creer que me digas esto!- le dije realmente enfadada.

- Que quieres que te diga Isabella? Se me fue de las manos. Al principio creí que lo iba a poder manejar, pero al pasar el tiempo, me descontrole. No se que más decirte.-

- Otra vez... Otra vez siendo egoísta, pensando solo en ti y en lo que tu quieres. "Se te fue de las manos, lo ibas a poder controlar". Pensé que luego de todo este tiempo y todo lo que habíamos vivido habías aprendido. Pero no. Evidentemente nada te va a hacer crecer.-

- Mami? Papi?- Escuche que llamaba mi pequeño hijo de fondo.

- Perfecto. Despertaste a Matt.- dijo Edward mientras iba hacia la puerta.- Aquí pequeño.- dijo saliendo de la habitación.

- Yo? Yo desperté al niño? Esta conversación no termino Cullen- Estaba cabreada. Muy cabreada. Pero sobre todo dolida. No podía pasar por esto otra vez.

Desde hace semanas discutíamos por todo. Lo notaba extraño, esquivo, hasta mal humorado, por momentos me recordaba a viejas épocas. Me desesperaba. 

Hoy no lo resistí y lo enfrente. Estábamos en nuestra habitación, preparándonos para dormir cuando sentí que tenía que hablar con el. La situación me pesaba demasiado. Desde el día que volví a estar con el me prometí que jamás iba a dejar que la falta de comunicación nos separe. Si bien me daba miedo saber que le pasaba, sabía que había algo que no me estaba diciendo. Y, por supuesto temía lo peor.

Estábamos por cumplir cuatro años de casados. Nos casamos dos meses después de su propuesta. La realidad era que no quería que se me note demasiado el embarazo. 

Para tener tan poco tiempo, junto a Alice organizamos una boda hermosa. No quise perderme un detalle. En otro momento lo hubiese dejado solo en sus manos. Pero luego de todo lo que habíamos vivido, quería que todo fuese perfecto, o al menos nuestra versión de perfecto. 

A los casi 4 meses nació Matthew. Yo hacía poco que estaba como interina en el puesto de profesora, ya que finalmente la titular se había jubilado, y Edward estaba volviendo al ritmo de trabajo que mantenía antes del accidente, por lo que tuvimos que acomodarnos para poder pasar la mayor parte del tiempo con Matt. Contábamos con los padres de Edward y mis cuñadas para cuidarlo, pero yo quería estar con el todo el tiempo que podía. Es un niño hermoso. Muy parecido a su padre físicamente, pero con un carácter similar al mío. Era tranquilo, muy sensible y cuidadoso. Emmett siempre bromeaba y decía que era un "mini Bella". Era muy inteligente. Siempre le insistía a su padre que le leyera las notas que escribía, y aún cuando Edward le decía que no lo iba a entender, el quería saber igual. Tanto Emmett como Jasper intentaron interesarlo en los videojuegos y en los deportes, pero Matt se resistía. Una tarde mi hermano volvió frustrado de un juego al que lo había querido llevar diciéndome "más te vale que hagas algo con ese niño, sino la va a pasar fatal en la secundaria". Exagerado. Mi hijo disfrutaba cuando le leíamos, pero no solo libros para niños, sino algunas historias más largas. Una tarde le pidió al padre que lo llevara al museo a ver los dinosaurios. Era una suerte vivir cerca del Smithsoniano. Desde que lo llevamos esa vez, prácticamente nos rogaba que lo lleváramos seguido. Cuando vio que no lograba convencernos, comenzó a insistirles a sus abuelos, cosa que logró rápidamente que lo llevaran. Nadie se resistía a mi hijo, ni Emmett, aunque no lo quiera admitir.

Eramos felices. Edward y yo eramos felices. Hasta hace casi un mes. No puedo creer que me haya vuelto a engañar. 

Siempre estuvo el fantasma del pasado detrás nuestro. No lo pude evitar. Pero estábamos bien. O no? 

Las lágrimas caían sin poder controlarlas. Escuchaba a Edward hablando con nuestro hijo mientras lo volvía a hacer dormir y no podía evitar sentir que el corazón se me destrozaba,

Que haríamos ahora? Como seguiríamos? Yo no puedo volver a confiar en el, de eso estoy segura.

Casi quince minutos después yo seguía acostada sin parar de llorar. Sentí que se sentaba a mi lado, en silencio.

- Bells, no llores, por favor. Hablemos.-

- Que quieres decirme Edward? Que "fue sin querer". Eso no se hace sin querer.-

- Ya lo se, pero si lo piensas en frío no es tan grave.- 

- No es tan grave?- le pregunte incorporándome y tratando de mantener el tono bajo.- Estas destruyendo todo lo que armamos durante estos últimos cinco años. Con todo lo que nos costo lograr ser lo que somos hoy, otra vez... no puedo entenderlo. Que hice mal? Que no te estoy dando?- las palabras me raspaban la garganta. 

- Isabella, de que estas hablando?- me pregunto mirándome extrañado.

- Como de que hablo Edward! Me estas engañando otra vez!- le dije entrando en una crisis de llanto de nuevo.

- Engañándote?! Tu crees que estoy engañándote con otra?-

- Claro que creo que me estas engañando con otra! Lo vas a negar? Me lo confirmaste antes, cuando se desperto Matt, no lo quieras arreglar ahora.-

De pronto Edward comenzó a sonreír, y la sonrisa se convirtió en risa, y las risa en carcajada.

- Me estas tomando por idiota!!!!- le dije poniéndome de pie y golpeándolo en el pecho.

- Es que... jajajajaj!! es que crees que... jajajajajajaj! que te estoy engañando con otra!! JAJAAJAJAJAJAJAJAJ.- Estaba tirado en la cama riendo como si fuese la última vez.

- No puedo entender la gracia Edward Cullen!- estaba buscando algo para poder golpearlo. Me encaminé hacia el closet y comencé a buscar mi ropa para ponerla en un bolso. Al ver lo que hacía, Edward dejo de reír, se pudo de pie y me tomo de los hombros.

- Ya Isabella, deja eso.-

- No pienso pasar un minuto más aquí. Dejaré a Matthew porque es tarde pero mañana...-

- Puedes escucharme por favor?- dijo mientras me quitaba las cosas de las manos.

- Que quieres que escuche? Ya esta todo claro! Suéltame!- Al ver que no dejaba de empacar, me alzo en sus brazos y me sentó en la cama.

- No puedo entender como después de todos estos años puedas creer que quiero estar con otra mujer que no seas tu.- No le conteste.- A ver, de donde sacaste esa idea.-

- No la saque de ningún lado Edward. Tu estas extraño desde hace algunas semanas. Siento que me esquivas. Te llame al periódico varias veces y nadie sabía donde estabas. Cuando te pregunto dices que estas en alguna nota con Jasper. Luego hablo con Alice y Jasper estaba con ella. Llegas y pones a lavar tu ropa, cuando desde siempre te la lave yo. Y tienes algunos rasguños que, ciertamente, yo no te he hecho. Y hoy, cuando te dije que sabía que estabas ocultándome algo, lo afirmaste! Lo afirmaste Edward!- Otra vez las lágrimas se mezclaban con el enojo. 

- Y tu crees que lo que te oculto es a otra mujer. Dime algo, en estos cinco años, alguna vez te di algún indicio de estar con otra? De mirar a otra? De siquiera hablarle a otra?- No le respondí.- Responderme Isabella. En algún momento falte a nuestro pacto de matrimonio?-

- No que yo sepa.- 

- No que tu sepas. Correcto.- Respiro profundo, mientras se tomaba el puente de la nariz- Como te dije antes, es verdad que te estoy ocultando algo, pero no es lo que piensas.-

- Y que es?- le pregunté intentando mantenerme lo más serena posible.

- Hace un poco más de un mes, volví a entrevistar a Brad Cooper, lo recuerdas?-

- Si, claro que lo recuerdo. Es el corredor que entrevistabas cuando tuviste el accidente.-

- Bueno, ahora esta entrenando a novatos. Nos pidieron que lo entrevistemos para ver como era su vida, luego de haber sido uno de los campeones de mayor edad en los Estados Unidos.-

- Y eso que tiene que ver Edward? Puedes ir al punto por favor?-

Suspiro y rodeo los ojos antes de responderme.

- Luego de la entrevista le pregunte si podía sumarme a sus aprendices. Desde hace un mes estoy piloteando autos de carrera. Es por eso que llego más tarde, es por eso que no dejo mi ropa por ahí, porque huele a combustible, y es por eso que estoy esquivo, porque sabía que cuando te enteraras te enojarías mucho. Estaba de mal humor porque me sentía horrible mientiendote y porque me daba culpa hacer lo que estaba haciendo.Los raspones de mi espalda son por la ropa de piloto. Esas porquerías lastiman.-

Me quedé helada. Esto si que no me lo esperaba.

- No hay otra mujer?- pregunte cuando pude articular palabra.

- No hay otra mujer. No hay forma que haya otra mujer Bella. Tu eres MI esposa, te amo y te prometí que nunca lo volvería a hacer. Te lo prometí a ti, delante de Dios, de nuestra familia y sobre todo nuestro hijo.- Estaba decepcionado.

Volví a ponerme a llorar. Tenía razón. 

- Sabes que detesto esconderte cosas, porque te conozco, se como te pones cuando tu cabeza maquina, y de hecho no me equivoque. Estaba esperando que Brad me confirme si podría seguir con el o no antes de decírtelo. Lo siento.- Se recostó en la cama y cerro los ojos. 

- Edward, lo siento.- le dije mientras me sentaba cerca de el. Me sentía fatal. 

- Esta bien Bells. Creo que nunca confiaras del todo en mi. Sigues esperando que vuelva a ser el que era no?- pregunto mirándome de reojo.- Después de 5 años y un niño sigues esperando que vuelva atrás.- 

- No Edward, sabes que no. Confío en ti, es solo que... - no tenía explicación clara.- A veces creo que te aburro.- Le dije por fin.

- Me aburres? Es imposible aburrirme contigo Isabella.- Dijo incorporándose y mirándome a los ojos.- Alguna vez sentiste que estaba aburrido de ti? No te demuestro lo suficiente?-

- No es eso... es que...- 

- Es que crees que soy como tu hermano y Jasper. Siempre buscando nuevas cosas que hacer, arrastrando a Rosalie y Alice con ellos, solo porque les aburre la vida tranquila de hogar.- dijo algo divertido.

Emmett y Jasper había desarrollado un nuevo concepto de diversión. Elegían un lugar cualquiera dentro de los Estados Unidos y se iban a acampar, llevándose a sus novias con ellos. 

Al principio las chicas los acompañaban gustosas. Digamos que les divertía la idea de ser "aventureras". Pero para el tercer viaje, donde terminaron durmiendo en un parque nacional y recibieron una multa por intentar prender una fogata, tanto Rosalie como Alice desistieron de acompañarlos, por lo que los muchachos dejaron de ir ya que "sería raro que dos amigos fueran solos de campamento. Muy secreto en la Montaña", por lo que dejaron de hacerlo. Hasta que Jacob se sumo al dúo, y desde entonces salen una vez al mes a realizar alguna actividad nueva, logrando así que su cuota de "machismo" no se vea afectada por la cotidaneidad. 

La única vez que estuvieron sin hacer sus viajes durante un tiempo fue cuando Alice viajo a París para poner, de una vez por todas. Jasper se nego a que fuera sola, por lo que se tomo todas las vacaciones que tenía acumuladas en el periódico y viajo con ella. Cuando volvieron, Alice tenía una sortija de compromiso, pero aún no habían fijado fecha, porque, según ella, estaban esperando el momento indicado. Jasper simplemente no opinaba. Eran demasiado extraños.

-Tu no vas a esos viajes porque detestas el campo, dormir en carpa y, definitivamente, no tienes "espíritu aventurero".- replique.

- Es verdad. Pero además, no voy porque no me gusta estar sin ustedes. Y no creo que a Matt le guste demasiado la idea de acampar.- dijo riendo. Era verdad. Nuestro hijo sufría cada vez que sus tíos lo querían llevar a uno de sus viajes "tranquilos". Era muy pequeño aún, eso lo salvaba. 

Ambos nos habíamos relajado un poco. Estábamos sentados en la cama, sin tocarnos uno al lado del otro.

- Ya se te paso el berrinche?- pregunto mi esposo.

- No era un berrinche.- le dije molesta.- Sabía que me ocultabas algo.-

- Pero te das cuenta que no me dejaste hablar? Solo dedujiste...-

- Lo se. Es que no pensé. Además- le dije incorporándome para verlo a los ojos- dijiste que "pensabas que podías manejarlo pero que se te fue de las manos". Que rayos quería que pensara?-

- Es que fue así. Mi idea era volver a dar una vuelta en el auto de Brad. Por supuesto el se negó. Pero le dije que iría con cuidado. Antes no tenía nada que perder, pero ahora te tenía a ti y a Matt, no iba a cometer las mismas imprudencias!- no le dije nada invitándolo a continuar.- Cuando subí y conduje esa máquina, porque debes saber que es una máquina genial, me di cuenta que era algo que quería hacer. Cuando terminé mi vuelta, hable con Brad para preguntarle si podía enseñarme algo de lo que hacía, y luego de insistir un poco acepto. Se me fue de las manos cuando me di cuenta que era bueno en esto del automovilismo y que podría ser algo más que un pasatiempo.-

- Me estas diciendo que quieres dedicarte al automovilismo?- le pregunté intentando mantener la paz.

- No... pero quiero practicarlo con regularidad. Estaba esperando que Brad anuncie quienes serían sus nuevos "discípulos" antes de decírtelo.-

-Y quedaste verdad?- dije adelantándome.

- Si.- Respondió con una gran sonrisa en su rostro.- dijo que tengo talento.-

Tome aire por la nariz, intentando no golpearlo.

- Edward Anthony Cullen-

- Antes que me retes como lo haría mi madre, debes saber que le dije que no.-

Lo mire incrédula.

- Estas bromeando?- 

- No. La sensación de adrenalina que tengo sobre un auto es increíble, no te lo voy a negar. Pero también conozco de primera mano las consecuencias de un descuido. No voy a arriesgar nuestra familia por una emoción momentánea.-

Todo este lío por nada? Comencé a llorar de nuevo.

- Eres un idiota Edward. Lo sabes?- le dije poniéndome de pie y yendo al baño. - Estamos discutiendo hace mas de una hora por algo que ni siquiera harás?-

- En tal caso somos dos idiotas, porque tu estas llorando desde hace algo mas de una hora por algo que no haré.- dijo con tono bromista.- Y eso sin contar que casi te vas de casa por algo que ni siquiera hice.-

- Lo se. Siento haber desconfiado de ti. Tienes razón, no me diste ninguna razón en todo este tiempo para desconfiar de ti.- Era una idiota.

- No pasa nada Bella. Yo tampoco fui muy brillante con mis respuestas.-

Me lave la cara, me puse el pijama y me metí en la cama. Estaba exhausta.

- Estas muy enfadada?- pregunto abrazándome por la espalda.- Amor, tuvimos una noche de locos, podemos dormir en paz aunque sea?- 

En este momento creo que odiaba a mi esposo. El se enojaba, desenojaba y reía en menos de 5 minutos. A mi me duraba algo mas.

- Duérmete Edward.- le dije sin siquiera darme vuelta.

- Pero...- 

- Hasta mañana.- Probablemente lo perdonaría. Pero no ahora.

Era de día cuando abrí un ojo. Miré el reloj, eran algo más de las ocho y media. Pero era sábado, por lo que no tenía pensado moverme. Gire sobre mi hombro para ver si Edward seguía dormido, pero no estaba en la cama. Mejor, el se ocuparía de Matthew. Volví a cerrar los ojos y me deje ir un rato más.

- Mami...- sentí las manitos de mi hijo en mi rostro.- Mami, despierta.-

- Un ratito mas cariño...- le dije algo adormilada.

- No mami, debes despertarte! Hicimos el desayuno!- insistió mi pequeño.

- Mmm... hicieron?- le pregunte algo más despierta.

- Si, papá y yo.- dijo sonriendo.

- Y donde esta papá?- le dije mientras lo abrazaba.

- Abajo, esperándonos. Vamos mami! Si bajas te daré de mi jugo especial!- Su jugo especial era jugo de naranja dentro de su taza de Buzz Lightyear. Era fanático de Toy Story.

- Bien mi pequeño negociador, pero antes debes darme un beso grande!- le dije haciéndole cosquillas.

- Ay mami!- dijo riendo y dándome un gran beso.- Vamos!-

Bajamos a desayunar. Edward estaba sentado en la mesa del comedor sonriéndome de esa manera que siempre me encanto. Esta vez no iba a resultarle tan simple.

- Buenos días amor.- dijo mientras me servía café.- Descansaste bien?-

- Si.- respondí escuetamente.

- Papi, dale de mi jugo a mamá. Le dije que si bajaba podía beber de el.-

- Ok enano, le serviremos jugo a mama.-

Cuando Edward me paso el vaso de jugo de naranja, apenas sentí su olor, salí disparada al baño.

- Bells, te encuentras bien?- pregunto Edward entrando detrás mío.

- No.- le dije mientras lavaba mis dientes. - El olor a la naranja me hizo mal.- 

- El olor a... Otra vez?- pregunto mientras una sonrisa cruzaba su rostro.

- Otra vez que?- le dije de mala manera. Aún no lo había perdonado.

- Ahora entiendo! Tus arranque de llanto anoche, tu humor cambiante estos días, y ahora la naranja... Bella, estas embarazada otra vez!- dijo mientras me abrazaba.

Yo ya lo sabía. Sabía que estaba embarazada. Me había hecho un test hacía unos días. Pero no iba a decirle nada hasta que descubriera que sucedía.

- Lo se.- respondí-

Edward me soltó y me miro seriamente.

- Y no me lo dijiste?-

- No te lo iba a decir hasta saber que te pasaba Edward. -

- Eres una de las personas más testarudas que conozco Isabella.-

- Pero así me amas.- le respondí ya mas relajada. 

- Y así te amaré toda la vida.- dijo mientras me acercaba para besarme.

- Más te vale.- respondí acortando la distancia para besarlo.

Y se terminó!!!! 

Espero que les haya gustado el final de esta historia que, al menos a mi, me gusto tanto.

Se que no profundicé en los demás personajes, pero prefiero que ustedes les den el final que quieren.

Gracias por haberme acompañado durante este fic.

Dentro de poco nos leeremos de vuelta con otra historia.

Les dejo un gran saludo!!!!!!