EMMETT POV
-Bien, entonces puedo pensarlo?-
-Claro Sr. Swan. Pero debe saber que esta es una gran oportunidad para un jóven como usted. Perdóneme la pregunta personal pero ¿Es usted casado?-
- No aún Sr. Michaels.-
- Mejor aún. Esta libre para decidir. Bien Emmett, no le quito más tiempo. Tomese su tiempo, pienselo, y respóndame lo antes posible. Le repito, con una recomendación como la suya, estmos ansiosos de tenerlo entre nosotros.-
- Sr. Michales, no tengo palabras para agradecerle, realmente es una gran oportunidad. Lo pensaré y le responderé a la brevedad.- dije cortando la comunicación.
Acababa de llamarme uno de los preparadores físicos de los Washington Nationals, el equipo de beisbol mas importante de Washington, para ofrecerme un puesto como uno de los médicos especialistas adjuntos para el equipo.
En la universidad, fui ayudante de cátedra en una materia debido a mis notas y a tener una excelente relación con el profesor a cargo el Sr.Addams. Fue mi mentor durante toda mi carrera. Había sido preparador físico en las grandes ligas. Michales, a quien conocía desde sus años entrenando, le preguntó si conocía alguien para el puesto y Addams me recomendó. Es un salto impresionante para mi carrera. Es un puesto suplente por el momento, pero con grandes posibilidades de quedarme.
Pero no puedo decidirlo solo. Debo hablar con mi hermana.
Estaba acostado en el sillón, aún con el teléfono en la mano cuando entro Bella.
- Emm? - pregunto al no verme- estas en casa?-
-Si Bells, estoy aqui- dije levantando la mano para que venga al lado mío.- Como te fue?- le pregunté sentandome.
- Horrible Emmett. Nadie quiere emplearme debido a mi "falta de experiencia en salones grandes". No importa que este altamente calificada para hacerlo, ni la nota de recomendación del Instituto de Forks.- soltó frustrada sentandose a mi lado.- A ti que tal?-
- Bells, acaban de llamarme de los Washington Nationals para ofrecerme un empleo.- le dije de golpe. No servía darle vueltas al asunto.
Abrió sus grandes ojos y me miro.
-Eso es excelente Emm!!- grito abrazandome.- Cuentamelo todo!-
Le relate mi charla con el Sr. Michaels entera.
- Genial hermanito! Y que harás?- pregunto.
- Que haremos, querras decir.- respondí pasandole un brazo por encima de los hombros.- Porque a donde sea que vaya, te vienes conmigo Bells.- Eso estaba decidido.
- No Emmett. De ninguna manera. Es tu oportunidad. No vas a ir llevando a tu hermanita por todos lados. No voy a atarte de ninguna manera.- dijo poniendose de pie y caminando por todos lados, como hace cada vez que algo la enoja.
- Isabella.- la llamé poniéndome de pie.- La única manera que yo acepte este empleo es si tu te vas conmigo. En Seattle quizás no este lo que estas buscando, pero quien te dice que en Washington...-
- Washington Emmett? Estas escuchando lo que dices? Edward vive allí!!- me interrumpió mientras las lágrimas caían de sus ojos.- De todos los lugares que hay en el país, allí debe ser!-
Hay veces que soy más estúpido de lo que creo que en realidad soy. Edward vive allí. Claro que no va a querer ir.
- Pero Washington es gigante Bella. Las posibilidades de encontrarte con el son mínimas. -
- Si Emmett? Y que me dices de tus posibilidades? Es periodista deportivo, no crees que estará en los partidos? Y que hay si lo ves? Lo golpearas de nuevo? No puedo vivir con ese miedo Emmett. No es sano para mi. - La pequeña tenía un punto.- Además con mi suerte, seguramente vivamos en la casa de al lado.- añadió. No pude evitar reír.
- Bells, vamos a pensarnoslo si? Yo no tomaré ese trabajo si tu no vienes conmigo. Además, quien cuidará de mi? Necesito a mi hermanita conmigo!- le dije haciendo puchero.
- Emm... te amo, pero no se si podré...- la interrumpí.
- Eres la mujer mas fuerte que conozco Bella, claro que podrás. Pero no te presionaré. Es tu vida también y puedes decidir. No quiero irme si tu no vienes, eres mi hermana y quiero tenerte conmigo.- No iba a presionarla. Debo admitir que me sentía un poco cobarde y egoísta queriendo persuadir a mi hermana menor para que se vaya conmigo. Pero es que siempre había sido así. A pesar de tener a papá, ella siempre fue mi responsabilidad.
- Lo pensaré Emm. Te lo prometo.- dijo mientras me abrazaba.- Ahora, vamos a ver que cocinamos si?-
- Claro Bells- le dije tomándole la mano y dándole un beso. Por momentos la veía tan pequeña. Me dolía verla sufrir.
Si nos ibamos a Washington, me iba a asegurar que ese cretino no se la cruzara. Ni por accidente.
|