- Emmett!- grite corriendo hacia la entrada de casa cuando vi bajar del automóvil a mi hermano mayor.- Te extrañe tanto!!!-
Si alguien fuera de mi familia me viera tan expresiva, creerían que tengo una hermana gemela "buena". Por lo general no soy tan expresiva, ni efusiva con nadie.
-Hermanita!! Yo también!- dijo mientras me alzaba en el aire y me hacía girar. Si había una persona en el mundo a la que amaba con un amor fuera de lógica era a mi hermano mayor. Amaba a mi padre, pero a nadie como a mi hermano. - Estas más enana aún!- dijo soltandome suavemente en el suelo.
-No Emm! Tu estas más alto. Es eso posible?- pregunté mientras lo abrazaba por la cintura para entrar a casa.- Papá! llegó Emmett!- grite entrando a la sala.
Hacía algo más de un año que Emmett se había mudado a Seattle para trabajar. Era deportologo, o sea, médico de deportistas. Según Emmett la medicina deportiva servía para obtener los mejores resultados en la práctica competitiva o recreativa de algún tipo de actividad deportiva. Por lo que se encontraba trabajando en la Universidad de donde nos habíamos recibido. Tiene tres años mas que yo, aunque a veces parece mi hermano menor, ya que tengo que cuidarlo como si fuese un niño. Creo que es porque nuestra madre nos dejo siendo muy jóvenes. Yo casi ni la recuerdo, pero Emmett si. Hubieron complicaciones entre mis padres, y, según dice Charlie, no lo resistió. Un día llego del trabajo y nos encontró a Emmett y a mi en la casa de la vecina. Se había ido. Dejo una nota diciendo que volvería, pero luego de más de veinte años, no sabemos nada de ella. Mi padre se quedo conmigo de casi un año, y Emmet de casi cuatro. Fue muy difícil para él seguir adelante, pero, como siempre nos dice, nosotros fuimos su fuerza. Y eso es lo que sembró en mi hermano y en mi. Las cosas siempre nos costaron, pero nunca nos dimos por vencidos. Por eso hoy a los 26 años, Emmett era un gran profesional en su área y yo, con 23, me encontraba dando clases de literatura en el instituto de Forks, donde nunca hubo una profesora tan jóven. Papá siempre decía que eramos su orgullo, pero en realidad, él era el nuestro, y nos impulsaba a dar lo mejor de nosotros. El es el jefe de policía del pueblo, y si bien siempre tuvo mucho trabajo, también se hizo tiempo para cuidar de nosotros. Darnos todo lo que necesitabamos y hacer cosas juntos. Era mi héroe. Lo amaba profundamente. Después de muchos años se había animado a reconstruir su vida y Sue, su esposa actual, era mucho más de lo que podríamos pedir para el. Tuvieron una boda sencilla, pero llena de amor, y hoy tenía dos hermanos más, ya que Sue también era viuda y tenía dos hijos de su matrimonio anterior, Leah y Seth. Son los hermanos menores que, en realidad nunca pedí, pero que hoy amo. Leah esta en el último año del instituto y Seth en el primero de secundaria. Los tengo a los dos de alumnos, pero como tenemos apellidos distintos nadie molesta. Aunque todos saben que somos hermanos del corazón, como decimos siempre. Disfrutaba tenerlos en casa, más ahora que Emmett vivía en la ciudad y lo veía algunos fines de semana al mes.
- Grandote! - grito Seth saltando sobre el para intentar taclearlo.
- Pequeño demonio! Sigue intentandolo y algún día lo lograrás- dijo riendo mientras chocaba las manos con Seth.- Donde esta Lee lee?-
- Lee lee esta tratando de estudiar en la cocina- se escucho de fondo la voz de mi hermana.
-Pero puedes venir a saludar a tu hermano mayor favorito!-
- Niños! ya! 5 minutos juntos y la casa es un griterío- dijo papá bajando. - Hola hijo, que bueno verte- saludo a Emmett.
- Hola papá, lo mismo digo. Los extraño mucho.-
-Y nosotros a ti mi niño- esta vez fue Sue la que contesto- pero estas cada vez más flaco Emmett! Estas comiento bien?- dijo abrazandolo.
La preocupación de Sue me hizo reír, si hay algo que Emmett hacía bien, era comer.
-Hablando de comer... que cocinaste hermosa Sue?- Ya me parecía que estaba muy calmado.
- Oh! He hecho tus pastas favoritas hijo, y una tarta de fresas de postre.- dijo Sue mientras lo llevaba a la cocina.
- Mmm- hizo Emmett mientras se tocaba la panza- Amo estar en casa.-
|