Los Ángeles: “La noche”

                                                                                          9 de noviembre 2011

18:36 pm

Ya esta todo listo, las invitaciones ya fueron entregadas, la música, las luces, las flores, los mozos, la mantelería y la vajilla, todo esta listo, Renne y Carlise llegan pasado mañana, y nosotros cuatro tenemos dos días libres, así que hoy saldremos a cenar y luego iremos a un bar por unos tragos y a bailar un poco,

Jake me ha llamado ayer para agradecerme el pasaje que le envié, pero que con todo el dolor del alma tenía que decirme que no vendría. Eso significa un alivio para mi, porque si bien lo necesito mas que nunca, después del casi beso con Edward estoy peor y yo se que la única persona capas de frenar mi tristeza es Jake, se que si el no viene las cosas seguirán en calma con Ed.

Respecto a Edward todo volvió a la normalidad y no mencionamos mas el casi beso, aunque tengo que confesar que si cierro los ojos y llevo mi mente a ese momento puedo sentir el roce de sus labios en los míos. Esa sensación y el estar lejos de Jake no ayudaban, sentía como si en cualquier momento pudiera morir de tristeza.

Bueno así van las cosas, ahora iré a bañarme y prepárame para esta noche.

                                           Bella

Recién terminaba de bañarme y estaba en mi habitación buscando un vestido negro que estaba segura que Rose había metido en la maleta, cuando la puerta de la habitación se abrió de golpe. Y ahí estábamos yo en ropa interior y el perfectamente hermoso en unos jeans azules y una camisa negra.

- Edward podrías acostumbrarte a tocar antes de entrar?- le dije ruborizada mientras tomaba la toalla de la cama para taparme.

- solo quería decirte que Rose y Emmet ya se fueron, se ve que querían estar “a solas” un rato- dijo haciendo el gesto de las comillas cuando dijo a solas.

- esta bien gracias por avisarme- le dije sintiéndome aun ruborizada.

El seguía allí parado en la entrada de la habitación recargado sobre el marco de la puerta, mirándome con un brillo extraño en sus ojos.

- anda Ed, que esperas vete quiero vestirme- le dije el solo se acerco hasta mi.

- puso sus manos en mis mejillas como aquella mañana cuando estuvo a punto de besarme y mi corazón reacciono de la misma manera que entonces.

- Ed que haces?- logre decir. El no contesto y solo se limito a depositar un suave beso en mis labios. Para luego soltarme y empezar a alejarse de mi.

- espera!!- lo detuve y fui casi corriendo hasta donde el estaba - no puedes irte así- le dije y solté la toalla que envolvía mi cuerpo para abrazarme a el y besarlo, el correspondió mi beso, mi corazón latía desenfadado dentro de mi pecho y el estaba tan cerca, tan apretado a mi cuerpo que estoy segura podía sentirlo, mi piel casi desnuda ardía de deseos bajos sus manos que recorrían desde mi cabello hasta mi cintura.

Corto el beso cuando nos faltaba el aire, ninguno de los dos dijo nada solo nos miramos unos segundos a los ojos entendiendo que los dos deseábamos lo mismo, esa mirada fue la que comenzó todo. Volvió a besarme pero esta vez con urgencia, sus manos iban y venían por mi espalda haciendo que me estremeciera ante su contacto. Poco tiempo necesito para deshacerse de mi ropa interior y dejarme completamente desnuda, el seguía vestido, así que sin dejar de besarlo comencé a desvestirlo.

Nuestras manos parecían tener voluntad propia, tocaban cada parte de nuestros cuerpos provocándonos placer.

Beso cada centímetro de mi piel y yo de la de el, ambos disfrutamos del placer que le provocábamos al otro.

Con Edward, dentro de mi me sentía completa, parecíamos estar hechos el uno para el otro nuestros cuerpos encajaban con el del otro en una cómoda perfección.

Me sentí flotar en una atmósfera de placer cuando ambos alcanzamos el clímax, susurrando nuestros nombres.

Estuvimos recostados un rato, mirándonos, acariciándonos y besándonos pero ninguno de los dos decía nada, las palabras sobraban.

Había imaginado tantas veces este momento como una escena imposible en mi vida, y allí estaba abrazada al hombre que amaba.

- Bells me encantaría quedarme aquí toda la noche pero Emmet y Rose nos deben estar esperando- dijo besándome la frente

- tienes razón- le conteste y me levante de la cama para vestirme.

Cuando estuvimos listos fuimos al restaurante donde los chicos nos esperarían, el viaje fue en silencio, solo tomaba mi mano con la mano libre y la besaba, nos dedicamos muchas miradas cómplices, yo solo lo miraba conducir era perfectamente hermoso. Me sentía feliz y llena de esperanzas.