hola chicas!! Intente arreglar el capitulo 20, si de todos modos siguen sin poder leerlo me avisan y vuelvo a subirlo como un nuevo capitulo a ver si así pueden leerlo por fin

Inseguridad

Edward POV

Nos encontrábamos en su habitación, recostados en su cama escuchando un CD de música clásica, nuestras madres estaban el la habitación de huéspedes, preparándola para Esme, ya que mi madre se quedaría algunos días en Forks, era raro, pero genial ver lo bien que se llevaba con Renne. Mi padre aun no llegaba del hospital

Desde que habíamos llegado de La Push, mi Bella estaba rara, si bien me había dicho que Jacob, estaba bien, ella, aunque intentaba disimularlo, se encontraba extraña.

Una idea, que de solo pensarla me hacia sentir fatal, estaba dándome vueltas en la cabeza, seria que había descubierto que Jacob le importaba mas de lo que ella misma esperaba? estaría arrepentida de haberme elegido antes que a el? no podría soportar la idea de perderla, pero en ese momento la incertidumbre me estaba volviendo loco.

Ella se encontraba recostada sobre mi pecho, el perfume de su cabello inundaba el aire, entraba en mi cuerpo disparando cada uno de mis sentidos, se veía hermosa, había soñado tantas veces tenerla así, entre mis brazos, solo para mi, pero las dudas no me dejaban terminar de disfrutar el momento, tenia que enfrentar la verdad, aunque eso me alejara de ella para siempre.

- Bells, que es lo que te tiene preocupada, te noto extraña –

- nada amor estoy bien- contesto sin mover ni un músculo, pero su respuesta no me conformo

- anda Bells por favor, puedes decirme lo que sea- insistí, esta vez ella movió su cuerpo, separándose del mió y se recargo sobre uno de sus brazos quedando frente a mi, el despegue provoco en mi una insoportable sensación de vació.

- la verdad es que hay algo, pero no quería hablar este tema contigo- dijo bajando la mirada

- tan grave es? En serio amor puedes hablar conmigo, de lo que sea-

- esta bien, es Jake- dijo apenada

- que es lo que esta mal con Jake- pregunte haciendo fuerza para lograr hablar, el pánico se estaba apoderando de mi, cuando pronuncio su nombre mis temores comenzaron a agolparse en mi corazón.

- cuando hablamos esta tarde el se mostraba demasiado feliz, pero yo creo que en realidad estaba disimulando su pena-

- Jacob ha demostrado ser una persona especial y desinteresada, quizás este feliz en serio- intente convencerla, de lo que ni yo mismo creía.

- por favor Edward- sus ojos se llenaron de lagrimas y sentí que mi corazón se arrugaba al verla- crees que una persona puede ser feliz, viendo a la persona que ama con alguien mas? Tu eras feliz cuando yo estaba con el? yo iba a matarme porque creía que era con otra con la que querías estar-

No terminaba de entenderla

- pero Bells no podemos hacer nada, no puedes dejar de sentir lo que sientes uno no elige de quien enamorarse-

- lo se, sabia que iba a pasar eso, pero lo que me tiene mal es otra cosa, siento que va a desaparecer, que no voy a volver a verlo. Edward, el se ha convertido en una parte mi, y no quiero perderlo-

Sus palabras intensificaron el pánico, tenia que preguntarle sin más rodeos, si ella realmente estaba segura de que su decisión era la correcta

- Bells, estas segura de que esto es lo que realmente deseas, realmente me amas, quizás por culpa de mis estupideces te has enamorado de el y recién lo descubres- las palabras salieron una atrás de la otra casi sin pausa

- no mi amor, no entiendes, te amo y no puedo vivir sin ti, y estar contigo es lo que mas quise, quiero y querré en la vida, aunque eso lastime a Jake, lo que me pasa con el es otra cosa, el es mi hermano, y mi egoísmo no quiere que se aleje de mi vida- dijo ella devolviéndome la tranquilidad.

- puedo hablar con el si tu quieres-

- no Edward no es justo para ti, a demás no creo que Jake quiera escucharte, por otro lado tengo que pensar que el tiene derecho a hacer lo que desee buscando su felicidad, aunque eso lo aleje de mi vida-

- pero no me gusta verte triste, si pudiera hacer algo- le dije

- quédate a mi lado, no me dejes nunca, eso me dará la fortaleza para enfrentar cualquier situación que me duela demasiado-

- dalo por hecho- le dije y la bese, sus besos eran el dulce mas delicioso que mis labios hayan probado jamás, la amaba mas que a mi propia existencia, era todo lo que necesitaba para vivir y la deseaba tanto que se volvia una especie de necesidad para mi poseerla.

Su beso se volvió urgente a la par del mío, y su lengua se abría paso en mi boca, parecia haberme leido el pensamiento, solté sus labios y apoyé mi frente en la suya, cuando comenzaba a costarnos respirar. Tomé con ambas manos su rostro y lo besé

- Quiero hacerte el amor.- solté sin más, mirándola a los ojos

- yo también quiero – dijo ella ruborizada.

 - Te amo.- le sonreí. Ella me miró y sus ojos sonrieron antes que sus labios

- Yo también te amo y mucho.- afirmo

Sus manos pasaron por mi cuello y se aferraron a mi cabello con fuerza, mis manos buscaron el cierre de su vestido, una vez descubierta su espalda, acaricie con mis manos toda su piel expuesta hasta sus hombros, tomando las tiras de su vestido y tirándolo al suelo; ella con suavidad fue desabrochando uno a uno los botones de mi camisa, las puntas de sus dedos fueron acariciando mi cuerpo hasta alcanzar la cintura de mis pantalones, suspiré fuerte al sentir el roce de sus dedos en mi piel sensible, cuando bajaba el cierre del mismo y me los quitaba junto a mis boxers, mis ojos querían arrancar las únicas prendas que quedaban en su cuerpo sólo con la mirada, quité su prenda superior y me dediqué a besar sus pechos, dejando húmedos sus pezones erguidos por la excitación, luego de dedicarme con afán a ellos le quite la prenda inferior dejándola completamente desnuda ante mi ansiosa mirada.

Deposité un suave beso sobre sus labios para dejar mi frente unida a la de ella, sus manos se aferraron a mis hombros con fuerza y yo descendí la mía por su cuerpo, hasta llegar a su centro húmedo y anhelante, tomé mi miembro y sólo el rozar su punta con el calor abrazante de su cavidad, me hizo gemir de placer, sin perder detalle de sus ojos que brillaban como nunca antes.

Cuando creí que era el momento adecuado, mis caderas empujaron sobre las suyas con decisión, sus suspiros comenzaron a convertirse en una errática respiración con cada nuevo movimiento de mi cuerpo sobre el de ella; entreabrí mis labios para acompasar mi respiración,  el calor que despedía su cuerpo, era cada vez mayor, y mi cuerpo temblaba de excitación.

Deje que nuestros cuerpos se fundieran del todo en tres embestidas más, sintiendo como sus uñas se enterraban en la piel de mi espalda, ella cerro sus ojos, en ese momento me quedé quieto dentro de ella, aun cuando mi miembro rogaba por una fricción rápida para liberar mi cuerpo, besé sus párpados, cuando a abrilrlos poco a poco, me dejé llevar por los sentimientos y el deseo, tomé sus caderas y comencé un vaivén rítmico, mientras mis labios besaban los suyos, su cuello y sus senos, me embriagaba el delicioso aroma de su cuerpo, aceleré mis movimientos más, y continué besando sus pechos, era tan estrecha, que no creía poder resistir un minuto más, sentía como se removía más entre mis brazos y gemía audiblemente, no pasó mucho tiempo, hasta que sentí como sus paredes iban cerrándose y un grito ahogado retumbó en la habitación, cerré mis ojos cuando la vi arquear su espalda y dejar caer la cabeza en la almohada, el erotismo de esa imagen y el olor de su excitación casi me matan, sentí mi orgasmo potente, mientras mi lengua recorria sus senos y comenzaba a sentir la extraordinaria liberación total de mi cuerpo.

Perdí todas las fuerzas y me desplomé sobre ella, dejando por unos momentos mi rostro escondido en su cuello, donde cada tanto seguía dejando pequeños besos, luego de unos pocos segundos me quité de ella quedando a su lado, no podía dejar de mirarla, pero ella permanecía con la vista fija en algún punto; extendí mi mano y acaricié su mejilla, lo cual pareció sacarla de su trance, levanté mi torso, apoyando mi codo para observarla de cerca, pero ella solamente miraba hacia otro lado.

- Bells.-la llamé suavemente

- ¿que?.- murmuró ella

- ¿Qué pasa, amor?.- consulté inclinándome más hacia ella

- Nada.-

- Bells estas segura que esto es lo que quieres?- pregunte, cuando el fantasma de la duda volvió a acecharme.

- mucho más que segura- afirmo

- estas segura? Volví a preguntarle

- si- volvió a afirmar -no serás tu el que no esta seguro?- dijo frunciendo el ceño, su pregunta me sorprendió, mis miedo me habian llevado a pensar que ella no queria estar alli, cuando en realidad ella pensaba que era yo quien no queria estar con ella, y lo mas gracioso era que jamás en mi vida había estado tan seguro de algo como de que estoy perdidamente enamorado de ella.

- me lo preguntas en serio?- pregunte mostrando mi sorpresa, ella asintió con la cabeza, y dijo

- es que has estado con tantas, que quizás… yo no… no sea especial para ti-

-  no recuerdo nítidamente mi primera vez, ha sido hace mucho, pero cada caricia tuya, cada beso, cada palabra es una nueva sensación registrada por mi cabeza, creeme que todo esto es tan nuevo para ti como para mi,  nunca antes me había sentido así-

- no parece real.- musitó escondiendo su cara en mi pecho

- es cierto parece un sueño, pero es real, aquí estamos – le dije acariciando su cabello

- de verdad me amas?- pregunto

- con toda mi alma- le conteste

Nos quedamos recostados, desnudos regalándonos mas besos de los que ya nos habíamos dado, unos momentos hasta que la realidad, nos golpeo la puerta.

- Bella! Edward! La cena esta lista- grito mi madre desde afuera de la habitación, Bella se tapo con mi camisa que recogió del suelo, por reflejo y se ruborizo.

- en un momento estamos con ustedes!- grite yo, escuchamos los paso de mi madre alejándose de la habitación y ambos comenzamos a reírnos con complicidad, nos habíamos olvidado que no estábamos solos, nos habíamos encerrado en nuestra burbuja intima y nos habíamos disfrutado como nunca, con nuestras madres en la casa.

- será mejor que nos vistamos rápido- dijo poniéndose de pie y recogiendo nuestras ropas del suelo, me acerque a ella para tomar mi ropa no sin antes volver a besarla.