Cumpleaños

                                                                                  13 de septiembre 2011

7:30 am.

Mi nombre es Isabella Swan, vivo en Forks, la cuidad mas lluviosa y húmeda de los Estados Unidos, con mi madre la restauradora de arte más conocida del país Renne Higginbotham, con su marido el adinerado y famoso cirujano Carlise Cullen y el hijo de este Edward. Vale aclarar que el último mencionado es el dueño de mi corazón y este no esta enterado.

Mi madre y yo vivimos con ellos desde hace diez años y desde que lo conocí, se adueño de mi corazón, siempre nos llevamos más que bien incluso cuando teníamos nueve y diez años, le decíamos a todos que cuando cumpliéramos la mayoría de edad nos casaríamos. Hasta nos dábamos pequeños e inocentes besos a escondidas. Esto fue así, hasta que el  cumplió dieciséis, y se olvido de mi, y comenzó a salir con Rosalie Hale la hermana mayor de mi mejor amigo Jasper.

Eso destrozo mi corazón durante lo que duro, solo tres meses, ahora son muy buenos amigos y ella esta totalmente enamorada de Emmet el mejor amigo de Edward y el chico más popular del instituto. Pero la lista de romances de mi amado hermanastro no termina con Rosalie (quien ahora es una buena amiga). La siguieron Kate, Yesica, Angela, y la actual Tania.

La odio, es tan hermosa, además de eso se cree dueña de Edward, este siempre me dice que no esta enamorado y que solo pasa el rato con ella, y que a veces lo fastidia de tan posesiva que es , pero siempre que los veo juntos están a los besos. Ay estoy tan celosa de ella.

Cambiando de tema hoy es mi cumpleaños número 18, edad con la que me casaría con Edward. Jaja si claro siempre soñando yo. Si por lo menos supiera que lo amo… en realidad no cambiaria nada

se ha convertido en todo un ejemplo de hermano mayor, y nada cambiaria eso.

- Edward, Bells bajen a desayunar o llegaran tarde. Llamo mi madre desde la escalera.

- Ya voy Renne. Escuché a Edward gritar desde su habitación.

Cerré mi diario y lo guarde en el primer cajón de mi escritorio. Me puse de pie y en ese momento tocaron a mi puerta.

- Bells puedo entrar? Pregunto Edward al otro lado de mi puerta.

Me acerque a la puerta y la abrí, - que quieres Ed? Inquirí recargándome sobre el marco de la puerta.

- Feliz cumpleaños hermosa – me dio un beso en la frente que como siempre despertó a las estupidas mariposas que viven en mi estomago desde que lo conozco y siguió – esto es para ti – dijo entregándome un pequeño paquete.

- Gracias Ed no te hubieras molestado - Rompí el papel del envoltorio y me encontré con una cajita la abrí, y en ella había un brazalete con un corazón de cristal.- es muy bonito, toma ayuda a ponérmelo –

Y así lo hizo, luego bajamos a desayunar, Renne nos esperaba en la cocina me dio un beso de feliz cumpleaños y nos sirvió el desayuno.

Una vez que terminamos este, Edward se puso de pie y mientras me despeinaba me dijo: - Vamos Bells se hace tarde –

- no hoy me llevara Jass a la escuela.

- Esta bien. Renne deberías estar atenta Bella comparte mucho tiempo con ese muchacho - esta vez se dirigió molesto a Renne.

- Estupido es mi mejor amigo - le dije molesta.

- Si claro y Tania es mi mejor amiga – me saco la lengua y se fue.

- que lindo, Ed te cuida como si fuera tu hermano mayor. Dijo mi madre con admiración.

- Pero no lo es! – le dije enojada a Renne y me fui. Jas había hecho sonar la bocina de su auto para avisarme que ya había llegado, Justo cuando yo estaba abriendo la puerta para salir de la casa.

Cruce el jardín delantero de mi ostentosa casa y cuando llegue junto al auto de mi amigo este me abrió la puerta.

- Bells porque traes esa cara? Hoy es tu cumpleaños se supone que debes estar contenta. – me miro confundido – oh, ya se otra vez Edward? -

- Edward y Renne – dije frustrada – el se cree mi hermano mayor y eso duele cada día más, y mi madre lo apoya –

Jass encendió el motor del auto y nos encaminamos a la escuela. Estábamos en silencio, cuando se me ocurrió una brillante idea, para ayuda a mi amigo a acercarse a la hermosa Alice  Brandon, quien lo traía bien loquito desde el primer año de instituto.

- Jass ya se como arreglar una especie de cita con Alice – mi amigo me miro ansioso – la invitare a mi fiesta de cumpleaños.

- tu crees que funcione? –

- todo depende de ti amiguito – le conteste y le di un puñetazo en el hombro para animarlo.

Llegamos en poco tiempo al instituto Jass estaciono su auto junto al de Edward, donde se encontraban el, Rosalie y Emmet.

Cuando mi amigo detuvo el motor del auto, bajamos y nos acercamos a ellos.

- Ey Bella Feliz Cumpleaños- me saludaron ella y Emmet al unísono.

- Gracias chicos.- no termine de contestar y sonó la campana que avisaba que comenzaban las clases. Cada uno de los que allí estábamos se encamino a sus respectivos salones.

La mañana transcurrió rápidamente, por suerte y como mejor regalo de cumpleaños la descerebrada noviecita de Edward, había faltado a clases.

Ya eran cerca de las cinco de la tarde estaba sentada el comodísimo sillón de mi casa junto a Edward mirando una película y comiendo popcorn mientras el jugaba con mis rizos, estaba feliz, mi madre había viajado después del almuerzo con Carlise a New York por trabajo, así que Ed y yo estábamos solos, y eran esos momentos de soledad en los que yo disfrutaba de sus cariños, solo cuando Renne y Carlise no estaban el se permitía jugar con mi cabello o hacerme masajes mientras mirábamos una película, este tipo de tardes eran sagradas,  buen cine, palomitas de maiz y mimos, lo hacíamos desde pequeños. La película estaba ya por terminar cuando sonó el timbre.

- yo voy – me levante y me acerque por la mirilla.

- seguro es tu amiguito – dijo Edward con tono irónico.

- te equivocas, es tu noviecita – le respondí aun mas irónica.

Abrí la puerta y sin saludarla  me dirigí a mi habitación, no si antes pasar junto a Edward y susurrarle a oído, - es mi cumpleaños además sabes que la detesto.

- Bells yo no…. No se como termino la frase porque ya estaba subiendo las escaleras.

Entre a mi habitación y cerré de un portazo, me senté frustrada en mi escritorio, y saque mi diario del cajón de este.   

5:45 pm.

Tuve un no muy buen comienzo de día de cumpleaños por los celos de “hermano mayor” del muchacho que amo, pero empezó a mejorar con el correr de las horas,

# 1 Se me ocurrió como hacer que Jass se acerque a su queridísima Alice.

# 2 La tonta de Tania; no fue al instituto.

# 3 Edward y yo estuvimos a solas y vimos una película (aunque la tonta me dejo con las ganas de ver el final) y como siempre que estamos solos viendo películas, estuvo acariciando mi cabello. Yo se que lo hace con cariño de “hermano mayor” pero a mi me encanta sentir sus caricias aunque estas sean en mi cabello.

Pero como de costumbre “era la calma que antecede la tormenta”

La idiota llego a visitar a mi Edward (si yo se que no es mió pero así lo siento)

Por hoy no tengo mas ganas de escribir, mañana será otro día.

                                                                                                                     Bella.

Volví a guardar mi diario en el cajón del escritorio, me levante de la silla tome de mi bolso mi MP4, y me acosté en la cama.

Así estuve un rato hasta que sentí que comenzaba a quedarme dormida, por lo que apague la música y me saque los auriculares, quería darme un baño y comer algo antes de acostarme a dormir. Cuando termine de sacarme los auriculares, escuche gemidos y palabras sucias que venían de la habitación de Edward, no podía ser se la estaba tirando ahí, en mi casa, conmigo en la habitación contigua, como dolía escucharlo gemir de placer y no ser yo quién se lo generaba.  

Las traicioneras lagrimas caían sin permiso, con lo que estaba escuchando se me había ido el apetito así que entre en mi baño, me quite la ropa y entre a la ducha, abrí el grifo y el agua comenzó a caer desde mi cabeza a los pies logrando un efecto muy tranquilizador, estuve cerca de media hora bajo el agua, esperaba salir del baño y que ya no se oyera nada.

Cuando se me estaba arrugando la piel de tanto estar bajo el agua cerré el grifo, me envolví en un tallón y fui hasta mi armario por un pijama, afortunadamente no oí nada más. Me puse uno viejo de corazoncitos. Me metí en la cama y rápidamente me dormí.