Epilogo

                                                                                                   Octubre 2019

Mi pequeña Elizabeth, que para Ed y para mi siempre será nuestra bebe, acaba de cumplir siete años, esta tan bella que a veces me cuesta encontrar el parecido que todos aseguran tiene a mi. Edward esta a días de recibirse de cirujano y hace dos años gracias a las influencias de Carlise esta trabajando en el hospital de Forks y a demás viaja de tanto en tanto a Los Ángeles, como ayudante de cirugía de un prestigioso neurocirujano amigo de su padre, de hecho hace dos días  partió a aquella ciudad, y hoy regresa y nuestra princesa y yo organizamos una cena de bienvenida para El.

Realmente se me hace difícil estar separada de mi amor, aunque sean solo unos pocos días de vez en cuando, al igual que a Elizabeth que no para de preguntar “cuando vuelve papi” y que cada vez que llama por teléfono y ella no esta en la escuela tiene a su incondicional padre una hora al teléfono contándole de sus días y de su amigo Jared, a quien Edward le tiene unos celos horribles. Jared es hijo de Jake y Nessie, solo tiene un año menos que mi niña, ellos también han logrado formar una hermosa familia; Jake y Edward se han hecho grandes amigos, de hecho compartimos mucho tiempo juntos, solemos irnos los seis de día de campo, o llevamos los niños al parque o al cine; Nessie es una joven maravillosa, es una excelente madre y esposa ama a Jake con intensidad, puedo ver el brillo de sus ojos cuando lo mira, ella es justamente lo que el se merece, lo que yo siempre desee para el.

En cuanto a mi despampanante amiga Rose, ella y Emmet se mudaron a New Cork, ya que Rose consiguió trabajo como organizadora de eventos de una importante empresa de aquel lugar y Em esta trabajando como preparador físico en un equipo de fútbol americano. Ambos siguen completamente enamorados y aunque Rose ya le dio el ok a Alice para que comience a diseñar su vestido de bodas, Em todavía, valla uno a saber porque, no se anima a hacerle la “gran pregunta”

Jasper, mi querido amigo Jasper, el sigue en Alaska, junto a Alice, ellos viven juntos desde que se fueron a la universidad, ninguno de los dos trabaja y ambos continúan estudiando, pero la familia de Alice se encarga de que a ninguno de los dos les falte absolutamente nada.

Esme viaja desde Londres una vez al mes para visitarnos, pero Ed y yo sabemos que lo que mas extraña es a su nieta, a quien no se cansa de malcriar al igual que mi madre que desde que nació Elizabeth aha dejado de viajar, ahora solo le envían las obras a restaurar y ella solo trabaja en su casa, de esa forma logra no perderse ni un día en la vida de su nieta, me hace feliz verlas a mi madre y a mi hija siendo tan unidas, Renne suele ir por ella a la escuela y luego se la lleva a su casa, me ha tocado ir a recogerla a casa de mi madre y encontrarlas a las dos riendo como locas tiradas en el pasto llenas de lodo, como así también muy serias y concentradas restaurando alguna escultura, a mi niña le apasiona el trabajo de su abuela, conoce el nombre de todas las herramientas y hasta tiene conocimiento de algunos artistas y sus obras.

En cuanto a mi, me he convertido en una escritora bastante conocida, nunca pensé que podría dedicarme a esto, pero así se dieron las cosas. Cuando Elizabeth nació, cambio, mi vida, mi mundo y mis prioridades, no soportaba la idea de dejar a  mi niña tan pequeña para ir a la universidad, y contando con el apoyo de Ed y mi familia, me dedique a ella, a mi marido y a mi hogar; Esme, Carlise y mi madre nos habían regalado una casona cerca del lago, que para cuando Elizabeth y yo salimos del hospital ya estaba lista para nosotras, ame mi casa desde que la vi por primera vez, era muy luminosa, amplia, cómoda y hermosa pero para nada ostentosa, justamente como la habría soñado.

Cuando mi niña aun era un bebe, pasaba gran parte del día durmiendo por lo que a mi me sobraba mucho tiempo, un día mientras Elizabeth dormía, me senté en el ordenador y como una catarata las palabras caían de mi mente al teclado, todos los días mientras mi ángel dormía y Edward no estaba en casa, me sentaba frente al ordenador a liberar mis ideas. Así fue que en solo un par de semanas había terminado mi primer libro, ahora después de siete años llevo escritos unos cinco libros y “summit” una importante productora de cine me ha contratado para guionar unas cuantas de sus últimas películas

- mamita ya estoy en casa!!! Ya estamos… me equivoque- escuche la voz de mi niña que llamaba desde la sala, inmediatamente deje mi diario y fui a su encuentro.

- hola mi ángel, como ha ido tu día?- le pregunte agachándome para poder abrazarla

- largo… muuy largo, a que hora llega papi?-

- a las siete- le respondí

-uff, falta mucho… ire a lavarme las manos- dijo soltándose de mi abrazo para dirigirse al tocador - la abuelita esta bajando algunas cosas del auto- soltó mientras se alejaba

Me acerque a la puerta y mi madre venia haciendo equilibrio con unas cuantas bolsas

- déjame ayudarte- le exigí acercándome a ella, esta me tendió algunos de los paquetes

- creí que seria buena idea traerte todas la cosas para que prepares la lasaña para la cena de esta noche- dijo mi madre

- si es genial mama, podrían ayudarme Elizabeth y tu- le propuse

- me encantaría que darme a ayudarlas pero quede en ir a buscar a Esme al aeropuerto, y si no me apuro llegare tarde-

Espero a que Elizabeth volviera del baño se despidió y se marcho.

Pronto prepare una taza de leche caliente y unas tostadas para mi niña y mientras ella comía su merienda comencé a preparar la cena, enseguida termino su leche llevo la taza y el plato al fregadero.

- necesitas ayuda mami- pregunto levantando las mangas de su sweater

- puedes ayudarme lavando los vegetales- tomo una silla la arrastro hasta dejarla junto al fregadero, se subió en ella y comenzó con su labor.

Entre charlas de las maestras, la escuela y Jared pronto terminamos la cena

-mmm, huele delicioso, papi estará feliz de comer esto-

- papi estará feliz de verte- le dije, sus ojos brillaron de emoción,  aunque podía ver en ella y Pared a Ed y a mi de niños, estaba segura que su padre siempre seria el hombre mas importante de su vida, lo amaba y lo admiraba.

-ve a ponerte linda, pronto llegaran los abuelitos, los tíos y Jared- le dije dándole una suave palmadita en las pompas.

-puedo ponerme el ultimo vestido que papi me trajo de Los Ángeles?-

-si ese es perfecto-

Mientras mi pequeña se cambiaba yo prepare el comedor y luego fui a cambiar mi atuendo, yo también quería verme linda para mi amor.

Eran la siete y media y Ed aun no había llegado, Rose y Em habian viajado para cenar con nosotros, Esme, mi madre y Carlise al igual que Jake, Nessie y el pequeño Jared también estaba en casa. Los pequeños estaban en la sala jugando con un enorme rompecabezas que Esme le había regalado a mi niña, Emmet y Carlise veían un partido de béisbol, Nessie, mi madre y Esme charloteaban sentadas a la  mesa.

Rosalie estaba en la cocina conmigo, que caminaba de un lado a otro impaciente,

- llámalo- me dijo mi amiga señalando mi móvil que estaba sobre la mesa - vas a dejar un surco en el suelo si no lo llamas de una vez.

Tome el móvil marque su número y para mi sorpresa escuche el timbre de su teléfono en la sala, corte la llamada, y corrí a su encuentro.

Estaba parado en medio de la sala con nuestra hija en brazos, en cuanto me vio asomarme por la entrada, dejo a Elizabeth junto a Jared, y también se acerco a mi casi corriendo, nos fundimos en un abrazo casi desesperado, sus labios rápidamente buscaron los míos

-te extrañe demasiado- le dije rompiendo el beso

- y yo a ti- susurro en mi oido.

-bueno bueno bueno, solo fueron dos días, como me saludaras a mi que hace meses no me ves’- bromeo Emmet acercándose a el para saludarlo

-que linda sorpresa, hace tiempo no cenábamos todos juntos- dijo mostrándose feliz

- y eso no es todo papi, mami y yo preparamos lasaña… tu favorita - dijo la pequeña parándose de puntitas y estirando sus brazos para que Ed la cargara

-mmm y que esperamos todos para ir a saborear la deliciosa cena que nos prepararon mis reinas’- dijo Edward invitando a todos a pasar al comedor con Elizabeth en brazos.

La cena transcurrió de lo más entretenida, anécdotas, historias, recuerdos y conversaciones triviales.

Poco después de las diez ya se habían ido todos, Esme se quedaría en la casa de mi madre al igual que Rose y Em, a quienes les prometimos acompañarlos al aeropuerto la mañana siguiente.

La pequeña Elizabeth se había quedado dormida en el sillón grande de la sala, Edward la cargo en brazos y la llevo a su habitación, lo seguí

Cuando la hubo acostado, se quedo parado junto a su cama observándola, me acerque a el y lo abrace por la espalda.

- la extrañe muchísimo- susurro

- y ella a ti- conteste

- es increíble lo rápido que esta creciendo-

- si tendrías que haberla visto montada en la silla cocinando junto a mi- comente divertida por el recuerdo de esa tarde.

- no me gusta Jared - dijo cambiando su tono de voz

- a ella si- volví a comentar divertida- tendrás que acostumbrarte-

- Bells solo tiene siete años- se quejo

- yo tenia pocos años mas que ella cuando decidimos que algún día nos casaríamos, así que ve preparándote, lo lleva en los genes- dije parándome frente a el y acariciando su ceño fruncido, el suspiro

- no se si podré superarlo-

- lo harás- le dije y bese sus labios.

Beso a Elizabeth en la frente, la arropo y salimos de la habitación.

Ya nos encontrábamos en nuestra alcoba yo terminaba de acostarme y el salía del baño luego de haberse dado una ducha rápida, su cabello aun goteaba estaba completamente desnudo con la toalla en las manos frotando su cabello, habían pasado unos cuantos años desde la primera vez que admire su belleza al desnudo, pero nada en el había cambiado, se mantenía hermoso y endemoniadamente excitante, como en aquel momento.

Me puse de pie y me pare detrás de el recorriendo cada línea de su perfección con mis manos, el se giro rápidamente para ponerse frente a mi, y se deshizo de mi camisón, quedamos abrazados unos instantes sintiendo el calor y la excitación que le provocaba a nuestros cuerpos nuestra mutua cercanía.

- te amo lo sabes?- pregunto mirándome a los ojos

-y yo a ti- conteste

- por siempre y para siempre-

- eso me suena a gloria-

Y entonces continuamos apurando con la alegría esa pequeña pero perfecta fracción del resto de nuestras vidas.

                                                    Fin

Bueno niñas espero que les haya gustado!!! Perdon por la espera!!!! Mil veces gracias por leerme… espero vuestros comentarios… y nos leemos pronto….. besos las quiero