La verdad

Hacia unas horas que había llegado al hotel, desde entonces llore tirada en la cama del cuarto que había rentado, quería morirme en ese lugar en ese mismísimo instante, pero antes tenia que aclarar las cosas con Jake, el estaba hospedado en el mismo lugar donde yo me encontraba, ya que allí al día siguiente seria la celebración del aniversario de mi madre.

Le mande un mensaje de texto con el numero de la habitación en la que me encontraba. No habían pasado cinco minutos cuando Jake llamo a mi puerta, me senté en la cama, me fregué los ojos para limpiar las lagrimas, tome una gran cantidad de aire y fui a abrir la puerta.

Cuando abrí Jake me abrazo y me estampo un beso en los labios.

- Jake suéltame por favor- le pedí y el me solto

- oh! Mi amor que te esta pasando? porque lloras? - dijo al verme los ojos rojos.

- entra Jake necesitamos hablar- le dije cerrando la puerta, me acerque y volví a sentarme en la cama- siéntate- el se sentó junto a mi.

- mira Jake yo se que vas a odiarme después de esto pero debo contarte la verdad.

- anda Bells, dime lo que sea, estoy seguro que no puedo odiarte-

- estoy enamorada de Edward, desde que lo conocí.-

- Bells no serias la primera chica que esta enamorada de dos hombres a la vez-

- no estoy enamorada de ti- le dije casi en un susurro-

- como lo sabes?-

- solo lo se, siempre te sentí un amigo, un hermano, te has vuelto imprescindible en mi vida, pero no como tu deseas o te mereces. Estando contigo lograba sacarme el dolor que Edward, el hombre que amo me causaba con su indiferencia- cada una de mis palabras le hacían daño pero tenia derecho a saber la verdad.

- Bells yo te amo-

- lo se por eso debes saber que soy el peor monstruo que jamás hallas conocido, el ser mas egoísta que existe en la tierra-

- Bells no eres así-

- si lo soy, me acosté con Edward siendo tu novia, iba a dejarte por eso, pero el rompió mi corazón y ahora soy incapaz de dejarte-

- eso si que es egoísta, pero yo también lo soy, siempre supe que amabas al idiota de tu hermano, sin embargo mi egoísmo no me dejo hacer lo correcto cuando vi que existía una mínima posibilidad de que estuvieras conmigo aunque sea sin amor, te hice prometerme que nunca me dejarías, sabiendo que no me amabas-

- pero nunca mentiste, siempre fuiste sincero Jake-

- así es y lo seguiré siendo, en este mismo momento me gustaría mandarte al demonio, pero te amo y se que me necesitas así que seguiré contigo mientras me necesites-

- Jake después de lo que paso hoy, no estaré capacitada para albergar otro sentimiento que no sea la tristeza por el resto de mi vida, eso no es justo para ti-

- la vida no es justa Bells- me dijo y beso mi frente.

Así pasamos el resto de la tarde en silencio acostados en mi cama y yo refugiada en sus brazos.

Al día siguiente desperté un poco mejor, no estaba bien, pero la resignación había empezado hacer su trabajo. No tenia mucho tiempo el día de hoy seguramente Rose iba a venir al hotel a ayudarme para la fiesta.

Jake se había ido a su habitación la noche anterior,  así que como estaba sola me metí al baño para tomar una ducha, cuando estuve lista, pedí que me trajeran una taza de café a la habitación.

Rose no tardo en llegar.

- Ey Bells que ha pasado con tus ojos?- me dijo algo preocupada- ahora tendré que dedicar mas tiempo a tu maquillaje.

- Rose podemos no hablar de lo que ha pasado?-

- pero quizás pueda ayudarte, podría preguntarle a Em si sabe algo-

- Emmet? El estaba al tanto de todo el maldito juego de Edward-

- no puede ser Bells-

- lo es Rose, igual dejemos todo así, la única responsable soy yo, yo me deje engatusar por Edward.

- y que hay de Jake?-

- le conté todo-

- todo, todo?- me pregunto sorprendida.

- si-

- yyyy….-

- no. no me dejara, sabe que lo necesito mas que nunca-

- valla, si que te ama-

- si es una gran persona, desearía tanto poder corresponderle-

- quizás algún día las cosas cambien Bells-

- jamás podré amarlo a el o a nadie de la forma que amo a Edward-

Ella solo bajo la vista.

En menos tiempo de lo que me llevo terminar mi café Rosalie había acondicionado el tocador de la habitación como si fuera un centro de belleza.

En unas cuantas horas estuvimos listas. Jake vino por mi y Emmet, a quien le di vuelta la cara, por Rose ambos nos acompañaron al gran salón, donde ya habían acomodados unos cuantos invitados, Renne y Carlise, serian los últimos en llegar, así lo había planeado Rose.

La velada paso rápidamente entre baile y tragos, Edward afortunadamente no había asistido, si bien me causaba curiosidad no verlo por ahí, sabia que era lo mejor que podría pasarme por lo menos esa noche.