LO QUE VEZ ES LO QUE SOY +18

Autor: odet_Swan
Género: + 18
Fecha Creación: 08/07/2014
Fecha Actualización: 04/11/2014
Finalizado: NO
Votos: 28
Comentarios: 102
Visitas: 76849
Capítulos: 40

SIGUEME

MI BLOG: εїз Mis Aventuras Twilight εїз 
 

FACEBOOK: Odet Rios

 

 

Isabella Swan, joven Doctora, brillante, ingeniosa aunque un poco molesta con la vida, se ve arrastrada a un mundo que jamás imagino por el Abogado Edward Cullen, hombre misterioso que despierta en Bella cosas que jamás imagino que sentiría por un hombre,  sin poderlo evitar sucumbe a la atracción que el ejerce sobre ella y acepta formar parte de sus juegos sexuales, repletos de fantasías y erotismo. Junto a él aprenderá que todos llevamos dentro un voyeur, y que las personas se dividen en sumisas y dominantes... Pero el tiempo pasa, la relación se intensifica y Edwad empieza a temer que se descubra su secreto, algo que podría marcar el principio o el fin de la relación.

 


Recuerden que esta historia esta basada en el libro de Pideme lo que quieres.

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 40: SORPRESAS, SORPRESAS

HOLA CHICAS COMO ESTAN? SORRYYYY UNA GRAN DISCULPA SE ME OLVIDO ACTUALIZAR AQUI LA SEMANA PASADA, PERO ESQUE COMO YA CASI NO ME COMENTAN AQUI, SE ME OLVIDA DE VERDAD LO SIENTO ASI QUE HOY TIENEN EL CAPITULO 39 Y 40, NO VOLVERA A PASAR SE LOS PROMETO

 

P.D: HE CREADO UN VIDEO DE LA HISTORIA ES UN BOOKTRAILER ESPERO LES GUSTE , PARA VERLO HAY QUE IR A MI BLOOK A LA PESTAÑA DE "LO QUE VES ES LO QUE SOY"

 

 

LE DEDICO ESTE CAPITULO A MI AMIGA MAYA, NO SE QUE HARIA SIN ELLA, BESOS GUAPA SABES QUE TE QUIERO

 

 

 

 

POV IAN

 

¡joder! ¡joder! ¡joder!, esto no estaba saliendo como yo lo había planeado, ¡maldita sea!, eres un idiota Ian, ¿Cómo no pensante que podrías haberte encontrado con Amaia en el hospital?, sentí la mirada de Edward sobre mí, pero no le hice caso, veníamos en su auto rumbo a la casa de sus padres, había insistido en ir con el por mi hermanita, y eso fue por dos razones, la primera, el maldito auto que había alquilado no me lo habían entregado aun, no era como si pudieras subir a un niño a un Aston Martin ¿verdad? Esos autos eran geniales para conseguir chicas y follar en él pero no un niño y  la segunda mentiría si no tenía planeado ver a mi chica, yo se que muy en el fondo quería verla, me había arriesgado a eso, aunque no me gusto para nada la mirada de decepción y tristeza que vi en sus ojos, ¿para qué mentirte a ti  mismo Ian? Sabias muy bien que ella estaría ahí, ¿Qué esperabas? Que saltara a tus brazos y te llenara de besos.

 

¡soy un gilipollas! Un verdadero Gilipollas, en sus ojos vi lo sentida que estaba, sabía que no la había llamado en todo el día, pero era parte de mi plan, además no había tenido tiempo, tuve un día de mierda en el centro comercial, ¡joder! Jamás había entrado en una juguetería y que esta estuviera a reventar con gente que deja las cosas hasta último momento no había ayudado en nada, eso sin contar con el hecho de que juguetes no sabía ni una mierda, un avión es un avión ¿no? Bueno al menos para mí, pero las cosas no son tan sencillas, así que tuve que pasarme la siguiente hora escuchando la dependiente explicarme la diferencia entre un juguete preescolar a un didáctico o a un coleccionable o a uno tecnológico, eso sin contar la edad que puede tener el niño, ¡Joder! Yo solo quería un avión, no el manual de instrucciones, además de que al ser temporada alta también había tenido problemas en el aeropuerto, así que tuve que buscar miles de opciones hasta que no me quedo más remedio que contratar un Jet privado, que el piloto me cobro un buen dineral y solo por ser navidad, que no importa cuánto cobre, podría haber eso hecho desde el principio, el ir en un Jet tenía sus ventajas, te ahorrabas tiempo, no ibas con pasajeros molestos, pero yo quería un maldito avión grande, así como el juguete que tanto me costó conseguir, pero no ahora es parte de mi plan tenía que cambiar y esperemos que Nate se impresione con un pequeño Jet, pero los problemas no pararon ahí para rematar tuve que lidiar con una recepcionista amargada y todo por querer una de las mejores suites del lugar, ¿a caso es mucho pedir lo mejor para impresionar a una chica y a su pequeño hijo?, se que todo fue muy apresurado e improvisado, además de que no contábamos con mucho tiempo en lo que se refiere a pasar unas vacaciones, yo puedo faltar a la oficina todo el mes si quiero, pero Amaia no y en una de nuestras platicas me conto que solo tenía el día de mañana libre y el 26 tenia turno de noche.

 

Anoche deje a Amaia en su casa e hice lo más difícil que he hecho en toda mi vida, rechace su invitación a entrar, no es que le diera tiempo a invitarme, sabía que lo aria, pero yo me adelante y le dije que la llamaría al día siguiente, en sus hermosos ojos vi sorpresa y decepción, pero es que si entraba en su casa no habría poder humano que me hubiera hecho salir, además que Nate estaba ahí, y no me sentía preparado para conocer al niño, bueno por lo menos no así, ¿Qué pensaría si me viera al día siguiente saliendo de la cama de su mama?, se traumaría de seguro, primero quería ganármelo, para eso tenía un plan. El cual inicio anoche y gracias a eso no he dormido mucho y este día definitivamente ha sido muy malo,

 

Ver a Nate en el hospital me sorprendió, juro que cuando lo vi, esos ojos me recordaron a Heidi, creí estar loco, pero una mirada a Edward me basto para saber que no era el único, pero rápidamente deseche esa idea, la madre de ese niño era mi chica, ¡valla sorpresa que me lleve!, sonreí sin querer, por lo menos ya tuve mi primer acercamiento a él y no estuvo tan mal.

 

Nada deseaba más en este momento que estar con ellos, ¿Qué planes tenían? Al menos fue lo que ella dijo, se que haberlos invitado a la fiesta de los Cullen fue un impulso, pero la idea no me desagradaba, si ella hubiera aceptado hubiera estado más que orgulloso al entrar a esa maldita fiesta del brazo de mi chica. Pero ella me rechazo, no la culpaba, trate de no reírme cuando su hijo la descubrió acerca de que no tenían ningún plan, pero rápidamente mi corazón dio un vuelco, me imagine a Amaia y a Nate solos en su casa,   cuando se dio la vuelta y se alejo, lo que más quería era envolverlos en mis brazos y salir con ellos de ahí, pero me contuve, no sé cómo pero logre hacerlo.

 

La dichosa fiesta fue como siempre, todas las malditas fiestas elegantes son iguales, para mí solo eran un lugar para encontrar alguien para jugar, ahora estaba aquí solo para cumplir una misión, Edward me había dicho que le preocupaba que Carlisle humillara a los padres de Bella, no lo creía capaz de hacerlo, por lo menos no delante de toda esa alta sociedad y hombres ricos, pero con tal de fastidiar a Edward no dudaba que intentara algo y comprendía los temores de mi amigo, además mis padres estarían aquí y seria un grosería de mi parte no desearles una feliz navidad, además de que ellos no hubieran venido en primer lugar si yo hace días no los hubiera invitado, en mi defensa quiero decir que esa invitación fue mucho antes de conocer a Amaia, así que no podía ser grosero y no pasarme a saludar.

 

Estaba ansioso porque la noche terminara, los padres de Bella eran geniales, al instante me cayó bien Charlie, a pesar de los intentos de Alice por hacerlos menos, me estremecí internamente recordando como la pequeña Alice se aproximo a mi queriendo que la sacara a bailar…..!Por dios! Esa niña era como mi pequeña prima, la niña de trenzas y problema de acné, ahora era una hermosa chica pero para mí seguía siendo esa chiquilla  a la que hacia enojar, siempre ha sido caprichosa pero últimamente a empeorado y eso sin duda es por las amistades con las que se está rodeando últimamente.

 

Después de ese incidente todo se estaba desarrollando bien, apenas acababa de divisar a mis padres atreves de las puertas de entrada cuando Derek me advirtió que algo pasaba en la pista de baile, Edward estaba frente a frente a su padre, temíamos que lo fuera a golpear y no lo culparíamos, ¡Joder!, a que está jugando ese viejo rabo verde, Edward se controlo un poco cuando tomo a su madre en brazos y comenzó a bailar, pero por la furia en sus ojos y la forma en que apretaba los dientes quería matar a Carlisle.

 

-esto no acabara bien- susurro a mi izquierda David, estaba de acuerdo con el, sin darnos cuenta ya estábamos a un costado en la pista de baile, dispuestos a intervenir para que Edward no armara un gran escándalo, lo creíamos capaz de eso y más.

 

-¡joder!-cuando Carlisle hizo un movimiento inapropiado acercándose a Bella, Edward precitamente empujo a su madre y se abalanzo hacia él, pero Bella lo detuvo, esa era mi chica lista, levante mi brazo para tomar a Derek que ya había subido el escalón, no queríamos hacer eso mas grande, la gente ya comenzaba a murmurar, y la cara burlona de Carlisle solo lograba incrementar la ira de Edward. Después de eso todo paso muy rápido, mi amigo soltó la bomba sobre su futuro matrimonio con mi hermanita, y digo que fue una bomba porque sorprendió a más de uno, no solo por mencionar a sus padres, sino también a ciertas amiguitas nuestras que andaban por ahí.

 

Y me atrevía a decir con cierta seguridad que en menos de dos minutos Becca se enteraría, deseche la idea, lo que menos quería en estos momentos era preocuparme por una vieja loca acosadora, dejaría que mis amigos gozaran de este momento, que disfrutaran no solo de la noticia que acaban de compartir y las felicitaciones que siguieron después, conocía muy bien a Edward y cuando me llego su mensaje de “Cúbreme” no me sorprendió, solo había una forma de que él se deshiciera de la frustración y la ira que estaba sintiendo en estos momentos, así que no me quedaba de otra que improvisar un plan.

 

-¡uff! valla noticia nos soltó Eddy, por lo menos uno ya ha caído-

 

-papa, mama- los abrace, después se los presente a los padres de Bella y al instante se cayeron bien como me lo había imaginado

 

-Edward es un buen muchacho y ha sabido ganarse a nuestra niña- dijo Sue con orgullo maternal.

 

-tienen una hermosa hija- dijo mi madre, y así se sumergieron en una plática, sobre planes de boda, fechas y banquetes. Si en algo se parecían Sue y mi madre eran en que mi querida madre ya tenía todo planeado para la boda de su hijo, “aunque no había novia” según ella era un detalle menor, ¡una boda!, ahora ya no lo veía tan aterrador, solo el recordad a mi hermosa chica bastaba tener todo el incentivo que necesitaba para armarme de valor. El solo imaginarla con un vestido de novia hacia que mi corazón aleteara.

 

-¿Ian?-

 

-Si….- regrese al presente cuando me llamo mi padre

 

-¿Qué te pasa hijo? Te notas algo distraído-

 

-¿Qué más le puede pasar si no es una chica?- dijo Charlie,

 

-Bien dicho- contestó mi padre –solo espero que esta sea la definitiva hijo, me estoy haciendo viejo y cada año que pasa cuestan más caros los banquetes de boda- todos soltaron una carcajada, yo fulmine a mi padre con la mirada, no es que se preocupara por el dinero, no es que fuéramos tan ricos como los Cullen pero bien era sabido que mi familia no era de un peso o dos. Lo que sucedía era que no éramos los que desplegábamos el glamur para impresionar, bueno al menos que fuera necesario como el hecho de me había comprado un auto que hacía que las mujeres se quisieran quitar las bragas a la primera oportunidad, o que mi lujoso apartamento era como feromonas que atraía a las mujeres. Fruncí el ceño ahora que conocía a Amaia dudaba que a ella le gustara todo eso,

 

-¿Cuándo piensan regresar a Nueva York?- pregunte para desviar el tema, en ese momento mi madre y Sue se disculparon para ir al tocador, yo despistadamente mire hacia el corredor donde Bella y Edward habían desaparecido, solo esperaba que no se aventaran una maratón de sexo y regresaran rápido, no me gustaba hacer de niñera de los padres de Bella o los míos, por más tiempo del necesario, tenía planes y estaba nervioso y ansioso por irme.

 

-¿ya me estas corriendo?-

 

-no papa, como crees, solo que creí que pasarían la navidad tu y mama ahí- ya tenían unas cuantas semanas ahí por trabajo de mi padre. Pero se había logrado escapar unos días para venir de visita

 

-Nueva York es hermosa hijo, pero ya habíamos quedado con unos amigos aquí, además, si no venimos a verte tu no vas, eres un hijo desconsiderado- yo puse los ojos en blanco, cuando mi padre decidía ser melodramático era el número uno en ello, créanme lo sé……yo lo aprendí de él.

 

-Nueva York es hermosa en esta época del año- apunto Charlie –Mi esposa y yo fuimos hace un año para celebrar nuestro treinta aniversario-Y como si todos los astros del planeta me odiaran, comenzó a sonar la canción New York de Frank Sinatra y ya sabía lo que se nos avecinaba enzima. Así que no me sorprendió que mi padre me lanzara una sonrisa divertida y comenzara a cantar a todo pulmón

 

Start spreadin' the news, i'm leavin' today

i want to be a part of it

new york, new york

 

¡Señor!, hasta tenía que hacer todo el numerito de levantar los brazos y fingir leer un gran letrero de New York, no estaba molesto, este era Iain, la mayoría de los presentes si no es que casi todos, conocían como era él, no le importaba lo que la gente llegara a pensar, si mi padre quería, cantaba, reía, gritaba, pero sobre todo el sabia como divertirse, todos los que estaban a nuestro alrededor formaron un gran círculo, el que estaba cantando dejo de hacerlo y la orquesta seguía tocando. Lo que si nos sorprendió fue cuando Charlie se unió a en un dúo

 

these vagabond shoes, are longing to stray

right through the very heart of it

new york, new york

 

Trate de no reír ante la cara de Carlisle, parecía que se había tragado algo desagradable, Emmett, Rose y Esme que estaban a un lado de el, sonreían divertidos. ¿Quién dijo que mi padre no sabía animar una fiesta? Y valla sorpresita con Charlie.

 

I want to wake up, in a city that never sleeps

and find i'm king of the hill

top of the heap

These little town blues, are melting away

i'll make a brand new start of it

in old new york

if i can make it there, i'll make it anywhere

it's up to you, new york..new york

 

-¡Venga hijo!- mi padre me rodeo por los hombros con un brazo y con el otro a Charlie, Derek que estaba a poca distancia soltó una carcajada, yo lo fulmine con la mirada, pero como dice el dicho “a donde fueres haz lo que vieres” o “si no puedes con el enemigo únetele” así que no me quedo más remedio que seguir la corriente y comenzar a cantar.

 

New york...new york

i want to wake up, in a city that never sleeps

and find i'm a number one, top of the list

king of the hill, a number one....

These little town blues, are melting away

i'll make a brand new start of it

in old new york

if i can make it there, i'll make it anywhere

it's up to you, new york..new york new york!!!

 

Fue un gran final, con todo y patadita de can can lento, todos aplaudieron y silbaron nuestra actuación.

 

-¡Feliz Navidad a todos! Carlisle viejo amigo, gracias por invitarme un gran evento el que tienes aquí- dijo mi padre y a Carlisle no le quedo más remedio que asentir con la cabeza a mi padre, eso de que eran grandes y viejos amigos era mentira, apenas se toleraban y se trataban, pero nadie más que ellos sabían cuál era su relación, para todos los demás nuestras familias eran muy unidad. Poco después la orquesta siguió con su programa y cada quien volvió a lo suyo.

 

-¡Iain ¿Qué no te puedes controlar?- lo reprendió mi madre cuando se acercaron a nosotros.

 

-Mi cielo, esta fiesta necesitaba un poco de ánimo ni parece que fuera navidad- yo reí cuando Sue también regaño a Charlie, no puede evitar preguntarme si  Amaia hubiera estado aquí, también me hubiera reprendido.

 

-Charlie, Sue, quedamos con unos amigos en un bar donde tocan Jazz, ¿Por qué no se nos unen?, estoy seguro que Edward y Bella agradecerán “estén donde estén” más tiempo a solas para celebrar- dijo mi padre picaron, Sue y mi madre se sonrojaron

 

-¡papa!- lo reprendí.

 

-¿Qué? Si es la verdad- todos sabíamos que sí, todos lo pensábamos pero nadie lo decía, también en ocasiones me preguntaba si yo era igual de indiscreto que mi padre, me reí para mis adentros, seguro que si lo era, me encantaba picar y avergonzar a los demás. Sue y Charlie se veían indecisos.

 

-estoy seguro que Edward y a Bella no les importara que ustedes se diviertan un rato, además dudo que a ellos les guste el Jazz, eso es para viejitos- dije burlón.

 

-nosotros los llevaremos mas tarde a su hotel o a donde se estén quedando, ¡vamos Charlie anímate!- insistió mi padre, y ellos no se negaron, segundos después se marcharon, yo mire ansioso el reloj, ¡Carajo ya se estaba haciendo tarde y Edward que no aparecía!. Estaba tentado a marcarle pero si lo interrumpía en un momento interesante me mataría seguro.

 

-Derek, tengo otro compromiso, ¿puedes avisarle a Edward cuando lo veas que mi padre secuestro a sus suegros?- Derek rio pero asintió con la cabeza. Así que no perdí más tiempo

 

Al estar en la puerta, tome una respiración profunda, ahora necesitaba concentrarme en mi plan, primero divise a un lado de la gran fuente la limosina que los Cullen tenían previsto para en caso que alguno de sus invitados que estuvieran muy tomados y no pudieran manejar. Ellos eran grandes anfitriones y siempre pensaban en todo, así que no me preocupaba mucho el hecho de llegar a casa, necesitaba cambiarme, recoger algunas cosas y rogaba a los cielos que el auto que había alquilado ya estuviera ahí, sino estaría en grandes problemas.

 

Respire aliviado cuando la limosna me dejo en mi edificio y el guardia me dijo que habían traído el Audi Q7, se lo agradecí, pero aun tenía ganas de golpearlo, antes de irme le pedí que estuviera atento y que le encargaba recibiera el auto, se rio a carcajada abierta cuando le dije que tipo de auto era, no lo culpaba, ¡Maldición! Definitivamente los autos familiares no eran lo mío, todavía recuerdo a la concesionario cuando me estaba explicando cada vehículo familiar que podía alquilar, Mercedes Benz, Chevrolet, Nissan……….!Dios! esos autos solos los he visto en fotos, yo necesito lujo, caballos de fuerza, pero eso definitivamente tenía que cambiar, pensaba comprar el maldito auto, pero eso lo aria con tiempo. Cuando pudiera encontrar algo que combinara mi estilo con las necesidades de mis nuevas circunstancias, ¡Vamos! No me pueden decir que un hombre por ser padre tiene que renunciar a ciertos gustitos.

 

Me cambie rápido de ropa, tuve que dar dos viajes para conseguir subir todo lo necesitaba al coche, ya comenzaba a verle el gusto a estos coches, les cavia de todo, hice un repaso de las cosas para ver que no me faltaba nada, me puse en marcha  a casa de mi chica, antes tuve que hacer una parada al edificio de Edward para dejarle un regalo que les compre especialmente para ellos, fue de último momento, me reí internamente cuando imagine la cara de mi hermanita cuando lo viera, es que no me pude resistir cuando lo vi, por suerte para mi, de aquí al día en que volviera a verlos con suerte a la pequeña Bella ya se le hubiera pasado las ganas de matarme.

 

Según su portero mis amigos no habían llegado, o una de dos, siguieron con su sexo maratón improvisado o estaban tratando de rastrear a los padres de Bella, de ahí no hice mucho tiempo en llegar al edificio de Amaia, estaba estacionándome cuando me llego un mensaje de Edward

 

Gracias, aunque todavía de matare por no decirme que tus padres estarían aquí

 

Me reí, no había sido premeditado, pero con tantas cosas en la cabeza, se me olvido contárselo o pensé que lo hice, no lo sé,

 

por eso siempre es bueno tener un plan de incontinencia secreto….P.D: no soy responsable de cualquier cosa que mi padre instigue hacer a Charlie

 

Y había resultado más que bien, yo sabía que si había alguien en este mundo que se llevara bien con Charlie ese era Iain, además de que era una forma de picar a Carlisle. Me baje del coche ahora tenía que averiguar cómo bajar todo esto, cuando llegue un mensaje de mi amigo

 

te agradezco todo lo que hiciste, se que estabas aquí mas por obligación que porque quisieras, ve por ella amigo y si necesitas otra sesión sentimental, lo haremos con helado y chocolates esta vez, ¡feliz Navidad!

 

Rodee los ojos, agradecía su apoyo, y sabía que estaba más que ansioso por saber de quién se trataba, pero por ahora necesitaba primero afianzarme en el terreno de tener una relación antes de que pasáramos al nivel de presentar a la familia, no era que me avergonzara de mi chica, al contrario yo podría mandar a la mierda todo esto de ser cauteloso e ir lentamente y gritar a los cuatro vientos que Amaia era mía, solo mía, pero aquí había de por medio un niño, tenía que comenzar primero por ganarme a Nate.

 

“!que sentimental! Me harás llorar, sabes que siempre serás mi favorito y mi primer amor, no seas tan dramático, diviértete con mi hermanita los veré después…..ahora deja de molestar, cambio y fuera.

 

Guarde mi celular, me quede indeciso en que hacer respecto a la carga, así que decidí que más tarde vendría por él, primero tenía que asegurarme que mi chica no me cerrara la puerta en las narices, dios es testigo que he estado temiendo eso, su cara de dolor en el hospital, así que cuando vi que la entrada se abría y salía un pareja no lo pensé mas y me les adelante antes de que cerrara la puerta. Por lo menos ya había evitado el problema inicial de tener que hablar al departamento de Amaia para que me abriera la entrada principal y me dejara subir, corrí las escaleras hasta su piso, tome una respiración profunda y me prepare mentalmente para cualquier cosa, suplicaría si era necesario, así que con decisión toque el timbre varias veces y espere……

 

Cuando la puerta se abrió, contuve la respiración apareció mi chica, hermosa y adorable y muy domestica, su atuendo sencillo, su delantal, no había duda de quera una mujer de hogar, no puede evitar reír, una estúpida sonrisa se puso en mi cara, esto era lo que me había faltado todo el día, mi chica se vea confundida y por un breve instante pude vulnerabilidad en sus ojos.

 

-Mami, ¿quen es?- escuchamos la voz de Nate, que llego corriendo a lado de su madre, ambos posamos nuestras miradas en el, esperaba su reacción, ya no podía echarme para atrás.

 

-¡¡El mago, es el mago!! Mami, mia, mi amigo el mago- comenzó a dar saltitos de alegría y yo solté el aire contenido mis pulmones, ni siquiera me había dado cuenta que había dejado de respirar. Su reacción era contagiosa,

 

-Ven, pasa, vamos a cena ¿te quedas veda?- este si era un niño listo, ya me caía muy bien, Nate me tomo de la mano y me jalo para que entrara en la casa, mire un instante a los ojos de mi chica, quería ver su reacción, aun temía que me corriera por no haberle hablado en todo el día  o por lo que paso en el hospital. Pero su sonrisa y sus ojos brillantes de felicidad me lo dijeron todo….

 

-mami no taldala en danos de comel- Nate me empujo hacia uno de los sofás donde estaban algunos juguetes esparcidos por todos lados, por el rabillo del ojo vi que mi chica se dirigió a la cocina, tenía ganas de seguirla, ¡diablos! Tenía ganas de abrazarla y besarla, pero por ahora no podía.

 

-¿me alas mas magia?- pregunto saltando delante de mi, me entrego la pelotita que tenia en el hospital- ¡nooo! Mejol enseñame magia a mi, por fissss- su entusiasmo era contagioso,

 

-más lento campeón- le dije me puse de pie y me quiete la chaqueta colocándola en uno de los posa brazos, aquí estaba caliente, un poco más caliente de lo que a mi me gustaría, aunque creo que el caliente era yo y no el apartamento, sacudí la cabeza desechando mis lujuriosos pensamientos, me volví a sentar.

 

-te contare un secreto….no soy un gran mago, solo se me un truco o dos- el niño frunció el ceño, por un instante pensé en haberlo decepcionado, pero el sacudió la cabeza y se cruzo de brazos.

 

-si no eles mago ¿Cómo me encontaste?- pregunto muy serio, estaba tentado a reírme pero sabía que eso heriría los sentimientos del niño.

 

-soy amigo de tu mama, ¿no lo recuerdas?, los invite a ir a la fiesta conmigo-

 

-mami no me lijo que eras su amigo- puso sus manos en las caderas, me estaba acusando de engañarlo, ¡chico listo!

 

-tu mama me dejo entrar ¿cierto?, eso demuestra que somos amigos, ¿tu no quieres ser mi amigo?-

 

-no se cono te llamas-

 

-Ian- dije estirando la mano para que me saludara, el miro mi mano un segundo y la estrecho, su pequeñita mano sacudió me sacudió la mía con fuerza.

 

-¿y polque no etas e tu festa?-sonreí, este niño llegara a ser periodista sin duda.

 

-quería venir a verlos- el frunció el ceño de nuevo

 

-¿polque?-

 

-¡Nate! Hijo Ian es un amigo y quería venir a cenar con nosotros- dijo su madre desde el comedor, no sé cuánto tiempo llevaba ahí. Nate salió corriend hacia a ella y se abrazo a sus piernas.

 

-tengo ambe mami- Amaia le sonrio a su hijo, le dio un beso en la coronilla.

 

-ya vamos a cenar, ve a lavarte- le ordeno y no perdió mas tiempo, Nate salió corriendo. Mi chica sonrió con cariño y se giro a verme, me puse de pie e inconscientemente comencé a caminar hacia ella.

 

-Nuestra cena es algo sencillo, solo unos langostinos, jamón serrano, queso, pan, y canelones- ella miro sus manos nerviosamente – yo no sabía que vendrías y….- se detuvo cuando puse un dedo en su boca, le sonreí

 

-eso suena delicioso- le sonreí y le di un beso rápido, no podía arriesgarme a que Nate nos sorprendiera, por lo menos no ahora, al parecer acababa de superar ese interrogatorio para volver hacia a otras. Pero antes de separarme de ella le susurre al oído –tu serás mi postre…..- ella se estremeció

.

.

.

La cena fue mejor de lo que esperaba, mi chica era una gran cocinera, tuve que pelearme con Nate para que me tocara un trozo más grande de esos canelones, el sin duda era un chico listo, y conforme pasaba los minutos, entendía mas los miedos de Amaia, Nate era el mundo de mi gatita, no podía darme el lujo de fallar en esto. Ellos, ambos eran importantes para mí, lograríamos que esto funcionara.

 

Entre todos regimos la mesa, yo me ofrecí a lavar los platos, ¡Sorprendente! Lo sé, pero quería hacer algo, que al final necesite la ayuda de mi chica, pero no importaba, Salí beneficiado, cada que Nate no veía podida darle a mi chica una que otra caricia, por el momento tenía que conformarme.

 

Poco después a Nate se le estaban cerrando los ojos, su madre había insistido en que tenia que dormir temprano si quería recibir obsequios de papa Noel, pero Nate estaba tan entusiasmado que se negaba a dormir, alegando que este año quería verlo para darle las gracias, por mas protestas que ponía se le veía la carita que estaba cayéndose de sueño.

 

-¿Qué tal si yo espero a papa Noel por ti?- le dije

 

-pelo yo quielo velo-

 

-lo se campeón- le alborote su cabellito –pero todavía tardara mucho, tu ve a dormir y te ire a avisar si lo veo llegar-

 

-¿de veldal?- pregunto esperanzado.

 

-por supuesto yo lo esperare y te despertare-

 

-¡Gacias!- grito, sorprendiéndome a mí, y también a su mama me abrazo. Después tomo a su mama de la mano y se dirigieron juntos a su cuarto.

 

Yo decidí actuar en este momento, no confiaba en mi capacidad de madrugar, menos con mi gatita a un lado, además de que Nate estaba tan entusiasmado con la llegada de papa Noel que no me sorprendería que se levantara de nuevo en unas cuantas horas, así que aprovechando que me dejaron solo, tome las llaves de mi chica que estaban colgadas en la puerta, las probé primero en la entrada para estar seguro, después me dirigí a traer todos los paquetes que tenia para ellos.

.

.

.

-¿Qué es eso?- dijo Amaia sobresaltándome, como pude había empujado las grandes bolsas dentro la casa, yo le sonreí

 

-esto- dije señalando la primera bolsa –hay que colocarlo bajo el árbol, acabo de encontrarme a papa Noel haya abajo y lo he asaltado- ella se rio pero tomo la bolsa.

 

-¿y la otra?-

 

-No tan rápido gatita- le sonreí coqueto –esta será para después- la rodee con mis brazos y le di un abrazador beso, ¡mmm! Creo que casi ronronee de gusto.

 

-Gracias por venir Ian- dijo ella pero frunció el ceño –cuando Salí de la habitación de Nate y no te vi pensé…..- ella negó con la cabeza sonrojándose y agachando la mirada.

 

-¿Qué me había ido?- ella asintió pero sin verme a los ojos todavía.

 

-Gatita…..- la abrace más fuerte, no sabía que decir, entendía que todavía estuviera recelosa, yo lo estaría si fuera en su lugar.

 

-anda ayúdame a acomodar eso bajo el árbol, en lo que yo busco como ocultar esto- le di una pequeña nalgada ella sonrió

 

 -en serio no me dirás que tienes ahí…..Soy muy curiosa-

 

-es sorpresa gatita, ya te enteraras….ahora haz lo que te digo-

 

En cuestión de minutos teníamos todo listo, logre como pude meter esa bolsa en el closet que tenia Amaia en la entrada, ahora tenía que mantener a mi gatita vigilada y no fuera a descubrir mis planes, sonreí para mí mismo, no sería difícil estar pegado a ella como una lapa, ¡nop!, no sería un sacrificio para nada….

 

Ahora que todo estaba en calma, podía sentir el peso del cansancio, desde anoche no he descansado de hacer planes, estaba ansioso y preocupado, pero ahora mi cuerpo me estaba pasando factura.

 

Mi chica se sentó a mi lado y me dio una taza que sin duda por el maravilloso olor era chocolate caliente. Ella se quito los zapatos y doblo su piernas para que también quedaran encima del sofá, duramos así unos minutos, en silencio cada uno perdido en sus pensamientos, gire mi cabeza para verla, ella tenía la mirada perdida en el árbol de navidad, sostenía su tasa con las dos manos, a mi parecer la sujetaba con demasiada fuerza.

 

-¿en qué piensas?- ella parpadeo confundida

 

-¿Qué dices?- pregunto ella, se sonrojo ligeramente al notar lo distraída que estaba,

 

-te noto rara esta noche, un poco distraída…..no sé si estas molesta- puse mi mano en su rodilla –si es por lo de la fiesta, se que debí avisarte pero…..- no sabía cómo decirle que tenía planes, si le comentaba ahora arruinaría la sorpresa de mañana

 

-Nate es adoptado como te comente ayer- ella me miro a los ojos cuando dijo eso, yo por un momento no supe que decir, a decir verdad, aunque pasara una hora no sabría que decir así que deje que ella continuara.

 

POV AMAIA

 

Flashback

Estaba agotada, llevaba metida en el hospital desde hacía veinticuatro horas y todavía faltaban ocho para que mi turno terminara, pero es lo que nos tocaba, teníamos que pasar las practicas de cuarto para así poder elegir la especialidad,  digamos que era nuestro periodo de residencia antes de decidirnos por la especialidad, la cual tenía varias mentes… pero enfermera de urgencias es lo que más me llamaba, ya que era donde más activa y despierta tenías que estar.

Ahora me encontraba en la sala de enfermeras aprovechando un momento de tranquilidad para poder comer un sándwich junto con una coca cola para mantenerme despierta, ya que está noche prometía ser fuerte, debido a la fuerte nevada que estaba cayendo y, eso sin contar el viento helado que corría; la noche idónea para no salir de casa y quedarse en el sofá calentito… Sin embargo a los neoyorquinos, no nos gusta quedarnos en casa, somos más de salir y disfrutar de nuestra ciudad por muy mal tiempo que haga, es algo que llevábamos en la sangre.

Me levanté para ir a por un café nada más terminé con mi tentempié, cuando comenzó a sonar insistentemente mi busca; no perdí tiempo en recoger y guardar mis cosas, sabía que mis compañeros no se enfadarían, además de que si te solicitan en urgencias lo demás es secundario.

 

—Kunis, la Doctora Mongomery te necesita en el box 2 —me informó rápidamente Natalie, la jefa de enfermeras que rara vez te llamaba por tu nombre.

En cuanto traspasé la cortina, fui directamente a la doctora sin prestar atención a la chica que se encontraba con la paciente, la cual estaba embarazada y bastante nerviosa.

—Amaia, necesito que le saques sangre para una analítica de drogas… la paciente está demasiado ansiosa y, me da, que va a ser por el mono, además el ecógrafo muestra que el bebé tiene poco peso… y si estoy en lo cierto en que la madre es drogadicta, este bebé lo más seguro es que nazca con algún problema —me explicó cuando nos distanciamos de la paciente—. Hazla un electrocardiograma y monitorízala, necesito tenerlos controlados a ambos y, en el momento que la presión suba me avisas, no podemos arriesgar la vida de ese pequeño —anotó unos datos en la tableta del historial—. La única enfermera a cargo de la paciente serás tú, sólo te quiero a ti en este caso… nadie mejor para manejarlo —sonrió entregándome la historia y saliendo del box.

 

Al percatarme del nerviosismo de la paciente, lo primero que hice fue sacarle sangre mientras intentaba distraerla y, más, si como la doctora pensaba era drogadicta… Me llamó mucho la atención sus ropas pues eran de gente de clase alta, que normalmente van a clínicas privadas… pero si las pruebas de drogas salían positiva lo entendería, supongo que no querían que nadie se enterase. No tarde en realizar todas las pruebas que me había solicitado, hablé solamente lo necesario con la paciente, estaba como ida y miraba a su acompañante con preocupación y miedo…. Debía estar alucinando

 

—En breve vendrá la doctora para ver como vas de dilatación y si todo va bien te pondremos la epidural para calmar los dolores— informé de manera profesional mientras la dejaba bien monitorizada tanto a ella como al bebé —. Estaré por aquí cerca si me necesitas, de todos modos no tardare en volver —sonreí intentando darle confianza.

 

No tardé en llevar al laboratorio la sangre para que realizasen urgente el test de drogadicción, ya que de eso dependía la forma de tratar a la futura madre. Justo cuando estaba entrando a urgencias, una compañera me avisó de que mi paciente y su acompañante estaban formando jaleo y molestando al resto de los enfermos. Corrí lo mas deprisa que pude, pues no quería entorpecer el trabajo de mis compañeros y, justo cuando estaba por entrar escuché su discusión… No podía creer lo que escuchaba.

 

—No vales ni si quiera para un vientre de alquiler. Dime, Heidi, ¿qué piensas hacer ahora con un mocoso de mierda? —Gritó furiosa la mujer—. ¡¡Mierda!! Sólo tenías que llevarlo por nueve meses ¿En qué jodidos pensabas al drogarte? —pequeños sollozos se escuchaban

 

—Aún podemos vendérselo a cualquier matrimonio desesperado, porque yo, no pienso quedármelo  —respondió entre hipidos—. Estoy segura que alguna solución  encontraremos —un punto de esperanza se escuchó en su voz

 

—No hay nada que podamos hacer. Ningún matrimonio querrá al bebé que ha llevado una drogadicta en el vientre, pues lo más seguro es que nazca enfermo —suspiró la acompañante intentándose calmar—. Y todos sabrán que el contrato fue anulado, entre ellos no hay secretos. Me voy a casa a por ropa para ti —se despidió y salió bastante molesta, que ni se percató de mi presencia.

 

No me atrevía a entrar, pues las cosas que le diría a esa mujer no serían para nada agradables. ¡¡¿Cómo podían hablar así de un bebé indefenso, que todavía no ha nacido?!! Me daban ganas de cogerla de los pelos y arrastrarla por todo el hospital.

Me obligué a respirar profundamente un par de veces para calmarme un poco antes de entrar y hacer como si no hubiera escuchado nada.

No quería mirarla porque sabía que no me controlar, así que me dediqué a revisar sus constantes y las del bebé. Noté su mirada encima de mí, como si quisiera preguntarme algo pero no se atrevía… y yo agradecía que no lo hiciera, necesitaba unos segundos más para mí.

 La puerta se abrió dando paso a la doctora, quien venía con los resultados de la analítica en la mano y, por su cara el test de drogadicción había dado positivo, lo que ya sabía después de oír la conversación, luego de explorarla y darme unas instrucciones para seguir se marchó, pues todavía tenía que dilatar bastante.

¡¡Mierda!! Yo que quería, más bien necesitaba irme sino quería perder los nervios y…

 

—Perdona… ¿Cuál es tu nombre? —Me preguntó con voz dulce—. Yo me llamo Heidi y, estoy segura que has oído la conversación… pues tu trato hacía mí es distinto —me sonrió, dejándome muy confundida.

 

—Mi nombre es Amaia y, lamento haber escuchado vuestra discusión, pero es que el resto de pacientes se estaban quejando y… —suspiré e hice la pregunta que me estaba carcomiendo— ¿Por qué quieres desacerté del bebé? Lo podrías cuidar y… —comencé hablar pero ella me interrumpió

 

—No quiero a este bebé, no es mi hijo y, sólo será un estorbo en mi vida, además de que estará mejor en un orfanato que junto a mí, que lo único que haré será odiarlo —fría a interrumpirla pero me frenó levantando la mano, en señal de que la dejase continuar—. Veras, en mi estilo de vida no entra un niño, no hay sitio para él, ni lo habrá. Si estoy ahora en este estado es porque accedí a vender a un matrimonio un óvulo para que lo fecundasen y también alquilar mi vientre para llevar acabo el dichoso embarazó… todo iba bien, me pagaron una parte nada más firmar el contrato y otra a los tres meses al pasar la barrera del posible aborto, pero ya en el cuarto mes mi adicción pudo más que yo, y que el maldito contrato que firmé… Así que me volví a drogar, unos días era cocaína, otros pastillas, y a eso añádele tabaco y alcohol, la combinación perfecta —en ningún minuto dejó de mirarme y, no sé que me incitó a tomar su mano mientras la sonreía dándole el apoyo necesario para proseguir—. Alos dos meses el matrimonio descubrió lo que sucedía y el contrato se anuló, pues una de las cláusulas era que no podía tomar droga alguna… Ahora sólo quiero que nazca para olvidarme de todo y regresar mi vida —dijo poniendo una mueca a causa de una contracción.

 

—Pero siempre hay una solución… seguro que si les pides ayuda a tu familia y amigos te ayuden…pero no lo abandones —declaré intentando convencerla, pues la vida de ese niño en un orfanato sería horrible, ya que necesitaría cuidados especiales y medicinas, casi seguro al ser drogadicta su madre. Nadie lo adoptaría.  

 

—No insistas Amaia, en cuanto de a luz, me largare de aquí y sin el niño, lo que pase con el me da igual —se quedó en silencio durante unos segundos mientras no paraba de mirarme, lo que me hizo sentir un poco incomoda— Pero se me ocurre una solución para que ese niño sea feliz como tu quieres y es tan fácil como que tú seas la madre —dijo tan tranquila como si hablara del tiempo, mientras que yo, aún no asimilaba sus palabras y en el momento que lo hice…—. Vas a ser una gran madre para ese niño…tienes un gran corazón y eres una persona muy noble, has estado y estas a mi lado apoyándome y consolándome a pesar de saber lo horrible persona que soy —aseveró y una gran sonrisa surco sus labios al ver la determinación en mi rostro.

—Voy a buscar al abogado y miramos lo que tenemos que hacer… ¡¡¡Dios voy a ser madre!!! —susurré lo último mientras salía de la habitación en dirección al despacho del jefe del hospital, necesitaba contarle e informarle de lo que pensaba hacer.

 

Pensé que todos me iban a decir que estaba loca por la decisión que había tomado pero fue todo lo contrarío, todos me apoyaron. El hospital puso a su abogado a mi servicio, quien preparo todo para esa misma noche y,  la doctora Mongomery fue la que dio fe de que Heidi estaba perfectamente consciente de lo que hacía, además, de agregar, que la paciente era un peligro para el bebé, ya que era inestable por su adicción.

No podía creerme, lo que había hecho acababa de adoptar aún niño que todavía no ha nacido pero por el que sentía un inmenso amor.

Cuando quise darme cuenta ya estábamos en el paritorio y Heidi daba a luz a un hermoso niño, que nada más verle me robó el corazón… Mi hijo, mi Nathan y mi mundo desde ese instante

 

El resto de mi turno lo pase al cuidado de Heidi y, en la mañana pronto me fui a los cuneros a ver a mi pequeño, no sin antes avisarle a una compañera para que vigilara a la paciente.

Nada más entrar, tomé al pequeño con cuidado, ya que estaba en observación, de hecho había pasado la noche en la incubadora por falta de peso y, lo peor es que padecía bronconeumonía, sabíamos que esto podía ocurrir. Pero mi pequeño se curaría aunque tuviera que trabajar mil horas.

Muy a mi pesar dejé a mi dormido hijo en su incubadora y me marché rumbo a la habitación de Heidi, sin embargo no pude llegar debido a un gran revuelo y…, un mal presentimiento llegó a mí; corrí lo más rápido que pude y al entrar en el cuarto mis temores se hicieron realidad, ella había desaparecido… ¿Por qué? Sólo tenía que esperara a los papeles y… No dejé que el miedo me embargara y corrí en busca del abogado, que quien junto a mi jefe habló con servicios sociales y arregló todo…, ahora Nathan era mi hijo legitimo y nadie podría arrebatármelo… Pero como la noticia salió en un periódico el hospital tomó medidas de que si por un casual investigaban no lograran descubrir nada. Es más en los informes sólo reflejaba un parto la noche del veinticinco de enero, a las diez de la noche “la Señorita Amaia Kunis de 22 años de edad”

Y desde ese instante nuestra lucha sería dura pero con la ayuda de mis amigos y compañeros lograríamos superar todas las piedras que se interpusieran en nuestro camino… Ahora éramos una familia de dos, mi hijo y yo, por el que pelearía hasta la muerte y con quien fuera.

 

Fin Flashback

 

 

POV IAN

 

Estaba sorprendido, alucinado, en shock, con mi profesión de abogado he visto cosas que no cualquiera imaginaria, en mi vida personal también he hecho cosas que a muchos asustaría, pero jamás en la vida me había sentido así, estaba perplejo y lo que más me sorprendió es el hecho que tengo miedo, ¡sí! Definitivamente estoy aterrado por conocer esto, admiro  todo lo que mi chica ha hecho pero……!Heidi!.....!Por dios! Esto debe de ser un mal sueño, si hubiera sido en otras circunstancias me habría reído, ¡Necesitaba un trago!, mire hacia todos lados, pero dudaba que mi chica tuviera alcohol aquí. Me levante del sofá y me quede en medio de la sala, no sabía qué hacer.

 

-¿Ian?- la voz insegura de mi chica me hizo reaccionar, me gire y me quede clavado en esos hermosos ojos, ¡La heriría! De cualquier forma, fuera hoy o mañana, mi chica sufriría, Edward y yo seguíamos investigando la vida de Heidi, y tarde o temprano todo caerá en su lugar.

 

-Amaia…….-¡Genial! Como le dices esto a tu chica, ¡por dios! Si hasta yo no me lo creo, parece cuento de terror, ahora tenía sentido que Nate se pareciera tanto físicamente Heidi, ahora que sabía que si en realidad era su hijo, podía verla reflejado en ella, -¿te gustan los cuentos?-

 

Ella me miro confundía, ¡Valeee! La estaba cagando aquí, estaba divagando, diciendo tonterías, pero estaba por entrar en crisis, ¡joder! Se estaba haciendo muy común en mí.

 

-esto es un lago cuento nena, así que tienes que escucharme hasta el final- regrese a su lado, aparte una veladora que estaba en la mesa de centro y me senté enfrente de ella, tome sus manos y las enlace con las mías

 

Así que tome una profunda respiración, le conté la forma en que conocí a Edward, como nos hicimos inseparables, como comenzamos a compartir mujeres solo por experimentar al principio, después se hizo un habito en nosotros,  le hable de una amiga que teníamos en común y de cómo cambio cuando rechazamos follarla juntos, ella solo me escuchaba, no me preguntaba o me interrumpía, su rostro parecía impasible pero de momentos sus ojos brillaban con alguna que otra emoción.

 

Jamás le mencione el nombre de Heidi, no era el momento, seguí contando este cuento fantástico, y ya entrados en temas, quería que comenzáramos desde cero, no quería tener ninguna culpa en mi conciencia, así que seguí de carrerilla, contando como entramos en el mundo de juegos morbosos, claro que no le conté detalles, estaba claro que ella no quería escucharlos y yo en lo personal había cosas que no quería que ella supiera, me daba vergüenza, además de que no quería que tuviera pesadillas….

 

Cuando llegue a la parte de aquel fatídico día en que nuestro mundo cambia, tenía la garganta y la boca seca, pero aun así no me detuve, si paraba ahora me arrepentiría. Así que le conté del día que le dieron el balazo a Edward que a pesar que fue un día de mierda, mi amigo alega que da gracias a los cielos cada día por ese día, ahí es donde conoció a su chica, yo al principio me reía por esa afirmación ¡oseaaaa! ¿Quién se alegraría de haber sido balaceado?, pero ahora….. En este momento que tengo a mi gatita enfrente creo que puedo comprender a mi amigo, yo agradezco ese maldito trozo de periódico que le mando Becca a Edward, ese fue el motivo por qué Edward y yo andábamos juntos esa mañana, cuando fuimos a ver a Bella al hospital.

 

-después descubrimos que a Edward lo balacearon los hermanos de esa chica que era nuestra amiga en el hospital-

 

-yo creo que tu y Edward no deben sentirse culpables por ella, esa chica tomo su decisión, todos nos equivocamos en algunas cosas- ella trato de reconfortarme, el hecho era que todavía me dolía pensar todo lo que Heidi hizo y más ahora conociendo el hecho que fue madre de alquiler ¿tan desesperada estaba? Aunque Amaia no mencionara el nombre de la otra mujer que la acompañaba, estoy casi seguro que es Becca, pero no le diré nada por ahora, primero tengo que investigar mis sospechas, pero Becca en realidad es un maldito demonio.

 

-después de eso, hemos estado investigando su vida, la verdad es que no podemos evitar sentirnos mal…….debimos de ver las señales, debimos seguir siendo sus amigos-

 

-Ian…..-

 

-su nombre era Heidi- le solté, era ahora o nunca.

 

Ella se me quedo viendo fijamente, al principio creí que no me había escuchado, pero en cuanto le apreté las manos ella salto del sofá y se zafo de mi agarre.

 

-Amaia- también me levante para acercarme a ella, mi chica levanto la mano deteniéndome, se giro y se dirigió a la cocina, fui tras ella, la encontré en sirviéndose un vaso de agua en el grifo, pude ver sus manos le temblaban, sentí miedo que ahora que sabia esto me corriera, estaba a punto de decirle algo cualquier cosa, pero en ese momento el vaso se le resbalo.

 

Ella maldijo en voz baja, me acerque,

 

-¿te hiciste daño?- quise tomarle las manos para revisarla, pero ella las aparto rápidamente, me miro con los ojos llenos de lagrimas.

 

-¡no me quitaran a Nate!- dijo con rabia.

 

-¿Qué?- dije confundido, cerré el grifo que todavía estaba corriendo el agua.

 

-Nathan es mi hijo, solo mío y no voy a permitir que nadie lo aparte de mi lado, por muy que tú y tu amigo se sientan culpables, no dejare que me quiten a Nate para dárselo a la familia de Heidi, ¡Es mío!- grito al mismo tiempo que  me golpeaba el pecho con las dos manos, yo la abrace con fuerza.

 

-Nadie te quitara a tu hijo Amaia- ella comenzó a sollozar más fuerte, trato de empujarme lejos, pero mi agarre era más fuerte, -¡Escúchame!, no lo voy a permitir, Nathan es todo tuyo gatita-

 

-el es mío, no me lo pueden quitar, si tengo que cambiarme de ciudad lo are, si tengo que alejarme de ti……..-

 

-¡Cállate!- me separe un poco, deslice mis manos para tomarla de las mejillas y me mirara a la cara, me dolía verla sufrir.

 

-¡No te irás! ¿Entiendes?, no lo voy a permitir, ¡eres mía!, Nate y tu, son míos, son lo más importante para mí en estos momentos, ¡Yo protejo lo que es mío!-

 

Estrelle mis labios con fuerza sobre los suyos, si no entendía razones a palabras, la aria entrar en razón con hechos, la bese con fuerza, con pasión, la principio se resistió pero también comenzó a corresponder a mis caricias y a mis besos, la empuje hacia el refrigerador, después nos hice girar y la coloque encima de la encimera. Como en estos momento no tenía la paciencia para ser cortes o tierno hice lo que cualquier hombre desesperado aria, tome la blusa que traía y la rasgue por la mitad, necesitaba sentir su piel contra la mía, y al parecer mi gatita esta igual aunque no tuviera la fuerza para romper mi camisa, la logro sacar por mi cabeza tirándola lejos.

 

-eres tan hermosa- dije volviendo a devorar sus labios en lo que trabajaba con su pantalón, me desasía de su sujetador y rompía sus bragas, no sé en qué orden fue, pero lo mejor de todo es que  ya la tenía completamente desnuda.

 

-Tómame tigre….por favor- mi tigresa ya había logrado bajarme los pantalones y los bóxer, con una mano llegue al centro de su placer, mi chica ya esta prepara para mi, esto me encantaba, así que no lo pensé dos veces y me adentre en cielo, ambos gemimos, pero mi chica unió nuestros labios para mitigar nuestros gritos. Comencé a penetrarla con fuerza, pero como que esta encimera tenía algo mal porque no lograba la penetración que a mí me gustaría, yo era demasiado alto, así que tome a mi chica por el culo y la levante, nos gire y terminamos estrellándonos con el refrigerador, la recargue abriendo mas sus piernas y ¡Oh Si! Esto era lo que yo buscaba, logre penetrarla con estocas duras y profundas, mi chica gemía desesperada, ambos estábamos en el borde.

 

-tócate los pechos gatita-ella me obedeció y era la mejor visión del mundo, verla jugar sus magnificas tetas, fue lo que me impulso a terminar, me corrí un segundo después de ella.

 

Poco a poco me deslice al suelo, sin soltar a mi gatita, mis piernas parecían de gelatina, eso había sido rápido, pero no me avergonzaba, ambos estábamos necesitados, esto solo sería un preludio para lo que tenía planeado esta noche, me tomaría mi tiempo en saborearla más tarde. Estuvimos abrazados, hasta que nuestra respiración se regularizo, Amaia hizo el intento de separase, yo me tense, no quería que volviera a rechazarme.

 

-Confía en mi Amaia- ella me miro a los ojos, todavía vía duda y recelo ahí.

 

-esque….-

 

-No hay pretextos, lo dije en serio, no voy a permitir que alejen a tu hijo, me duele que dudes de mi, si te conté todo esto era para que confiaras en mi, para que supieras que jamás te mentiré, pero parece que fue contraproducente esto de ser sincero- Amaia, dudo solo un momento antes de volver a abrazarme con fuerza.

 

-Tengo miedo, si me quitan a Nate me muero-susurro

 

-y yo me muero si te alejas de mi- le dije con convicción, todavía retumba en mi cabeza esa amenaza.

 

Poco a poco me levante sin soltarla, tenía miedo que se alejara de mi, la coloque en la encimera, me separe lo necesario solo para juntar nuestras ropas, no quería que Nate las viera si se le ocurría venir a la cocina, lo dudaba pero era mejor prevenir que curar, le entre la ropa a Amaia ella me miraba confundida, yo la tome en brazos y la lleve a su habitación, la empuje en la cama, le quite la ropa y la lance a un lado.

 

-Te are el amor esta vez gatita- la bese en las mejillas –si no crees en mis palabras, te demostrare con hechos consumados que tu eres mía, y que pase lo que pase estaremos juntos- y cumplí mi palabra, ese noche ame cada centímetro de ella, lo ultimo recuerdo es que estaba acurrucado contra el cuerpo de mi chica, zaceados de hacer el amor, no sabía qué hora era, apenas estaba tratando de conciliar el sueño, cuando la puerta del dormitorio fue azotada con fuerza y un huracán de tres años entro gritando que había llegado papa Noel.

 

 

POV BELLA.

 

Estaba agotada, pero el agotamiento era vencido por la incertidumbre de no saber donde estaban mis padre, eso de que Charlie canto New York a todo pulmón, no se sorprendía, eran las locuras que hacia mi padre, el era así, sencillo, esta noche tuvimos que asistir a la fiesta de los Cullen, pero si hubiéramos podido escoger, hubiéramos tenido una cena familiar aquí en casa, si estaba un poco preocupada “¿A quién quieres engañar Bella?” tenía razón mi subconsciente, estaba muy preocupada, mi familia y yo en encajábamos en el mundo de los Cullen, otra razón que agregar a la lista de diferencias entre Edward y yo.

 

Nada de mi familia pegaba ni con cola a la familia de Edward, nuestros gustos con los de ellos no tenían nada que ver, pero tenía que ser justa, así como Edward hacia el esfuerzo de adaptarse a mí y a mi familia yo tenía que intentar lo mismo.

 

Edward abrió la puerta del departamento, estaba tratando de contactar con el padre de Ian por teléfono, pero hasta ahora tres intentos y lo mandaba a buzón de voz, ya me estaba preocupando, entre y lance mis zapatos a un lado de la puerta, ya me los había quitado en el ascensor, sabía que a Edward no le gustaba que hiciera eso pero ahora se jodia, estaba cansada y preocupada y porque no decirlo un poco estresada y molesta con lo que sucedió con Carlisle, ¡maldito Hombre!, ya sabía yo que intentaría irritar a Edward, por eso cedí a bailar con él, Edward era capaz de golpearlo ahí mismo, pero no estaría feliz después con el escándalo que abría formado. Además estaba de por medio Esme, esa mujer no se merecía que arruináramos su fiesta, además era navidad y no era el momento ideal para que ella supiera lo que era su marido.

 

Me fui directo al Bar que estaba en la esquina del salón y me serví un poco de Whisky, Edward me fulmino con la mirada ¿Cómo no? Yo rodee los ojos y le pregunte con señas si quería uno, el negó con la cabeza y comenzó a hablar por teléfono.

 

-¡Iain….!- dijo y después de tomarme de un trago el wisky me acerque a él, Edward estaba un poco irritado -¡No….escucha…!- el cerro los ojos exasperado. –ustedes no son adolecentes Iain tienes que…..- pero al parecer el papa de Ian no lo dejo hablar y le colgó.

 

-¡Joder!- dijo exasperado.

 

-¿Qué te dijo?- le pregunte, pero comencé a desatarle el moño. Pobre de mi Iceman, como se estresaba

 

-dice que están con unos amigos, que debe de ser el papa molesto y que…..- negó con la cabeza – que deje de ser un viejo renegón y que el traerá a tus padres antes del amanecer- mire a Edward, estaba serio, me encantaba su cara de mala leche, de verdad trate, pero no pude evitar soltar una carcajada, mi Iceman como era de esperar me miro mal.

 

-¿a poco con ese trago que tomaste he haz emborrachado?-negué con la cabeza.

 

-solo estoy algo achispada- dije sonriendo, el me abrazo y me dio una vuelta y seguí riendo.

 

-¡Bájame!- el me bajo pero por suerte no me soltó, seguro hubiera ido a parar al suelo, el estilo la mano hacia atrás de mi, y pocos segundos después la música comenzó clásica comenzó a sonar.

 

-Baila conmigo Futura señora Cullen-

 

-Encantada futuro señor Swan- el hizo un puchero -¿Qué?- le desabotone el primer botón de la camisa –no entiendo porque solo las mujeres deben de llevar el titulo “DE”, tu también serás mío ¿no?-

 

-ya soy tuyo cariño, el matrimonio es solo formalismo- comenzamos a movernos al compas de la música.

 

-entonces si no es tan importante el matrimonio, ¿Por qué insisten en casarnos?- el me dio un beso en la punta de la nariz.

 

-son hábitos arraigados cariño, soy abogado y ya sabes que me gusta que todo sea legal- en ese momento su celular comenzó a sonar, el lo tomo y miro primero la mañana, la forma en que se borro de un plomazo su cara divertida y apretó la mandíbula, supe que le llamada no era para nada buena, el apretó el botón y corto la llamada,

 

-¿Quién era?- el negó con la cabeza, me rodeo la cintura con  los dos brazos y me pego mas a él. -¡Edward!-

 

-Bella….¿por favor?-

 

-No Edward….por favor tu, no puedes dejarme así, no después de la cara que pusiste, ¿son malas noticias?-

 

-Era Becca- el soltó un suspiro cansado, -Lo siento-

 

-¿Por qué?, tú no tienes la culpa, es esa bruja que no te deja en paz, la próxima vez que la vea la agarrare y le arrancare…..-

 

-¿la próxima vez?- pregunto, y yo me mordí la lengua, ya había metido la pata, ¡Tonta Bella!.

 

-¿Bella?- suspire, no tenía más remedio que confesar y esperar que la tormenta que armara no fuera tan grande.

 

-ella estuvo aquí, después de tu operación, El día que Emmett preparo la cena- aparte la mirada pero él me tomo de la barbilla y me obligo a mirarlo. –estábamos subiendo en el ascensor, Ian, Rose y yo, cuando el guardia estaba tratando de detenerla porque ella exigía verte y…….- suspire – al principio no sabía quién era, me dio risa, pero después de que Ian se pusiera tenso y se dirigiera hacia ella lo supe y me dio coraje, ella no es nadie para venir a exigir-

 

-Bella, no quiero que estés cerca de ella, no quiero que rebajes a pelear con ella, no vale la pena- aunque no pego de gritos, yo sabía que estaba muy molesto.

 

-yo no la toque- puse mis manos a la defensiva, después las coloque sobre su pecho. –Fue Rose quien la saco de las greñas- me encogí de hombros.

 

-¿Rosalie que….?- dijo sin creérselo, y no lo culpaba, mi amiga con todos se comportaba como la doctora seria y profesional que era, pocos la conocían como yo, era tremenda, bueno no sabía porque Edward se sorprendía, después de todo el la chantajeo con lo que hizo en el club.

 

-prácticamente lo hizo en mi defensa Rebecca me salto encima a mi, pero Rose la intercepto….-

 

-Rebecca me va a escuchar….- el tomo su celular pero yo se lo quite y lo lance al sofá

 

-No harás eso…..eso es lo que ella quiere, llamar tu atención y no lo va a conseguir, no te quiero cerca de ella, no tiene porque llamarte para empezar-

 

-de seguro ella ya se entero sobre nuestro compromiso- dijo algo frustrado, nos arrastro al sofá y me hizo sentarme en su regazo, hundió su cara en mi cuello -¿Cuándo me dejara en paz?, ella tomo la decisión al engañarme con mi propio padre, ¿Por qué seguir queriendo arruinarme la vida?, se mete constantemente en mi camino, no solo en lo personal, también en lo laboral- ¡maldita mujer! La odiaba mas de lo que yo pensaba.

 

-No se que mas hacer para obligarla a que me deje tranquilo-

 

-necesita una buena paliza- dije molesta, yo sería voluntaria para dársela seguro que si.

 

-Bella- dijo el alzando la cabeza y tomándome la cara con las dos manos –Mi amor ¡por favor!, prométeme que no sederas ante sus insinuaciones, no merece la pena, déjala que haga lo que quiera, ya se cansara- ver la suplica en sus ojos me hizo asentir con la cabeza, no quería mortificarlo más y que comenzara con sus migrañas, estos días ha estado muy bien. Pero internamente me jure que si me la llegaba a topar no me quedaría con brazos cruzados. Edward comenzó a besarme, primero lentamente y después nuestros besos se hicieron más intensos, con gran esfuerzo me separe, por más que quisiera seguir, mis padres podrían cruzar esa puerta en cualquier momento,

 

-¡Hey! ¿Qué tal si te doy tu regalo- me le escape de su regazo, y me puse de pie, logre mantener el equilibrio y que el vestido no se me enredara entre las piernas, el hizo un puchero agradable.

 

-¿no deberíamos esperar a tus padres para eso?-

 

-sip, pero yo tengo un regalo muy especial para ti- quería fuera un momento especial para nosotros, especialmente después de todo lo que pasamos esta noche. Yo me agache en el árbol, y encontré el paquetito que era para él, regrese a su lado y me senté junto a el

 

-¡Feliz navidad mi amor!- el sonrió y me dio un beso rápido. Subí mis piernas en su regazo y me puse cómoda. Me encanto ver el brillo en sus ojos, mientras rompía el paquetito dentro había un guarda pelo antiguo de plata, en la cubierta estaba grabado el escudo de los Swan, me lo había dado mi abuelo, yo lo había mandado restaurar y convertirlo en un llavero, no esperaba que Edward lo llevara colgado al cuello, se que el cisne que tenía el escudo era un poco femenino, pero yo quería que él tuviera algo que era importante para mí. Estire la mano y lo abrí adentro abría una pequeña foto de los dos, estábamos sonriéndonos mutuamente y viéndonos con lo que a mí me aprecia era amor. Era una de las fotos que Rose había tomado sin darnos cuenta en la cena aquí con ellos, gracias a ellas pude tener este regalo, ya que me di cuenta que no tenia fotos de nosotros juntos, y pensaba cambiar eso, tapizaría nuestra nueva casa con fotos de nosotros y de nuestros seres queridos. Edward acariciaba la foto con reverencia, le dio la vuelta y trazo con su dedo el relieve del escudo.

 

-es el escudo de los Swan- dije – es una reliquia de Familia, pero ahora tú eres mi familia y quiero que tengas algo que diga “Soy de Bella Swan”- el sonrió y me salto encima besándome con pasión

 

-Es fantástico, Gracias….Te amo-

 

-Yo también te amo- le dije y volví a besarlo, pero otra vez nos esforzamos en apartarnos, no era el momento, así que solo nos acurrucamos justos, escuchando la música clásica y viendo las luces el árbol, no sé en qué momento nos quedamos dormidos y solo fuimos despertados por el ruido de mi madre haciendo el desayuno al día siguiente.

Capítulo 39: EXTRAÑA NAVIDAD

 
14438913 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10756 usuarios