LO QUE VEZ ES LO QUE SOY +18

Autor: odet_Swan
Género: + 18
Fecha Creación: 08/07/2014
Fecha Actualización: 04/11/2014
Finalizado: NO
Votos: 28
Comentarios: 102
Visitas: 76827
Capítulos: 40

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Isabella Swan, joven Doctora, brillante, ingeniosa aunque un poco molesta con la vida, se ve arrastrada a un mundo que jamás imagino por el Abogado Edward Cullen, hombre misterioso que despierta en Bella cosas que jamás imagino que sentiría por un hombre,  sin poderlo evitar sucumbe a la atracción que el ejerce sobre ella y acepta formar parte de sus juegos sexuales, repletos de fantasías y erotismo. Junto a él aprenderá que todos llevamos dentro un voyeur, y que las personas se dividen en sumisas y dominantes... Pero el tiempo pasa, la relación se intensifica y Edwad empieza a temer que se descubra su secreto, algo que podría marcar el principio o el fin de la relación.

 


Recuerden que esta historia esta basada en el libro de Pideme lo que quieres.

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Capítulo 1: SUERTE DE CUMPLEAÑOS

Hola Chicas hermosas y bellas, ¿me recuerdan? Espero que si, jajaja soy la mera Odet original, se que me desaparecí mucho tiempo pero tuve un problema muy fuerte, demasiado fuerte, ahora todo esta bien, Gracias a dios he podido volver a escribir, espero me disculpen por desaparecer así, gracias a todas las que me enviaron mensajes, espero sigan acompañándome en esta historia que deje a la mitad, comenzare a publicar capitulo por capitulo, hasta llegar donde me quede, LAS QUIERO CHICAS

 

 

 

Buena forma de iniciar el día de mi cumpleaños, 13 de septiembre a las 3:35 de la madrugada y yo estoy trabajando, no es que me apetezca celebrar mi cumpleaños, nunca lo hago, ni siquiera pedí el día de descanso, ahora estoy de guardia de noche, tenía la esperanza de tan siquiera fuera una noche tranquila y por lo menos haberme podido tomar un café para celebrar, pero no, definitivamente no era mi día, llevo mas de tres horas, tratando de salvar la vida de un hombre que por desgracia para él, llego aquí con una herida de bala en el estomago, ¿Qué bonita forma de recibir el día verdad?.

-Succión- ¿pero de que me puedo quejar?, hoy cumplo 27 años, tengo mi carrera, con un poco de turnos dobles y ya estoy a punto de terminar de pagar mis prestamos universitarios, tengo mi propio departamento y un auto que no es un lujo pero me trasporta decentemente, tengo un perro y me doy un gustito de vez en cuando…¿Qué más puedo pedir a la vida?….¿novio?.....no creo,  es algo en lo que no me he podido concentrar.

-Doctora Swan-

-Dime Ángela- por más que yo este sumida en mis pensamientos, tengo la habilidad de concentrarme en varias cosas a la vez, bueno por lo menos no he perdido a este paciente hasta ahorita por más que yo este con mi monologo interno depresivo, de hecho creo que me concentro mejor.

-Los familiares no dejan de preguntar por el estado del paciente, además de que unos oficiales de policía están esperando hablar con usted-

-Bien, ya casi terminamos-le conteste sin dejar de prestar atención al paciente. Para colmo después de más de tres horas de operación, donde casi lo pierdo dos veces, ahora me espera una larga noche de papeleo, !Genial!. esto no hace mas que mejorar a cada minuto

-El paciente tuvo suerte-

-¿suerte?- no lo pude evitar, el comentario de Jessica me descoloco un segundo, a parte de molestarme, no era desconocido que no la tragaba, era de las enfermeras que peor me caía, pero era intocable por ser la esposa del jefe de enfermeros.

-Bella- levante la vista para encontrarme con la mirada de  Jacob, trataba de advertirme antes de que cometiera una imprudencia, él sabía que no era un buen día para mí. El día de mi cumpleaños nunca es un buen día, a pesar de ser el día que debía de hacerme feliz, por ser el día en que vine a este mundo, para mí era un maldito recordatorio de que mi llegada desgracio la vida de dos personas, los cuales sin importarles a toda costa se deshicieron de mi.

-te diré algo Jessica, tal vez deberías de redefinir tu concepto de suerte ¿no crees?, este hombre, sea lo que sea que haya hecho, se encontró cara a cara con la muerte en dos ocasiones, esta aquí en una plancha a causa de un disparo, suerte hubiera sido para él, el no haber estado en el momento equivocado a la hora equivocada.-

-Fue solo... un decir- dijo ella nerviosa, las demás enfermeras ni me miraban, Jacob me dirigió una mirada de desaprobación, pero a mí me valía, hoy todo poco me importaba

-¿Jacob te encargas tu?,  hay que pasarlo a terapia intensiva, yo mientras tanto iré hablar con los familiares y decirles que “LA SUERTE” salvo a su familiar ¡no sabes que tristeza me da que me roben crédito! ¿pero bueno que le vamos hacer? Ya lo dijo nuestra querida compañera- le dirigí una sonrisa sarcástica a Jesica, los demás trataban de disimular sus risas, y Jacob movió la cabeza negativamente pero al final no le quedo más remedio que guardar su sermón para mas tarde, me quiete los guates y salí del quirófano, extrañamente me sentía un poco mejor, por lo menos pude desquitar un poco mi frustración con esa pesada.

-¡Familiares de Edward Cullen!- dije una vez que llegue a la sala de espera, para pronto fui rodeada de personas, un hombre de mediana edad y su mujer, quería pensar que eran sus padres, Un hombre muy alto, que la verdad me impresiono y a su lado una chica joven demasiado baja de estatura, todos tenían un parecido, un aire familiar aunque físicamente eran diferentes, pero se notaban que eran gente de dinero. Las otras personas que también se acercaron quedaron unos pasos más atrás, en segundo plano.

-Soy Carlisle Cullen, soy el padre de Edward- el hombre me extendió la mano, se notaban que eran gente de clase y de mucha educación, no estaba a acostumbrada a tanta ceremonia, pero ¿que mas daba? Asi estreche su mano.

-Soy la doctora Isabella Swan, yo recibí a su hijo en urgencias, dada a su precaria situación tuvimos que operarlo de inmediato, no podíamos esperar a ningún familiar, siendo yo su doctora, hice lo que creí correcto-

-Por favor doctora, déjese de rodeos y díganos como esta mi hermano-

-¡Emmett!- lo reprendió la mujer que creo que es su madre, se lo agradecí mentalmente, !Odio que me interrumpan¡, y con el ánimo que traigo más vale no perder la compostura.

-Continúe Doctora, por favor-

-la bala no daño de gravedad ningún  órgano vital, aun así, el paciente perdió mucha sangre, estuvimos a punto de perderlo dos veces- todos pusieron cara de terror, la mujer se abrazo a su esposo y comenzó a sollozar, la chica hizo lo mismo con el gigantón, y los que estaban atrás también se estremecieron -logramos controlar la situación, por ahora el está estable y esperaremos a ver como evoluciona-

-¿Carlisle?, podría hablar con mi hermano y trasladar a Edward a un hospital mejor- hablo una mujer rubia que estaba atrás, el comentario me ofendió ¿que estaba tratando de insinuar? Odiaba a las perras como ella que se sentían superior a los demás

-Lo siento señorita, pero yo no puedo autorizar ese traslado- dije tratando de mantener la calma. ¿Quién era esta fulana? –le aseguro que lo que puedan hacerle en el mejor hospital se Seattle, lo podemos hacer nosotros también aquí- ella me fulmino con la mirada

-con todo respeto Doctora pero no creo que…………..-

-¡Basta Tanya! como dice la Doctora Swan, Edward estará bien aquí, así que por favor te agradecería que te mantuvieras al margen- ante el comentario del señor Cullen la chica se cayó y se giro hacia sus acompañantes.

-¿podremos verlo?- dijo la chica pequeña

-en estos momentos lo trasladaran a terapia intensiva, depende de cómo evolucione en las próximas horas, lo trasladaran a terapia intermedia y daré la autorización para que pasen a verlo, será de uno en uno, pero solo familiares cercanos- dije esto último mirando a la mujer rubia, que en ese momento si las miradas fueran dagas yo hubiera caído  muerta en ese instante.

-Muchas gracias Doctora- dijo la madre.

-solo hago mi trabajo señora, los mantendré informados- sin decir más me gire y me dirigí a mi consultorio, airosa, por lo menos deje en claro a esa rubia quien mandaba aquí y ahora necesitaba un café urgente no hay nada que un buen café no pueda mejorar.

A Las siete de la mañana y yo todavía estaba sumergida entre papeles, necesitaba hacer mis rondas, antes de marcharme, por suerte mi turno terminaba a las nueve, si todo sale como lo planeo, llegare a casa, tomare una larga ducha y me tumbare en mi camita y tendré una larga cita con Morfeo.

-Bella, Edward Cullen reacciono- ¿Edward Cullen? Oh si el de la bala, ya recordaba, Jacob me extendió un vaso con café, pero lo hice a un lado.

-ya sobrepase mi dosis de cafeína por esta noche, mejor vamos a ver como amaneció nuestro paciente- el asintió. Pero cuando estaba a punto de salir del consultorio me tomo del brazo.

-Espera Bella, primero quiero darte tu regalo- yo rodee los ojos, el sabe que no me gustan mucho los regalos.

-Jake-

-ya se, ya se, tómalo solo como un presente olvida la razón, solo acéptalo- me hizo un puchero al cual no me pude resistir. Agarre la cajita que me ofrecía y con pereza lo abrí, mi boca se abrió en una “o”, era una hermosa lapicera de plata y tenia grabado mi nombre “Dr. Bella Swan”

-¡Es hermosa Jake! Gracias- no lo pude evitar, me abrace a él, éramos amigos y aunque sé que él siente algo hacia mí, por más que querido no lo puedo ver de la forma que al él le gustaría.

-de nada peke ahora será mejor que vallamos a ver al principito-

-¿principito?- me reía ante ese apodo.

-su padre es un gran magnate del mundo publicitario y sus hijitos son los herederos del imperio así que son dos principitos y una hermosa princesa- el nombrar al gigantón Emmett creo que así se llamaba principito me hizo reír semejante hombre con tal apodo decidí ya no enfráscame mas en ese tema, si lo hacia corría el riesgo de que cuando lo viera me soltaría a reír a carcajada abierta en su cara

Un minuto después ya estaba entrando a la habitación de mi paciente,  estaba su madre, hasta ahora solo han entrado de uno en uno, tome la tableta que estaba al final de la cama y me acerque a él, comencé a revisar su expediente.

-Buenos días soy la doctora Isabella Swan ¿Cómo se siente?- revise la hora y comencé hacer mis anotaciones.

-¿usted como cree que me siento? ¿que a caso esta ciega o qué?-

-¡EDWARD!- grito su madre apreté los dientes tratando de controlar mi lengua viperina, levante la vista de la tabla y mire a la cara a mi paciente el me miraba desafiante, sus ojos eran de color verde iguales a los de su madre. pero aunque fuera el hombre más apuesto, se iba a topar con la horma de sus zapatos, Jacob puso su mano en mi hombro tratando de calmarme pobre él se ponía más nervioso que yo, y no lo culpaba, si un día de estos me llevan presa por mis reacciones agresivas el va tener la obligación moral de ir a sacarme.

-señor la última vez que mi hicieron examen de la vista, mi oculista me dijo que tenía muy buena visión, pero por lo visto a lo mejor tendría que demandarlo por fraude ¿no cree?- me esforcé por mostrarle mi mejor sonrisa, él ni se inmuto se me quedo viendo, lo que si intuí fue que le sorprendió mi respuesta

- que bien que tiene sentido del humor- dijo él no me perdí el sarcasmo en su voz.

-Bueno muchos creen que mi sentido del humor es un poco negro pero gracias por recordármelo rara vez puedo ser graciosa- regrese mi atención a mi trabajo, pero por lo visto el Sr. Cullen quiera pelea.

-¿Qué clase de doctora es?-

-¡la doctora que salvo su patética vida!- revire automáticamente, Jacob, me jalo para un lado

-¡Bella contrólate!-

-El empezó-

-y tu le sigues el juego, por lo que me han dicho es un amargado pero más vale no meterse en problemas por el, recuerda lo que te dije de su familia- me zafe de su agarre ya que me tenia agarrada del brazo.

-¡Yo no pienso dejarme humillar por un gilipollas!  me vale tres pepinos quien sea, así sea el príncipe de España-la ira ya estaba apoderándose de mí, me gire con brusquedad y regrese hasta la cama de mi paciente, el cual estaba siendo reprendido por su madre.

-Señora Cullen le pido por favor que regrese a la sala de espera, más tarde el paciente será trasladado a un habitación y podrán ustedes pasar a visitarlos- la señora asintió, le dio un beso en la frente a su hijo y después de una mirada reprendiéndolo se marcho, yo comencé con mi revisión de rutina, me estaba absteniendo de hacer algún comentario y al aparecer el también, solo me observaba y hacia todo lo que yo le decía que hiciera. He de confesar que llego un momento que su mirada era tan penetrante que no se por qué razón me inquieto.

-será trasladado a una habitación señor Cullen, la Doctora Halle, será su doctora en turno, yo pasaré hacerle un chequeo por la tarde- le explique, el me observaba con su penetrante mirada.

-¿entonces no la veré en todo el día?- al principio pensé que aria alguna broma, pero no, en realidad era una pregunta seria. Pero la que decidió fastidiarlo esta vez fui yo.

-para suerte suya, mi turno termino, así que tendrá una razón para alegrarse- comente divertida, cerrando la tableta y acomodándola en su lugar, al estar guardando la preciosa lapicera que Jacob me había regalado, observe a mi paciente que estaba muy serio, de hecho pensé que sonreiría o haría un comentario sarcástico, pero no, solo me miraba……..y me miraba……y eso me puso aun mas nerviosa.

-¡Bella!- me llamo Jacob, cortando así la conexión de nuestras miradas.

-Lo veo más tarde señor Cullen- el asintió y yo salí de la habitación, confundida y desorientada se suponía que no le caía nada bien y ahora se portaba extraño ese hombre me daba escalofríos.

Capítulo 2: DESCONCIERTO

 
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