Mi ángel

Autor: sachiko065
Género: Romance
Fecha Creación: 15/02/2013
Fecha Actualización: 25/10/2013
Finalizado: NO
Votos: 19
Comentarios: 87
Visitas: 43171
Capítulos: 30

Edward es el ángel guardian de Isabella Swan. Él toda la vida la ha amado y nunca ha dejado de protegerla... Pero un día comprende que está perdidamente enamorado de ella. Siente desesperación al no poder estar con su amada quien ya se está convirtiendo en toda una mujer y que está comenzando a vivir. El deseo de Edward de convertirse en humano se hará realidad, pero, tiene un trato que cumplir, ¿Logrará cumplirlo y quedarse para siempre con Isabella?

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Capítulo 10: Enojada

Edward POV:

-Está bien, seremos pareja- me contestó Bella. Yo no pude evitar amarla más. Me abracé a ella.

-Te prometo que voy a protegerte de todo- le prometí sollozando-. Tú eres mi vida, no quiero perderte... Quiero estar contigo

-Yo también quiero estar contigo- me respondió-. Sólo te conozco de un día, pero siento que tú... Eres para mi, es un sentimiento extraño

-Siento lo mismo-dije apartándola un poco-. Por eso no dejaré que nadie más te dañe

-Gracias Edward, gracias por aparecer en mi vida

-Siempre he estado contigo- susurré sonriendo-. Y nunca dejaré de estarlo

-Tengo mucha suerte

-No, yo soy quien la tiene, gracias a Dios yo pude ser tu ángel

-Edward... ¿Él existe?- preguntó con la mirada iluminada. Parecía una niñita. Era demasiado linda-. No es que no crea, pero...

-Claro que si, existe- la interrumpí-. Era mi jefe- bromeé aunque en verdad era cierto.

-Eso es genial- sonrió-. El trabajo de mi novio es ser un ángel, eso es genial, debo contárselo al padre de la iglesia

-No Isabella, no puedes decirle a nadie esto- dije serio-. Sólo tú y yo debemos saberlo

-¿Por qué?

-Volvería a ser un ángel o sea, nos separarían, sería invisible para ti de nuevo

-Eso no puede pasar- dijo asustada-. Entonces, no le diremos a nadie, no quiero perderte

-Ni yo quiero que eso pase... Por eso nunca voy a volver a dejarte sola, además de que yo no quiero que te pase nada, me dijeron que nunca debía desprotegerte ya que no tienes ángel guardián ya

-¿Qué?, ¿Ya no tengo?

-No, ya no porque sigo siendo tu ángel aunque ahora soy humano y me puedes ver

-Wow, me tienes que explicar todo esto

-Si, pero será en otra ocasión, ahora solo quiero abrazarte

-Pero yo quiero salir

-¿A dónde?

-Al parque, quiero salir un rato de casa ¿Si?

-Como ordene mi niña- sonreí-. Pero... Debes desayunar, no quiero que te malpases

-Está bien, vamos

Ambos nos levantamos y fuimos abajo. Ella fue la que desayunó. Yo no quise nada ya que no tenía hambre. Todavía seguía en mi mente lo que el malnacido de Jacob quiso hacerle a mi ahora novia.

Novia. Esa palabra era hermosa ahora. Bella era MI NOVIA. No pude evitar también sentirme emocionado. Aunque el coraje podía más conmigo. Yo nunca había tenido ganas de asesinar a nadie, pero ahora si. Los sentimientos humanos eran impuros, ahora lo comprendía.

Bella terminó de desayunar y me preguntó.

-Edward... Come algo- me suplicó por milésima vez.

-No cariño, no tengo hambre de verdad...

Bella me hizo un puchero adorable así que me rendí.

-Está bien, comeré algo

En menos de un minuto tenía un plato con cereal enfrente de mi. Mi Bella me miró esperando a que acabara. Se veía tan linda. Tenía ganas de comérmela a besos. Me levanté y ella también lo hizo. Me acerqué, la tomé por la cintura y la pegué a mi cuerpo. Ambos nos miramos a los ojos. Yo me perdí en los suyos. Ese color chocolate que tenían me fascinaba... Ambos respiramos agitadamente por la cercanía. Bella me hacía sentir una sensación maravillosa cada vez que la tocaba. Ya no pude resistirlo y la besé. Me sentía el hombre más afortunado del mundo en tenerla así.

A pesar de que yo no tenía experiencia besando, mis labios se amoldaban perfectamente a los suyos. Tomé su rostro entre mis manos y profundicé el beso. Mi corazón estaba a punto de salirse de mi pecho y de repente comencé a sentir calor , pero no era desagradable. Se sentía muy bien. Quería apretarla más contra mi cuerpo, sentirme dentro de ella... Paré el beso bruscamente... Yo, ¿Estaba teniendo deseos sexuales?

Bella me miraba jadeando y con los ojos muy abiertos, pero no a mi cara sino mis piernas.

-Edward, tú...- dijo señalando a donde veía y bajé la vista. Me encontré con un bulto en mi pantalón. Rápidamente me lo oculté y la miré ruborizado de vergüenza.

-Bella, yo...

-No me expliques nada- contestó riendo histéricamente.

-Bella lo siento, yo... No sabía que me estaba pasando esto, espero que no creas que soy un pervertido

-No, claro que no- sonrió. Me miraba con ¿Deseo?. Oh mi Dios, esto estaba muy mal-. De hecho me encantó- dijo acercándose. Me quitó las manos de donde las tenía y se pegó más a mi. Tragué saliva al sentir que otra vez volvía a crecer aquel bulto que había visto.

-Bella apártate un poco- supliqué con voz ronca pero ella me ignoró-. Te lo digo por tu bien

-No quiero...

-Yo quiero desayunar

-Y yo quiero ir a mi cuarto

Me enojé... ¿Desde cuando Bella tenía ese tipo de deseos?

-¿Para qué?

-Tú sabes, tenemos que terminar esto

-No Bella- dije apartándola. Me dolía esa pequeña separación pero era necesario, si yo deseaba permanecer siempre a su lado era mejor no romper las reglas del acuerdo.

-¿Por qué no?- preguntó ofendida-. ¿No soy lo suficientemente buena para ti?

-¿Qué? No, yo no lo digo por...

-Sé que es así- me cortó-. Qué estúpida fui al creer que me querías

-Te amo, por eso no vamos a hacer nada

-Si, dices amarme, pero no me deseas

-Claro que si- repliqué-. ¿No viste como me dejaste?

-Bueno, tal vez si lo deseabas, si es así, ¿Por qué me rechazas?

-No podemos- dije simplemente.

-Si podemos Edward, estamos solos, no hay nadie que nos interrumpa

-Bella, no puedo creer lo que me estás diciendo- exclamé-. Tú no eres así, tú no tienes esos deseos

-¡Claro que los tengo!- gritó-. Yo quería estar contigo, sé que tú eres el indicado, sé que antes he rechazado a Jacob, pero es que no me gustaba lo suficiente

-Tal vez lo sea, mi amor, aunque me duela decirte esto, debemos esperar, lo hago para poder estar juntos, no es que no te deseé

-Son pretextos, tú no quieres hacerlo conmigo

-Pues no, no quiero, aun no, tenemos que esperar

Isabella gruñó y salió corriendo de la cocina. Asustado corrí tras ella. No pude evitar sentir ganas de llorar cuando me cerró en las narices la puerta.

-Ábreme mi amor- le supliqué.

-No, vete, no quiero verte

-No me digas eso- sollocé-. No me cierres la puerta, abre Bella

-¡No!, ya te dije que te vayas, no quiero verte ahorita

-No... Te amo, no me hagas esto, no, yo... Quiero explicarte las cosas, no te rechacé porque quisiera sino porque tengo que hacerlo

Bella no me respondió.

-No me dejes afuera- imploré con pánico. No verla me causaba miedo-. Tengo miedo, no soporto tenerte fuera de mi vista, ya no estés enojada conmigo Isabella

-Dije que te fueras, voy a estar bien- dijo fríamente.

-Yo no me voy de aquí, estaré esperando hasta que abras

Pasaron unos minutos. Yo cada vez estaba más ansioso porque no podía verla. Me alteraba que estuviéramos tan separados. De repente Bella me abrió, estaba llorando. La abracé y me sentí aliviado.

-Perdón Edward- gimoteó-. Me comporté como una niña chiquita, no vuelvo a hacerlo, pero es que perdí la cabeza un momento, tuve deseo por ti, no sé que me pasó

-Te entiendo Bella, pero ya no llores mi cielo, yo también sentí lo mismo, pero tienes que entender porque te rechazo, es más ni siquiera fue un rechazo, estoy evitando que nos aparten, no quiero que por un momento de lujuria nos separen para siempre

-¿A qué te refieres?

-Una de las condiciones que me pusieron para poder ser humano fue no tener relaciones sexuales hasta que nos casemos

-¿Casarnos?

-Si, sé que piensas que no quieres casarte conmigo porque apenas me conoces

-Yo... No sé que decirte porque apenas nos hemos conocido, además soy muy joven, pasaré a último año apenas...

-Lo sé mi vida, lo sé

-Si llegamos a casarnos tendría que ser dentro de mucho tiempo- frunció el ceño.

-También lo sé- suspiré-. Pero si queremos estar juntos debemos seguir las reglas

-Está bien, en serio tienes que contarme todas esas reglas...

-Si, lo haré, pero te lo contaré todo afuera de casa, anda, vamos a dar ese paseo que tanto quieres

-Está bien- dijo soltándome-. Espera, voy a cambiarme, tú toma tus cosas de la maleta

-Que suerte que tu hermana no la haya visto- sonreí.

-Si, lo sé, pero ella es un poco despistada desde que conoció a Emmett

-Si, se nota que está muy enamorada

-Lo está

-Bueno, debemos vestirnos para salir- le dije observando ahora mi maleta. La abrí. Habían unas cuantas camisas y tomé una camiseta color gris.

-Creo que yo voy al baño a cambiarme- me dijo Bella cuando vio que yo tomaba mi pantalón.

-No, yo voy al baño, este es tu cuarto

-No te preocupes, yo voy

-No, yo

-No, yo voy

-Ya te dije, no, este es tu cuarto

-Dejemos esta pelea absurda, ambos nos cambiaremos aquí ¿Si?

-Pero...

-No voltees por favor yo tampoco te veré

-Ok

Vi que Bella se volteaba y yo le dí la espalda para cambiarme, pero, la curiosidad me mataba. Ahora que era humano, deseaba verla en ropa interior, ¿Para que me engañaba? Siempre quise hacerlo. Volteé un poquito y ella estaba de espaldas a mi. Estaba en ropa interior como supuse. Su cintura era muy pequeña y su trasero tan...

De repente ella se volteo, seguramente para mirarme también pero al darse cuenta de que yo ya la miraba, me observó furiosa.

-¡Pervertido!- me gritó y pude comprobar el dicho de los humanos "La curiosidad mató al gato" ya que me golpeó con todas sus fuerzas en el pecho. Me dolió pero no pude evitar reír. Se veía tan hermosa enojada.

-Perdón Bella, no he podido resistirlo

-De seguro cuando eras invisible me veías, maldito degenerado

-Nunca te vi, te lo juro- contesté todavía riendo.

-Hum...

-Es en serio, yo nunca te hubiera visto, te respeto

-Pues ahora no lo hiciste

-Soy humano, me ha picado la curiosidad debo admitirlo, antes no tenía todas estas emociones, lo siento Bella, ya no vuelve a pasar- dije ahora serio y con miedo de que volviera a enojarse.

-Eso espero, más te vale que lo cumplas- advirtió. A pesar de eso no pude evitar mirarla. Aun estaba en ropa interior.

-Bella, cámbiate por favor, te puedes enfermar- le pedí preocupado.

-Ok, me cambio, pero sal de aquí

-Está bien

Por fortuna yo ya estaba vestido y salí del cuarto para darle su espacio. No sabía que estaba pasándome. Esto de ser un humano se me estaba saliendo de las manos, ya no podía tener los sentimientos tan puros como antes, ya había experimentado dolor, odio, lujuria... Y tan solo en dos días. Si esto seguía así iba a terminar quebrantando todas las reglas del trato y yo no quería eso. Mi único sentimiento puro era mi amor hacia Isabella Swan y  quería que estuviésemos juntos siempre y cuando ella quisiera estar conmigo también. Yo pedí ser un humano para que poder estar junto a mi Bella de la manera en que ella quisiera. Eso, era lo único de lo que no podía ni debía olvidarme.

 

 

Capítulo 9: Pareja Capítulo 11: Reglas y preguntas

 
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