Mi ángel

Autor: sachiko065
Género: Romance
Fecha Creación: 15/02/2013
Fecha Actualización: 25/10/2013
Finalizado: NO
Votos: 19
Comentarios: 87
Visitas: 43149
Capítulos: 30

Edward es el ángel guardian de Isabella Swan. Él toda la vida la ha amado y nunca ha dejado de protegerla... Pero un día comprende que está perdidamente enamorado de ella. Siente desesperación al no poder estar con su amada quien ya se está convirtiendo en toda una mujer y que está comenzando a vivir. El deseo de Edward de convertirse en humano se hará realidad, pero, tiene un trato que cumplir, ¿Logrará cumplirlo y quedarse para siempre con Isabella?

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Capítulo 21: Vuelve conmigo

Bella POV:

Cuando Edward y yo terminamos de hablar, salimos de la casa de mi abuela. Esta se encontraba regando sus flores de la entrada. Al vernos nos sonrió.

-Y bien, ¿Se han reconciliado?- preguntó con interés.

-Algo así- murmuré y fui para ir a abrazarla-. Gracias abuelita, por haberme escuchado- susurré en su oído.

-No tienes nada que agradecer mi niña- me dijo en voz baja.

La solté. Edward y yo nos despedimos de ella y nos regresamos caminando a casa. El camino si era un poco largo, pero... No importaba.

-¿Qué ha pasado con Rosalie?- le pregunté cuando ibamos a mitad del camino. Estábamos separados, algo que no me gustaba, pero que era necesario, según yo.

-Cuando saliste se puso delante de la puerta, no pude evitar amenazarla

-¿Qué le dijiste?

-Que le rompería la cara- contestó avergonzado. Me eché a reír-. ¿Qué es tan gracioso?

-Es que ella se lo merece... Es una idiota, que bueno que le has dicho eso

Edward sonrió levemente.

-Una vez más perdoname por desconfiar de ti...- dijo ahora serio. Lo miré con mala cara.

-¿Querrías dejar de hablar de eso? No quiero pensar en eso ahora...

-Está bien cariño, como tú quieras

Quise decirle que no me dijera así porque ya no eramos nada... Ya no eramos nada, solo amigos... Me resultaba doloroso haber tomado esa decisión, pero era necesario, tal vez necesitabamos confiar más en nosotros para poder tener una relación. Moría de ganas de decirle que fuésemos novios de nuevo, pero no quería parecer bipolar, así que no dije nada. Además, esto era lo mejor, o eso creía.

Después de un rato llegamos a la casa. Rosalie ya no estaba allí lo cual me alivia.

El resto del día fue normal a excepción de que Edward y yo nos mirábamos constantemente. Moría de ganas de lanzarme a sus brazos y decirle que volviera conmigo, pero el orgullo no me dejaba.

Cuando ya era hora de dormir cerré mi cuarto con seguro y me acosté. Edward se acostó en el suelo...

-Hey, no hagas eso- lo regañé. Me miró triste.

-No puedo dormir contigo Isabella, si me acuesto junto a ti voy a abrazarte... No quiero... Tener tentaciones

-Solamente no me abraces, no puedo permitir que duermas en el suelo

-Pues lo voy a hacer...

Me levanté de la cama. Me faltaba poco para enojarme.

-No, acuestate ahora mismo

-No Bella...

-Si, si lo harás

-No, no lo haré... Por favor Bella, somos amigos, no debemos dormir juntos

-Pero dormiste junto a mi el primer día que llegaste- protesté.

-Pero no estabas furiosa conmigo- contestó serio-. Voy a respetarte, a esperar a que quieras volver... Te daré tu tiempo... Si dices que me acueste porque tienes miedo, no te preocupes, princesa... Yo te voy a cuidar

-Yo... No quiero que duermas en el piso eso es todo

-Lo haré...

-Bueno, tú ganas... Pero, ¿Al menos me dejas ponerte una sábana para que no te mueras de frio?

-Está bien, pequeña- dijo levantandose. Sonreí. Tenía un plan. Sería yo quien dormiría en el suelo.

-Sientate en la cama por mientras que yo saco la cobija

Edward me miró extrañado pero me obedeció. Abrí mi clóset y saqué una cobija grande de color azul. Después la tendí en el piso. Edward se quiso levantar pero yo fui más rápida y me acosté en el suelo.

-¿Qué haces Bella?- preguntó preocupado-. Levantate, te vas a enfermar

-Buenas noches Edward- le dije volteandome.

-Tú no te duermes allí- gruñió e intentó levantarme. Puse resistencia-. Bella, por favor, coopera...

Puse más resistencia. Estaba empeñada en dormir en el suelo. No quería que Edward lo hiciera.

-Ya puedes dormir en la cama, Edward, ya me quité yo...

-El problema es que ahora estás en el piso y yo no soporto eso...- dijo enojado-. Bella, levantate por favor, o me vas a obligar a levantarte

-No puedes, estoy pesada, hace unos segundos no me podías levantar

-Porque no quería lastimarte, pero te puedo cargar, tú no vas a dormir en el piso...

Sin que yo me lo esperara me levantó con facilidad. Quise gritar pero me contuve. Pataleé para que me soltara.

-Bella... No seas necia- masculló mientras luchaba por tenerme en sus brazos ya que yo hacía mi lucha por bajarme de ellos.

-Bajame

-No...

Ambos nos gruñimos y nos fulminamos con la mirada. Segundos después ambos nos caímos en la cama. Él estaba encima de mi y yo lo tenía abrazado con mis piernas.Comencé a sentirme nerviosa al igual que él. Sus hermosos labios estaban a pocos centimetros de los míos. Podía respirar su delicioso aliento...

Edward cada vez respiraba con más dificultad. Su mirada iba de mis labios a mis ojos. Ya no pude contenerme más tiempo y lo besé. Al principio él se quedó paralizado, pero luego me correspondió con entusiasmo. Este beso estaba lleno de ternura y sin segundas intenciones a pesar de la posición en la que estabamos. Este beso me sabía a desesperación, a dolor... Quería estar de nuevo con él, pero... No podía. Dejé de besarlo.

-Bella, yo- quiso decir pero lo corté.

-Apartate por favor

-Está bien- dijo alejándose. Me miró con una profunda tristeza. Podía ver en sus ojos lo que estaba sufriendo porque no regresaba con él. Volveríamos sin duda, pero... Aun no.

-Duerme en la cama Edward- le pedí una vez más-. Si no me obligarás a...

-Bien... Dormiré contigo- aceptó.

-Gracias...

Edward recogió la cobija del suelo. La dobló perfectamente y la llevó de vuelta al clóset. Suspiró cuando se acostó al lado mio.

-Buenas noches mi niña- me dijo mirándome intensamente. Casi se me va el aire. Edward era tan hermoso. Sus miradas me dejaban sin respiración.

-Buenas noches- contesté y me volteé rápidamente.

No conseguí dormir nada. No soportaba que Edward no me abrazara pero debía soportarlo. Tenía que ser fuerte.

Escuché la respiración profunda de Edward y supuse que ya estaba dormido. No lo soporté más y me levanté para verlo. Efectivamente, Edward estaba dormido como un bebé. Como la luz estaba prendida vi que estaba rojo y que tenía las mejillas mojadas, señal de que había llorado hasta quedarse dormido. Me llené de culpabilidad. Ya no debía hacer sufrir de ese modo a mi pobre ángel. Tenía que regresar con él, pero debía pensar como.

En silencio fui hacia mi clóset, saqué la cobija y fui a apagar la luz. Como pude salí de la habitación. Escuché los ronquidos de mi padre lo cual me dio un poco de risa. Con cuidado cerré la puerta de mi cuarto.

Tenía sed así que bajé a tomar un vaso con agua muy frío. Sabía que me podría hacer daño pero no me importaba. Después me dirigí a la sala y prendí la televisión. No podía dormir así que un poco de tele no me dañaría. Además, necesitaba estar apartada de Edward un poco. No quería pensar en lo tonta que estaba siendo. No deseaba estar en la misma habitación que él. No en ese momento.

Encontré un canal de caricaturas. Me puse a verlo y de repente me quedé dormida.

-Bella, Bella despierta, ¿Qué haces aquí?- escuché la voz de mi padre.

Abrí los ojos.

-¿Papá?- bostecé.

-¿Por qué dormiste aquí?

-Veía la tele- respondí con voz ronca. Me costaba un enorme esfuerzo mantener los ojos abiertos.

-Ah, ya entiendo..., vuelve a dormir hijita

-Gra... cias

-Adios cariño- dijo mi mamá. Olí su perfume. Seguramente ya se iba a trabajar. Me dio un beso en la frente y me tapó más. Me dormí enseguida y sin soñar nada.

Me despertaron unos gritos desesperados.

-¡Bella!- gritaba mi ángel.

-¿Eh?- pregunté confundida.

Edward entró en la sala. Al verme suspiró aliviado.

-Bella, ¿Por qué estás aquí?

-Esto... Yo... Vine a ver televisión y me quedé dormida

-Está bien, pero me hubieras avisado, me asustaste mucho- admitió mientras se sentaba junto a mi.

-Lo siento- me disculpé.

-No importa Bella- sonrió.

-Eh... ¿Quieres algo de desayunar?- le pregunté. Él asintió.

-Si, está bien...

-Perfecto

Me levanté del sofá y me dirigí hacía la cocina. Comencé a preparar el desayuno. Edward y yo comimos en silencio y después lavamos los trastes. Notaba que él estaba ausente, como si estuviera pensando en algo. Me daba miedo que pensara que ya no quería nada conmigo y que me dejaría en paz.

-Bella- me llamó él cuando yo me dirigía hacia el baño. Me volteé.

-¿Si?

-Por favor Bella, trata de mantenerte a salvo... Iré a comprar algo

-¿A dónde? ¿No puedo acompañarte?

-No... No puedes

-¿Por qué?- pregunté dolida. De repente miré su mano. Ya no estaba el anillo. Se me llenaron los ojos de lágrimas pero no dejé que Edward lo notara. Me metí al baño inmediatamente.

-Bella no te enojes, de verdad no es nada malo- me dijo desde afuera.

-Haz lo que quieras- contesté fríamente-. Ve a hacer lo que necesites y vuelve, ahora déjame bañarme

-Nena, ¿Qué te hice? Solo dije...

-No estoy enojada- mentí. Mi voz sonó relajada lo cual me ayudó ya que Edward no dijo nada más.

Me metí a bañar y mientras lo hacía lloré amargamente. Me senté en el piso de la regadera y me quedé un rato allí, dejando que el agua caliente me relajara. Cuando al fin salí de la ducha me cambié y fui a mi cuarto. Edward no estaba. Su maleta estaba afuera. No pude resistir y la abrí. El dinero no estaba... ¿Acaso se escapó?

-¡Es un maldito!- exclamé llorando de nuevo-. Se fue, se fue... Me dejó sola

Me tiré en mi cama y lloré un rato más. Me puse a pensar en el anillo. Ya no lo tenía puesto. Eso significaba que ya no me quería. Me quité mi anillo y lo lancé sin importarme a donde.

Una vez que me tranquilicé noté que me estaba doliendo el vientre. Fui al baño y vi que me había llegado el periodo. Joder, no estaba preparada, no tenía toallas. Bueno, iría por una al cuarto de Rosalie.

Busqué como loca las toallas y las encontré en uno de sus cajones pero también encontré otra cosa que no me esperaba para nada. El anillo de Edward estaba allí. Me quedé petrificada por unos segundos. Después tomé el anillo entre mis manos y maldije a mi hermana.

Me guardé el anillo en el bolsillo de mi pantalón y tomé una de las toallas. Le pediría una buena explicación a Rosalie.

Una vez que salí del baño bajé las escaleras. Salí de la casa para averiguar si Edward ya venía. Estaba ansiosa por verlo y preguntarle sobre el anillo. También mi ansiedad se debía a que estaba apartada de él.

Una vez que estuve afuera observé que mi ángel no venía... Me preocupé... ¿Y si le pasó algo?

De repente un muchacho estaba enfrente de mi. Era un chico alto, de cabello café claro y ojos azules. Era un poco guapo, pero tenía unas ojeras demasiado marcadas. Daba miedo mirarlo.

-Hola- me dijo sonriendo.

-Eh... Hola- contesté sonriendo educadamente.

-¿Cómo te llamas preciosa?

-Isabella, ¿Y tú?

-Me llamó Harry, soy tu nuevo vecino...

-¿Ah, si? No lo sabía...

Harry rió.

-No te preocupes, y... ¿Cuántos años tienes?

-Diecisiete...

-Yo veinte, me encantan las niñas de tu edad...

-Ah, que bien- contesté seria. No me agradaba el chico.

-Bueno, más bien, me encantas tú- me observó de arriba a abajo-. Te he estado observando desde que llegué, eres hermosa, no has podido salir de mi mente... Si no te he hablado es por ese chico que no se te despega, ¿Es tu hermano, no?

-Esto, no- susurré nerviosa. Este tipo no me daba buena espina.

-No importa, el caso es que eres soltera ¿No?

-Bueno, si, pero...

-Y eres virgen...

-¿A ti que te importa?- pregunté groseramente-. Tú no sabes nada

-Se te nota querida, eres virgen... Me encantan las vírgenes, se siente mejor cuando te las...

Le di una cachetada. Estaba furiosa.

-¡Cállate!- le grité-. No tienes ningún derecho de meterte en mi vida y no seas vulgar...

-Vas a ser mía- dijo riéndose. Me estremecí por el miedo. Su mirada comenzaba a oscurecerse-. Eres la mujer indicada para mi, pegas duro, me encanta que me maltraten, me excita más.

Mierda. Definitivamente si no estaba con Edward los problemas se me dejaban venir. Solo había salido para ver si él regresaba y me encuentro con un tipo loco y masoquista. Harry se acercó a mi y yo intenté apartarme. No pude. El chico me tomó entre sus brazos y me acercó a él.

-¡Sueltame!- exclamé. Me calló con un beso. Su aliento simplemente era asqueroso. Luché para que me dejara libre. Lo logré-. ¡¿Qué diablos te pasa?! A mi no me tocas, infeliz, juro que si vuelves a hacerlo te mataré

Harry me miró furioso y me dió una cachetada muy fuerte. Se me escaparon unas lágrimas.

-¡A mi no me vuelvas a amenazar!- gritó.

-¡Y tú no la vuelves a tocar, maldito bastardo!- exclamó Edward. La escena que vi a continuación fue la más violenta que he visto en mi vida. Mi ángel le estaba pegando con todas sus fuerzas a Harry, el cual no pudo golpear ni una sola vez a Edward.

-¡Para!- supliqué. En ese momento Edward me miró con dolor. Se acercó corriendo a mi.

-¿Estás bien mi cielo?- preguntó histérico-. Contestame...

-Juro que me las van a pagar- amenazó Harry mientras se levantaba con mucho esfuerzo. Unos vecinos salieron de sus casas para ver que estaba pasando. Edward quiso ir a pegarle al tipo pero lo detuve por un brazo.

-No vayas- susurré-. No vale la pena

Mi precioso asintió. Tocó con mucho cuidado mi mejilla . Luchaba por retener las lágrimas. Seguramente le dolía que yo estuviese lastimada.

Harry se fue caminando torpemente. Edward y yo nos metimos a la casa. Ahí fue donde él se echó a llorar como un pequeñito. Después de que se calmó me llevó a la cocina a que me pusiera hielo sobre la mejilla.

-No me gusta verte lastimada- me dijo cuando nos sentamos en la sala después de haber estado en la cocina-. Todo esto es por mi culpa, te dejé sola, perdoname, siempre estoy fallando, soy un inútil...

Le di un pequeño golpe en la cabeza.

-No seas tonto, tú me cuidas demasiado, no es tu culpa nada de esto

-Claro que lo es... Te dejé sola, pensando que no iba a sucederte nada si te quedabas aquí, pero, te besaron a la fuerza, te abofetearon... Es mi culpa

-No lo fue- repliqué-. Lo único que no hiciste muy bien fue haberlo golpeado tanto, casi lo matas...

-No voy a pedir perdón por eso- dijo serio-. No me pidas que me arrepienta, ese tipo te lastimó, merecía que lo matara, nadie puede tocarte, eres una princesa, mi princesa, aunque ya no estés conmigo, Bella, te amo

-Yo también te amo Edward- sollocé y me lancé a sus brazos. Quería volver con él, lo necesitaba, lo amaba, simplemente lo amaba.

-Cómo me alegra oir eso mi niña- susurró en mi oido-. Sé que me amas, pero me agrada escucharlo, con eso sé que podré recuperarte algún día...

-Bésame Edward- le pedí mirandolo. Él se quedó mudo-. Olvidemonos de lo que Rosalie nos hizo, por favor vuelve conmigo... Ya no quiero estar enojada, te necesito conmi...

No pude hablar más porque Edward estampó sus labios en los míos. Rodeé su cuello con los brazos y lo besé con entusiasmo. Su dulce y delicioso aliento hizo que me olvidara del mal sabor de boca del otro tipo. Por unos instantes me sentí mal. Ese tipo me besó y ahora yo estaba besando a Edward pero, me recuperé... Yo no tuve la culpa de lo que pasó con ese chico. Él me besó a la fuerza y yo no le respondí.

Edward y yo nos separamos por falta de aire. Él juntó su frente a la mía y ambos entrelazamos nuestras manos.

-Eres mi vida, Bella- me dijo-. No puedo vivir sin ti...

-Ni yo sin ti- confesé-. Yo no te conozco desde hace mucho pero sé lo que siento, sé que eres al único hombre que he amado en la vida

-Y tú eres la única mujer a la que he amado en toda mi existencia...- dijo con intensidad. Sus palabras casi hacen que me derrita, ¿Cómo Edward puede ser tan perfecto? O una pregunta mejor... ¿Cómo él puede ser mío? Nunca me cansaría de agradecerle a Dios que lo haya puesto en mi camino, o más bien, que lo haya puesto como mi ángel guardian. Edward era simplemente hermoso y perfecto. Me daba miedo que alguna mujer muchisimo más guapa que yo me lo quitara. De repente recordé lo del anillo.

-Edward- dije apartandome un poco de él-. ¿Dónde está tu anillo?

-En mi dedo- dijo alzando la mano. Abrío los ojos como platos-. ¿Dónde está?- preguntó horrorizado.

-Eso mismo quisiera saber yo...

-Amor, perdón, de verdad pensé que lo tenía puesto... Te juro que no me lo había quitado para nada, debío caerse

-O mi hermana te lo pudo robar- contesté sacando el anillo del bolsillo del pantalón. Edward me lo quitó para ponerselo inmediatamente.

-No puedo creer que tu hermana me haga eso... ¿Dónde lo tenía?

-Lo encontré en su cuarto

-¿Para que entraste a su cuarto?

-Esto...- me sonrojé-. Me vino el periodo y fui por una toalla al cuarto de Rosalie porque yo no tenía

Edward me miró con preocupación.

-No te preocupes- le dije riendo-. No me digas que te horroriza eso... No me moriré

-No es eso, sé que es normal, lo qué no me gusta son los dolores que tienes después

Maldita sea lo había olvidado. Horas después de que me llegaba el periodo comenzaba con fuertes dolores que ni las pastillas me quitaban. Me ruboricé más porque Edward estaba muy bien enterado de esas cosas.

-Te ves hermosa cuando te sonrojas- se rió levemente y besó una de mis manos. Una expresión de dolor se reflejó en su hermosa cara-. Veo que te has quitado el anillo...

-Esto... Si, pero fue porque me enojé

-¿Por qué te enojaste?

-Creí que te habías ido de la casa, dejaste tu maleta afuera del clóset, admito que la revisé y vi que no tenías el dinero... Me enojé tanto que tiré el anillo a un lugar de la habitación

-Yo jamás me voy a ir de tu lado, entiendelo

-¿Entonces por qué te has llevado el dinero? Con esa cantidad de billetes podías escapar a cualquier lado

-Yo... Te explicaré por qué salí- me dijo mientras sacaba algo de la bolsa de su camisa. Era un cajita de terciopelo-. Use una parte de ese dinero para comprarte esto...

Edward abrió la cajita y me quedé boquiabierta. Era el collar de oro por el que babeaba hace unas cuantas semanas y el que nunca pude comprarme. El collar era muy sencillo, tenía un pequeño dije de corazón con alas. Se me llenaron los ojos de lágrimas. No era el collar, era el hecho de que Edward hubiese estado tan pendiente de mi como para acordarse de ese pequeño detalle.

-Edward, es el collar que...

-Querías... Si, lo sé- sonrió y me tendió la caja. Saqué el collar y lo examiné. No podía creer que lo tuviera ahora.

-No te hubieras molestado- dije conmovida-. Este collar es algo caro

-No lo fue... Para mi esto es poco comparado con todo lo que tú te mereces

-Te amo Edward- susurré y me eché a sus brazos de nuevo-. No lo digo por el collar, sino porque te acordaste de ese insignificante detalle, no puedo creer que te acuerdes de que lo quería

-Yo me acuerdo de todo lo que tenga que ver contigo, con este collar quiero demostrarte lo mucho que me importas y lo que te amo

-Edward... No debiste comprarme nada, tu amor es todo lo que necesito, si me das más...

-Mereces más, mucho más- me interrupió-. Sé que los bienes materiales no son lo más importante, pero... Yo quiero darte todo lo que pueda

Me reí. Ya no tenía caso discutir con él. Además, cuando yo pudiera, le compraría regalos también. Estariamos a mano.

-Está bien, ya no discutiremos por esto ¿Si?- propuse. Él asintió-. Debemos estar felices, hemos vuelto...

-Si- sonrió. Sin que yo me lo esperara me empujó para que quedara acostada en el sillón y él encima de mi. Ambos nos reimos-. Te amo Bella

-Y yo a ti... No quiero que te vayas nunca de mi vida ¿De acuerdo?

-Ni tú de la mía...

-Jamás lo haré... Primero me tendrías que dejar tú

-Lamento decirte que nunca lo haré... Así que te espera una larga vida conmigo

-Nada me gustaría más...

Volvimos a besarnos pero esta vez de una manera dulce y lenta. Estabamos disfrutando de este momento, de nuestra reconciliación. Sin duda, ya no querría dejar a Edward por ningún motivo. Ni Rosalie, Jasper ni nadie podría separarnos. Este ángel que ahora me besaba sería mío así como lo ha sido toda mi vida.

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Bueno chicas, espero que les guste este capítulo. De verdad me he tardado en escribirlo porque de plano estuve muy ocupada y sin tiempo de pensar en el fic. Además de que comencé una historia en otra página. La historia es mía al igual que los personajes, no es ningún fanfic :D y me siento alegre porque al fin estoy escribiendo algo que es completamente mío jaja. No es que no adore escribir fanfics, pero siento que cuando uno escribe sus propias historias y se esfuerza en ponerles nombres y describirlos se siente bien. De verdad me sentí contenta. Si puedo, luego les pasaré la sinopsis de la historia y si les interesa buscarla les pondré la página :D. O si no se puede la convertiré en fan fic ya que la termine. 

 

Saludos a: 

KAROLAY28: Espero que te guste el cap. Ya se que Rosalie ahora cae muy mal, pero ya pasarán varias cosas :D 

VASTY242: De verdad perdón por lo de la broma jaja, fue algo que se me ocurrió de repente... Me alegra que te guste mi historia y dejame decirte que todavía queda un rato para que se termine. Me están llegando ideas XD

JAZ_CULLEN: De verdad espero que te agrade que hayan vuelto rápido. Los hice que se reconciliaran rápido porque esta no es la separación LARGA jajaja (Qué mala soy, dando spoilers jaja) Y sobre las reglas...Todo puede pasar jaja.

YOYOCULLENMASEN: De verdad que me has dado unas cuantas ideas jajaja. Si Emmett y Alice no se quedan juntos en esta historia, prometo que haré una de ellos. Nunca he visto un fic donde ellos dos estén de pareja. Tal vez haya pero no lo he encontrado. 

ANDREABELLA: Muchisimas gracias por empezar a leer mi fic. Que bueno que te agrada :D y sobre lo de la fecha... Jejej , que genial atinarle a tu cumpleaños, bueno, aunque sea un poco tarde ¡Feliz cumpleaños! jaja bueno, ese día fue especial para mi también. Cumplí meses con mi novio :) Bueno, y sobre el fic, espero que te guste lo demás que se viene... Y sobre lo de ser tú... Yo también cuando agarro confianza me sale mi personalidad jajaja. Saludos también desde México!!! 

 

De verdad espero que les haya gustado el capítulo. Perdón por no responder a sus comentarios el cap anterior pero es que no tuve tiempo, me estaban presionando para que entregara la computadora (MI HERMANO GRR) jaja. Saludos. Las quiero <3

Capítulo 20: Segunda regla no cumplida Capítulo 22: Las mejores vacaciones de mi vida

 
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