Mi ángel

Autor: sachiko065
Género: Romance
Fecha Creación: 15/02/2013
Fecha Actualización: 25/10/2013
Finalizado: NO
Votos: 19
Comentarios: 87
Visitas: 43154
Capítulos: 30

Edward es el ángel guardian de Isabella Swan. Él toda la vida la ha amado y nunca ha dejado de protegerla... Pero un día comprende que está perdidamente enamorado de ella. Siente desesperación al no poder estar con su amada quien ya se está convirtiendo en toda una mujer y que está comenzando a vivir. El deseo de Edward de convertirse en humano se hará realidad, pero, tiene un trato que cumplir, ¿Logrará cumplirlo y quedarse para siempre con Isabella?

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Capítulo 18: Juramento

Edward POV:


Rosalie se quedó muda ante mis palabras. Las lágrimas estaban a punto de salir por sus ojos. Lamentaba lastimarla así, pero yo no podía permitir que ella le pegara a mi niña de nuevo.
-Edward...- dijo Bella. Volteé a verla. Su mejilla estaba roja. Me angustié.

-¿Estás bien Bella?- pregunté abrazándola y acariciando su mejilla. Ella asintió.

-¡¿Cómo puedes quererla a ella?!- exclamó Rosalie. La miré de nuevo-. Ella es menos bonita que yo, soy mayor que tú, lo sé, pero... ¿Por qué no me puedes querer? Yo soy más bella

-Yo no me fijo en esas cosas- le aclaré-. Y me duele decirte esto, pero Bella es mejor que tú en todos los sentidos, es más hermosa por dentro y por fuera... Incluso aunque no fuese más bonita que tú físicamente, yo siempre voy a preferirla a ella, siempre a ella

La hermana de mi novia se quedó boquiabierta. Podía ver la furia en sus ojos.

-Cambiarás de opinión, ya lo verás- me advirtió-. Sólo hablas así porque no me has probado...

-Eres una vulgar- masculló Bella. Yo muy en el fondo opinaba lo mismo pero me parecía irrespetuoso decirlo.

-Mira quien habla- la furia de Rose iba en aumento-. La que vive con su novio sin que nuestros padres se enteren y la que se acuesta con él cada noche

Mi ira aumentó. Primero golpeaba a su hermana y luego la acusaba de cosas que no eran ciertas. Solo estaba aguantando las ganas de gritarle porque era una mujer.

-No vuelvas a insultar a tu hermana de esa manera- le pedí con voz calmada pero fría-. Yo no la he tocado de esa manera, antes nos casamos

-¡¿Te quieres casar con esta?!

-¡Te dije que no la insultaras!- bramé. Rosalie me miró con los ojos muy abiertos-. Y si, si me pienso casar con ella, porque la amo y tú ni nadie conseguirá que deje de hacerlo, así que te pido que esta obsesión absurda que sientes por mi se termine

-Tienes miedo de enamorarte de mi

-Podrías aparecer desnuda frente a mi y nunca sentiría nada- espeté. Bella gruñó y me arrepentí de lo que dije. No debía darle ideas a Rosalie. Sentí repulsión al ver su sonrisa de diversión ante la idea. Gruñí. Esta mujer me estaba desesperando.

-Hum... Debes tener cuidado con lo que dices- murmuró.

-Que cerda- dijo Bella con asco.

-No te digo todas las cosas que te dice Bella, porque eres una mujer- confesé enojado-. Así que te pido de buena manera, que nos dejes en paz y que no vuelvas a discutir con Bella sobre esto, yo estoy con ella, no contigo...

-Estás conmigo también, ¿O acaso no estás viviendo aquí?

-No, no estoy contigo, al menos no sentimentalmente, no siento nada por ti

-No te conviene tratarme así- me dijo con una mirada extraña. Parecía estar volviéndose loca-. En cualquier momento puedo decirle a mis padres que...

-¿Me estás amenazando?- pregunté sorprendido. Rosalie jamás había sido así.

-No, solo te estoy advirtiendo

-Haz lo que quieras Rosalie- le dijo mi niña-. Diles, dudo que te crean

-Está la maleta, con eso puedo probar lo que estoy diciendo

"Nos tiene en sus manos" pensé angustiado.

-Pero, no les haré nada- se rió-. No por ahora, no mientras pueda conquistar a Edward, no me voy a rendir tan fácil

-No me vas a conquistar, así que si quieres decirles a tus padres hazlo, prefiero enfrentarme a ellos a que me estés molestando constantemente

-Además si llegas a decirles que me acosté con él, no dudaré en pedirles que me lleven a un médico a comprobar que sigo siendo virgen- intervino Bella. No pude evitar sentirme orgulloso de mi niña. Si algo me encantaba de ella, era que no se dejaba amenazar tan fácilmente. Aunque, la idea de que un doctor la revisara solo por eso, me asustaba y me provocaba celos.

-No creo que seas capaz de hacer algo así- se burló Rosalie-. No creo que sigas siendo virgen

-Llévame a un médico y quédate para ver- la retó Bella.

-Créeme que lo haré... No hoy, pero mañana iremos con mi ginecólogo, no me creo ese cuento de que eres pura todavía

-¿Por qué no me crees? Estoy dispuesta a ir al médico

-Puede que eso solo sea un truco para que te deje en paz y crea que Edward no te ha tocado, mañana te llevaré con el médico...

-Está bien, pero quisiera negociar...

Miré a Bella confundido y asustado, ¿Por qué habría aceptado ir con un ginecologo?

-¿Qué quieres?

-Mañana me llevarás con el médico, tú misma estarás allí, si soy virgen, no le dirás nada a mis padres y nos dejarás de molestar, si no lo soy podrás decirle todo a mis padres y dejaré a Edward para que lo conquistes tú

Me sentí espantado de repente... ¿Ella quería dejarme? De pronto recordé que no había nada que temer. Bella era virgen, de eso yo estaba completamente seguro. Así que, habíamos ganado. Asentí, haciéndole saber a Rose que estaba de acuerdo con el trato aunque me desagradase la idea de que a Bella la revisara un médico.

Una sonrisa maliciosa cruzó por el rostro de Rosalie.

-Acepto- dijo sin quitar esa sonrisa-. Me muero por ganar esto, mientras disfruten su último día juntos

-Sólo te pido que el médico no sea hombre- le supliqué.

-No te preocupes cariño, es mujer...

Después de decir esto ella subió las escaleras. Isabella y yo suspiramos. Acaricié la mejilla de mi preciosa de nuevo sintiéndome preocupado.

-¿Te sigue doliendo, mi amor?

-Ya no, gracias por preocuparte...

-Eres mi vida, lo que a ti te afecta, también a mi...

Bella me dio un beso corto. Le sonreí, completamente fascinado.

-Te amo- me dijo.

-Yo más, siempre te voy a amar... Te lo prometo

De repente se me ocurrió una idea genial para hacerle un juramento.

-Bella...

-¿Qué pasa?

-¿Podemos ir a la iglesia? Necesito rezar...

-Claro que si, pero... No podrás subir al árbol

-Tus padres hoy van a llegar tarde, ¿Lo recuerdas?

-Es cierto, dijeron que irían a cenar, lo había olvidado

-Además es rápido lo que quiero hacer, pero muy significativo...

-Está bien- sonrió-. Vamos ahora mismo...

-¿A dónde irán?- preguntó Rosalie desde las escaleras.

-Nada que te incumba- contestó Bella-. No intentes nada en nuestra ausencia, tenemos un trato...

-No haré absolutamente nada hermana, no hasta que tenga las pruebas en tu contra, puedo esperar un día o más para hacerlo, no estoy tan desesperada porque Edward se vaya de aquí, puedo hacer cosas interesantes

-Puerca- susurró mi novia mientras tomaba las llaves de su camioneta. Quise reír. Ella estaba celosa.

Le dije a Bella que me esperara y fui a arriba. Tenía el presentimiento de que era necesario así que cogí un poco de dinero de mi maleta y me puse un suéter. Después tomé uno para Bella y bajé. Ella se lo puso.

Minutos después, Bella y yo salimos de la casa y nos subimos a la camioneta. No hablamos durante todo el camino.

Al llegar a la iglesia me sentí feliz por dos cosas. Una, quería que Bella viera que yo la amaba de verdad y que no me daba miedo jurarlo ante un altar y dos, estaba descansando de la tensión de la casa, la cual fue provocada por Rosalie.

Bella y yo nos bajamos de la camioneta y entramos a la parroquia. El sacerdote que estaba allí nos recibió con amabilidad y nos preguntó en que podía ayudarnos.

-Hemos venido a orar- le contestó Bella con una sonrisa.

-Muy bien, hijos... Me da mucho gusto ver que algunos jóvenes se acuerdan de nuestro señor entre semana... Aunque sea para pedir algo

-No venimos a pedir nada- intervine tratando de ser respetuoso-. Venimos a agradecer un milagro y... Pretendo hacer otra cosa, pero es una sorpresa

Bella me miró con curiosidad, pero no quise decirle nada. El sacerdote nos sonrió y nos invitó a entrar.

Cuando estuvimos frente al altar yo comencé a orar en silencio y arrodillado. Agradecí a Dios que me cumpliera mi deseo de estar con Bella en este mundo y que ella me amara. Después me levanté y miré a mi novia.

-Ven aquí Bella, toma mis manos- le pedí. Ella me miró asombrada pero lo hizo. Llegó conmigo y me tomó de las manos. Los dos quedamos ante el altar.

-¿Qué sucede Edward?

-Primero te pregunto... ¿Quieres estar conmigo toda la vida?

-Claro que si Edward, siempre voy a amarte

-Entonces casémonos- sonreí.

-¿Qué?- susurró.

-No me malinterpretes... Quiero jurarte amor ante Dios, será como si estuvieramos casados, pero sin estarlo, sé que faltan algunos años para que lo hagamos de verdad...

-Si, Edward, si quiero... Me quiero casar contigo ahora mismo, bueno, jurarte amor...

Sonreí como tonto. Estaba demasiado feliz. Volteé hacía la imagen de Dios que estaba detrás del altar. Después la miré a ella a los ojos los cuales estaban llenos de lágrimas. Esperaba que fuesen lágrimas de felicidad.

-Te juro ante Dios que siempre voy a amarte, a serte fiel, a cuidarte, a no lastimarte o a tratar de no hacerlo ya que siempre he sido imperfecto y puedo cometer errores... Te juro que trataré de nunca romper aquel trato que acepté para poder estar contigo- conforme iba hablando las lágrimas se iban acumulando en mis ojos. Ver a Bella sonriéndome de esa manera como lo hacía me conmovía-. También te juro no tenerte un amor egoísta y siempre buscar tu felicidad en lugar de la mía

-Oh Edward, eso fue hermoso- musitó. Después se puso seria-. Yo te juro casi lo mismo... Juro que siempre te amaré no importa lo que pase y que trataré de ser una buena novia para ti

-Esposa- la corregí con voz dulce. Desde hoy la iba a considerar mi esposa aunque no lo fuese en realidad.

-Está bien, trataré de ser una buena esposa para ti, tienes razón, a partir de hoy será como si estuviésemos casados- sonrió de nuevo-. También prometo serte fiel, cuidarte y ver por tu bienestar, apoyarte en tus decisiones, ayudarte para que nunca rompas el trato y nunca nos separemos, te juro que serás el primero, el único y el último hombre en mi vida...

Se me escaparon las lágrimas que había estado reteniendo. Estaba llorando de felicidad, felicidad que era causada por ella, por mi niña, mi mujer, mi todo. Isabella Swan era mi vida entera.

Ella y yo nos miramos a los ojos durante un buen rato. Esa mirada estaba cargada de amor.

-Ahora eres como mi esposa- susurré y le di un beso en la frente.

-Y tú como mi esposo

-Te amo tanto...

-Yo también te amo

Un suspiró audible nos hizo salir de nuestra burbuja. Ambos volteamos a ver hacia las bancas. Alice nos observaba sonriente. A su lado estaba el sacerdote quien nos sonreía también. Bella y yo nos ruborizamos.

-Fue tan lindo- dijo Alice-. No alcancé a escuchar lo que dijeron, pero podría asegurar que estaban jurándose amor

-¿Qué... Qué haces aquí Alice?- le preguntó mi esposa. Me encantaba pensar en ella como tal.

-Vine a ayudar con la limpieza... ¿Olvidas que siempre vengo los martes?

-Si, lo olvidé por un momento, lo siento- se disculpó Bella.

-Creo que ya sé por qué te olvidaste...- se rió-. Están tan enamorados que no hacen caso de las cosas

Me sonrojé más. El padre nos miró divertido, pero luego serio.

-Muchachos, tengo que hacerles una pregunta...

-¿Cuál, padre?- pregunté.

-¿Ustedes dos quieren casarse algún día?

-Si- respondimos al mismo tiempo.

-Me alegro, yo estaría encantado de casarlos... Espero que me den muy pronto la noticia de su boda

Miré a Bella y ella a mi. Nos sonreímos. Ya quería que fuese nuestra boda, pero quizás ella no quisiera.

-Yo quiero casarme en cuanto termine la preparatoria- dijo ella de repente y yo me quedé boquiabierto.

-Para eso falta poco, otro año escolar- Exclamó Alice contenta y dando pequeños saltitos.

-Si, no esperaré más... Hoy me di cuenta de que casarse joven no es malo...

-Bueno chicos- intervino el sacerdote-. Les diría que no se apresuraran, pero, se nota el amor que se tienen, yo... No puedo estar en contra de casarlos

-Muchas gracias padre- dijo Bella-. Espero que acepte casarnos el año que viene

-Claro que si...

Bella y yo nos despedimos del padre y de Alice y nos fuimos de la iglesia. Miré a Bella con sorpresa y me atreví a hablar ahora.

-Bella, ¿Por qué le has dicho al padre que...?

-Es lo que quiero Edward- me interrumpió-. Yo ya no quiero ni puedo estar con nadie que no seas tú, ¿Tú no quieres casarte conmigo?

-Claro que si mi amor, nos casaremos cuando tú quieras, si quisieras hoy mismo, nos casamos

Ella se rió. Era tan hermosa. Jamás me acostumbraría a tenerla a mi lado. Era tan buena para ser verdad.

En ese momento vi a una señora que estaba vendiendo pulseras, collares y anillos.

-Bella, cierra los ojos- le pedí.

-¿Por qué?

-Haz lo que te digo por favor

-Está bien

Bella cerró sus hermosos ojos y yo me dirigí hacia el puesto de la señora. Obviamente no dejé de vigilar a Bella. Compré dos anillos rápidamente. El mío era azul y el de ella blanco.

Después de pagar regresé con Bella. Tomé su mano entre las mías.

-Abre los ojos- le ordené.

Ella los abrió y me miró boquiabierta. Miró los anillo de plástico. Se le escaparon unas lágrimas.

-¿No te gustan? Los compré para que sean nuestros anillos de casados, hasta que nos casemos de verdad...

-Edward, ¡Me encantan!- exclamó y me dió un pequeño beso.

-¿Entonces si te quieres casar conmigo?

-¡Claro que si!

No pude evitar sentirme el hombre más feliz de todo el universo. La abracé y la cargué. Comencé a darle vueltas. Ambos nos reíamos aun cuando la bajé.

-¿Tienes idea de lo mucho que te amo Edward?- me preguntó ella mientras le ponía su anillo. Sus palabras me emocionaron-. No sé que hice para merecerte, eres lo mejor de mi vida

-Y tú lo mejor de mi existencia- contesté mirándola con intensidad-. Soy yo quien no sabe que hice para merecer estar contigo

-Quiero ponerte el anillo- me dijo haciendo un puchero. Me reí y le dí el anillo. Bella me lo puso.

-Ahora somos esposos, mi amor...

-Si... Esposos... Bueno, más bien prometidos

-Si, es cierto, pero para mi es como si ya fueras mi esposa...

-Me pasa lo mismo

Acerqué mi rostro a ella y la besé con ternura y amor, los sentimientos que ella me provocaba. Bella correspondió a mi beso y pude sentir su delicioso aliento. El mundo había dejado de existir en este momento. Solo eramos, ella, yo y este amor que nos unía. Estaba seguro de que seríamos felices juntos y lograríamos enfrentar todos los problemas que se nos presentaran.

=FIN=

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Bueno, hemos llegado al final de esta historia, agradezco a todas las que me leyeron.... De verdad extrañaré esta historia, me ha encantado escribirla!!! Abajo están mis agradecimientos....

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

JAJAJAJAJAJ ES UNA BROMA!! Todavía no se acaba, solo quería asustarlas un poco. Todavía le queda un buen rato al fic, no se preocupen jajaja... Espero que no se enojen conmigo... 

 

Les mando un saludo a: KAROLAY28JAZ_CULLEN, y VASTY242, y a todas las demás que me leen... De verdad sus comentarios hacen que siga animandome a escribir. De verdad soy algo novata en esto y me alegra saber que hay personas a las que les gusta lo que escribo ;D de verdad gracias.

 

PD: Plis no se enojen por la broma XD

Capítulo 17: Obsesionada Capítulo 19: Desconfianza

 
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