Mi ángel

Autor: sachiko065
Género: Romance
Fecha Creación: 15/02/2013
Fecha Actualización: 25/10/2013
Finalizado: NO
Votos: 19
Comentarios: 87
Visitas: 43144
Capítulos: 30

Edward es el ángel guardian de Isabella Swan. Él toda la vida la ha amado y nunca ha dejado de protegerla... Pero un día comprende que está perdidamente enamorado de ella. Siente desesperación al no poder estar con su amada quien ya se está convirtiendo en toda una mujer y que está comenzando a vivir. El deseo de Edward de convertirse en humano se hará realidad, pero, tiene un trato que cumplir, ¿Logrará cumplirlo y quedarse para siempre con Isabella?

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Capítulo 7: Maleta

Bella POV:

-¿Tanto así?- le pregunté a punto de hiperventilar.

-Si- se acercó para volver a intentar besarme. De pronto unos toques a mi puerta nos hicieron salir de nuestro mundo y frustraron nuestro beso ¡otra vez!

-¡Arg!- gruñí-. ¿Quien?

-Hey Bellita ven a celebrar con nosotros- dijo Emmett. ¿Desde cuando estaba aquí? Ah, si. Debió venir con mi hermana.

-Si, Bella, no nos arruines la diversión- ahora hablo Rose-. ¿Podemos pasar?

-Eh... esperen- ahora voltee hacia Edward - Escóndete

-Si- me besó en la frente y volvió a esconderte debajo de mi cama

-Pasen- les grité y entraron.

-Bella iremos a celebrar a Seattle, no acepto un no por respuesta- me ordenó mi hermana.

-Pero... Rose

-Rose nada, no te la puedes vivir encerrada todo el dia

-Bueno, voy a ir- bufé-. Déjenme arreglarme

-Esa es mi Bellita-Emmett me abrazó de una manera que casi me quedo sin aire. Ese tipo de abrazos deberían ser ilegales.

-Bájame- dije con dificultad y el me hizo caso-. Esta bien cuñadita... te dejo para que te pongas guapa y te presente a un amigo- él y su novia se miraron divertidos y con complicidad.

-Ay Emmett, no cambias- puse los ojos en blanco.

-No, no lo hago- soltó una risa que casi me deja sorda-. Bueno, nos vamos- salió cuando vio mi expresión amenazadora. Cerraron la puerta.

-Ay, mi cuñadito- suspiré

-¿No irás verdad?- salio Edward y vino hacia mi.

-Tengo que ir- repuse con voz dulce.

-Pero... ¡te puede pasar algo! Mi amor no te vallas- habían lágrimas en sus ojos.

-No llores Ed-tomé su rostro angelical entre mis manos-. Voy a regresar

-Lo se pero...- sollozó -. Me aterra alejarme de ti

-Que no te aterre, no me pasará nada. Bien me iré a bañar

Él se quedó petrificado y aproveche para arreglar rápidamente mis cosas. Salí apresuradamente y me metí a bañar. Una vez que terminé y me vestí, fui a mi cuarto. Lo primero que fue a Edward sentado al frente de su maleta.

-Bella, ven a ver esto - dijo cuando se percató de mi presencia.

-¿Que cosa?- pregunté mientras observaba la maleta y al hacerlo me quede boquiabierta. No era por la ropa sino por la cantidad de billetes que se encontraban encima de ella.

-¡Wow! ¡es...!

-¿Dinero?- dijo riéndose.

-¡Esto no es gracioso! ¡es increíble!. Me vas a tener que prestar- bromeé.

-Claro que si- tomó uno de los fajos de billetes, se levantó y me lo extendió.

-Sabes que bromeo- me carcajeé.

-Pero a mi no me importa dártelo

-pues yo nunca te lo voy a pedir- exclamé orgullosa.

-No vallas- me volvió a suplicar.

-Tengo que hacerlo- verlo así me partía el alma ¿Cómo podía quererlo tanto si solo lo conocía de un día?

-Voy contigo

-No, Edward, van a matarme si sales y te presentas, ya veremos de que forma lo hacemos después

-¡Bella! no- se le quebró la voz-. No vallas, me da pánico pensar que algo malo te pase

-Nada me pasara- prometí y le dí le di un beso en la mejilla.

-Está bien-trató de contener un sollozo-. Júrame que vas a volver

-Si-juré-. Te lo prometo, jamás te dejaría. Solo es una salida a Seattle no te apures... Además voy con dos hombres y tú sabes que mi cuñado vale por dos- reí y el solo sonrió levemente-. Así que son tres...

-Muy bien, pero te llamaré por teléfono, me sé de memoria tu número

Me asustaba un poco este hecho pero lo iba a dejar pasar. Él fue mi ángel guardián alguna vez ¿No?

-¿Sabes utilizar un teléfono?

-Algo así

- Está bien, pero por si las dudas

Fui por una de las libretas y una pluma. Arranqué una hoja , anote rápido mi teléfono y después le di el papel.

-Eh...¿sabes leer?- me parecía realmente patético preguntarle eso pero era necesario hacerlo.

-Si bella...si- soltó una carcajada. Edward se veía hermoso riendo-. Está bien que no halla ido a la escuela pero tampoco soy como un niñito, sé muchas cosas

-Ok, solo preguntaba- estaba avergonzada-. Bueno, me voy a arreglar

Me senté frente a mi tocador y comencé a peinarme. Después me maquillé levemente.

-Cariño, no es por nada pero ¡Vas muy atractiva! Cualquier hombre te puede mirar

-¿Estás celoso?- pregunté divertida y... Emocionada.

-Si y mucho- contestó y sentí mariposas en el estomago por lo que dijo.

-yo solo soy tuya- solté de repente. Me paré y le rodeé el cuello con mis brazos. No se por que, pero sentía algo muy fuerte por Edward y no sabía lo que era porque nunca antes lo había sentido. Apenas lo conocía, de eso estaba consiente pero quería estar con el toda la vida. Algo me decía que así sería.

-Yo soy solo tuyo- lo que dijo me derritió por completo. Se veía sinceridad infinita en sus ojos. Estaba en otro mundo en este momento el cual quería que durara para siempre. Nos estábamos mirando a los ojos con intensidad. Ya nada existía para mi ahora. Sólo eramos él y yo.

-Me gustaría estar así siempre- susurró. Fue como si estuviera leyéndome el pensamiento. Me rodeó la cintura con sus brazos que eran fuertes y firmes y a la vez tan cálidos y tiernos. Mi corazón estaba acelerado a más no poder.

-Si, yo también- le sonreí. En ese momento nos íbamos a dar un beso pero desgraciadamente me gritaron.

-Isabella Swan, si no bajas yo subo por ti- era mi hermana.

-Bueno me voy- lo besé en la mejilla a regañadientes. Me enojaba la idea de que nos intentáramos besar y nunca se podía

-Esto se volverá costumbre ¡Nunca nos podemos besar!- se quejó enojado y yo me reí.

-Tranquilo, algún día lo haremos, pero también te quiero besar- me mordí los labios.

-Amor, no vallas

-Si lo haré, no me pasará nada, eh... Come algo por favor- le pedí.

-Muy bien, recuerda, te llamaré muchas veces, y si, comeré algo

Solo le sonreí y salí del cuarto. Bajé las escaleras y me fui con mi cuñado, mi hermana y mis padres  rumbo a un restaurante de Seattle.

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Capítulo 6: Te quiero Capítulo 8: Regla rota

 
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