Edward POV:
-Wow- dije al verme-. Admito que estoy un poco decepcionado-. no podia verme cualidad alguna, excepto el cabello, que tenia que admitir que me gustaba un poco. Mis ojos eran de color dorado. Bastante tenebrosos a mi parecer. Mi reflejo comenzaba a darme miedo-. Hay ángeles con mejor aspecto que yo ¡Soy de los feos!- me reí.
-¡Edward!- me regaño mi niña un poco ruborizada-. Tú eres hermoso ... Te lo digo de verdad. Imaginate... Si dices que eres de los feos ¡¿Cómo estaran los otros?!- se mordio el labio imaginando a los otros ángeles. Me puse celoso.
-Bella- murmuré-. Está bien, ya no pensaré que soy feo
-De acuerdo,nos desviamos del tema, el asunto era que ¡Tú no puedes quererme!, Yo soy una mujer... Hum, como decirte ¡Simplona!
-¡No!- exclamé furioso- Isabella Swan ¡No vuelvas a decir eso en tu vida! Tú eres preciosa y perfecta- la tome por los hombros y la sacudí levemente.
- Gracias- se sonrojó de nuevo-. Pero tampoco es bueno que me mientas
-No estoy mintiendo, por favor cree en mis palabras- le supliqué.
-Está bien- suspiró bastante frustrada-. Lo acepto solo por ahora- puso los ojos en blanco.
-¡Esa es mi niña! - dije orgulloso.
-Oh- parecio percatarse de algo-. Ya me di cuenta de por que dices que me quieres... Ya se en que sentido lo haces
-¿Si?- pregunté confundido.
-Si, me quieres por que se supone que tu eres mi ángel guardian. Me quieres en plan de padre o hermano ¿No es así?
Le iba a contestar que yo la amaba como mujer pero alguien la llamó.
-¿Bella?- Era su hermana.
-Ve con Rosalie- le dije-. Luego te explico mas y no le comentes nada a tu hermana por favor
-¿Cómo sabes su nombre?- Preguntó llena de pánico.
- Bella, he estado contigo toda tu vida oigo y veo todo lo que haces
-¿Que?, ¡Eso es mounstuoso!, ¿Me has estado observando desnuda?
-No, claro que no- le respondí rápido-. Te doy tu privacidad, la unica vez que te he visto sin ropa fue cuando saliste del vientre de tu madre o cuando eras una bebé
-Uf- respiró aliviada-. Menos mal
-¿Bella en donde estas?- volvió a llamar su hermana.
- en el baño, ahora bajo- contestó Bella y luego me habló a mi-. Quédate aqui. No te muevas
- Está bien- prometí y cuando iba a salir la tome del brazo y le dije-. Cuídate mi amor. No quiero que salgas lastimada, te amo
Ella no dijo nada y salio del baño dejandome a mi severamente preocupado. Si algo le pasaba a mi Bella me moria. Pasaron unos cuantos minutos hasta que mi Bella me gritó.
-Edward ¡Baja a desayunar! mi hermana ya se fue
Yo aliviado bajé y me encontré con ella en la cocina. En la pequeña mesa habia platos con alimento, lo que supuse que sería huevo con tocino. Al lado habian tenedores.
-Sientate- me dijo al llegar y yo la obedecí. Ella hizo lo mismo y comenzamos a comer. Para nunca haber probado comida humana debia decir que esto estaba sabroso y más por que lo hizo ella.
-Estaba exquisito- dije cuando terminé
-Gracias- contestó sonrojada ¡Otra vez! Adoraba eso.
-Eres hermosa cuando haces esto- con mis dedos acaricie sus mejillas que se tiñeron de un color mas rojo y entonces me di el lujo de mirarla como un hombre enamorado. Solo esperaba que ella captara. De repente ella habló.
-Eh... tengo que preparar la comida- aparte mis manos de ella y asenti
-No enciendas la estufa- bromeé y a la vez lo decia en serio.
-¿Entonces cómo haré la comida?- meditó unos momentos-. ¡Ya se! Una ensalada, Edward ve a la sala a ver television... no me gusta que me observen cocinar, lo sabes bien... Te prometo que no haré nada arriesgado
-Esta bien- gruñi . No queria empezar una pelea con ella. Ella detestaba que la vieran cocinar. Le gustaba estar sola cuando lo hacía.
Me dirigí a la sala de estar. Me senté en el sófa. Era bastante cómodo. Tomé el control y habían muchos botones en él y no sabía cual presionar. Opté por el boton rojo que era el que sobresalia. De repente se encendio el televisor. Era una pelicula. Me dispuse a verla cuando...
-¡Ay!- gritó mi niña.
Me pare bruscamente. Al llegar a la cocina, Bella tenia ensangrentado el dedo
-¡Mi amor!- grité como loco-¿Que pasó ahora?
-Me corte solamente- ser rió
CorrÍ hacia ella y examiné su mano. Luego la llevé al fregadero, abrí la llave como pude y metí su mano al agua y con eso la sangre cesó.
-cálmate Edward no fue para tanto. Ningún padre padre se pone asi cuando su hija se corta - paré de repente los besos que habia estado dando en su mano y le dije
-Bella, yo no te quiero como ninguna de esas formas ¡yo te amo como mujer! quiero pasar el resto de mi vida contigo
En mis palabras había una gran convicción y tenía la certeza de que ella tambien terminaría deseando eso.