Mi ángel

Autor: sachiko065
Género: Romance
Fecha Creación: 15/02/2013
Fecha Actualización: 25/10/2013
Finalizado: NO
Votos: 19
Comentarios: 87
Visitas: 43155
Capítulos: 30

Edward es el ángel guardian de Isabella Swan. Él toda la vida la ha amado y nunca ha dejado de protegerla... Pero un día comprende que está perdidamente enamorado de ella. Siente desesperación al no poder estar con su amada quien ya se está convirtiendo en toda una mujer y que está comenzando a vivir. El deseo de Edward de convertirse en humano se hará realidad, pero, tiene un trato que cumplir, ¿Logrará cumplirlo y quedarse para siempre con Isabella?

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Capítulo 19: Desconfianza

Bella POV:


En el camino a casa no pude dejar de pensar en todo lo ocurrido en la iglesia. Miré mi anillo y sonreí como tonta. Amaba demasiado a Edward y en cuanto estuvimos en el altar jurándonos amor, no pude evitar querer casarme con él de inmediato. No me arrepentiría de casarme con él terminando la escuela. Parecería una locura ante los ojos de la gente, pero a mi no me importaba. Mi felicidad era él y yo era la suya.

-¿En que piensas, amor?- me preguntó Edward.

-En nosotros- confesé. Él me sonrió haciendo que yo casi dejara de respirar. Aun no me acostumbraba a la perfección de su rostro.

-Yo también estoy pensando en nuestro compromiso...- admitió-. Pero también estoy preocupado, me preocupa lo que pueda hacer tu hermana

-No te preocupes, esta la tenemos ganada- sonreí-. Tú sabes perfectamente que soy virgen, no hay nada que temer...

-Lo sé, pero no hay necesidad de que te revisen, y menos por una tontería de Rosalie

-Ya lo sé, pero lo hago para que no le diga nada a mis padres

-No me gusta que te sacrifiques por mi y mucho menos de esa manera, es humillante lo que te harán, Rosalie no tendría por qué estar dudando de ti de esa manera

-No es humillante, solamente me harán una revisión, de cierta manera la comprendo... Hemos estado durmiendo juntos todo este tiempo, es lógico que piense eso

-Pero no debería haber desconfiado...

-Ya lo sé, pero pues no podemos hacer nada...

Suspiró resignado. Ya no volvimos a hablar el resto del camino.

Al llegar a mi casa una sensación de malestar me invadió. Volveríamos a ver a mi hermana y la situación sería tensa.

-Haré algo de comer- le dije a Edward mientras entraba a la cocina. Él asintió y trató de ayudarme en lo que pudo. Ambos comimos un sandwich de pollo.

Cuando terminamos de comer yo lavé los platos y Edward los secó. Ambos nos sonreíamos a cada momento con complicidad y mirábamos nuestros anillos.

De repente alguien entró a la cocina. Era Rosalie. Me quedé boquiabierta. Ella estaba completamente desnuda.

-Hola chicos- nos saludó.

-¡Rosalie Swan!- grité tapándole los ojos a Edward. A mi no me importaba mirarla sino que mi novio la viera-. Ve a vestirte por favor

-¿Estoy desnuda?- preguntó y luego se miró el cuerpo-. Ups, lo siento, es que estaba tan cómoda

"Voy a terminar asesinando a mi propia hermana, ya me tiene harta" pensé furiosa.

-Vístete, te lo suplico- gruñí. En ese momento se abrió la puerta de la casa. Eran papá y mamá. Rosalie se quedó petrificada.

La cara de mis padres cuando entraron a la cocina no tuvo precio. Ese momento era digno de ser fotografiado. Papá se puso rojo de rabia.

-¡Rosalie Swan Hale!- bramó con todas sus fuerzas. Mamá ni se inmutó por el grito. Seguía boquiabierta. Yo estaba conteniendo mis ganas de reír-. ¿Qué haces desnuda en la cocina y enfrente del novio de tu hermana?

-Yo... Yo lo... lo... puedo explicar- tartamudeó ella.

-No tienes por qué darnos explicaciones, está más que claro lo que tratas de hacer... Estás tratando de seducir a Edward, Emmett nos ha dicho que ahora estás enamorada de él- dijo mamá saliendo de su asombro.

-¡¿Cuándo se los ha dicho?!- gritó ella.

-Hace un rato, de verdad está muy preocupado por ti, porque cree que esa obsesión te va a dejar mal de la cabeza... Y por lo que veo estás comenzando a estarlo

Rosalie se puso morada por la furia y salió corriendo de la cocina. Después subió las escaleras. La carcajada que quería soltar seguía allí, atorada. Estaba luchando con todas mis fuerzas para no reírme, pero ya no pude más. Solté la carcajada más escandalosa de toda mi vida.

-¿A ti que te ocurre Isabella?- preguntó mi padre alzando una ceja, pero evidentemente menos enojado.

-Bella, ¿Estás bien?- me preguntó Edward agarrándome para que no me cayera al piso-. ¿Qué es tan gracioso?

-Lo mismo quisiera saber yo...- dijo Charlie luchando por no reírse, pero no lo logró y termino riéndose un poco al igual que mamá.

-Amor, tienes que respirar- me dijo mi novio. Tenía una expresión de angustia en la cara ya que veía que me estaba riendo hasta el punto de que debía tomar aire. Cuando la risa cesó, Edward me abrazó-. Creí que te morías, Bella, ¿Qué fue tan gracioso?

-Es gracioso que la hayan encontrado intentando seducirte... Le falló su plan, eso fue lo gracioso

-Edward, de verdad discúlpame- le dijo Charlie a mi prometido-. Siento mucho que tengas que soportar a mis dos locas hijas

-No te preocupes Charlie... No me molesta la risa de Isabella, ella nunca ha estado loca, Rosalie tampoco, pero... Me siento un poco incómodo con todo esto, yo no he hecho nada para que su hija se haya obsesionado conmigo, o lo que sea que haya hecho

-Te pedimos mil disculpas- dijo mi madre-. No teníamos ni idea de que nuestra hija le fuese a pasar esto...

-No se disculpen, seguramente ya pasará- sonrió-. Debe de entender que yo a quien quiero es a Isabella y que jamás dejaré de hacerlo

-¿De donde sacaste este muchacho?- suspiró Reneé-. Es un ángel

Tragué saliva. Si supieran... Dejé escapar una risita nerviosa.

-Que cosas dice- se rió Edward ruborizándose.

-Es la verdad, cuando estás tú siento una especie de paz, y tengo la certeza de que mi hija estará a salvo si estás con ella, es algo muy curioso...

-Yo opinó algo parecido- dijo mi padre-. Es como si estuvieses dispuesto a dar la vida por ella, la miras diferente a como miraba Emmett a Rosalie...

-Mamá, papá, ¿No iban a ir a cenar hoy?- les pregunté para cambiar el tema.

-Si, pero vinimos porque queríamos hablar con Rose sobre lo que nos dijo Emmett, después nos iríamos- contestó mamá.

-Pues deberían irse ya...

-¿No quieren acompañarnos?

-Reneé, se supone que pasaríamos solos este día- le reclamó Charlie-. Es nuestro aniversario

-Muy cierto mamá- le dije sonriendo. Ella se rió.

-Si, ya lo sé... Ya nos íbamos, ya sé que quieren estar a solas

Charlie se rió.

-Pueden hacer lo que quieran siempre y cuando no sea en el piso de abajo ni en nuestro cuarto- bromeó-. También usen protección a menos de que quieran darme un nieto

-¡Papá!- exclamé avergonzada. La sangre se me subió al rostro. A estas alturas debía estar roja como tomate. Volteé hacia Edward quien estaba igual que yo.

-¿Qué? ¡Son jóvenes! Es lo normal...

Reneé le dio un puñetazo en el hombro y me alegré. Se lo merecía.

-No te metas en la vida sexual de nuestra hija Charlie- lo regañó-. El pobre muchacho se asustará...

-Esto, yo...- quiso decir Edward pero Charlie lo interrumpió.

-No nos digas nada, sabemos que quieres a nuestra hija y que no eres de esos muchachos que solo buscan eso... Entendemos que también son adolescentes y que tienen necesidades, Reneé y yo también pasamos por eso... Una vez en casa de mis...

-¡Charlie!- gritó mamá-. Deja de contar esas cosas, no seas descarado

-Pero no es nada malo...

-Aun así, no digas esas cosas, está bien que le demos libertad a nuestra hija de tener su vida sexual como quiera, pero no cuentes nuestras intimidades, deja que ella tenga sus propias experiencias...

-¡Mamá, papá!- grité enfurecida-. Dejen de hablar de eso... Yo no tengo ninguna vida sexual...

Mis padres se echaron a reír. Los miré muy enojada y se pusieron serios.

-Hija, ¿Ustedes nunca...?- preguntó mamá.

-Quisiera no tener que decirles esto, pero... ¡Soy virgen!- contesté.

-Si, ambos lo somos- intervino Edward-. Yo respeto a su hija... No haremos nada así hasta el matrimonio

Mis padres se quedaron casi boquiabiertos.

-¿Matrimonio?- balbuceó Charlie-. Tú, ¿Quieres casarte con mi hija?

-Si Charlie, algún día...

-¡Eso es genial!- exclamó feliz-. Ya me caes mejor, bueno, nos vamos, después hablamos con Rosalie... De verdad Edward, eres un muchacho exce...

-¿No deberían irse ya?- mascullé. Todavía la sangre estaba hirviendome. Mamá se rió y se llevó a papá de la casa antes de que se pusiera a hablar con Edward de matrimonio.

-Disculpa Edward, no sé que rayos les pasa a mis papás hoy... Nunca habían mencionado nada sobre mi vida sexual...

-Lo sé- dijo riéndose-. Siempre me han parecido un tanto extraños en una cosa...

-¿Cuál?

-Son muy liberales a pesar de asistir a la iglesia

-Créeme que si... Pero nunca me afectó ya que nunca hacían comentarios respecto a mi, siempre era a Rosalie, le hacían burlas con Emmett

-No me lo recuerdes... Algunas bromas fueron... Bastante vergonzosas

-Edward... Adoro que sepas todo sobre mi vida- le dije sinceramente y él me abrazó con ternura-. Podemos hablar de todo

-Yo no me sé toda tu vida porque fui tu ángel- susurró en mi oído lo cual me hizo estremecer-. Lo sé todo de ti porque te amo

Sonreí emocionada. Todavía no podía acostumbrarme al inmenso amor que él me profesaba. Tampoco estaba acostumbrada a todos estos sentimientos que Edward me hacía sentir.

Edward acercó su rostro al mío y me besó de una manera tierna y delicada. Mi corazón se aceleró. Un carraspeó nos hizo separarnos. Era mi hermana de nuevo. Ella ahora estaba vestida, lo cual me alivió.


-Ni creas que has triunfado- gruñó Rose-. He perdido una batalla pero no la guerra

-¿Por qué no nos dejas en paz?- pregunté-. Ya les dije a mis padres que soy virgen, son muy liberales, así que no me matarían si no lo fuera

-Podrán aceptar que vivas con él y que te hayas revolcado, pero cometiste un error y se llama mentir, ellos no soportan que les mintamos o que les ocultemos cosas, cambiarán su modo de ver a Edward, lo verán como un mantenido

-Pero no les mentí- protesté-. Y Edward no es ningún mantenido

-No creo que seas virgen, ya te dije, no me trago ese cuento y sobre Edward...

-Piensa lo que quieras- la interrumpí.

-Pues mañana me enteraré de la verdad, ya he hecho una cita con Tanya, mi amiga ginecóloga, me tomé la molestia de conseguir a una mujer que te revisara, ¿No lo piensas agradecer?

-Vaya hermana, que buena eres- dije con sarcasmo.

-Bella, cálmate- me pidió Edward-. Ya mañana saldremos de esto, no te enojes

-Me voy de aquí, Isabella al parecer quiere matarme- dijo mi hermana fingiendo tenerme miedo. Se fue de la cocina y mentalmente se lo agradecí.

-Odio a Rosalie, bueno, no a ella sino a esa obsesión, está loca

-¿Y si le decimos a tus padres que estoy viviendo aquí?- me preguntó.

-Tal vez sea lo mejor, ya descubrimos lo liberales que pueden ser- bromeé-. Pero no, no debemos decirles nada, esta bien que hayan hecho bromas, pero no creo que mis padres hayan hablado en serio cuando dijeron que tuviéramos sexo en la casa...

-Ya sé que no... Tú padre nos mataría, con esto que nos dijo solo nos ha puesto a prueba, estoy seguro

-Yo igual, estoy segura

Un rato después ambos subimos y nos preparamos para dormir. Al acostarnos Edward comenzó a cantarme algo, su voz era magnifica, pero eso no fue lo que me sorprendió. Lo que lo hizo fue que estuviera cantando la nana que mi madre me cantaba cuando yo era pequeña.

-Edward, esa es

-Tu nana- me respondió-. La que te cantaba tu mamá

-Si, lo sé... Pero me sorprende que la conozcas de memoria... Me sorprende que sepas tantos detalles

-Lo sé todo sobre ti- susurró. Sonreí antes de darle un pequeño beso en los labios. Luego bostecé.

-Duerme amor... Mañana será un día algo difícil, pero estoy seguro de nos va a ir bien

No le contesté nada porque me quedé profundamente dormida. A la mañana siguiente el ruido de la puerta nos despertó.

-Hermana, es hora de que te levantes, debemos irnos a la cita con la ginecóloga

-¡¿Qué?!- exclamé viendo mi despertador-. ¡Rosalie, son las siete de la mañana!

-Apúrate, la cita es a las siete y media

-Mierda...

Traté de levantar a Edward y este se movió y gruñó un poco. Cuando me miró se incorporó con rapidez.

-¿Qué pasa Bella?

-Iré con Rosalie a la consulta, al rato regreso, ya sabes, pon el seguro si alguien llega a venir... O si alguien toca no le abras

Me miró con los ojos entrecerrados.

-Bella... Yo voy a ir contigo, ni pienses que voy a dejarte fuera de mi vista

-Edward, será algo incómodo, no quiero obligarte a pasar por algo así

-De todas formas iré, prometo no mirar...

-Edward...

-Te esperaré afuera, es a lo máximo que puedo acceder...

-Está bien Edward, bueno, debemos cambiarnos

-Muy bien

Ambos nos vestimos rápidamente y salimos para encontrarnos con Rosalie.

-Vamonos- dijo con voz dura. Salimos de la casa.

-¿En que auto nos iremos?- pregunté observando su Mustang negro, el cual le había regalado su ex. Odiaba pensar en Emmett como el exnovio de mi hermana, pero tenía que hacerlo.

-En el mio, odio tu camioneta- contestó.

-Ok

Esta no era la primera vez que Rosalie hacia un comentario malo sobre mi camioneta así que me quedé callada. Edward y yo nos subimos al coche de Rosalie y partimos hacia el hospital.

-¿De verdad quieres acompañarnos?- preguntó Rosalie a Edward.

-Si

Llegamos al hospital y los nervios me invadieron. Edward me abrazó para que me tranquilizara.

-No deberías hacerle esto a tu hermana- le dijo mi novio a Rosalie cuando caminábamos hacia el consultorio de la doctora.

-Claro que debo hacerlo, dudo de ella y de ti también, ya muero por tener las pruebas en mis manos...

-No quiero que me revisen- dije nerviosa-. Pero bueno, dejaré que lo hagan, el que nada debe nada teme

-Así se habla hermana- me sonrió Rosalie. Parecía ella misma otra vez-. De verdad lamento hacerlos pasar por esto, te juro que te dejaré en paz si Tanya me dice que eres virgen y pasaré el resto de mi vida disculpándome

-Eso espero- murmuré.

Rosalie en ese momento toco la puerta de un consultorio.

-¿No hiciste cita? - cuestioné.

-Ella ya sabe que estoy aquí, le hable ayer, le pedí que te revisara con mucho cuidado y que nos dijera la verdad...

-Está bien, no tengo nada que temer...

En ese momento nos abrieron la puerta. Era Tanya. Era alta, de cabello rojizo. Tenía un cuerpo de modelo al igual que Rosalie. Esta al ver a mi novio se lo comió con la mirada discretamente y se presentó con él. Edward la saludó mirándola sin interés pero con educación lo cual me hizo feliz y los celos se me quitaron. Podría mirar todo lo que quisiera a Edward pero él solo era mío.

-Bueno, creo que no debo preguntar a que vinieron- sonrió con una fingida amabilidad-. Edward, creo que debes salir...

-Me quedo- contestó él.

-Si, que se quede aquí en el consultorio- dijo mi hermana-. Quiero que él sepa el resultado...

-Está bien, pero no me parece correcto que vea, pondré la cortina

-Si, por favor- supliqué.

-Yo me quedaré con él- dijo Rosalie.

-No, tú vienes conmigo- gruñí. Ella se encogió de hombros.

-Muy bien

La revisión fue una tortura. Primero me hicieron ponerme una bata, y luego Tanya me hizo la maldita revisión. Sentía vergüenza de estar mostrandole mi intimidad a la amiga de mi hermana. Ella me revisó rápidamente y sin decir nada. Rosalie estaba a mi lado y me veía con arrepentimiento.

-Perdón hermana... Creo que esto es demasiado, no sé como pude dudar de ti- se disculpó. Le sonreí.

-No pasa nada...

-Tengo que hablar con ustedes- dijo Tanya con un tono de voz seria cuando termino de revisarme-. Bella, te esperaremos para que te vistas

-¿Tiene algo malo?- preguntó Rose. Tanya se quedó callada.

-¿Qué sucede?- preguntó Edward quien estaba al otro lado de la cortina. Mi corazón latió muy rápido... ¿Tendría algo malo?

-Vístete rápido y hablaremos- me dijo Tanya con una pequeña sonrisa. Asentí temblorosa.


Ellas me dejaron sola y me vestí lo más rápido que pude. Corrí la cortina y me senté. Rosalie estaba de pie y me miraba asustada.

-¿Qué sucede?- preguntó a Tanya-. ¿Tiene algo malo mi hermana?

-No, no tiene nada malo...

Mi ángel y yo suspiramos aliviados.

-¿Entonces qué ocurre?- inquirí.

-Isabella, ¿Tú dijiste a tu hermana que eras virgen?

-Si, lo soy...

-Nena, no lo eres, dinos la verdad, no vamos a juzgarte

Me quedé paralizada unos momentos. Esto no era posible. Yo si era virgen.

-Tanya, estoy diciendo la verdad

Edward me miraba triste, ¿Acaso dudaba de mi?

-Edward tú bien sabes que...

-Calma, debe de haber una explicación- me contestó y luego se volvió hacia Tanya-. ¿Por qué dice que no es virgen?

-La ausencia de himen lo muestra...

Bufé.

-Eso no prueba nada, lo pude haber perdido con algún golpe- dije desesperada al ver que a Edward se le llenaban los ojos de lágrimas.

-Eso es cierto- coincidió Rosalie.

-Si, eso es cierto y te lo hubiera dicho, pero has tenido relaciones, pude verlo, hay... Contusiones, rastros de fluidos... Isabella, estamos para apoyarte, debes decirnos la verdad porque puedes estar embarazada

-¡¿Pero qué quieren que les diga?!- bramé y luego volteé a ver a Rosalie-. ¡Tú! ¡Tú lo planeaste!

Rosalie me miró espantada.

-Bella, yo jamás haría algo así, Tanya tampoco haría eso, puede perder el trabajo si lo hace... Hermanita, te daré la oportunidad de que me expliques

Ella se veía sincera. Mi hermana podía estar obsesionada por Edward, pero no estaba tan loca para hacer algo que me dañara de esta manera.

-¡Te juro por lo más sagrado que nunca tuve relaciones con Edward!- sollocé.

-¡¿Entonces las tuviste con otro?!- me cuestionó mi novio. Él también estaba llorando. Me dolía demasiado que no creyera en mi. Me estaba lastimando, rompiendo su promesa.

-¡No!

-Nena, respondeme con la verdad, ¿Jasper te quitó la virginidad?- preguntó Rose.

-¡No!

-Pero ese día en el restaurante estabas con él, en el baño, hubo un escándalo porque un empleado los encontró

-¡Fue Jacob quien intentó abusar de mi y Jasper me salvó!- grité-. ¿No recuerdas?

-Bella, Jacob nunca estuvo allí, tú estabas tomada en el restaurante y te fuiste con Jasper al baño...

-¿Qué?- preguntó mi ángel-. Bella, tú me dijiste otra cosa...

-No le creas a mi hermana- le supliqué llorando. Él negó con la cabeza.

-Amor, dime la verdad, jamás te juzgaré, no voy a dejarte por esto, te perdonaré...

-Yo soy virgen, ¿Por qué no crees en mi?

-Dime la verdad por favor, la doctora no puede estar mintiendo con esto, es muy delicado...

-Exacto- dijo ella. La volteé a ver con desprecio.

-Tú... Estás equivocada con tu examen, estoy segura de que estás ayudando a Rosalie...- me volteé hacia mi hermana-. Y tú, has ganado la guerra, lo admito, pero tarde o temprano la verdad se sabrá, yo soy virgen

-Bella, por favor, dime la verdad, es tu salud, mi vida- me imploró Edward. Lo miré con odio.

-Pensé que ibas a confiar en mi... Yo te juro por el amor que te tengo que jamás me he entregado a ningun hombre y que lo que dice Rosalie es mentira... Tú sabes más que nadie que soy virgen 

Edward pareció reaccionar y creerme. En sus ojos podía verlo. Aun así mi dolor no iba a desaparecer.

-Bella, perdóname...- dijo angustiado. Me miraba con miedo.

-No quiero que me dirijas la palabra- le dije con voz fría. Él intentó tomarme por los hombros y yo me alejé-. Tampoco me toques

-Bella, no me hagas esto- sollozó-. Perdóname mi cielo

-No me digas así, no puedo sacarte de mi vida, pero lo que puedo hacer es terminar con esta absurda relación donde no hay confianza... Yo confió en ti ciegamente, pero ¿Tú?...

No tenía caso hablar más. Me salí corriendo de ese consultorio. Traté de salir lo más rápido que pude de ese hospital. Por suerte la casa de mi abuelita se encontraba muy cerca de aquí, así que me fui corriendo. Cuando llegué toqué la puerta con violencia.

-¿Qué pasa? ¿Quien es?- preguntó mi abuela mientras abría.

-¡Abuelita!- exclamé lanzándome en sus brazos.

-¡¿Qué pasa mi vida?!- preguntó alterada. No podía responderle. El llanto me lo impedía-. Cálmate preciosa, pasa a la casa

Aun abrazadas caminamos hacia el sofá y nos sentamos. Apoyé la cabeza en el hombro de mi abuela y lloré amargamente por un par de minutos. Ella me acariciaba el cabello. Me estaba consolando.

Los sollozos se fueron haciendo cada vez más pequeños conforme pasaban los minutos. Cuando me calmé, mi abuela preguntó que me había pasado. Yo le conté a mi abuela de la obsesión que Rosalie tenía por Edward y lo que me hizo hacer hoy para tratar de que mi novio desconfiara de mi.

-Rosalie está loca- dijo espantada-. ¿Cómo te pudo haber humillado de esa manera? Seas virgen o no nadie tiene que revisarte si no quieres... No tienes que probarle nada a nadie

-La doctora dijo que no soy virgen, pero te juro por lo que quieras que lo soy

-Yo te creo mi niña, lo veo en tus ojitos, aun eres una criatura inocente, no me mentirías con eso... Esa doctora tendrá problemas por hacer esto, ese muchacho también, no creyó en ti

-Eso fue lo peor del caso abuelita, que no creyó en mi... Era lógico que pensara que la doctora no le mentía, pero yo les dije una y otra vez que si era virgen y no me creía, me pidió que le dijera la verdad

-¿Qué más te dijo ese muchacho? ¿Se atrevió a juzgarte?

-No, me dijo que no me iba a juzgar y que me perdonaría y no me dejaría, pero él no me puede perdonar por algo que yo no hice, le pedí que confiara en mi, no lo hizo, yo no voy a suplicarle, él es quien tiene que disculparse

-Exactamente...

-Lo amo abuela, lo amo con toda mi alma- volví a llorar-. Pero me duele lo que me hizo, terminé con él a pesar de que le juré que no mentía y me creyó

-Bella... No creo que debieras hacer algo tan precipitado, pero... Te entiendo

-Gracias abuelita por escucharme...

-No hay de que mi cielo, soy tu abuelita, me importas mucho

-Te amo...

-Yo también, pequeña

Volví a llorar como niña chiquita en los brazos de mi abuela. Era demasiada mi tristeza. Cuando me calmé mi abuela me preguntó.

-¿Y dónde está Edward? ¿No va a venir a buscarte?

-No lo creo... Me fui corriendo y dudo que sepa donde estoy

-Si te ama va a encontrarte, mi vida, si él te conoce sabrá donde estás en este momento

-No creo que me quiera tanto como para...

Mi frase fue interrumpida por el sonido del timbre.

-Iré a ver quien es- dijo mi abuela levantándose. Asentí. Mi corazón comenzó a acelerarse y yo no lo entendí hasta que la abuela abrió la puerta y escuché la voz de mi ángel.

-Señora... Déjeme hablar con Isabella por favor- rogó.

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Hola JAZ_CULLEN,ALEXACULLEN12,KAROLAY28,YOYOCULLENMASEN, Muchas gracias por comentar... Espero que no me odien por este capítulo, pero tenía que mostrar lo maldita que es Rose en ese momento ajaja XD... No odio al personaje aclaro, es solo que así va la historia... 

 

También espero que no se hayan enojado mucho por la broma jajaja, es algo que se me ocurrió de repente, no pretendía hacer enojar a nadie... Al fic le queda bastante, o eso creo yo... En compensación por esa bromita les he subido lo más rápido que pude este capítulo. Espero que les guste :D

Capítulo 18: Juramento Capítulo 20: Segunda regla no cumplida

 
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