ENTRE EL ODIO Y EL AMOR

Autor: Yusale
Género: Romance
Fecha Creación: 23/05/2013
Fecha Actualización: 17/01/2014
Finalizado: SI
Votos: 27
Comentarios: 147
Visitas: 101038
Capítulos: 28

Por salvar la empresa de sus padres, a Bella no le queda otro remedio que casarse con el hombre que le quitó la virginidad y su primer amor, pero también el que le produjo su primera descilusión amorosa, Edward Cullen.

 

UN EMBARAZO DOS AMORES (TERMINADA)

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NO TE BUSCABA PERO TE ENCONTRÉ (TERMINADA)

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Capítulo 10: DIA DE REPOSO

Hola chicas disculpen mi tardanza, al fin el nueva capítulo.

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Capítulo 10: Día de Reposo

Bella se despertó porque el despertador comenzó a sonar, se sentía descansada y sin malestar, un nuevo día y se levanta para prepararse para ir al trabajo, Edward no está a su lado por lo que supone debe ya estar abajo. Una vez lista se dirige directo a la cocina para desayunar y a su paso huele a panquecas.

-Buenos días- saluda tanto a Edward como a Emily que están en la cocina.

Se extrañó de ver a Edward en jean azul, franela cuello en V color azul y zapatos casuales, aunque a él por otro lado no le sorprendió verla vestida para trabajar.

-Buenos días- la saludan ambos.

-Aquí tienes el desayuno  Bella- dice Emily, mientras le colocaba en la mesa el desayuno que eran panquecas con jugo de naranja, fruta picada y café.

-Gracias Emily se ve y huele rico- dijo Bella mientras se sentaba a un lado de Edward.

-¿Cómo amaneciste?- le preguntó Edward.

-Bien, me siento descansada y sin migraña.

-¿Y para dónde vas vestida así?- le pregunta aunque ya sabe la respuesta.

-Al trabajo, ¿a dónde más?, la que debería preguntar eso soy yo, ¿No vas a ir a trabajar hoy?

-Yo no y tú tampoco- dijo Edward mientras tomaba un poco de jugo.

Emily al ver lo que se avecinaba decidió salir discretamente de la cocina, para que ambos pudieran hablar tranquilos, luego regresaría para ordenar la cocina.

-Claro que voy a trabajar.

-Nop, el doctorcito ese te mando reposo de un día y lo vas a cumplir- dijo Edward como si nada.

-Edward tengo una semana muy ajetreada, ya te conté del desfile de la semana que viene, no puedo tomarme un día de descanso ahora- dijo bella molestándose – Además no te estoy pidiendo permiso.

-Claro que no me lo estas pidiendo, porque si así fuera la respuesta sería no.

Edward notó como Bella se comenzaba a molestar por la situación, y aunque le excitaba y encantaba verla molesta no podía arriesgarse que le volviera la migraña así que trató de explicarle su punto para llegar a un acuerdo.

-Bella, se supone que Ángela es tu mano derecha, tu asistente, si se pudo encargar del taller durante tu viaje a Italia, también podría encargarse por un día.

-Edward, Ángela también tiene muchas cosas que hacer mientras yo hago otras, sin mencionar, que hoy van las modelos que DEBO escoger para el desfile de la semana que viene- habló Bella recalcando la palabra debo.

-Te mandaron reposo por un día Bella, sólo un día, y tú misma me has dicho que estas dos semanas son estresantes, por lo que es probable que tengas varias episodios de migraña, solo quiero que no te vuelvan a dar tan fuertes.

Al ver que ella titubeaba en lo que hacer, decidió seguir con su discurso de convencerla por las buenas, ya que por la malas era amarrarla o encerrarla en el cuarto, porque él no iba a permitir que trabajara hoy.

-Mira hagamos algo, ¿a qué hora deben ir las modelos hoy?

-A las diez de la mañana.

-Llama a Ángela dile que te mandaron reposo por un día o dile que tu esposo te secuestró, lo que quieras.

Bella sonrió por lo del secuestro, que no sería ni mala idea pero en otro momento, y Edward se alegró de al menos haber conseguido sacarle una sonrisa.

-Y a las diez estarás en el taller, yo te llevo y al salir vamos y almorzamos, podemos pasear para que te relajes o regresamos a la casa y vemos televisión, una película o lees, lo que quieras a excepción de trabajar.

Bella lo pensó un rato, se notaba que se estaba preocupando por ella, después de todo lo que sucedió ayer al menos podía concederle eso, ¿cómo sería pasar todo un día con Edward Cullen?, o al menos con este Edward Cullen que no conocía, sin mencionar que tenía razón a lo estresada que estará hasta que termine el desfile.

-¿Por eso no vas a ir a trabajar hoy?, ¿para asegurarte que me tomo el reposo que me dijo Gerard?- preguntó ella al caer en cuenta de ese detalle.

-Exacto- dijo Edward con una sonrisa en los labios al saber que la había convencido.

-Esta bien, tu ganas, pero eso si, vamos al taller para que pueda escoger las modelos- dijo mientras se sentaba a desayunar al fin.

.

.

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Bella se encontraba junto a Ángela haciendo desfilar a las modelos para ver cuales escogía, aunque estaba concentrada en lo que hacía no podía evitar notar como todas las modelos sin excepción se comían a Edward con los ojos, ya que este se encontraba sentado en una esquina concentrado trabajando en su laptop, mientras esperaba a que Bella terminara.

Ángela le había dicho a Bella que no se preocupara que descansara ese día para que recuperara fuerzas para el resto de la semana, y quedó en avisarle de cualquier emergencia.

-Bueno chicas, en cuanto sepamos a quienes escogeremos llamamos a la agencia para darles a conocer la decisión- dijo Ángela en forma de despido a las modelos.

- Gracias por haber venido, que tengan un buen día- se despidió Bella.

Se fueron a sentar en el escritorio para ver los curriculum (hoja de vida) de cada modelo, lo bueno es que tendría todo el día para decidir y llamar a la agencia de modelaje mañana, estaban comenzando cuando Ángela le dio un codazo a Bella para que viera como una modelo se le acercaba a Edward.

-Disculpa no he podido resistirme a decirte que este es mi número de celular por si me quieres llamar- dijo una modelo alta, morena, cabello pintado de rojo, y por su puesto con un cuerpo de muerte.

Edward apartó su mirada de la laptop, la miró a la cara.

-Si quieres este trabajo, no creo que sea bueno que intentes ligarte al esposo de la diseñadora- le dijo Edward serio y volviendo a concentrarse en su trabajo.

La muchacha se sorprendió por sus palabras y giró su cabeza para ver a Bella, esta le respondió con una sonrisa de “Si muchacha es mío”, mientras que con la mano le decía adiós, la modelo apenada por lo ocurrido salió de ahí con la cabeza baja y suponiendo que no la llamarían para este trabajo.

-Esta me agrada, esta no me convence, esta para nada- comenzó a decir Ángela.

-Si a mi tampoco me gusta esa- dijo Bella señalando a la misma muchacha que su amiga- no me gusta como modeló los zapatos, no los resaltaba.

-Exacto, bueno aquí tienes las que pueden ser, recuerda de escoger a seis y mañana llamamos a la agencia, por cierto ¿vas a llamar a la que acaba de salir?

-No me gusta mezclar lo personal con el trabajo, y ella ha desfilado bien, de todas maneras debo revisar las modelos que quedan para ver cuales escojo.

-Bueno, ya te la puedes llevar Edward- dijo Ángela viendo al susodicho.

-Cualquiera diría que me quieres quitar mi empresa- dijo Bella.

-Si, si, lo que digas Bella, ve y descansa o distráete, lo que sea que vayan hacer- dijo Ángela dándole un beso en la mejilla a su amiga- mañana te quiero aquí como nueva.

-Ahora si ¿ya no mas trabajo?- preguntó Edward acercándose a Ángela.

-Tiene que traer el nombre de las modelos seleccionadas mañana, es lo único.

-Y se supone que soy yo la jefa- dijo Bella indignada de ver como Ángela y Edward la sacaban del taller.

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.

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-Buenas tardes seré su camarero y mi nombre es Carlos- dijo el camarero mientras les entregaba la carta a cada uno.

-¿Qué deseas comer?- le preguntó Edward a Bella.

-Sinceramente no lo se, no tengo mucha hambre.

Se quedaron un momento en silencio mientras cada uno pensaba que deseaba para almorzar.

-Hola hijo- los saludó Esme.

-Hola madre, hola Tanya- saludó Edward una vez se levantó de su silla para saludar a las inesperadas mujeres.

-Isabella.

-Esme.

Fue la forma de saludarse de suegra y nuera.

-Hola Edward, pensaba que estabas trabajando, que alegría verte, no hemos hablado desde el domingo- dijo Tanya.

Entonces Bella entendió que fue con ella con quien pasó ese día cuando la vinieron a visitar Jacob y Pierre, ¿habrán tenido sexo?, Bella prefirió desechar ese pensamiento y no mortificarse por ello, pero ya era tarde, se sentía molesta y triste, de seguro Edward ya había comenzado de nuevo sus andanzas, pero no le iba a dar el gusto a ninguno de ver que eso le afectaba, así que siguió con su cara de póker.

-¿Podemos almorzar con ustedes?- preguntó Esme.

-No- respondió Edward.

-Edward, ¿Por qué no?- preguntó Tanya.

-Porque hoy quiero pasar el día con mi esposa, y si ustedes se sientan con nosotros no será así- contestó Edward sin más.

-Bueno respetamos tu decisión, de todas formas nosotras tenemos cosas importantes de las que hablar- dijo Esme.

Se despidió de Edward con un beso en la mejilla y de Bella con un saludo de la mano, mientras Tanya besó a Edward cerca de los labios y le dio un abrazo que duró más de lo que debería.

Vino el camarero y pidieron lo que cada uno le apetecía comer.

-¿Por qué será que Esme no me soporta?, que yo recuerde no le he hecho nada, en cambio adora a Tanya y sería feliz si ella fuera tu esposa y no yo- dijo Bella recordando la conversación que tuvo Esme el día su boda.

Edward la vio y sonrió suavemente.

-No le gusta tu forma de ser, cuando eras pequeña e ibas a una fiesta en lugar de tratar de no ensuciarte el vestido, y comportarte como una damita, te ibas a jugar con nosotros los niños, corrías, te ensuciabas, sudabas y no te molestaba.

-Siempre fuiste una niña, adolescente y mujer sincera, recuerdo que tenías unos doce años mas o menos y le dijiste que sus zapatos y su cartera se veían feos con la ropa que cargaba. Tengo entendido que se lo dijo a Rene, pero su respuesta fue que tú eras libre como un pájaro y no iba a ser ella quien te enjaulara- habló Edward con una sonrisa recordando esa conversación que escuchó sin querer un día en su casa.

-En cambio Tanya fue criada como esas niñas que le dieron todo, no se ensuciaba el vestido, por lo que no compartía con los niños como tú, además Tanya y Esme son muy parecidas, criadas en este mundo de sociedad donde no se imaginan ir en contra de eso, es por eso que Esme adora a Tanya y como ambas están acostumbradas a que se haga lo que ellas quieran, y contigo nunca lo logró…- Edward dejó la frase hasta ahí para que Bella entendiera todo.

Todo aquello era ridículo, ambos pensaban eso, aunque ninguno lo dijo.

El mesero trajo la comida y disfrutaron del placer del almuerzo y de la compañía, estaban tranquilos y las cosas iban bien entre ellos, tan bien como podía ir un matrimonio sin amor, pensó Bella.

-¿Qué deseas hacer al terminar de almorzar?- preguntó Edward.

-Me gustaría ir a casa, quiero escoger a las modelos para el desfile, y luego leer o hacer nada.

-Te propongo algo, escoges tus modelos mientras yo realizo un trabajo que tengo pendiente y luego vemos un maratón de películas ¿qué te parece la idea?

-Encantadora, acepto la oferta.

El almuerzo siguió entre platica y platica, hablaban de todo y nada, Edward le contaba como iba la situación en la empresa mientras Bella le contaba de la suya.

.

.

.

-Bella aterriza- le dijo Ángela.

-Disculpa que me decías- preguntó Bella saliendo de su ensoñación.

-Ya está todo listo para el desfile, los boletos de avión, las reservaciones en el hotel, la agencia informó que la modelos llegaran el martes temprano, y los zapatos y carteras están empacados delicadamente para que no se dañen- terminó por decir Ángela.

-Gracias amiga, sin ti no sé qué haría.

-Sufrir y estresarte más- respondió con una sonrisa Ángela.

Ambos se echaron a reír, con lo cual consiguieron relajarse un poco.

-¿Y Seth cuándo llega a Nueva York?

-En teoría el martes, ¿Por qué?- dijo Bella.

-No, por nada en particular- respondió Ángela un poco nerviosa, situación que no pasó desapercibida por Bella.

-Ángela.

-Dime- contestó de lo mas inocente, pero sabía que no podía ocultarle por mucho más tiempo a Bella que ella quisiera ser su cuñada.

En el último año Ángela ha intentado no sentir nada por Seth, ya que es el hermano de su amiga y jefa, sin mencionar que él es menor que ella por tres años, quizás a él no le gustaban las mujeres mayores sino menores que él, y por todo eso ella ha salido con tipos insoportables, a quienes le consigue cualquier defecto en la primera cita, y a los que ha decidido darles otra oportunidad no ha cumplido sus expectativas.

-Me lo puedes contar cuando desees- fue lo único que dijo Bella, ya que cuando su amiga estuviera lista le contaría que quiere a Seth como algo más que amigo.

-Bueno entonces todo está listo, nos vemos el domingo en el aeropuerto Bella, chao.

-Chao.

Se despidieron con un beso en la mejilla, mientras Bella repasaba todo en el taller por última vez, mientras lo hacía no pudo evitar volver a pensar en Edward, llevaba el resto de la semana en las nubes por su culpa, él se había comportado excelente con ella, en estos últimos días, el día obligado de descanso luego de terminar cada uno con lo pendiente del trabajo, se fueron al salón como especie de cine y estuvieron viendo la trilogía El Señor de los Anillos, bromeaban entre tanto y tanto, comiendo palomitas de maíz, chocolate, tomando gaseosa, definitivamente la habían pasado relajados y divertidos sin mencionar la sesión de sexo que comenzaron en el mismo salón y terminaron en el cuarto.

El resto de los días fue estresante para ella al volver al taller, con la entrevista para la nueva chica de la tienda, escogiendo quien sería la encargada de la tienda cuando ella o Ángela no estuvieran, los preparativos  para el desfile, como era lógico no pudo evitar que le comenzara a doler la cabeza, pero sabiendo que no se podía dar el lujo de volverse a enfermar, tomaba tantas pastillas como fuera posible sin llegar a sobredosis.

-¿Ya terminaste?- preguntó Edward tomándola por la cintura y haciéndola girar.

-Si, solo falta cerrar el taller y ya- dijo Bella quien se sorprendió por no haberlo sentido entrar.

Edward la besó apasionadamente, quien llevaba un rato largo viendo como se movía en su ambiente de trabajo tan concentrada, tan hermosa y con movimientos tan sexis que le provocaron pensamientos eróticos y a su vez que su amigo se despertara, pero quien no, con ese pantalón blanco que se le adhería al cuerpo demostrando las espectaculares curvas, los zapatos rojos que le alargaban las piernas y esa blusa de tonos variados que resaltaba sus senos y cintura.

Comenzó suavemente acariciar su espalda, y como se imaginaba esa blusa era suave y permitía sentir el calor de su piel, la atrajo más hacia él y Bella sintió su miembro erecto apretando su vientre, lo que produjo que se excitara.

-Edward- gimió Bella como respuesta a lo que hacía.

-Te quiero follar aquí y ahora Bella, dime que si- dijo en voz ronca Edward.

-Pero es mi oficina.

-Dime que si.

Mientras Bella lo pensaba, cosa que ya había decidido, él le quitó la blusa de un tiró así como su brasier y atacó sus senos, provocando que ella se acercara a él para darle más libertad en ellos si es que era posible. Ambos se desvistieron deleitándose del cuerpo y del calor que este emitía de cada uno.

 Edward comenzó a jugar acariciar el clítoris de Bella con la mano mientras ella rodeaba con su mano el pene de él, consiguiendo gemidos por parte de los dos.

-Dímelo Bella.

-Si.

-Si ¿qué?, quiero oírtelo pedir.

-Si, Edward, fóllame aquí y ahora te necesito.

Y una vez dicho eso Edward la cargó y la recostó de la pared mientras ella lo abrazaba con sus piernas, la penetró sin más preámbulo.

-Aaaaah siiiiii- dijo Bella.

-No me canso de hacerte mía.

Cada penetración ambos disfrutaban de los besos que se daban, no dejaban de atacarse la boca mutuamente, necesitaban sentir todo lo que ese momento daba, con cada penetración ambos iban cayendo en un mundo que aunque sabían que era, ninguno estaba dispuesto a admitirlo primero, cuando el placentero orgasmo los inundó ellos inundaron con sus gritos el taller.

Una vez recuperados se vistieron, Bella echó una última y rápida mirada para saber si todo estaba bien, aunque sabía que no volvería a ver a su taller de la misma manera que antes, su lugar de trabajo, su lugar de creación ahora sería su lugar de placer también.

-¿Lista Señora Cullen?

-Lista Señor Cullen.

 

ÁNGELA

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Disculpen el retraso, es que me puse a leer una trilogía que cuando terminé fue que me puse a terminar el capítulo, si tiene algún error por favor disculpen, es que apenas lo terminé lo subí.

Karolay, Kimberly, Adriana y Maya, muchos besos y mil gracias por sus comentarios, también quería agradecer a las dos personas que me dejaron esta ltima semana sus votos, y por su puesto no dejo por fuera a las lectoras silenciosas que me leen.

Espero les haya gustado el capítulo, com siempre estoy abierta a sus comentarios de si les agradó o no, ya que ellos son los que me animan a seguir escribiendo.

Chaito y cuidense.

 

Capítulo 9: MIGRAÑA Capítulo 11: SEMANA DE LA MODA

 
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