ENTRE EL ODIO Y EL AMOR

Autor: Yusale
Género: Romance
Fecha Creación: 23/05/2013
Fecha Actualización: 17/01/2014
Finalizado: SI
Votos: 27
Comentarios: 147
Visitas: 101043
Capítulos: 28

Por salvar la empresa de sus padres, a Bella no le queda otro remedio que casarse con el hombre que le quitó la virginidad y su primer amor, pero también el que le produjo su primera descilusión amorosa, Edward Cullen.

 

UN EMBARAZO DOS AMORES (TERMINADA)

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NO TE BUSCABA PERO TE ENCONTRÉ (TERMINADA)

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Capítulo 12: UN DOMINGO JUNTOS

Hola de nuevo mis hermosas, he decidido publicar hoy ya que mañana jueves no voy a poder hacerlo, por lo que prefieri anticiparme un día, quiero dedicar este capítulo a AliceCullen y VioletMoon20, que se animaron a dejarme su tan valioso comentario.

 

Capítulo 12: UN DOMINGO JUNTOS

Bella muy a su pesar prefirió no mencionar su olor a perfume de mujer, porque una cosa es sospechar que él estaba con otra mujer y otra cosa muy diferente es comprobar que lo estaba, aunque la intriga la estaba matando no quiso darle el gusto de verla sentirse humillada de nuevo.

La semana terminó rápido Bella y Ángela disfrutaron de todos los desfiles, de todas las colecciones y de las personas, conocieron a diseñadores, publicistas, gente famosa, gente importante, vendedores, compradores, es decir, tarjetas de presentación iban y venían, el sábado por la mañana llegó en un santiamén y los tres regresaban a Seattle.

Para Edward la semana había ido bien en cuanto a negocios se refiere, pero en cuanto a su matrimonio era otra cosa, él estaba seguro que el hecho de que no hayan vuelto hacer el amor era porque Bella había olido el olor a perfume de mujer y cigarro que traía impregnado en el cuerpo, pero como ella no le preguntaba él no le contaba, un juego tonto a decir verdad, pero así era su relación, quería pasar este fin de semana con Bella, disfrutar con ella, que volviera esa Bella distendida que había conseguido aparecer con él, y que desde el miércoles en la noche desapareció. Esperaba que de regreso en su hogar las cosas se relajaran un poco.

Era sábado en la mañana y los tres al llegar al aeropuerto lo primero que hicieron fue registrarse ellos y a las maletas, como los asientos de Bella y Ángela estaban juntos esta última le propuso a Edward muy gustosamente cambiar de puestos.

Faltaba poco para que abordaran debido a que llegaron justo a tiempo, Edward dejó a las chicas sentadas en una mesa mientras él se fue al baño, al terminar de hacer sus necesidades se dirigió a una cafetería, pidió dos cappuccino, un té de manzanilla, una galleta de chocolate y una barra energética.

Iba caminando con la bandeja en las manos cuando casi la tira por tratar de llegar rápido a donde ellas se encontraban, porque junto a las chicas habían dos hombres buscando conversación, uno catire un poco más bajo que él y otro de piel oscura como de su estatura.

-Aquí tienes cariño, tu té y la barra energética, y tu café y galleta Ángela- dijo Edward una vez se encontró al lado de Bella.

-Gracias- dijo Ángela.

-Gracias Edward, te presento a…. disculpa se me olvidaron sus nombres- dijo Bella viendo a los recién llegados.

-Yo soy Mike y él es Tyler- dijo   el catire mientras le tendía la mano a Edward y maldecía en su interior porque la de ojos chocolate tuviera a alguien.

-Soy Edward, el esposo de Bella- se presentó Edward de forma seria y tomando la mano del otro.

El tal Mike quería con Bella, eso se notaba, y se notó la decepción en sus ojos al oír la palabra esposo.

-Pasajeros del vuelo 187 con destino a Seattle, por favor abordar por la puerta número 5 – dijo la voz de una mujer por el altavoz.

-Ese es nuestro vuelo, adiós chicos- dijo Ángela.

Bella también se despidió de ellos, mientras que Edward sólo los vio con mala cara.

Se dirigieron a su destino tomando sus bebidas y en total silencio, al tercer sorbo de café Edward no aguantó más.

-No te puedo dejar sola ni un minuto, caen sobre ti como abejas a la miel- dio molesto.

-Yo no los busqué, ellos solitos se presentaron, además, a una mujer siempre le halaga que otros hombres la miren.

A Edward no le gustó en absoluto ese comentario.

-Pero estas casada, y el único que debería importarte que te mire soy yo.

-Pues fíjate que si, aunque este casada halaga, pero eso no implica que me valla a acostar con el que lo haga.

Aunque no gritaron en ningún momento, se notaba lo molesto que estaban los dos, y ambos prefirieron muy sabiamente dejarlo por la paz.

Una vez sentados en sus respectivos puestos Bella comenzó a buscar sus pastillas, odiaba volar, el saber que se encontraba a kilómetros de distancia del suelo no ayudaba a su miedo a las alturas, es por ello que para viajar siempre usaba pastillas, si el viaje era largo, tomaba unas que la hacían dormir, y si era corto unas que la relajaban.

Pero demonios, nos las encontraba, había vaciado toda su cartera y nada, se puso hacer memoria y recordó.

-Diablos- susurró de mal genio.

-¿Qué ocurre?- preguntó Edward- ¿No consigues tus pastillas para el viaje?

Bella se sorprendió que recordara ese detalle de ella, ya que sólo se lo había mencionado cuando eran adolescentes, pero no demostró sorpresa en su cara.

-Es que las guardé en mi neceser, que está en mi maleta, que a su vez está en la bodega del avión.

De pronto el avión comenzó a despegar, y Bella sintió como su estómago se le iba a los pies, y como siempre le ocurría se mareo un poco y se le taparon los oídos, y aunque estaba acostumbrada a eso no dejaba de desagradarle.

Edward vio lo pálida que se puso, y prefirió distraerla, era mejor eso a que pasara el resto del viaje mal.

-Bueno, en ese caso, es mi misión como tu amado esposo distraerte- dijo Edward tomándole la mano y sonriéndole.

-¿Y cómo harás eso?

-Podemos hacer el amor todo el viaje, o podemos hablar, lo que prefieras- dijo con una sonrisa sínica pero coqueta a la vez.

Bella lo vio por un momento y aunque la proposición de hacerlo en el viaje la calentó, prefirió hablar, y por lo tanto necesitaba saber la verdad, tomó aire y fue por la respuesta.

-Aunque no niego que lo de hacerlo aquí me agrada, prefiero que hablemos, Edward, necesito saber algo, y por favor, si me respetas, si al menos sientes un poco de aprecio por mi, dime la verdad, se sincero conmigo, porque me la merezco.

Edward al ver la seriedad en sus ojos, simplemente pudo asentir con la cabeza.

-El miércoles de esta semana, ¿follaste con alguna mujer?

Listo ya lo había hecho, ahora solo faltaba su respuesta. No era la pregunta que Edward se esperaba pero igual iba a ser sincero.

-No, en la reunión que tuve esta semana, me encontré a un viejo amigo de la universidad, al terminar nos fuimos a un bar para beber un rato y ponernos al día, mi amigo se llama Emmett, me contó que al final se casó con Rosalie una vieja amiga también de la universidad, y se sorprendió mucho cuando supo que me casé. Estuvimos hablando un buen rato, y no voy a negar que se nos acercaron muchas mujeres, y cuando les decíamos que estábamos casados era peor porque no querían irse, era como si les diéramos carta blanca, pero no pasó nada.

-De hecho como él se iba de viaje al día siguiente por negocios, y debe venir a Seattle por el negocio que hemos hecho los invité a él y a su esposa a quedarse con nosotros por esos días, espero no te moleste.

Bella se sorprendió por la respuesta que obtuvo, ella aprendió muchos años atrás a diferenciar cuando él le mentía y cuando le decía la verdad, y esta era una de esas veces que le decía la verdad, y sintió un alivio por ello.

-No hay problema, se pueden quedar

El resto del viaje se estuvieron contando anécdotas de lo que hicieron en la universidad, se reían, se burlaban mutuamente, y en un dos por tres ya habían llegado a Seattle, Bella estaba muy agradecida con Edward por haberla tranquilizado durante el viaje y por haber hecho tan ameno el momento.

Al salir del aeropuerto se consiguieron a Adam que los estaba esperando.

-Buenas tardes señor, señora- saludó Adam.

-Buenas tardes Adam, llevaremos a la señorita Webber a su apartamento- dijo Edward.

-Hola Adam- saludó Bella.

Luego de dejar a Ángela se fueron a su casa, donde fueron recibidos por un efusivo Paul, Sam y Adam subieron las maletas, estaban algo cansados pero eso no fue posible ya que Seth, Leah y Jacob llegaron para saludarlos, para sorpresa de todos, Edward hiso un gran esfuerzo para soportar a Jake y ser grosero con él.

Pasaron el resto de la tarde amena, comieron, hablaron, se rieron, Bella contó cómo le fue en el desfile aunque algo habían leído en el periódico, Seth y Edward hablaron de negocios, y Leah habló de su semana, contándole a su hermana mayor como siempre como le iba en la universidad, y algo molesta porque una materia de su carrera que es psicología le estaba haciendo la vida cuadritos.

Luego de que se fueron sus invitados, es matrimonio Cullen se fue a su dormitorio a descansar, y como lo suponían apenas pusieron la cabeza en la almohada e quedaron dormidos.

Bella se despertó sintiéndose descansada, y relajada, estaba sola en la cama y no le sorprendió, se duchó se puso un pantalón blanco con rayas verticales negras, una camisa negras transparente de manga larga con una camisa negra oscura debajo y sandalias negras con cuña, al terminar se dirigió a la cocina, haría el desayuno, pero se quedó sin habla cuando vio a Edward cocinando.

-Buenos días- saludó Bella cuando se recompuso del asombro.

-Buenos días.

-No sabía que sabías cocinar.

-Claro, se hacer panquecas, panquecas y… panquecas- dijo Edward sonriendo.

-Las panquecas suenan ricas.

-Panquecas a la orden entonces- dijo Edward volviendo al trabajo de cocinar.

A los pocos minutos sirvió las panquecas para los dos con café con leche.

-Se ven ricas- lo halaga Bella.

Edward en respuesta le sonríe. Comenzaron a comer y pues si, estaban sabrosas no se puede negar.

-Oye esto esta rico- dijo Bella luego de tragar.

-Gracias.

-Quería darte las gracias.

-¿Y por qué?- pregunta Edward sin comprender.

-Ayer te portaste bien con Jacob, no fuiste grosero, con él en ningún momento,  puedo saber a qué se debe el cambio.

-Simple, es tu amigo, y ambos lo conocemos de toda la vida, y por lo que supongo así seguirá siendo, por lo que prefiero no amargarme la vida con ello.

-Sabes, me gustaría saber porque de pronto dejó de agradarte Jake, porque si mi memoria no me falla, cuando éramos niños se la llevaban bien e incluso en la adolescencia, luego cambiaste o cambiaron.

-Eso no importa ya- dijo Edward de forma cortante – Bella, ¿te gustaría pasar el día de hoy conmigo?

-Si claro, ¿qué quieres hacer?

-Nada del otro mundo, simplemente pasarla contigo.

-Si claro.

Ninguno de los dos dijo lo que le agradaba la idea de pasar tiempo con el otro, y no lo iban a decir, Bella pensaba en que ya que eran un matrimonio por interés, que más da si al menos era un matrimonio en paz, que se la llevaba bien.

Como Edward ya estaba arreglado con un jean negro, una camisa blanca de rayas verticales azul arremangada hasta los codos y por fuera del pantalón, se veía sexy, despreocupado, salieron alrededor de las diez de la mañana, el día era hermoso, estaba totalmente despejado, iban los dos en silencio escuchando la radio y cantando una que otra canción, llegaron al distrito de Fremont y pues para sorpresa de Bella entraron a Theo Chocolate Factory.

¿Qué hacemos aquí?- preguntó Bella.

-Sencillo vamos a ver como hacen los chocolates- dijo Edward sonriendo.

Entraron a la pequeña tienda y los recibió gustoso Erick, quien sería su guía durante el recorrido, se dirigieron detrás de las escenas para aprender todo sobre el chocolate y cómo están elaborados, para el gusto de ambos el recorrido fue un poco lento, pero estaban disfrutando de un delicioso día. Al finalizar la excusión pasaron por la tienda donde compraron diferentes tipos de chocolates, pasando pos lo dulce, amargo hasta lo picante.

-Te quedaba hermosa la redecilla en el cabello- decía Bella riéndose de Edward una vez terminaron su tour.

-Lo malo es que me despeinó- dijo Edward siguiendo la broma y tratando de arreglarse el cabello.

-Como si eso fuera posible.

-Oye, mi cabello será rebelde pero no tienen por qué desordenármelo más de lo que ya está.

Ambos comenzaron a reír despreocupadamente, Bella no pudo negar que Edward se veía hermoso cuando se reía, se veía tan natural, tan él, y eso hiso que sintiera un calor conocido en su corazón, sentimiento por el cual se recriminó.

Mientras Edward no dejaba de admirar el brillo que aparecía en los ojos de Bella, al reír, y no quiso reconocer que se acordó de la fábrica debido a ella, por su cabello y ojos color chocolate.

Luego fueron al centro comercial University Village, donde pasaron el resto del día, vieron tiendas, incluso Bella picó a Edward para que entraran en una tienda de video juegos a jugar, y ahí pasaron dos horas, mientras jugaban al hockey sobre mesa, a las carreras de carro, a los juegos con pistola e incluso a Guitar Hero.

.

.

.

-¿Qué hacemos aquí?- preguntó Bella cuando se fijó que no había ido de regreso a la casa.

-Me pareció buena idea que viéramos el atardecer- dijo Edward bajándose del carro.

Bella comenzó a respirar con un poco de dificultad, Edward le abrió la puerta y ella lo pensó mucho antes de salir. Se sentaron los dos en el capó del carro para disfrutar de la hermosa vista que ahí se disfrutaba con el sol ocultándose sobre el agua.

Se encontraban en un pequeño lugar del canal, como el día era despejado, se podía disfrutar de las Montañas Cascade en el horizonte, hacia el este, y las Montañas Olímpicas emergen más allá del Canal, hacia el Oeste. El pico volcánico nevado del Monte Rainier domina la vista hacia el sur.

Esta ciudad se encuentra ubicada en medio de uno de los paisajes naturales más bellos de los Estados Unidos, y eso era algo de lo que tanto Edward como Bella disfrutaban.

Ambos estaban en silencio disfrutando del hermoso atardecer que se veía, la combinación de colores, que se veían en el cielo y se reflejan en el agua, Edward iba cada vez que podía, ese lugar siempre le a gustado mientras que Bella lo evitaba, le traía hermosos recuerdos que eran a la vez dolorosos.

-¿Recuerdas la primera vez que te traje aquí?- preguntó Edward.

-Si.

-Ese día estaba muy nervioso.

-Si claro- dijo Bella sarcásticamente.

-Claro que si.

-Aja.

-Ese día te pedí que fueras mi novia, las palabras se me trababan de lo nervioso que estaba- comentó Edward mientras sonreía al recordarlo.

-Y fuiste mala, me hiciste repetir la pregunta aunque me habías escuchado bien- continuo.

-Edward, gracias por el día de hoy, la he pasado excelente, de verdad, pero nos podríamos ir me está dando frío- dijo Bella abrazándose así misma.

-Si claro.

Se bajaron del capó y entraron al carro, Y emprendieron el viaje de regreso a casa; aunque en parte era verdad que tenía frío porque ya había oscurecido, ese no había sido el principal motivo, Bella no quería recordar ese día, aunque era parte de su pasado, y durante los primeros meses de relación fue muy feliz, no quería recordar esa parte de su pasado, porque le gustara admitirlo o no, aún le dolía, y el hecho de que aún le doliera significaba que seguía sintiendo algo por él.

Ese sentimiento no podía seguir creciendo, porque al final como siempre pasaba, cuando uno de los dos es el que ama, esa persona es la que sufre, y ella ya sufrió bastante por él.

Edward notó el cambió de Bella cuando él recordó el pasado, era obvio que a ella le molestaba y se maldijo por haber arruinado ese día, pensó que llevarla ahí le agradaría, cuando fueron novios iban cada vez que podían, pero era notorio que se equivocó.

Llegaron a la casa en un silencio que sólo era interrumpido por la música que estaba puesta, Bella moría y estaba pensando en pedir comida china, pero Edward le hiso un ligero cambio de planes.

Apenas cerraron la puerta de la casa Edward agarró a Bella provocando un pequeño grito de ella, y ahí mismo en el sofá de la sala hicieron el amor, duro, placentero para ambos, después de terminar de cenar comida china en el mesón de la cocina lo volvieron a follar y terminaron esa sesión de amor en su cuarto.

Fue un día maravilloso terminado de la mejor manera posible entre ellos.

-Gracia por este día Edward- dijo Bella con los ojos cerrados.

-Gracias por compartirlo conmigo Bella- dijo Edward.

Y así se quedaron dormidos por primeras vez desde que se casaron abrazados el uno del otro.

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Ah ven, de seguro ya no quieren matar a Edward, ¿que les pareció su domingo juntos?, les parece que ya estan progresando, espero que les guste y como siempre espero sus comentarios, sugerencias si tienen.

Por cierto chicas he subido otra historia, pero esta si es la adaptación de un libro, se llama NO TE BUSCABA PERO TE ENCONTRÉ, está en la pagina 30, por si alguna quiere pasar a leerlo.

Mil gracias a todas por sus comentarios chicas así como por los votos que he recibido, y a las lectoras silenciosas pues también les agradezco por hecharse la paseadita por aqui y leer.

Chaito y cuidense

Capítulo 11: SEMANA DE LA MODA Capítulo 13: LA ENTREVISTA

 
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