ENTRE EL ODIO Y EL AMOR

Autor: Yusale
Género: Romance
Fecha Creación: 23/05/2013
Fecha Actualización: 17/01/2014
Finalizado: SI
Votos: 27
Comentarios: 147
Visitas: 101045
Capítulos: 28

Por salvar la empresa de sus padres, a Bella no le queda otro remedio que casarse con el hombre que le quitó la virginidad y su primer amor, pero también el que le produjo su primera descilusión amorosa, Edward Cullen.

 

UN EMBARAZO DOS AMORES (TERMINADA)

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NO TE BUSCABA PERO TE ENCONTRÉ (TERMINADA)

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Capítulo 22: SACANDO A LAS VÍBORAS

Hola chicas, aún es jueves, tarde pero jueves, jajajajaja.

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Capítulo 22: SACANDO A LAS VÍBORAS

Los días transcurrieron y Bella pasó todo el mes de reposo, Pierre se fue el domingo luego de que la operaran, pero llamaba todas las semanas, Rose y Emmett habían pasado a ver como seguía días antes de disfrutar de sus vacaciones.

Cuando transcurrió el mes fueron a ver al doctor Miller y la biopsia confirmaba que no había hecho metástasis, y que las quimios comenzarían la semana siguiente serían 9 quimios en total, y el proceso duraría seis meses.

Edward y Leah la acompañaban a las quimios, con el primer tratamiento al llegar a casa terminó vomitando y totalmente mareada, por lo que el oncólogo le mandó a tomar un antiemético antes de ir a las quimios, aparte de todos los medicamentos que ya estaba tomando.

Por lo que Edward tomó en cuenta todas las recomendaciones que había conseguido y las puso en práctica, pero el problema era cuando le tocaba comer ya que ella decía que la comida sabía a metal, por lo que a pesar de que le daban porciones pequeñas cada cinco horas, ella no se la comía toda, eso influyó en su falta de apetito y por ende bajó de peso.

También sufrió de anemia en consecuencia se sentía débil, cansada, le faltaba el aire ante pequeños esfuerzos, y tenía la piel más pálida de lo usual, el doctor le mandaba análisis de sangre cada cierto tiempo, y le añadió fármacos que estimulaban la producción de glóbulos rojos.

También se le cayó el cabello, las cejas y el vello púbico, cuando salía se ponía pañuelos en la cabeza o sombreros, tenía la piel seca y se le veía la descamación de esta, las uñas las tenía débiles, quebradizas con un color oscuro, y aunque ella no era una persona superficial, no se sentía a gusto con su imagen, sus inseguridades afloraron.

Para Bella luego de la primera quimioterapia, sintió mucha angustia, dolor, rabia, confusión, se preguntó muchas veces ¿cómo y por qué le pasó eso a ella?, pero un día a pesar de todo ello se dijo a si misma lo que no te mata, te hace fortalece y decidió asumir con valentía lo que le faltaba por luchar, si su mamá nunca se dio por vencida, ella tampoco lo haría.

Iba al taller cada cierto tiempo, Edward no permitía que ella condujera así que Adam la llevaba y traía, Edward manejaba su carro para ir al trabajo, ya que Adam estaba a disposición de ella totalmente.

No volvieron a llegar regalos de mal gusto, pero Emily seguía entregando todo lo que llegaba a Edward.

Si había que salir de viaje a cerrar un negocio era Seth quien iba, Edward no dejaría sola a Bella hasta que esto terminara y ella estuviera bien.

.

.

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-Bella no sabes cuánto te deseo- dijo Edward mientras la besaba.

Estaban en la ducha y él disfrutaba de ver cómo le caía el agua por todo su cuerpo, mientras le besaba el cuello y le metía dos dedos en su húmeda vagina.

-Edward- exclamó Bella.

-Córrete cariño, córrete.

Y con esa simple orden ella se corrió llenando la mano de él con sus fluidos, Edward no aguantaba más, por lo que la cargó mientras ella lo rodeaba con sus piernas, su piel tocaba los azulejos de la ducha y él la embestía provocando que ambos gritaran de placer.

-Oh Bella, no sabes cuánto te extrañé.

-Si, Edward así.

Con cada embestida cada uno disfrutaba del contacto de piel, se besaban, se acariciaban, y el baño se inundaba de los gemidos de cada uno.

Al llegar al clímax, Edward bajo la ducha se limpió sus manos y se terminó de bañar, fue al vestier y se puso un pantalón de pijama.

Cuando entró al cuarto vio como Bella intentaba sin lograrlo calmar su llanto, por lo que se acercó rápido a su lado de la cama y comenzó acariciarle el brazo.

-Cariño ¿qué pasa?

-Nada.

-¿Cómo que nada?, anda Bella dime que te ocurre, ¿por qué lloras?

-Es que necesitaba ir al baño, y cuando entré oí como te masturbabas- dijo Bella con voz entrecortada por el llanto.

-Bella, yo entiendo que por todos los efectos secundarios que tienes por la quimio, no tengas deseo sexual, no te apetezca hacer el amor conmigo, pero entiéndeme tú, yo tengo necesidades, y ya llevamos más de cuatro meses sin tener sexo, yo necesito descargarme de alguna forma.

-Te entiendo Edward, yo no te estoy reclamando porque te masturbes, y créeme que estoy agradecida porque lo hagas en lugar de buscar a una de esas lagartas que podrías conseguir con sólo levantar el teléfono, lo que me molesta y frustra, es que yo no pueda complacerte, que yo no tenga ganas de nada de eso y probablemente e aburres de mi- dijo Bella rompiendo a llorar de nuevo.

Edward simplemente la abrazó y esperó que ella se calmara de nuevo, estos meses no habían sido fáciles, ella a veces se deprimía, a veces estaba alegre, los efectos secundarios la habían perjudicado de diferentes formas, él había tenido que repetirle muchas veces que no se iba a divorciar de ella, Bella lo aceptaba pero con sus sube y baja de ánimos era complicado.

-Hagamos una cosa- dijo Edward cuando ella se hubo calmado.

-Dime.

-Si quieres la próxima vez me masturbo contigo a mi lado, o mi mejor opción, tú me masturbas- dijo con una sonrisa pícara en los labios y ojos.

Ella se rio por su ocurrencia, pero quizás eso lo podría intentar, tenía que buscar la forma que Edward no la sustituyera con otra mujer, aunque de ser el caso ella lo comprendería, se moriría, pero lo comprendería, ella estaba muy agradecida por el apoyo que él le había demostrado, y eso la ayudaba a superar todo esto.

-Se podría intentar- contestó Bella- te mojé el pecho.

-Tranquila que se seca, vamos es momento de dormir, mañana tienes quimio.

Dicho eso le dio un beso en los labios y se acostaron, Bella dándole la espalda a Edward y este abrazándola pegándola a su pecho.

-Por cierto, ¿te gustaría saber con quién fantasee en la ducha?

Bella se tensó con aquella pregunta, esa era una pregunta que la estaba matando desde el momento que oyó a Edward en el baño.

Edward al sentir la tensión de Bella en el cuerpo, decidió hablar de una vez antes de que se imaginara algo que no es.

-Contigo cariño, nada más que tú y yo en ese baño- dijo Edward para darle un beso en el cabello.

Cada uno a su modo se relajó y se quedaron en silencio pensando, en todo y nada a la vez, hasta que se fueron quedando dormidos.

.

.

.

Edward iba de regreso a su casa, hoy Bella tenía quimioterapia, y desde que comenzaron Edward la había acompañado pero hoy no pudo, tenían una reunión importante que no podían aplazar y a la que debía asistir, daban el balance de los progresos de las empresas y  los resultados eran positivos, habían logrado sacarlas de la bancarrota, y les informaron como iba el juicio contra los hermanos Vulturi, por los momentos todos los activos de estos fueron congelados.

La reunión duró más de lo previsto, Bella hace hora y media que salió de la quimio y él iba en camino, en eso le sonó el celular.

-Contestar- ordenó al celular que reconoció su voz.

-Edward- dijo Leah al otro lado de la línea.

-Leah.

-¿Te falta mucho para llegar?

-No, estaré ahí dentro de diez minutos más o menos, ¿por qué?

-Porque aquí están dos víboras molestando a mi hermana, y si no llegas ya, no me hago responsable de que las saque por las greñas de tú casa.

-Ya llego.

Luego de eso colgaron y Edward aceleró la poca distancia que lo separaba de su casa, ¿Quiénes estaban molestando a Bella?

Al llegar se bajó rápido, ni siquiera bajó las cosas que traía con él, subió corriendo las escaleras y cuando llegó a la puerta escuchó lo que decían.

-Vamos, que mi hijo no se separa de ti por lástima, no por otra cosa.

-Es que ni siquiera en un futuro le puedes dar un hijo- dijo la otra mujer- sin mencionar que no le debes excitar, con lo horrenda que estas, calva, flacucha, pálida.

-Un poco más y cara de muerta.

-Que ya basta, si vinieron a molestar a mi hermana se pueden largar por donde vinieron- gritó Leah.

-Tú a mí no me corres de la casa de mi hijo.

-Pero también es la casa de mi esposa- dijo Edward entrando a la habitación y asustando a las cuatro mujeres.

Recorrió el cuarto con la vista, en la cama estaba Bella, con la cara en alto, pero él que la conocía sabía que se sentía mal, a su lado estaba Leah en posición de una fiera a punto de atacar, cerca de la puerta estaban Tanya y Esme con su típica altivez.

-Hola Edward- dijo Tanya lanzándose a los brazos de Edward y tratando de darle un beso en los labios, pero que este logró esquivar.

-Hola Tanya- dijo quitándose los brazos de Tanya de encima.

-Hola hijo- saludó Esme.

-Hola madre, ¿qué hacen aquí?- preguntó tenso.

-Solo vinimos a visitar a mi pobrecita nuera.

-Si claro, y yo soy la reina de Inglaterra- dijo Leah con sarcasmo.

-Edward, a ver si buscas mejores visitas, ya que Leah me corrió de tú casa- dijo Esme intentando sonar dolida por ello.

-¿Qué hacen aquí realmente?

-Vinimos hablar con Bella sobre su enfermedad y su matrimonio- dijo Tanya intentando sonar angelical y sexy.

-¿Cómo qué?

-Sobre pensar en darte el divorcio, Eddi, tú eres un hombre joven, necesitas una mujer a tu lado que te sepa representar, que te satisfaga en todo lo que necesites, que te de un hijo en un futuro, uno que tenga tus hermosos ojos, y sea tan hermoso como su madre, además tienes mucho trabajo en la empresa como para llegar a tu casa y estar pendiente de una enferma- dijo Tanya como si nada.

-Para empezar no me llames Eddie, sabes que lo odio, mi nombre es E-D-W-A-R-D- se lo dijo lento para que lo entendiera.

-Y ya es hora de que dejemos las cosas en claro por aquí, ninguna de las dos, ni nadie, tiene el derecho de venir a nuestra casa a molestar a mi esposa. Tanya, no me gustas, nunca lo has hecho, he tenido sexo contigo dos veces y en ambas estaba borracho, tanto así que ni me acordaba de lo que había ocurrido al día siguiente, ¿eso no te dice algo?, no eres de mi gusto, eres superficial, interesada, no se si de verdad estas enamorada de mí, o sólo te intereso por la posición social que tengo, así que déjame en paz, no sigas intentando nada conmigo porque no va a pasar absolutamente nada- decía Edward sin gritar pero con voz decidida y que daba a entender que no había réplica posible.

-En cuanto a ti madre, no sigas intentando emparejarme con Tanya, acepta de una vez que Bella es mi esposa, y no me voy a divorciar de ella porque la amo, tan simple como sencillo, te respeto por ser la mujer que me trajo al mundo, pero no abuses de eso. Quiero que dejen de hacer todas las cosas que han estado haciendo, para intentar separarme de Bella.

-¿De qué hablas Edward?- preguntó Esme.

-Sabes perfectamente de que estoy hablando, tú y Tanya han estado molestando a Bella, antes las insinuaciones de Tanya no me molestaban porque no tenía compromiso con nadie, y por lo tanto la ignoraba y ya, pero ahora soy un hombre casado y esas insinuaciones de que somos o tenemos algo afectan a mi esposa y eso no lo voy a permitir, la entrevista para la revista que le hicieron a Bella la hiso tú primo Garret, por eso esta fue más dirigida hacia la parte personal que la profesional, así como sé que fueron ustedes quienes le enviaron las fotos a Bella de mi estadía en Nueva York y cuando me encontré con Vivian, casualmente tu primo, de nuevo, estaba ahí, en esa fiesta, y antes de que digan que ustedes no tienen nada que ver con eso, les informó que el propio Garret cuando lo acorralé me lo confirmó, que todo eso fue por petición de ustedes, sin mencionar la buena paga que le dieron, así como también fueron ustedes los que le dieron la noticia del cáncer de Bella a los periódicos y para terminar, las rosas que le enviaron a Bella, sé que fueron ustedes, ella no las vio, de hecho se está enterando que le enviaron unas flores. No me importan sus razones, nos dejan en paz, quiero mi matrimonio junto a la mujer que amo, y esa mujer es Isabella Marie Swan, no me interesa lo que crean o piensen al respecto.

-Leah, por favor dile a Sam, Adam y Emily que suban.

Leah salió a buscar a los mencionados, el cuarto se quedó en un silencio incómodo, Tanya y Esme no sabían que decir, Edward estaba molesto y Bella se sentía mal, tenía ganas de vomitar y estaba mareada, pero no quería demostrarles a ella que quería salir corriendo, pero estaba asombrada por todo lo que había dicho Edward, las había puesto en su lugar y les había dicho que la amaba, ¿sería cierto o sólo lo dijo para que la dejaran en paz?

A los pocos minutos entraron los cuatro.

-Me decepcionas Esme, tú mejor amiga falleció de cáncer, se lo mucho que te dolió perderla, me consta, su hija es mi esposa, y debes saber por lo que está pasando, Renee estaría decepcionada de ti por lo que has hecho.

-Chicos- dijo Edward dirigiéndose a Adam y Sam- acompañen a mi madre y a la señorita a la salida, y ellas no tienen permitido entrar a esta casa sin mi autorización o la de Bella.

-Edward, soy tu madre, ¿cómo me vas a prohibir entrar a tu casa?

-Cuando te comportes como tal, respetes mi matrimonio y dejes de intentar de arruinarlo, podría pensarlo, acompáñenlas a la salida.

Ambas mujeres salieron del cuarto molestas y seguido por los hombres, quienes no se alejaron de ellas hasta que no las vieron cruzar la puerta de la calle.

-Emily, prepárale a Bella un té o un tilo, algo que haga que se tranquilice y pueda dormir un rato por favor.

-Si. Dijo Emily saliendo por la puerta.

-Leah ayúdame a ir al baño, por favor- pidió Bella una vez se quedaron los tres en el cuarto.

Leah la ayudó a ir al baño, y estuvo con ella mientras vomitaba, ya ningún Swan le tenía asco a ver a otra persona vomitando, eso lo habían logrado con Renee, mientras que Edward lo había superado con Bella.

Volvieron al cuarto con Leah ayudando a caminar a su hermana mayor, esta se sentía muy mal, estaba mareada, cansada, le dolía la cabeza y se sentía débil, todo como consecuencia tanto de la quimio como por lo ocurrido hace poco.

Edward al verle la cara se acercó a su esposa la cargó y delicadamente la acostó en la cama.

-Toma, aquí está el té que te trajo Emily- dijo Edward entregándole una taza.

-Bueno yo me voy, tengo un trabajo que terminar, cualquier cosa saben donde estoy- se despidió Leah, dándole un beso a su hermana y se fue, ella sabía que Bella necesitaba descansar y ellos hablar, por lo que prefirió dejarlos solo.

-Edward…- intentó decir Bella una vez se hubo terminado de tomar el té.

-Descansa, te vez agotada, duerme y aquí estaré cuando despiertes- le dijo Edward dándole un tierno beso en los labios.

Bella le hiso caso, ya que a pesar de querer hablar con él sobre lo ocurrido necesitaba dormir, durante el proceso se repitió lo que él le había dicho a esas víboras.

“…quiero mi matrimonio junto a la mujer que amo, y esa mujer es Isabella Marie Swan…”

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Chararaaaaaa, ya se enteraron de quienes fueron las culpables de todo, ¿qué les pareció como Edward las puso en su sitio?, ya Bella sabe que si está enamorado de ella, ¿será que le creera o no?, ya pronto podran aclarar todo y sabran porque Edward se portó con ella así.

Gracias a todas por sus comentarios,como siempre son los que me alegran y me animan, Keit bienvenida, a la persona que me dio esta semana su voto muchas gracias, y a las lectoras silenciosas gracias, de ellas tampoco me olvido.

Chaito y cuidense

Capítulo 21: LO BUENO DE TENER GENTE QUE TE QUIERE Capítulo 23: ACLARANDO LAS COSAS

 
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