Estaban en el mes de diciembre y Bella ya se encontraba bien, los últimos exámenes que le hicieron indicaban que le había ganado al cáncer, pero eso no indicaba que bajara la guardia, el doctor Miller le aconsejó que se siguiera haciendo los chequeos anuales como hasta ahora y si veía  sentía algo fuera de lo normal que acudiera a él inmediatamente.

Ella ya estaba recuperándose físicamente, su cabello aún corto pero había cambiado un poco, su castaño era algo más claro y sus reflejos rojos que antes se veían con la luz del sol ahora se notaban más y sin necesidad del sol, no estaba tan delgada como antes, su piel y uñas se iban recuperando, es decir, los efectos de la quimio estaban poco a poco terminando y ella volvía a ser la misma Bella de siempre físicamente al menos.

Luego una vez todo lo que se refiere al tratamiento del cáncer se refiere, y el doctor le diera el visto bueno, Edward comenzó a planificar su luna de miel, quería que Bella se relaja, disfrutara de la vida y se olvidara  un poco de todo lo ocurrido anteriormente.

Y así lo hicieron, disfrutaron del paseo de tres días en el crucero por el caribe que había comprado Edward en la beneficencia, gozaron de las hermosas playas del mar caribe, del sol, de diferentes islas paradisíacas. Cuando regresaron duraron una semana en  Seattle para que cada uno pudiera arreglar las cosas en sus respectivos trabajos ya que se irían por dos semanas.

La primera semana estuvieron en Estocolmo – Suecia, se hospedaron una cabaña muy lujosa, pasearon por el archipiélago de la ciudad, realizaron varias actividades al aire libre, visitaron el Parque Real Djugarden (Parque de Animales) en el centro de la ciudad, así como disfrutaron de museos, restaurante, compras y los hermosos paisaje.

La segunda semana se fueron a París y ahí fue Bella quien sirvió de guía turisco, le mostró a Edward su universidad, donde residenció durante toda su estadía en la ciudad, los pueblos cercanos que a ella le fascinaban, los puentes, las cafeterías, a parte de los sitios turísticos típicos como la Torre Eiffel, la Catedral de Notre Dame, El Arco del Triunfo entre otros, para Edward conocer la ciudad donde Bella maduró y que tanto soñó desde el punto de vista de su esposa fue magnífico, pudo ver porque adora esa ciudad, y la diversión de diferentes historias que vivió ella en varias partes de Paris, conocer ese mundo de Bella que él se perdió lo alegró, es por ello que había escogido esa ciudad como luna de miel.

A parte de los países que visitaron cabe mencionar que también hicieron el amor en diferentes lugares, no se abstuvieron a su cabaña o la habitación de hotel, sino que lo hicieron en el ascensor, en el baño de un restaurante, en el carro, se tocaban debajo de la mesa de tal forma que cada uno aprendió a respirar y hablar mientras la otra persona lo tocaba en su parte íntima hasta hacerlo llegar al clímax en público pero sin que los demás lo notaran, descubrieron que el hecho de que quizás los pudieran atrapar en eso los excitaba demasiado.

-¿En qué piensas?- preguntó Edward mientras manejaba.

-En la luna de miel- contestó Bella con una sonrisa en los labios.

Al oír eso, Edward sonrió al recordar sus viajes y su mano derecha cobró vida y comenzó a acariciar y subir lentamente la pierna de Bella.

-Edward- le reprendió Bella.

-¿Qué?, no puedo querer recordar lo que hicimos- dijo con una sonrisa pícara.

-Ed… Ward…, va… mos… a… la… ca… sa… de… Char… lie…- dijo como pudo, debido a que la mano de él había llegado  su panty y acariciaba el clítoris por encima de esta.

-Vamos, tenemos la excusa del cambio de horario- y se detuvo en una espacio abierto del camino.

No venía carro, la vía estaba sola y él quería aprovecharlo.

-Mira como me pusiste por estar recordando- dijo Edward mientras  se abría el cierre del pantalón y bajaba un poco su bóxer para mostrarle su polla dura y lista para ella.

Él echó para atrás todo lo que daba su asiento y la haló para que se sentarla encima de suyo.

Bella tenía un vestido negro más debajo de las rodillas, en la parte de arriba no tiene mangas y con un cinturón blanco, el hecho de que llevara vestido le facilitaba el trabajo.

Era veinticuatro de diciembre e iban a pasar las navidades con los Swan, ellos habían llegado hace dos días de su luna de miel, y no habían podido verlos debido a que aún no se acostumbraban al cambio de horario.

Las segundas navidades desde que eran esposos, pero en la primera ella estaba pasando por el proceso del cáncer, así que no las disfrutaron mucho, aunque ella hiso lo posible para que no fuera tan mala para todos a su alrededor.

-Llegan tarde- saludó Seth.

-Hola Seth para ti también- dijo sarcásticamente Edward.

-Hola a ambos- saludó Ángela dándoles un beso en la mejilla a los recién llegados.

-Hola Ang, que bueno que este tonto te convenció de pasarla con nosotros.

-Oyeeee, este tonto es tu querido hermano y el amor de su vida.

-Bueno eso de querido hermano…

-Y del amor de mi vida…

-Mujeres desagradecidas- dijo Seth haciéndose el ofendido.

Comenzaron a reír los cuatro, hasta que Charlie los saludó, seguido de Sue, Leah y Jacob.

-Deja de hacerte el tonto y ayúdalos con las bolsas- dijo Charlie a Seth.

-Pero bueno, hoy definitivamente creen que soy tonto- refunfuñó Seth mientras ayudaba a Edward a colocar los regalos en el árbol de navidad.

-¿Qué tal esa luna de miel?- preguntó Leah.

-Maravillosa, me encantó Estocolmo, es una ciudad hermosa, y pasear de nuevo por París fue genial.

-¿Y el cambio de horario?, ¿te ha pegado?- preguntó Sue.

-Si, aún no nos acostumbramos al horario de EEUU.

-Cuéntame cuñada ¿cómo se porta mi hermano?

-Bella es genial, debo admitir que es todo un galán, me siento bien con él, me hace reír, me oye cuando necesito desahogarme, pudo hablar con él de muchos temas, y no me aburro de eso- contaba Ángela con una sonrisa que le iluminaba los ojos- cuando me dijo que pasara la navidad con ustedes me reusé porque eso es momento de familia, y vino y me dijo, con más razón, tú eres mi novia por lo tanto eres de la familia, y no voy a permitir que mi chica reciba la navidad en un bar con desconocidos y donde no pueda cuidarla.

-Y con eso te convenció- dijo Leah, mientras que Ángela le respondía que si con la cabeza.

-Y a ti ¿cómo te va con Jake?

-Bien, gracias por animarme a intentarlo, de verdad que es todo un cabello, no puedo creer que al fin sea novia de mi amor de toda la vida- contó Leah también alegre.

-Por lo visto eres cupido, porque fíjate que a mí también me animó a que me arriesgara con Seth. Tú y Edward se ven felices, ¿lo son?

-Si, debo admitir que tenía mis dudas respecto a él, y a lo mujeriego, sin mencionar que ciertas mujeres intentaron por todos los medios que nos separáramos, pero hablamos, aclaramos ciertas cosas del pasado y ahora somos muy felices.

Así siguieron todo la noche, durante la cena siguieron hablando todos, bromeando, burlándose, riendo, pasaron una noche muy divertida y en familia.

-FELIZ NAVIDAD- gritaron todos cuando fueron las doce de la medianoche, mientras levantaban sus copas y brindaban.

-Hora de los regalos- dijo Jake sentándose él y Seth al pie del árbol para repartir los regalos.

-Papá estas son para ti- dijo Seth mientras le entregaba varios regalos.

Charlie los tomó en una pequeña había un reloj de bolsillo de parte de Edward y Bella,  un vale para un televisor LED de 52” con pantalla 3D de parte de Leah y Seth, una pijama de Jacob, una correa de Ángela y una bufanda tejida por Sue.

-¿Y porque un vale y no el televisor?- preguntó Charlie.

-Porque el televisor te lo instalaremos mañana, era muy grande para el árbol-contestó Leah dándole un beso.

-Mi amor para ti- dijo Jake entregándole varios paquetes a Leah.

Ella recibió un una cartera de parte de Seth y Ángela, una camisa hecha por Sue, unos zapatos de Charlie y una pulsera de oro blanco de parte de Jacob y la trilogía completa de Cincuenta Sombras de Edward y Bella.

-Áng para ti- dijo Seth.

Ángela no pudo evitar sorprenderse de que le tuvieran regalos, debido a que se había decidido a última hora a ir a la fiesta, Sue le regaló una falda hecha por ella, un reloj de Jake y Leah, unos zarcillos de Charlie, un vestido de Edward y Bella y Seth le regaló un paseo de fin de semana para Cancún.

-Mamá para ti.

Sue recibió un hermoso vestido de Seth y Ángela, un libro de comida Sueca de parte de Edward y Bella, Charlie le dio los videos de las cinco temporadas de Castle y Jacob y Leah un nuevo celular.

-Hermanita toma son tuyos.

Bella por su parte recibió la primera edición de Orgullo y Prejuicio de Charlie, una camisa hecha por Sue, Jake y Leah le regalaron todo un día en un Spa, cena para dos en su restaurante preferido por parte de Seth y Ángela, mientras que Edward le dio un collar con una esmeralda y zarcillos a juego, además una nota que decía en la casa te follo duro, lo cual provocó que Bella sonriera y se humedeciera a la vez.

-Cullen para ti- dijo Jacob.

Recibió una camisa hecha por Sue,  un perfume de Charlie, un juego de “Sexo en Lata” y un juego de cartas sexuales de parte de Seth y Jacob, un reloj de Leah y Ángela y un compendio de Debusy y Beethoven de parte de Bella con una tarjeta que decía “Y Tengo un nuevo conjunto de Victoria Secret´s para esta noche”, eso hiso que recordara su nota y se rio por la ocurrencia de ambos, ya que parecía adolescentes hormonales.

-Estos son míos- dijeron Jake y  Seth como niños chiquitos sentados en el piso.

Jacob recibió de parte de Seth y Ángela un kit para preparar su propia cerveza, un perfume de Charlie, varios juegos de play de parte de Leah, una camisa hecha por Sue y una navaja de bolsillo Victorinox de Bella y Edward.

Seth por su parte recibió una cámara fotográfica de profesional de Ángela,  un perfume de Charlie, el nuevo PS4 de parte de Jacob y Leah, una bufanda hecha por Sue y varios videos juegos para su nuevo play de parte de Bella y Edward.

Una vez terminaron de revisar los regalos Jacob comenzó a poner música y cada uno se llevó a su pareja para bailar, bueno eso intentaban, ya que de vez en cuando se comenzaban a empujar entre parejas, o a burlarse de si no sabían bailar.

Todos los jóvenes eran vistos desde lejos por Charlie sentado en un mueble.

-¿Qué piensas Charlie?- preguntó Sue acercándose a él.

-Míralos, hemos criado hombres y mujeres de bien, hicimos un buen trabajo ¿cierto?

-Si, ¿Quién lo diría?, después de todo si seremos familia- dijo con una sonrisa.

-Y mi hija no estará en mejores manos, de eso estoy seguro. Creí que iba a ser mi yerno pero por Bella no por Leah, hasta hace poco eran unos niños que corrían y gritaban por toda la casa- mencionó Charlie con una mirada llena de recuerdos.

-Si, como hacían de travesuras, los cuatro eran terribles, y ahora todos tienen pareja.

-Es verdad, Jacob es una gran hombre que sabrá hacer feliz a mi niña, Seth ha conseguido a una mujer que aunque un poco mayor que él se ve en su mirada que lo ama.

- Esos cuatro definitivamente van a terminar casados- dijo Sue con una sonrisa de orgullos.

-Así es, y mira a Bella, a pesar de todo por lo que ha tenido que pasar, y sin mencionar que esa boda tenía mis dudas a pesar de porque lo hiso, pero no puedo negar que Edward la hace feliz y ama.

-Estuvo con ella en todo momento, no la dejó sola, y él cambió por ella, dejó de ser el mujeriego que era.

-Me enorgullece verlos así, puedo estar tranquilo y mi Renee también.

-Bueno Charlie dejemos de pensar y demostrémosle a estos chicos que aún podemos mover las caderas- dijo Sue halándolo y llevándolo a donde estaban todos para bailar.

.

.

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-Señora Cullen de vuelta en casa.- dijo Edward entrando en la sala de su casa.

-Si señor Cullen, y si mal no recuerdo le falta darme un regalo- dijo Bella de forma sexi.

Comenzaron a besarse apasionadamente, eran ya las cuatro de la mañana y acababan de llegar de la casa de Charlie.

Poco a poco comenzaron a quitarse la ropa, Bella le desabrochaba la camisa a Edward y el pantalón, mientras que este le bajaba el cierre del vestido a Bella y la dejaba en ropa interior y tacones.

-Desde hoy soy fanático número uno de Victoria Secret’s- dijo Edward al admirar el conjunto de encaje negro que llevaba debajo de la ropa.

-Esa es la idea, pero te recuerdo que me prometieron una follada dura y así lo quiero, ahora- ordenó Bella.

Esas palabras y la orden al final provocaron que el cuerpo de Edward se encendiera más de deseo, le quitó el brasier y la panty y acarició su clítoris que estaba húmedo. De la boca de Bella salió un gemido de placer.

-Gírate y agárrate duro del mueble- le susurró su cobrizo mientras le mordía el lóbulo.

Ella le obedeció quedando inclinada y con su trasero hacia arriba en dirección a Edward.

-Me encanta tu trasero- y le dio una nalgada, se inclinó quedando encima de ella- y me encanta que estés lista para mí.

Dicho eso de una estocada la penetró por la vagina, provocando placer a ambos.

-Si, Edward.

-Dios Bella nunca me canso de tu cuerpo, de que seas mía.

Cada estocada era dura y placentera, los gritos y gemidos de los dos se oían en toda la sala, primero llego Bella y segundos después le siguió Edward.

Él salió de su interior sentándose en el suelo frío y atrayéndola, la colocó entre sus piernas, le dio un suave beso en su cabello.

-Feliz Navidad mi Bella.

-Feliz Navidad mi Edward.

VESTIDO DE BELLA

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Hola chicas tarde pero seguro, aquí les dejo otro capítulo, es uno mas alegre espero les guste,

Chaito y cuidense