ENTRE EL ODIO Y EL AMOR

Autor: Yusale
Género: Romance
Fecha Creación: 23/05/2013
Fecha Actualización: 17/01/2014
Finalizado: SI
Votos: 27
Comentarios: 147
Visitas: 101033
Capítulos: 28

Por salvar la empresa de sus padres, a Bella no le queda otro remedio que casarse con el hombre que le quitó la virginidad y su primer amor, pero también el que le produjo su primera descilusión amorosa, Edward Cullen.

 

UN EMBARAZO DOS AMORES (TERMINADA)

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NO TE BUSCABA PERO TE ENCONTRÉ (TERMINADA)

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Capítulo 18: EMMETT Y ROSALIE

Hola chicas, mil disculpas por la tardanza, resulta que mi inspiración se fue de paseo y no quería regresar, me costó mucho hacer este capítulo, espero les guste.

Le dedico este capítulo a Amanecer, Delmary y Elizabeth, por dejarme su primer comentario.

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Capítulo18: EMMETT Y ROSALIE

Bella despertó esa mañana algo tarde, ya que ella y Edward pasaron buena parte de la noche reconciliándose en la cama, en el baño y hasta en el vestier del cuarto, había decidido creer en su palabra y no mortificarse con ese tema, ella lo amaba y aunque no sabía que sentía él por ella, pensó que Edward también está intentando que el matrimonio funcionara, eso le había dicho ayer y eso era mejor que nada.

Aún no sabía quiénes venían de visita, pero no le importaba, con tal que no fuera Tanya ni Vivian no tenía problemas, en eso salió Edward del baño secándose el cabello y con un paño amarrado en la cintura, la vista que obtuvo no le desagradó y lo miró de arriba abajo con total descaro.

-¿Te gusta lo que vez?- preguntó Edward con una sonrisa seductora en los labios.

-Se podría decir, aunque he visto mejores- dijo Bella con una sonrisa pícara.

Edward al oír esa última frase debió admitirse que sintió celos, pero al verla supo que estaba bromeando por lo que decidió seguir el juego.

-¡Ah si!, ¿y el de quién?

-El de mi esposo, pero no se lo digas que después se le sube a la cabeza y se vuelve más engreído de lo que es.

-¡Engreído yo!, Sra. Cullen voy a tener que castigarla- dicho eso se lanzó encima de ella haciéndole cosquillas.

Ella trataba de quitárselo de encima, lo empujaba, hasta intentó morderlo, pero las risas y el hecho de que él fuera más fuerte no ayudaban en nada.

-EDWARD BASTA, PARA- gritaba Bella al no aguantar más.

Edward le hiso caso y dejó de hacerle cosquillas, se acostó a un lado de ella en la cama con sus respiraciones agitadas.

-Buenos días- saludó ella dándole un beso en los labios y quitándole la toalla una vez se tranquilizaron.

Ella le vio su polla, que estaba lista para la acción, la detalló e incluso suavemente la acarició con una mano.

-¿Y tú esposo está tan bien dotado como yo?- preguntó Edward suspirando por la deliciosa caricia

-Si, pero me tocaría comparar si lo sabes usar peor, igual o mejor que él- dijo mientras seductoramente se pasaba la lengua por los labios para luego morderse el inferior.

Ella no era una seductora nata, pero si el matrimonio iba a funcionar debían comenzar porque su esposo no buscara en otro lado lo que tiene en casa.

Como durmió desnuda no tuvo que hacer nada para quitarse la ropa, y fue directo a su boca, lamió su labio inferior y luego el superior, provocando que Edward la abrazara y atacara su boca, sus labios y sus lenguas jugaban, se saboreaban entre si, se deleitaban con el sabor del otro.

-¿No tuviste suficiente con lo de anoche?- preguntó Edward sonriendo.

-Yo no, ¿y tú?- susurró Bella mientras pasaba su lengua por la oreja de Edward.

-mmmm- fue lo que pudo contestar él.

-No entendí Edward- dijo Bella mientras seguía en su trabajo mientras que con su mano rodeaba la dura polla de Edward.

-Siii- dijo encantado con el placer que recibía.

-Así que tú si tuviste suficiente- dijo deteniéndose en lo que hacía.

-No

-Decídete Cullen ¿si o no?

-No te detengas, nunca tengo suficiente de ti.

Y dicho eso Bella comenzó un camino de besos por el cuerpo de Edward, deteniéndose cuando llegó a su dura polla, lamió cada uno de los testículos para luego metérselos en la boca, mientras acariciaba suavemente el cuerpo de él, después subió con su lengua por el pene hasta llegar al glande, donde jugo por un momento, lamió y mordió varias veces.

Edward disfrutaba de ese juego de Bella sobre él, dándole tanto placer.

-Bellaaaa- gimió Edward cuando ella se introdujo su pene en la boca.-Oh si cariño.

Ella subía y bajaba su boca deleitándose con su sabor, apretando ligeramente con sus dientes, mientras jugaba con su lengua y se ayudaba con una mano, le encantaba saber lo que producía en él, y eso la hacía humederse, no le quitaba los ojos de encima, le gustaba ver como él se movía y los gestos que hacía por disfrutar.

Se detuvo en su deleite consiguiendo que Edward se quejara por ello.

Pero ella quería que él acabase dentro de su cuerpo y no en su boca, se subió y se empaló en él.

-Oh Edward.

Bella una vez con la polla de Edward dentro comenzó a girarse poco a poco, esa sensación le gustaba a ella, mientras que él sintiendo como giraba ligeramente su polla le provocó tal placer que estuvo a punto de rasguñarla.

Una vez ella quedó de espalda a él comenzó a moverse, las envestidas las hacía duras, de la boca de ambos salían gemidos de placer, mientras Bella se acariciaba los senos y los intercalaba con caricias a los testículos, y Edward le acariciaba la espalada y la cintura.

-Edward me corro.

-Vamos… cariño, hazlo… que… me… corro… contigo.

-EDWARD

-MIERDA BELLA

Gritaron ambos al tiempo luego de dos embestidas más dadas por Bella.

Ella se levantó con cuidado y se acostó en la cama a su lado para disfrutar del momento, mientras él la acariciaba y se inundaba de su delicioso olor a sexo.

-Bueno ahora si me voy a bañar- dijo Bella levantándose de la cama y dirigiéndose al baño.

.

.

.

-Bellaaaaa- fue el saludo efusivo del invitado mientras la abrazaba y le daba vueltas.

-Al fin conozco la mujer capaz de haber amarrado a este mujeriego- dijo una mujer rubia, alta, bien vestida y hermosa.

-Soy Rosalie Hale, la esposa de este niño en cuerpo de hombre.

-Un placer Isabella, pero me pueden decir Bella.

-Yo soy Emmett Hale, el hombre más sexy y fuerte del mundo- dijo el hombre de cabello negro, con un cuerpo musculoso- y el hombre más felizmente casado también- corrigió inmediatamente luego de oír una tos proveniente de su esposa

-Así está mejor- dijo la rubia con una sonrisa de burla.

-Bueno vengan y los llevo a su habitación- dijo Edward ayudando a su amigo con las maletas.

Ellos subieron las escaleras dirigiéndose a la habitación que ocuparían mientras estuvieran ahí, y Bella se fue a la cocina para ver la cena que estaba preparando, no era gran cosa, solo lasaña, ya que no sabía cocinar mucho, y por ser domingo Emily y los demás tenían el día libre.

Edward había propuesto salir a cenar, pero Bella se negó alegando que quizás ellos estuvieran cansados y mejor se quedaban en casa disfrutando del momento.

Edward dejó a sus amigos instalados y bajó para ver en que podía ayudar a su esposa, al llegar a la cocina se recostó del marco de la puerta viendo como ella se desenvolvía en esta.

-¿Necesitas ayuda?- preguntó entrando.

Bella se asustó ya que no lo escuchó llegar.

-No te escuché llegar.

-Disculpa, no fue mi intención asustarte- dijo mientras la agarraba por la espalda.

Se acercó a ella y la abrazó por la cintura.

-¿Necesitas ayuda?- volvió a preguntar.

-No tranquilo, todo está listo, sólo falta que bajen y colocó la mesa.

Edward acercó lentamente su cara a la de ella hasta que consiguió besarla, primero lentamente para poco a poco aumentar la pasión que en este transmitían mutuamente.

Ambos disfrutaban del momento, definitivamente el haberse dicho que querían que su matrimonio resultara, ayudó a que se quitaran ciertas barreras, no todas claro, ya que después de muchos años desconfiando, odiando, a la otra persona no era en un abrir y cerrar de ojos que todo fuera color de rosas, pero ambos lo iban a intentar y eso era lo importante.

Un carraspeo los sacó de su ensoñación, Edward giró quitando con mucho pesar las manos del trasero de Bella y colocándolas en su cintura, mientras ella se sonrojaba porque los haya encontrado en esa situación.

-Amigo se que es tu casa, pero no creo que quieran que los encontremos teniendo sexo en cualquier rincón- dijo Emmett en forma de burla  provocando que la castaña se sonrojara aún más.

-Mira amor, logré que parezca un tomate- continuo.

-De alguna forma tengo que desquitarme don santo- respondió Edward  burlándose también.

-La cena ya está lista, vayan a la sala mientras arreglo la mesa- dijo Bella para darle fin a la charla.

-Yo te ayudo- se ofreció Rosalie.

Los hombres se fueron a la sala para hablar de negocios por unos momentos mientras esperaban, y las mujeres se quedaron en la cocina para tener todo listo.

-Cuando Emmett me contó con quien se había casado Edward, no lo pude creer, primero porque él se haya casado, y segundo porque haya sido contigo, me encantan tus diseños, desde que los vi en una tienda me convertí en tu fan, vi el desfile en Nueva York pero no pudo conocerte en ese momento- hablaba Rose sin parar.

-Me alegra saber que te gustan mis diseños, ¿ustedes se conocen desde hace mucho tiempo?

-Si, primero nos conocimos Edward y yo, éramos amigos con derecho a sexo.

Bella se sorprendió al saber que Edward y ella habían tenido sexo, esa parte no se la había contado él, le habló de que se conocían de la universidad, de los bromista que era Emmett y de lo buena persona pero muy habladora que era Rosalie.

-Yo sabía que él no buscaba novia y que era un mujeriego, yo tampoco buscaba algo serio para ese entonces, un día me lo encontré en un bar y me presentó a Emmett y cuando lo vi fue amor a primera vista, a los pocos días se lo dije a Edward y él entendió, me deseo lo mejor con su amigo y quedamos sólo como eso, como amigos- seguía contando la rubia.

-No sabía que habían tenido sexo- dijo sinceramente Bella, la chica le caía bien.

-Oh, pensé que Edward te lo había contado, pero ya no importa, gracias a eso conocí a mi amado esposo- dijo ella con una sonrisa en los labios.

Bella entendió que era sincera, amaba a Emmett, se le veía en su mirada cuando hablaba de él, tenía un brillo hermoso en los ojos, y se preguntaba si ella lo tendría así por Edward.

Una vez arreglada la mesa llamaron a sus esposos para sentarse a comer, y los amigos seguían hablando de negocios mientras cenaban, y ellas decidieron conocerse un poco más.

-Ya basta, estamos en una cena entre amigos y ustedes lo que hacen es hablar de puros negocios que fastidio- se quejó Rose.

-Bella esta cena te quedó increíble- dijo Emmett cambiando el tema como se lo sugería.

-Gracias, es poco lo que se cocinar, mi mamá y Sue intentaron enseñarnos pero soy mala para la cocina, cuando Dios dijo voy a repartir el don para cocinar yo aparecí dos semanas después- dijo Bella sonriendo.

Todos comenzaron a reír de la broma que dijo ella, se levantaron de la mesa y entre todos llevaron los platos a la cocina, cuando todos se fueran a dormir Bella los fregaría.

Edward sirvió para él y Emmett whisky y para las mujeres vino.

-¿Y para donde fueron en su luna de miel?- pregunto Rose.

-No hemos ido aún, yo tenía mucho trabajo y Bella acaba de llegar de un viaje, no podía dejar más tiempo su negocio solo- dijo Edward muy tranquilo.

-Se les ve muy tórtolos, deberían aprovechar y hacerse un tiempo para ustedes- continuo su amiga.

-Si, hace un tiempo compre en una beneficencia un viaje por el caribe en barco, he pensado en organizarnos y tomarlo dentro de unas semanas- contó Edward, algo que era cierto, ya que ese mismo día mientras iba a buscar a sus amigos al aeropuerto pensó en seguir con la burbuja que llevaban ellos en estas últimas horas y pasear por el mar caribe.

-No lo sabía- dijo Bella sorprendida por el detalle.

-Estaba esperando el momento correcto de planteártelo.

-Tranquilo amigo, te aseguro que después que subamos a nuestro cuarto no vamos a bajar, así podrás planteárselo por toda la casa cuantas veces quieras- comentó Emmett.

-Me toca a mi- dijo Edward.

-Emmett y yo vivíamos juntos mientras estudiamos en la universidad, una vez me levanté a tomar agua a mitad de la noche y encontré a estos dos  en plena cocina durante su momento de amor- contó Edward mirando a Bella.

-¿quién iba a pensar que ibas a levantarte a las 2:00 am a tomar agua?- preguntó Emmett como si nada.

-Desde ese momento siempre que me levantaba en horas no usuales gritaba, no quería volver a ver eso.

-Que dramático, ni que no me hubieras visto así antes, y no te quejabas- dijo Rosalie burlonamente.

-De ti no me quejo pero no quiero volver a eso- dijo horrorizado Edward señalando el pene de Emmett.

Y todos comenzaron a reír, la noche se la pasaron muy amenos contándole a Bella historias penosas de Edward, así como este se vengaba también contando momentos penosos de sus amigos. Ya un poco avanzada la noche se fueron a dormir, mientras Bella y Edward lavaban los platos y los guardaban.

Durante la semana Emmett y Edward se pasaban entre los negocios, Bella le enseñaba la ciudad a Rosalie  con quien se llevaba bien, así como también la llevó a su tienda para que viera su colección y se paseara por el taller.

En las noches salían a cenar o a pasear mientras disfrutaban de la compañía, al llegar el viernes todos se despidieron, Emmett y Rose regresaban a su casa, quedando en reunirse en otro momento.

-Me alegra que él haya conseguido al fin el amor, se nota cuando te mira- dijo Rosalie despidiéndose de su nueva amiga.

-Chao, cuídate- fue lo único que pudo decir Bella a ese comentario.

-Chao Bella nos veremos pronto- se despidió Emmett de la castaña abrazándola fuerte.

-Oye que no me la dejas respirar- se quejó Edward.

Y esa frase posesiva que salió de los labios de él le encantó a Bella y no pasó desapercibida por sus amigos.

-Tranquilo amigo, es toda tuya, cuídate- se despidió Emmett palmeando su hombro.

.

.

.

-Bueno chicos ya están los resultados de todos los exámenes que se le practicaron- les dijo el doctor Nathaniel Miller quien fue el oncólogo de Renee.

-Y todo está bien cierto como todo los años- dijo Seth.

Ya había pasado una semana desde la partida visita de Emmett y Rosalie, y los hermanos Swan habían ido a recoger los exámenes que se hicieron hace varias semanas atrás.

-No en realidad.

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Chicas ¿qué les pareció esa Rose habladora?, ¿y la reconcliación de nuestros tortolitos?, ¿porque creen que el doctor dijo eso?

Espero como siempre sus comentarios, tanto si les gustó como sino, así como también si tienen alguna sugerencia, miren que de ser posible las tomo en cuenta.

Gracias por sus comentarios, y sus votos, eso me anima mucho a seguir escribiendo, de nuevo me disculpo por la tardanza, espero sepan perdonarle.

Chaito y cuidense.

Capítulo 17: EXPLÍCAME Capítulo 19: ESTAMOS JUNTOS EN ESTO

 
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