CADA QUIEN CON SU CADA CUAL

Autor: Annaris
Género: Romance
Fecha Creación: 21/04/2013
Fecha Actualización: 21/02/2015
Finalizado: NO
Votos: 3
Comentarios: 20
Visitas: 46438
Capítulos: 42

Escuchar el refrán “cada oveja con su pareja” me hace recordar que aunque uno se estanque en una sola persona, al final es el destino el que se encarga de reunirnos con la persona indicada

 

 

By: Annaris*

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Capítulo 24: UN ADIÓS PARA SIEMPRE

El capitulo mas triste llego :'( me ha costado trabajo escribirlo, me ha dolido en verdad...

la cancion que me ayudo a soltar lagrimas se llama "TE QUIERO" la canta Duncan Dhu... es una cancion muy linda

no las entretengo mas, gracias por leer... Annaris*

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Llegue al hospital en un abrir y cerrar de ojos, no me importaron las señales de tránsito ni la velocidad a la que iba, yo necesitaba estar con Boone, el me necesitaba.

Michael y Nicole estaban abrazados en la sala de espera y ambos sollozaban, me acerque a ellos

-Renesmee- dijo Nicole mientras me abrazaba, se veía destrozada

-¿Qué ocurrió?- dije lo más tranquila posible

-él, fue a vernos y estuvo un momento con nosotros, lo sentí extraño, nos dijo que nos amaba y después dijo que tenía que ir a la oficina en Seattle pues tenía que recoger algunos documentos…- soltó un sollozo –Michael me hablo hace media hora, habían traído a Boone muy mal, tuvo un accidente-

-¿Dónde está?- le pregunte a Michael

-en terapia intensiva, no puedes pasar- me respondió serio, aunque se veía al igual que Nicole, destrozado

-soy doctora, tienen que dejarme pasar a verlo- dije alejándome de Nicole y acercándome a oficinas para pedir que me adelantaran turno, quería estar con él.

Papa y mama llegaron después, desde oficinas le llamaron a papa para decirle que yo estaba como loca pidiendo entrar a terapia intensiva

-¿Dónde están mis hijos?- le pregunte a Esme

-Edward y Bella se han quedado para cuidarlos, ¿Cómo esta Boone?- dijo acariciando mi cabello

-sinceramente no lo sé, no me permiten entrar-

-tranquila, por la mañana estará mejor-

Estuvimos sentadas en la sala de espera junto a Nicole, no sé porque razón a Carlisle si le adelantaron turno, así que entre él y Michael nos traían noticias de Boone. La última de la noche “ya se encuentra mejor, por la mañana lo trasladaran a una habitación”

A las seis de la mañana fui a casa, necesitaba darme un baño y desayunar algo para estar bien durante mi jornada de trabajo.

Hable con Edward y Bella sobre lo ocurrido y ellos me dijeron que no me preocupara, ellos estarían con los niños.

Regrese al hospital, ya Esme y Nicole estaban más tranquilas

-¿Cómo esta?- lo primero que hice fue preguntar por él

-lo han pasado a una habitación- me respondió Nicole, asentí y luego fui a checar mi tarjeta de entrada. Busque a Carlisle para que me dijera en que habitación estaba Boone. Me indico donde estaba y luego se despidió de mí pues su turno había terminado.

Entre a su habitación, tenía sus ojos cerrados y su boca entre abierta. Varias lesiones en su cabeza, me acerque con mucho cuidado para no despertarlo

-amor- me dijo con voz pastosa

-shh, aquí estoy, vas a estar bien-

-se que lo estaré, te amo, los cuidare desde donde me encuentre-

-no digas eso, te pondrás bien- dije soltando unas lágrimas

-fueron lo más importante que pudo pasarme en estos cinco años, gracias por estar a mi lado-

-Boone, escucha y no hables, estarás bien amor, yo te cuidaré, te recuperaras y nos casaremos ¿lo recuerdas?-

-te amo. Siempre te estaré esperando, en las puertas del amor, ponte tú vestido blanco, dejo abierto el corazón, pequeño diablo, mi principio y mi final, mi sol nocturno, mi planeta personal, te quiero- comenzó a cantar aquella canción de Duncan Dhu que me había dedicado meses atrás –esta lluvia de verano, que es tormenta si te vas, acaricia mis recuerdos, como flechas de placer, y te quiero, te quiero, te quiero… y no quiero nada mas-

-Boone, basta, te pondrás bien-

-yo te quiero, te quiero, te quiero y no quiero nada mas-abrió sus ojos y de estos comenzaron a salir gruesas gotas –te amo- me dedico una mirada llena de amor, una en la cual me decía todo. Poco a poco sus ojos fueron perdiendo ese brillo y un hueco se instalo en mi pecho

-¡NO!- grite y presione el botón para que las enfermeras vinieran a apoyarme, lo presione cerca de diez veces seguidas – ¡Boone, no me hagas esto, no me dejes Boone!- las enfermeras llegaron, Michael y Carlisle venían también, al parecer aún no dejaban su turno

-Renesmee, hija, tranquilízate- me dijo Carlisle, sujetándome para que no me fuera sobre Boone

-¡no, suéltame! ¡Quiero estar con él papa, déjame!- vi como a Michael le corrían las lagrimas por las mejillas y luego cerraba los ojos de Boone -¡no! ¡Boone no, no me dejes, yo te necesito!- grite como histérica esperando por un milagro que regresara a Boone conmigo.

De un momento a otro mi vida estaba vuelta un caos, había perdido a mi prometido y al padre de mis hijos, a una de las personas que me ayudo a salir a flote a pesar de mis problemas.

¿Por qué a mí? Mi vida había comenzado a ser perfecta a partir del nacimiento de mis hijos, mi boda estaba próxima, ya teníamos casi todo… y luego el destino me arrebata al hombre que amo, se me escapó de las manos como si de agua se tratase.

Arroje al piso todo lo que se encontraba en mi camino, bolsas de suero, guantes de látex, nada se me escapó, necesitaba liberar toda mi furia en contra de la vida por jugar tan cruelmente conmigo.

Salí de la habitación y comencé a golpear la pared con mis puños, necesitaba desahogarme.

-Ness- dijo Carlisle mientras se sentaba en el piso conmigo –sé que es duro, también me duele, pero tienes que salir adelante, por ti, por los niños, ellos te necesitaran más que nunca, perdieron a su padre- me acomode en su regazo y comencé a llorar

-¿Por qué él Carlisle? El era bueno, el no merecía esto-

-lo sé, pero es la ley de la vida hija, era su hora de partir-

-preferiría haber sido yo y no él-

Pedí en el hospital que se me diera el día libre, necesitaba preparar junto a Nicole el funeral de Boone. Ella al igual que yo se volvió loca cuando Michael se lo dijo, incluso tuvieron que darle un calmante para tranquilizarla.

Llegue a la casa con los ojos hinchados, no sabía cómo decirles a mis hijos lo sucedido, ellos adoraban a Boone, era su padre por encima de todas las cosas.

-¡mami!- gritaron los dos cuando me vieron entrar, mis ojos hinchados no pasaron desapercibidos para ellos -¿Qué tienes mami, porque has llorado?- pregunto mi varoncito

-es algo difícil mis niños… Boone…-

-¿Qué pasa con papa?- pregunto Sari

-ya no veremos más a papa- dije entre lágrimas, mis niños se abrazaron fuertemente a mi –él ya no estará más con nosotros, se fue a un lugar mejor-

-no llores mami, yo te cuidare- me dijo Jacob

-lo sé, todos tenemos que ser fuertes para que Boone este orgulloso de nosotros- dije sonriendo –Bella, ¿podrías cuidar a los niños mientras…?-

-sí, claro Ness. Venga niños, vamos a jugar al jardín- los niños corrieron con ella y  nos quedamos solo Edward y yo.

-lo siento hermana- me abrace a él y comencé a llorar

-Edward- dije en un sollozo

-desahógate todo lo que necesites, debes ser fuerte hermana, es solo una prueba del destino que te traerá algo mejor-

-tengo que ir al funeral, ¿iras o te quedaras con mis hijos?-

-me quedare con ellos- dijo limpiándome una lágrima –ánimo, el te amará siempre hermana- asentí y subí a la habitación a cambiarme de ropa.

El funeral fue la peor cosa que viví después de la muerte de mis padres, en ese entonces no sabía bien lo que ocurría, era solo una niña, pero ahora, ahora que sabía que jamás lo vería de nuevo, que jamás me sonreiría, que no recibiría ningún beso suyo me sentía destrozada.

Me dolía ver a los chicos llorar, Bryan estuvo presente a pesar de llevar casi tres años sin saber de él, Jayden estaba inconsolable y Jack… pobre Jack, no tenía ninguna expresión en su rostro, estaba en shock y no mencionaba nada.

Antes de que lo sepultaran pedí que abrieran el cajón, me acerque a él y coloque una rosa en sus manos, le di un beso, el último beso que le daría.

-te quiero, y no quiero nada mas- dije como últimas palabras, repitiendo aquella estrofa de esa canción.

Vi con mucho pesar como la tierra lo iba cubriendo, debía ser fuerte por mis hijos más que nada, ellos lo extrañarían mucho.

Regrese a casa agotada, mis hijos jugaban con Edward en la sala, les di un beso y fui a descansar, “la vida continua para nosotros, él está en un lugar mejor y desde ahí nos estará cuidando” dije para mí misma. Si el destino se empeñaba en hacer mi vida de cuadritos, le demostraría que era fuerte y podría soportar cualquier prueba que me pusiera.

 

 

Capítulo 23: DESPEDIDA Capítulo 25: RETORNO

 
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