CADA QUIEN CON SU CADA CUAL

Autor: Annaris
Género: Romance
Fecha Creación: 21/04/2013
Fecha Actualización: 21/02/2015
Finalizado: NO
Votos: 3
Comentarios: 20
Visitas: 46439
Capítulos: 42

Escuchar el refrán “cada oveja con su pareja” me hace recordar que aunque uno se estanque en una sola persona, al final es el destino el que se encarga de reunirnos con la persona indicada

 

 

By: Annaris*

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Capítulo 1: NUEVO EMPLEO

Salí de la facultad de medicina a eso de las once de la mañana, era viernes y acababa de terminar mi último examen semestral.

Tenía que conseguir un trabajo, al menos durante las vacaciones, no podía seguir permitiendo que mi hermano me mantuviera y además pagara mi carrera.

Escuche el fuerte pitido de un auto mientras pasaba por un portón, caí al piso del susto.

-señorita, ¿está usted bien?- me dijo la voz de un hombre al tiempo que bajaba del auto, corrió a mi lado y lo pude ver bien. Piel morena, cara ovalada, nariz perfecta, ojos negros como la noche, labios carnosos y rosados… un dios de carne y hueso.

-sí, estoy bien- dije poniéndome de pie, me dio un leve mareo, aún no había desayunado nada ya que me había levantado tarde para mi examen

-pasa a mi casa, te daré un jugo para que el azúcar regrese a tú cuerpo- dijo mirándome a los ojos, hechizándome por un leve momento. ¿Entrar a su casa? Sí, esto no le gustaría a Edward. –las muchachas están ahí dentro sí es lo que te preocupa- dijo sonriendo

-no, no es eso… tengo que ir a casa-

-no, aún no- dijo empujándome por los hombros hasta dentro de su casa. Me hizo sentar en una mesa de jardín que se encontraba junto a una alberca. –Ya regreso- dijo dejándome toda esa corriente eléctrica que había sentido nada más al sentir su contacto.

Espere por algunos minutos, después el regreso con una jarra de jugo y dos vasos. Me sirvió uno y sirvió uno para él.

-no te vi, lo siento- dijo disculpándose

-yo iba distraída- respondí bebiendo un poco de jugo

-¿Cómo te llamas?- pregunto, levante mi mirada para encontrarla con la suya, me arrepentí ya que al encontrarnos sentí un gran impulso por besar sus labios, cosa que no hice.

-Renesmee Cullen- respondí, el me sonrió dejándome más idiota de lo que ya me encontraba en este momento

-mucho gusto Renesmee, soy Jacob Black- dijo estirando su mano hacia mí, la tome y volví a sentir esa maldita corriente eléctrica.

-¿Qué hacías por la calle, no deberías estar estudiando?-

-ya se ha terminado el semestre- era mitad de mayo.

-es verdad-

-además estaba buscando empleo-

-¿en verdad? Bueno, pues yo puedo ofrecerte algo, solo que tal vez te ofendas- abrí mis ojos del tamaño de una pelota de beisbol e intente ponerme de pie -no, tranquila, no es nada malo… una de mis chicas del servicio se ha ido por algunos problemas personales… nos falta personal y…-

-¿me está ofreciendo trabajo de empleada domestica?-

-sabia que te ofenderías-

-no me he ofendido… me encantaría en verdad-

-¿pero…?-

-tengo que hablarlo en mi casa primero-

-está bien, cuando quieras llámame, estoy disponible- dijo pasándome una servilleta con su número. Nos quedamos viendo fijamente hasta que alguien se aclaro la garganta.

-buenas tardes- dijo la voz de una mujer a mis espaldas -¿se puede saber que hace esta aquí?- me puse de pie para encalarla

-la señorita vino para una entrevista de trabajo- dijo Jacob poniéndose de pie

-me alegro, mi estudio está hecho un desorden. Empiezas mañana- dijo dándose la vuelta sobre sus tacones Mery Racauchi.

-tengo que irme- dije caminando hacia la salida, Jacob me acompaño hasta ahí y se despidió de mi.

Camine hacia la casa, Edward ya debería de haber llegado, iba a estar de un genio de los mil demonios.

Deje con cuidado mis zapatillas a la entrada de la sala, era una costumbre estar sin zapatos en casa, para eso estaba tapizada de alfombra.

-¿Dónde estabas?- preguntó cuando entre a la cocina, mire la hora…  cuarto para las dos

-estuve buscando trabajo- dije sentándome frente a la mesa

-Ness, ya te he dicho que no trabajarás-

-Edward, necesito hacerlo, no puedes mantenerme siempre-

-pues te mantendré siempre que estés en esta casa… se los prometí a nuestros padres, prometí hacerme cargo de ti hasta que encontraras a alguien que en verdad te mereciera, que a mi parecer ninguno merece a una niña tan buena como tú- dijo acercándose a besar mi mejilla

-por favor Edward, solo en las vacaciones… no quiero estarme sola en casa- dije haciéndole un puchero

-está bien, pero solo estos dos meses ninguno mas- bese su mejilla y lo abrace fuertemente

-por eso eres mi hermano favorito-

-soy tú único hermano-

-lo sé- sirvió la comida y comimos entre platicas. Por la noche decidí marcarle a Jacob para decirle que sí aceptaba el trabajo, dijo que tenía que llevar mi ropa para su casa y que tenía que estar para las ocho ahí.

En la cena hable con mi hermano de mi nuevo empleo, no le agrado mucho el hecho que tuviera que quedarme a dormir ahí, pero término por aceptarlo.

Por la mañana guarde un poco de ropa en una maleta y después salí hacia la casa de Jacob Black, toque el timbre hasta que una chica fue a abrir.

-¿Qué se te ofrece?- pregunto

-soy la nueva empleada del señor Black-

-claro, sígueme- entre tras ella y me llevo por unos grandes pasillos hasta una habitación que se encontraba casi vacía, solo tenía una cama, un closet y un baño. –esta será tú habitación, tú uniforme esta en el closet. En quince minutos tienes que estar abajo, serviremos el desayuno-

-claro- respondí. Salió de mi habitación y yo rápidamente fui a darme un baño, no había tenido tiempo de hacerlo en casa.

Me puse mi uniforme, me quedaba un poco más arriba de la rodilla pero en fin. Baje a la cocina y ayude a la chica a servir el desayuno, era curioso que ni siquiera nos hayamos presentado

Cuando llegue al comedor para servir el desayuno pude ver a Jacob sonreír, la chica que lo acompañaba parecía no prestarle atención.

-buenos días Renesmee- dijo Jacob sonriendo, lo que provoco que la chica me mirara

-buenos días señor Black- respondí

-desayunare en la empresa, tengo cosas que hacer-dijo la chica poniéndose de pie, se acerco a Jacob y beso su boca –te veo en la comida-

-claro amor- respondió el. Serví el desayuno de Jacob y me retire, en la cocina estaban ya platicando las otras empleadas.

-te digo que el señor Black la ha contratado porque le gustó- le dijo una a la otra, se dieron cuenta de que llegue y despistaron un poco.

Sue, así se llamaba una de las chicas, ella me dio de desayunar, me hizo comer demasiado que hasta llegue a pensar que no me movería en cuatro días.

-Renesmee, ¿puedes venir?- pregunto Jacob asomando solo la cabeza por la puerta. Me puse de pie y lo seguí hasta su despacho. –se que eres nueva en esto, pero me gustaría que fueras tú la que se hiciera cargo de mi oficina-

-claro, como usted ordene-

-deja a un lado lo de “usted” no soy tan viejo Renesmee, ¿Cuántos años tienes?-

-veinte-

-lo vez, yo tengo 25, solo llámame Jacob-

-su esposa puede molestarse-

-no lo hará, créeme. Ella nunca esta por aquí. Discúlpala por no presentarse, se llama Isabella- muchas explicaciones. Cuando termino de decirme todo lo que tenía que hacer decidí comenzar. No era mucho el trabajo, todo estaba en orden, claro algunos muebles tenían polvo.

Durante la comida estuvieron los dos en silencio, era extraño, como sí no se quisieran.

Sue me pidió que llevara algo de comer a los trabajadores que estaban en el jardín trasero.

-hola, tú eres la nueva ¿cierto?- dijo uno de ellos

-sí, Renesmee Cullen-

-mucho gusto, Jasper Hale- dijo un rubio estirando su mano -¿eres hermana de Edward?- me sorprendió que lo conocieran

-¿Cómo lo sabes?-

-además de que llevan el mismo apellido, son idénticos, claro, tú más linda- me sonrojé un poco.

-Renesmee, ¿puedes venir?- grito Jacob desde la puerta, lo mire y asentí con la cabeza

-Sue les manda esto, con permiso-

-ve pronto, eres el nuevo juguete del patrón y no quiere desperdiciarte- dijo cuando me hube dado vuelta. Camine con Jacob hacia la cocina, Sue y dos chicas mas estaban ahí.

-escucha Renesmee, mañana tú y Sue vendrán conmigo a la hacienda, tengo que hacer algunas cosas ahí- ¿Por qué yo? Quise preguntar, pero de mis labios no salieron palabras –espero que estén listas, saldremos a las seis de la mañana- salió de la cocina y nos dejo solas. Camine para tomar un poco de agua, Sue salió dejándome a solas con las chicas

-¿Por qué tienes que ir tú?- me dijo una de las chicas. Leah, creo que ese era su nombre

-¿y yo que voy a saber?- respondí

-admítelo, estás con el señor Black- dijo la otra chica

-escucha…- me quede callada, no sabía ni su nombre

-Kim- dijo ella

-sí, escucha Kim, no me gusta que hablen de mi cosas que no son ciertas, sí yo tuviera algo que ver con Jacob créeme que no estaría aquí- dije saliendo de la cocina

-sí hasta lo llamas Jacob- alcance a oír. Fui a arreglar mi maleta, no eran muchas cosas las que llevaría, pero aún así me lleve tres horas

Entre Sue y yo preparamos la cena, Leah y Kim habían salido pues era su día libre o algo así.

Sue recibió una llamada de la señora Isabella, no vendría a cenar así que solo seria Jacob.

-ve a descansar hija, debes estar agotada- dijo acariciando mi cabello, eran las diez y Jacob aún no llegaba. Sue me recordaba mucho a mama

-no te preocupes Sue, estoy bien. Tú deberías irte, supongo que el camino es largo-

-¿no te molesta esperar a Jacob tú sola?-

-no, estoy bien, en serio-

-está bien, me voy a dormir, solo porque estoy vieja- dijo dándome un beso en la mejilla. Se marcho a su habitación y yo me quede sola en la cocina. Puse a calentar de nuevo la cena y me asuste un poco cuando sentí a alguien tomarme por la cintura, me estremecí y rápidamente quite sus manos.

-lo siento- dijo Jacob sonriendo –estabas muy concentrada

-vaya a sentarse señor, la cena estará en un minuto- dije tranquilizando a mi corazón

-¿me llamaste señor?, Renesmee ¿en qué quedamos?-

-lo siento Jacob, ve a sentarte, ya te llevo la cena- 

-ceno aquí en la cocina, no te preocupes- dijo tomando asiento en la silla donde anteriormente yo estaba sentada. Serví su cena y me recargue en una cómoda para verlo comer, lucia cansado.

Cuando termino de cenar lo vi cerrar los ojos

-deberías ir a descansar-

-¿mi esposa ya llego?-

-no, ¿quieres que prepare su maleta?-

-no, ella no viene con nosotros, será una semana increíble- sonreí y fui a recoger los platos para llevarlos a lavar –déjalos así, las chicas pueden ocuparse de eso. Gracias por esperarme para cenar, nunca me ha gustado hacerlo solo- dijo poniéndose de pie. Con un movimiento inesperado me giro hasta que me dejo contra la pared, encerrada entre sus brazos –me gustas- dijo mirando mis ojos –me gustaste desde que te vi frente a mi carro- acerco sus labios a los míos y los unió con un ligero rozón, me estremecí al contacto, ¿Cómo podía causar ese efecto en mi?-

-Ja… Jacob- dije tartamudeando mientras movíamos nuestros labios al compás, el solo fue capaz de gemir. Lo empuje y me aleje de el –no, basta, esto no está bien. Con permiso- salí de la cocina y me fui a la habitación, con mis labios ardiendo, pidiendo más calor de Jacob Black.

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Nueva historia, nuevos protagonistas... en esta ocasion Jake y Nessie...

espero que les guste... besitos Annaris

Capítulo 2: LA HACIENDA

 
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