Ya era viernes, Edward y Bella se irían el domingo así que debía aprovechar el tiempo que quedaba para estar con ellos y hacer algo divertido.

Al llegar de la universidad invite a Boone a comer con nosotros, el acepto no muy convencido ya que él y Edward no se llevaban muy bien.

-¿Cómo estás Boone?- pregunto Esme cuando entramos

-bien Esme, gracias. Renesmee, tengo que irme a casa- lo tome de la mano y mire fijamente sus ojos grises

-lo prometiste-

-sí, pero mi mama…- mis lagrimas comenzaron a caer –no, Renesmee no me hagas esto- mis hormonas se me iban de las manos, no podía silenciar mis sollozos –ok, ok, me quedare a comer contigo sí eso te hace feliz- limpio mis lagrimas y después beso mi mejilla

-la comida ya esta lista, pasen- tome a Boone de la mano y lo lleve al comedor, me senté a su lado.

Comimos bajo la mirada de Edward, a él no le gustaba que pasara mucho tiempo al lado de Boone, estaba celoso.

Salí a despedirlo, su madre ya le había enviado un mensaje para saber donde estaba ya que eran las seis de la tarde y el aún no llegaba a su casa

-nos vemos el lunes- dijo besando mi frente

-está bien. Prometo no volver a llorar- dije apenada

-me convences con tus lagrimas, me manipulas- sonreí

-¿puedo conseguir lo que sea?-

-no lo sé- hice un puchero, no era la respuesta que yo quería escuchar, sin esperármelo mordió mi labio inferior –me tengo que ir- le dije adiós con la mano y después lo vi partir.

Edward, Bella y Emmet habían cerrado las cortinas y estaban montando un cine en la sala de la casa.

Prepare palomitas y lleve refrescos, quería cooperar con algo ya que prácticamente no me dejaban hacer nada.

-¿Qué hace esta cosa aquí?- dijo Edward tomando el oso de peluche que Boone le había comprado a mi bebé

-no es una cosa, Boone se la compro a mi bebe- dije molestándome

-es basura entonces- dijo Emmet quitándoselo de las manos y arrojándolo a la pared, me enfurecí al instante y unas lágrimas comenzaron a caer. Fui a levantarlo y después me fui llorando a mi habitación.

Escuche que tocaron la puerta, pero no quería abrirle a nadie, me sentía molesta

-Renesmee, no fue mi intención princesa- decía Emmet tras la puerta

-vete- grite

-Renesmee deja de hacer berrinches y abre la puerta- dijo Edward más serio

-tú también vete Edward-

-Ness, ábreme a mi- dijo Isabella –me duele verte así, ábreme-

-no quiero hablar con nadie-

-¿Qué ocurre?- dijo la voz de Carlisle

-lance un estúpido mono que Boone le regalo, se molesto y comenzó a llorar- explico Emmet

-Emmet, sabes cómo son las hormonas de una mujer embarazada-

-no sabía que hicieran efecto tan rápido-

-Renesmee, ¿quieres que llame a Boone?- dijo tía Esme

-sí, llámalo dile que se quede aquí- no sabía porque razón estar cerca de él me hacía sentir mejor.

Todo estuvo en silencio cerca de una hora, parecía que se habían cansado de insistir para que saliera. Aún me sentía molesta con Emmet, yo nunca había tocado sus cosas, yo respetaba lo que era suyo.

-hija, Boone llego- aviso Esme

-nena, aquí estoy abre la puerta- hablo Boone, me levante para abrirle, todos estaban parados tras él.

-solo tú- dije tomando su mano y haciéndolo pasar, cerré de nueva cuenta con seguro

-Renesmee, no me gusta la idea de que estés con él en tú habitación a solas- grito Edward tocando la puerta

-¿vamos a la sala?- pregunto Boone

-está bien- salimos hacia la sala tomados de la mano, mejor dicho lo tome de la mano para jalarlo.

Esme nos llevo cubitos de fruta para que comiéramos viendo la televisión, me prohibieron comer comida chatarra y yo había obligado a Boone a seguir mi dieta.

Esme nos hablo para cenar, Boone, como todas las veces que estaba aquí, se sentó a mi lado. Esme nos hacia comida especial para ambos, muchas vitaminas y proteínas, nos hacia comer grandísimas cantidades… bueno, a mi pero yo hacía que Boone comiera como yo.

-comete los chicharos Renesmee- me dijo Boone sonriendo mientras veía como los hacía a un lado

-no me gustan- dije haciendo una mueca

-¿te gustan las zanahorias?- él sabía que sí me gustaban

-sí-

-te cambio las zanahorias por los chicharos- sonreí, adoraba como me mimaba. Paso los chicharos que estaban en mi plato hacia el suyo y después me dio las zanahorias. Bese su mejilla para agradecerle, escuche a Edward gruñir un poco.

Al terminar de cenar Esme nos trajo pay, también nos consentía con cosas deliciosas y por más que Carlisle le decía que no nos diera tanta harina o tanta grasa ella no hacía caso.

-¿tienes sueño?- pregunto Boone, estábamos sentados en la sala con mis hermanos y Bella. Aún no le hablaba a Emmet, me sentía molesta

-un poco-

-ve a dormir- me puse de pie y me gire a verlo

-¿te quedaras?-

-Renesmee…-

-él tiene que dormir en su casa Ness, ve a dormir tú- me dijo Edward con voz dura, mis lagrimas amenazaron con salir

-ok, me quedaré. Vamos a decirle a Esme que me prepare una habitación- dijo Boone poniéndose de pie. Edward cerró los ojos y negó con la cabeza. Sonreí y tome su mano –haces conmigo lo que quieres, me manipulas a tú antojo-

-lo lamento- dije sonriendo.

Esme le preparo una habitación cercana ya que Boone se estaría en mi habitación hasta que me durmiera, cosa que a Edward no le gusto ya que pidió que la puerta de mi habitación se mantuviera abierta. Idiota, como sí yo quisiera lastimar a mi bebe teniendo relaciones con Boone.

Estaba por quedarme dormida, me encontraba recargada en el pecho de Boone. El tenía cerrados sus ojos también.

-Boone- dije en un susurro

-sí-

-quiero helado- abrió sus ojos y sonrió

-veamos sí por casualidad Esme tiene un poco en la nevera- nos pusimos de pie y caminamos hasta la cocina, claro que había helado, aunque fuera el pueblo más frio en todo el mundo era común ver helado en la nevera.

Comimos helado de chocolate y de vainilla, disfrutaba mucho estar en compañía de Boone, por alguna razón me hacía sentirme completa.

Nos sentamos en la sala para ver televisión, se nos había ido el sueño. Eran ya pasadas de media noche.

-serás un bebe muy consentido- dijo Boone acariciando mi vientre, me encontraba tirada en el sillón y el sentado en el piso –no te hará falta nada, te compraremos todos los juguetes del mundo- sonreí –y cuando tú papi se entere se pondrá feliz-

-Boone, el no se enterará- sonrió

-lo sé- me senté en el sofá y él se sentó a mi lado. No sé cómo fue que lo hizo, pero de un momento a otro, ambos estábamos recostados en el sillón, uno de sus brazos estaba bajo mi cabeza y el otro rodeando mi cintura.

Nos quedamos dormidos de esta manera. Me desperté cuando su mano acaricio mi mejilla

-arriba, van a dar las cinco y créeme que a nadie le gustará encontrarnos aquí- asentí y después nos pusimos de pie. Nos acostamos en mi cama y nos volvimos a quedar dormidos.

-pensé que dormirías en la habitación que Esme preparo para ti- hablo Edward ácidamente provocando que ambos despertáramos

-oh, disculpa… nos quedamos dormidos sin saber-

-ya levántense ambos- nos pusimos de pie y caminamos hacia la sala, me sorprendí de que todos ya estuvieran ahí

-las nueve- dijo Boone en mi oído –me tengo que ir- lo acompañe a la puerta y antes de salir se giro para verme de frente

-¿me acompañaras mañana a la iglesia?-

-sí, claro-

-bien- se agacho a la altura de mi estomago –nos vemos mañana campeón- le dijo a mi bebe para después dejar un beso en mi vientre. Se puso de pie y beso mi frente, las lagrimas estaban por caer –nos vemos mañana- salió de la casa y lo mire partir en su auto. Edward estaba por echar humo por los oídos.

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Gracias por leer...

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