-Tranquila, tranquila- repetía Emmet, quien se encontraba justo a mi lado. El me apoyaba cuando llegaba el doloroso momento de pujar, su mano me servía de apoyo y sus palabras de aliento me hacían sentir que no estaba sola.
-esto no está funcionando doctor Cullen, es muy pequeña y los niños no pueden salir, necesitamos practicarle una cesárea antes de que pierda a los bebes- dijo la doctora Harrison que era la que estaba atendiendo mi parto
-hija- dijo Carlisle mirando mi rostro
-haz lo que tengas que hacer, pero quiero a mis hijos conmigo- grite en medio de una contracción. Carlisle asintió y después pidió que aumentaran la anestesia, minutos después sentí algo frio en mi estomago, estaba perdiendo la razón y solo conseguía escuchar a todos hablar al mismo tiempo
-aquí estoy hermana, quédate conmigo- me decía Emmet, podía sentir los latidos de mi corazón irse aminorando, me sentía tan débil hasta el punto de poder ver a mis padres junto a mí. Cuando escuche el llanto de un bebe reaccione, lo mire ahí, en brazos de Emmet mientras lo cubrían con una manta azul, era mi bebe, mi varoncito. -¿Qué nombre le pondrás?- me pregunto Emmet
-Jacob- respondí al instante –Jacob Alexander- complete con el poco aliento que tenia, y de pronto un nuevo llanto, mi princesa había nacido ya
-¿y ella?-
-Sara, Sara Alexandra- sentí como mis parpados se cerraban sin darme la oportunidad de ver a mis hijos.
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Desperté y vi a Boone sentado a mi lado, estaba sonriendo. Sonreí también y luego pestañee para poder acostumbrarme a la suave luz de la habitación.
-hola- dijo besando mi mano
-hola. ¿Dónde están ellos? Mis bebes-
-en unos momentos los traerán, son hermosos. El tiene tú cabello y tus ojos, tiene una piel morena clara y ella es simplemente preciosa, su cabello negro contrasta con unos preciosos ojos grises ¿puedes creerlo? Es como si fuera mi hija y…- dijo emocionado
-de alguna manera es tú hija Boone- dije sonriendo
-Edward y Bella están por llegar, Emmet fue por ellos al aeropuerto. Ahí afuera están mis papas y tus tíos, quieren verte pero supongo que lo harán cuando traigan a los bebes- la puerta se abrió y vi a dos enfermeras entrar con mis bebes, ambos estaban dentro de mantas que Emmet había hecho.
Me entregaron a mis bebes y luego se fueron, los padres de Boone y los míos entraron para vernos. Boone cargaba a mi princesa mientras yo cargaba a mi varoncito
-¿Cómo estás?- pregunto Esme besando mi frente
-bien, gracias- dije sonriendo. Mi varoncito bostezo, estaba cansado ya, pero yo quería seguir viéndolo. Boone y yo nos intercambiamos a los niños, mi princesa era más liviana que mi varoncito, iba vestida con un mameluco rosa, el primero que Esme le había comprado.
Escuche que tocaron la puerta y todos la miramos, Emmet entro con su bata de médico, justo tras el venían Edward e Isabella.
-Ness- dijo Edward apenas entro, beso mi frente y luego miro a mi princesa, frunció el ceño y luego miro a Boone -¿Por qué ella tiene tus ojos?- le pregunto, Boone y yo reímos
-no son sus ojos Edward, tú padre tenía los ojos de ese color, ¿lo recuerdas?- le dijo Carlisle, frunció el ceño como si tratara de concentrarse y después sonrió
-préstamela- me dijo, le entregue a mi hija y luego él la llevo con Bella -¿verdad que es hermosa?-
-te diré algo pero no te molestes Edward, es la viva imagen de Jacob- escuche a Edward gruñir, Boone y yo sonreímos
-te morirás cuando escuches el nombre de mi varoncito- dijo Boone, ahora el también lo llamaba así
-Renesmee ¿Qué…?-
-Jacob Alexander- dije antes de que dijera algo mas –la niña es Sara Alexandra-
-Sara, ¿Cómo la madre de Jacob?- pregunto Isabella mientras cargaba a mi varoncito
-¿la madre de Jake se llamaba Sara?- pregunte curiosa
-sí, pensé que por eso la llamaste así-
-no, el nombre me pareció lindo-
Seguimos platicando hasta que dos enfermeras llegaron y se llevaron a mis bebes, tenían que darles de comida ya que yo no conseguía producir leche.
Edward y Boone durmieron en la habitación esa noche, no querían alejarse de mí. Edward durmió en el sofá reclinable y Boone conmigo en mi cama.
Me desperté cuando las enfermeras trajeron a mis bebes, Edward cargo a mi varoncito hasta que se durmió, Boone y yo estuvimos viendo a mi princesa. Era increíble el parecido con Jake, su nariz respingona, cabello negro y lacio, labios grandes, era como un Jacob en miniatura.
-buenos días señorita Cullen… bueno, no tan señorita- dijo Emmet entrando a mi habitación, Edward le gruño –necesito que ustedes dos salgan y lleven a los bebes con ustedes, voy a revisar a Renesmee- dijo hablando seriamente
-¿Qué? ¿Tú me revisaras?- pregunte
-sí, ¿Qué tiene de malo?-
-Emmet, eres mi primo- dije como si fuera obvio
-ustedes dos salgan ya- dijo dirigiéndose a Boone y a mi hermano, cuando salieron me miro fijamente –escucha Renesmee, puedo ser tú primo, pero también soy doctor, eres igual a otras mujeres que he visto no debes asustarte por eso-
-es que no me asusto, me da pena porque eres mi familia- dije sonrojándome
-déjame decirte una cosa… ayer durante el parto te vi completamente desnuda. Eres mi prima Renesmee, casi mi hermana-
-está bien, pero ninguna palabra a nadie sobre esto-
-¿crees que me sentiré muy satisfecho por mirar a mi prima? A mí también me da pena Ness… y no lo voy a andar divulgando a los cuatro vientos como vieja chismosa- dijo sonriendo.
Me reviso por unos minutos y después anoto algo en su libreta. Espere que diera respuesta, pero no lo hizo. Se acerco a la bolsa del suero y después presiono un botón que estaba junto a mi almohada.
Una enfermera entro y miro a Emmet
-la señorita Cullen necesita una bolsa de suero-
-claro doctor- dijo ella girándose
-Elena, no quiero que la descuiden- dijo como dando una orden
-no doctor- salió de la habitación y Emmet seguía revisando aparatos. La enfermera regreso y cambio la bolsa de suero, cuando salió le pregunte a Emmet como estaba.
-mira, con todo el esfuerzo del parto tuviste un pequeño desgarre, pero ya esta sanando, por suerte no paso a mayores. La cesárea está bien por suerte no se ha infectado- asentí con la cabeza y después el salió. Boone y mi hermano entraron al instante
-¿Qué te ha dicho Emmet?- preguntaron al unísono, me reí de ellos
-no pasa nada, es una revisión de rutina y ya, estoy bien- dije restándole importancia, no quería que se preocuparan.
Estuvimos en la habitación, era lo más obvio ya que papa no me dejaría salir hasta que estuviera bien, y según él, me quedaban otros dos fastidiosos días en el hospital.
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gracias por leer...
besos, Annaris*
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