Equinoccio

Autor: bella_147
Género: Romance
Fecha Creación: 03/07/2009
Fecha Actualización: 19/06/2012
Finalizado: SI
Votos: 31
Comentarios: 135
Visitas: 127045
Capítulos: 27

Version de Luna nueva contada por Edward Cullen. Ahora conoceras todo lo que paso Edward antes y despues de dejar a bella en aquel bosque.
Todos los personajes principales pertenecen a S.M.
No puede publicarse este fanfic en otra pagina sin mi permiso, gracias. 

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Capítulo 9: Pasado

 

Llegue a la frontera de Texas con México, no sabía que pasaba, pero cada vez oía menos los pensamientos de Victoria, pero cuando llegaba a oírlos ella solo gritaba en mi mente sus planes para entrar a casa de Bella. Solo imaginármela me provocaba un coraje enorme, estaba seguro que lo primero que haría al llegar a Forks seria matarla con mis propias manos. Obviamente hasta para mí esto era algo sádico pero no dejaría pasar peligro a Bella, aun la amaba.

Camine varios minutos hasta llegar a una cafetería, eran las 8 de la noche y el sol apenas se había escondido, los días en el invierno de Texas seguían siendo largos. Victoria volvió a mi mente, ahora ella pensaba en Lautner. Cuando estaba por buscar más pistas en la mente de la vampiresa mi celular sonó.

--- ¿¡Bueno!? ¡Edward!… - grito Alice -   ¿Dónde habías estado? ¿Por qué no respondiste a mis llamadas? Edward, estaba preocupada.

--- Estoy en Texas…

--- ¿Por qué quieres ir a Forks? – me interrumpió. – Bella está bien… yo he…

--- Se que Bella está bien… por ahora.

--- ¿Cómo que por ahora? ¿Edward que pasa? – me volvió a gritar.

--- ¿Qué pasa allá Alice? – por algo me hablaba, había prometido no rogarme que regresara.

--- ¡Ah, sí! – Alice se calmo- ¿Recuerdas que les había dicho que Laurent estaba planeando irse de Denali? – Asentí con la cabeza- pues ya se ha ido… desde hace dos días… No sabe…

--- Se donde puede estar…

--- ¿En dónde? – estaba a punto de contestar cuando una voz más aguda me saludo.

--- Hola – dije después de voltear a ver a una pequeña niña que estaba a mi lado.

--- ¿Edward? – dijo Alice aun esperando en el teléfono.

La niña sonreía enseguida de mí, portaba un vestido azul y sus cabellos oscuros le cubrían los hombros, no pude evitar relacionarla con Bella.

--- ¿Pasa algo? – le pregunte aun con una sonrisa en mi cara, aunque por dentro me estaba muriendo.

--- No… - contesto calmada- estaba aburrida… mamá me dijo que la esperara aquí…

--- Pues eso deberías hacer… no es bueno hablar con extraños ¿sabes?- menos con un extraño que tiene dos semanas sin ir a cazar, pensé.

--- Edward… esto es importante, ¿Con quién hablas? – me pregunto Alice.

--- Pero tú no eres un extraño… - contesto la niña, al mismo tiempo que le decía a Alice que esperara un momento.

--- ¿Perdón? – Dije volteando a verla - ¿Qué? ¿No soy un extraño? Alice te hablo en un momento… creo que se donde esta Laurent, no te preocupes, yo me encargo – corte la llamada y volví mi vista a la pequeña niña.

--- ¿Cómo te llamas?

--- Jaymes... Jaymes Bloom – volvió a sonreír. –  ¿Quieres ir adentro? quiero una nieve…

--- Claro – dije mientras la seguía, respire hondo antes de entrar, no era muy seguro pero quería averiguar porque Jaymes decía que me conocía- ¿De dónde me conoces?

--- Eres amigo de mi abue… ella tiene una foto tuya – pidió una nieve de vainilla a la mesera.

--- ¿De tu abuela? – mi madre había muerto antes que yo y su única hermana también había estado muy enferma, aunque nunca supe que paso con ella, tendría unos 120 años ahora así que era imposible que fuera yo el de la foto de su abuela.

--- Aha… - me contesto abriendo sus grandes ojos verdes y asintiendo con su cabeza – bueno, mi bisabuela… ella me deja ver sus cosas viejas del sótano y ahí te vi.

--- ¿Cómo se llama tu bisabuela? – pregunte al tiempo que le entregaron su cono de nieve.

--- Mary

--- ¿Sabes cómo se apellida? – Negó con su cabeza- ¿Vive aquí?

--- No, vive en Chicago.

Abrí los ojos, las posibilidades estaban creciendo, yo había crecido en Chicago, pues la familia de mi madre de allí era.

--- ¿Sabes el nombre de tu abuela?

--- Susan – contesto, arqueando una ceja - ¿No eres amigo de mi abue?

¡Susan!, la hermana de mi madre, ósea mi única tía se llamaba Susan- pensé.

--- ¡Jaymes!, ¡¿Jaymes, que te dije?! – una mujer de unos 40 años entro a la cafetería gritando – ¡Jaymes! ¿Qué haces con este hombre? – levanto a su hija de la mesa de un jalón, no era que yo tuviera cara de secuestrador pero la mujer tenía razón de ponerse así, su hija apenas tenía unos 10 años. - ¿Qué te dije de hablar con extraños?

--- Lo siento – dije levantándome de la mesa – ha sido culpa mía.

Ella arqueo una ceja. “Qué asco, pensó”

--- Jaymes vámonos de aquí – tomo la mano de su hija y la llevo hasta la puerta.

--- Pero mamá él… - dijo la niña antes de que saliera de la cafetería. Su nieve ahora estaba tirada en el suelo.

Deje un billete de 5 dólares en la mesa y salí de la cafetería. La mujer y la niña apenas iban subiendo a un carro cerrado rojo. Espere a que se fueran para seguirlas, si, tal vez ahora si me comportaba como un secuestrador, pero necesitaba saber cómo se apellidaba la bisabuela de Jaymes. El carro se estaciono en una casa pequeña a unos 5 minutos de la cafetería.

--- ¿Pero que hacías con él? – le decía la mujer a la niña que tenía los ojos llenos de lagrimas, mientras abría la puerta de su casa. – Es peligroso Jaymes, te pedí que te quedaras ahí mientras estacionaba el carro…

Entraron a su casa, vivían en una ciudad demasiado tranquila, no era normal que un vampiro quisiera entrar a su casa para buscar el apellido de algún familiar… ni si quiera que un humano quisiera entrar. Las dos mujeres se quedaron en la cocina, busque alguna ventana trasera que estuviera abierta y entre por ahí; era el cuarto principal, busque por varios cajones alguna fotografía, pero no había nada. Todo lo hice en unos segundos y me preocupe por que nada quedara desordenado, los vampiros podríamos ser unos perfectos ladrones, pero yo solo quería un estúpido apellido, ¿Para qué?, bueno pues para saber si seguía vivo alguien de mi familia de humano. Abrí el closet, había varias cajas y ahí había algunas fotografías, hojee rápido; Victoria estaba en Seattle quería planear perfecto su ataque, eso me daba más tiempo, no mucho pues ella era rápida pero podía ir a Chicago y volver a Forks para cuando ella estuviera ahí. Por fin después de casi un minuto encontré en una página varias fotos viejas, ahí estaba el nombre que buscaba…

Susan Reed, Houston Bloom y Mary Wall, fiesta de cumpleaños de Mary.

Supuse que la mujer más anciana de la fotografía era Mary Wall, la Mary que tenia la fotografía donde yo salía. Deje el álbum donde estaba y salí por la misma ventana, corrí hasta Chicago con un solo nombre y solo la opción de encontrar su dirección en el directorio de teléfonos. Llegue a Chicago era 12 de diciembre, la ciudad estaba nevada, encontré un teléfono público en donde podía ver el directorio, comencé a pasar las páginas de atrás hacia delante para llegar más rápido a la w, Wall Mary, mi suerte estaba creciendo ese día, leí el nombre rápidamente, no quedaba muy lejos la casa de donde estaba, había vivido ya hace mucho tiempo en Chicago pero aun la recordaba perfectamente y la conocía como la palma de mi mano.

Corrí hasta la casa, como la ciudad estaba en plena nevada no había mucha gente afuera por lo que no me importo si alguien notaba que corría mas rápido de lo que humano lo hacía. Llegue a la pequeña casa, eran las 2 de la mañana, la pobre mujer debió de estar dormida, soñando con la próxima visita de su nieta. Llegue al sótano, pues ahí había dicho Jaymes que estaba la foto. Efectivamente ahí me encontré, era el mismo joven que hacía ya más de 100 años solo que en esos tiempos una sonrisa salía fácil de mi cara, no estaba preocupado porque una vampira estaba por matar al amor de mi vida o si mi familia aun seguía existiendo. Tome la foto en mis manos, de bajo encontré un cuaderno de Susan Jones, el nombre de soltera de mi tía Susan. Según mis cuentas Susan era madre de Mary, ósea que Mary era mi prima y yo vendría siendo tío de la madre de Jaymes o algo por el estilo. Tome el cuaderno en mis manos, era un diario, supuse que Mary no lo necesitaría en los próximos días, lo guarde en mi mochila negra, que aun llevaba cargando y salí de la casa, volvería en unos días para regresar el cuaderno, solo quería saber más de mi familia, corrí hasta Forks. Victoria solo pensaba en Bella y la venganza que tendría contra ella por la muerte de James. Rogué porque mi buena suerte siguiera activa y encontrara a Victoria todavía lo suficientemente lejos de Bella. Una hora después, Laurent estaba frente a mí, todo lo demás pasó demasiado rápido.

Diciembre

 

Enero

 

Febrero

 

Capítulo 8: Oscuridad Capítulo 10: Pelea

 
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