Equinoccio

Autor: bella_147
Género: Romance
Fecha Creación: 03/07/2009
Fecha Actualización: 19/06/2012
Finalizado: SI
Votos: 31
Comentarios: 135
Visitas: 127057
Capítulos: 27

Version de Luna nueva contada por Edward Cullen. Ahora conoceras todo lo que paso Edward antes y despues de dejar a bella en aquel bosque.
Todos los personajes principales pertenecen a S.M.
No puede publicarse este fanfic en otra pagina sin mi permiso, gracias. 

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 26: El tratado

Corrí sin hablar hasta la casa de Bella donde la solté en su cama. Espere que mi expresión hubiera cambiado pues realmente me sentía mucho más calmado, tenía otra idea en mente, y era una buena alternativa.

--- Sea lo que sea lo que estés maquinando, no va a funcionar —dijo Bella después de que camine varias veces por su cuarto.

--- Calla. – le dije volteando a verla sentada en su cara con su cabeza molesta -Estoy pensando.

--- ¡Bah! — se dejo caer y se tapo la cara con el edredón. Sonreí y me acerque a ella quitando el edredón de su cara de un tirón. Me acerque a ella con una sonrisa torcida, acariciando su cara y después su cabeza.

--- Si no te importa, preferiría que no ocultaras la cara debajo de las mantas. He vivido sin ella tanto como podía soportar – dije Bella tenía esa expresión de chiquilla molesta que me hacia sonreír; mi humor había cambiado radicalmente -  y ahora, dime una cosa.

—¿Qué? —pregunto alzando una ceja.

--- Si te concedieran lo que más quisieras de este mundo, cualquier cosa, ¿qué pedirías?

--- A ti. – dijo casi sin pensarlo. Moví la cabeza de un lado a otro.

--- Algo que no tengas ya.

Se quedo mucho tiempo callada. Supuse pensaba algo que realmente quisiera pero la duda me quemaba.

—Me gustaría que no tuviera que hacerlo Carlisle... Desearía que fueras tú quien me transformara.

Lo que suponía. Y esperaba realmente.

--- ¿Qué estarías dispuesta a dar a cambio de eso? – lo mire serio pero no con el semblante molesto como cuando estábamos en mi casa.

--- Cualquier cosa. – dijo escupiendo las palabras casi al instante. Una sonrisa trato de escapar de mi boca.

--- ¿Cinco años? – inquirí. Ella hizo un mohín - Dijiste “cualquier cosa” —dije tratando de imitar su voz.

—Sí, pero vas a usar el tiempo para encontrar la forma de escabullirte. He de aprovechar la ocasión ahora que se presenta. Además, es demasiado peligroso ser sólo un ser humano, al menos para mí. Así que, cualquier cosa menos eso.

Puse los ojos en blanco. Era más peligroso, mucho más peligroso ser un vampiro y aun quería serlo, y se lo daría pero yo también quería algo, algo que hacía tiempo pensé que jamás iba a lograr tener y ahora a mi también se me presentaba la ocasión y debía aprovecharla.

--- ¿Tres años? – le volví a dar otra opción.

--- ¡No! – grito. Charlie se despertó en su cama.

--- ¿Es que no te merece la pena?

--- ¿Seis meses? – me contesto, evadiendo mi pregunta. Puse los ojos en blanco, de nuevo.

--- No es bastante. – conteste.

—En ese caso, un año —contesto—. Ése es mi límite. – Y alzo sus cejas.

—Concédeme dos al menos. – trate de convencerla aunque estaba seguro que era casi imposible.

—Ni loca. Voy a cumplir diecinueve, pero no pienso acercarme ni una pizca a los veinte. Si tú vas a tener menos de veinte para siempre, entonces yo también.

Guarde silencio, Charlie no volvió a dormirse, tenía que ser rápido antes de que subiera.

—De acuerdo. Olvídate de los límites de tiempo. Si quieres que sea yo quien lo haga, tendrás que aceptar otra condición.

—¿Condición? —Pregunto casi como un susurro—. ¿Qué condición?

—Casarte conmigo primero. – Bella me miro seria, después apareció una sonrisa extraña en su cara.

---  Ok, ¿cuál es el chiste? – Suspire. Ahora ni si quiera me creía. No era exactamente como pretendía pedirle matrimonio y seguramente Alice y Esme me tratarían de matar cuando se enteraran por lo poco romántico pero era algo necesario y algo que acababa de planear.

—Hieres mi ego, Bella. – Conteste al fin - Te pido que te cases conmigo y tú piensas que es un chiste.

—Edward, por favor, sé serio. – Bella me miraba seria con los ojos abiertos.

—Hablo completamente en serio.

—Oh, vamos —dijo con un tono histérico—. Sólo tengo dieciocho años.

—Bueno, estoy a punto de cumplir los ciento diez. Va siendo hora de que siente la cabeza. – Arquee una ceja. Bella miro a varios lados, estaba comenzando a temblar y algunas gotas de sudor recorrían su frente. No sabía que el matrimonio le asustaba más que ser un monstruo.

--- Verás – dijo Bella después de largos segundos - el matrimonio no figura precisamente en la lista de mis prioridades, ¿sabes? Fue algo así como el beso de la muerte para Renée y Charlie.

--- Interesante elección de palabras. – dije con tono burlesco.

--- Sabes a qué me refiero.

--- Por favor, no me digas que tienes miedo al compromiso —dije incrédulo.

--- No es eso exactamente – se defendió - Temo... la opinión de Renée. Tiene convicciones muy profundas contra eso de casarse antes de los treinta.

--- Preferiría que te convirtieras en una eterna maldita antes que en una mujer casada —dije con sarcasmo.

--- Te crees muy gracioso.

--- Bella, no hay comparación entre el nivel de compromiso de una unión marital y renunciar a tu alma a cambio de convertirte en vampiro para siempre —repetí mis pensamientos —. Si no tienes valor suficiente para casarte conmigo, entonces...

--- Bueno —me interrumpió—. ¿Qué pasaría si lo hiciera? ¿Y si te dijera que me llevaras a Las Vegas ahora mismo? ¿Sería vampiro en tres días?

Sonreí.

--- Seguro. Voy ahora por mi coche. – Bella abrió los ojos de par en par.

--- ¡Caray!... Te daré dieciocho meses.

—No hay trato —dije con una sonrisa—. Me gusta esta condición.

—Perfecto. Tendré que conformarme con Carlisle después de la graduación.

—Si es eso lo que realmente quieres... —me encogí de hombros, sabía que ya había ganado.

—Eres imposible… - se quejo - un monstruo.

Me reí. Charlie estaba por salir de su habitación.

--- ¿Es por eso por lo que no quieres casarte conmigo? – Me incline hacia ella - Bella, ¿por favor... ?—susurre en su oído. No contesto - ¿Saldría esto mejor si me dieras tiempo para conseguir un anillo?

--- ¡No! ¡Nada de anillos! —Grito, Charlie oyó la voz de Bella desde la cocina.

---  ¡Hey! ya le has despertado- hable en susurros. - Charlie se está viniendo. Será mejor que me vaya —Bella se sentó, me quede mirándola serio, esperando aun una respuesta.

--- Bueno, entonces, ¿sería muy infantil por mi parte que me escondiera en tu armario?

--- No…Quédate, por favor. – Sonreí y entre a su armario.  Charlie entro en unos segundos.

--- Buenos días, papá. – dijo Bella.

--- Ah, hola, Bella. No sabía que estabas despierta.

—Sí. Estaba esperando a que te despertaras para ducharme.

—Espera. Hablemos primero un minuto. Estás metida en un lío, ya lo sabes.

—Sí, lo sé.

Charlie puso los ojos en blanco. “Casi muero Bella”.

--- Estos tres últimos días he estado a punto de volverme loco. Vine del funeral de Harry y tú habías desaparecido. Jacob sólo pudo decirme que te habías ido pitando con Alice Cullen y que pensaba que tenías problemas.  Si no hubiera sido por él, quien sabe que hubiera sido de mí - No me dejaste un número ni telefoneaste. No sabía dónde estabas ni cuándo ibas a volver, si es que ibas a volver. ¿Tienes alguna idea de cómo... ? — ¿..De cómo me sentía? ¡Bella me importas y tú desapareciste! ¡Me sentía inútil!— ¿Puedes darme algún motivo por el que no deba enviarte a Jacksonville este trimestre?

--- Porque no quiero ir. -

--- Aguarda un momento, jovencita... – Ya basta de…

--- Espera, papá, acepto completamente la responsabilidad de mis actos y tienes derecho a castigarme todo el tiempo que quieras. Haré las tareas del hogar, la colada y fregaré los platos hasta que pienses que he aprendido la lección; y supongo que estás en tu derecho de ponerme de patitas en la calle, pero eso no hará que vaya a Florida.

¿Y donde piensas ir? ¿Con ese…con Edward, Jacob…? tu madre sabrá de esto Isabella

--- ¿Te importaría explicar dónde has estado? – volvió a hablar Charlie.

Espere que se le ocurriera algo.

--- Hubo... una emergencia.

¿Emergencia?

—No sé qué decirte, papá. En realidad, todo fue un gran malentendido. Él dijo, ella dijo, y las cosas se salieron de orden.

¿Un malentendido? ¿¡Isabella por un malentendido casi muero!?Ese Cullen…

—Verás, Alice le dijo a Rosalie que yo practicaba salto de acantilado...

¿! Practicabas qué?!

—Supongo que no te comenté nada de eso —Bella siguió, Charlie estaba bastante enojado—. No fue nada, sólo para pasar el rato, nadar con Jacob... – Jacob, no podía ser tan perfecto tampoco ese niño - En cualquier caso, Rosalie se lo dijo a Edward, que se alteró mucho. Ella pareció dar a entender de forma involuntaria que yo intentaba suicidarme o algo por el estilo. Como él no respondía al teléfono, Alice me llevó hasta... esto... Los Ángeles para explicárselo en persona.

Hija, ¿Suicidarte?, Bella ¿Por qué?

--- ¿Intentabas suicidarte, Bella? – Charlie pensaba muchas cosas pero no lograba articular muchas palabras, estaba helado.

--- No, por supuesto que no. Sólo me estaba divirtiendo con Jake practicando salto de acantilado. Los chicos de La Push lo hacen continuamente. Lo que te dije, no fue nada.

Genial… ¿Pero entonces qué demonios hacías con ese patán de Cullen?

--- De todos modos, ¿qué importa Edward Cullen? —bramó—. Te ha dejado aquí tirada todo este tiempo sin decirte ni una palabra.

--- Otro malentendido

Malentendidos, malentendidos, malentendidos… Bella pudiste morir…

--- Pero, entonces, ¿va a volver?

--- No estoy segura de lo que planean, pero creo que regresan todos.

¿Todavía tienen el descaro? ¡No lo quiero cerca de aquí!

--- Quiero que te mantengas lejos de él, Bella. No confío en él. No te conviene. No quiero que vuelva a arruinarte la vida de ese modo. - ¡Si lo veo cerca de aquí, juro que lo mato!

--- Perfecto

Bel… ¿Perfecto? … Ah perfecto.

--- Pensé que te ibas a poner difícil.

--- Y así es… Lo que pretendía decir es: “Perfecto. Me iré de casa”

¿Qué? ¿Estás loca Señorita? Isabella Marie Swan no dejare que salgas de esta casa..

--- Papá, no deseo irme de casa…Te quiero y sé que estás preocupado, pero en esto vas a tener que confiar en mí. Y tomarte las cosas con más calma en lo que respecta a Edward, si quieres que me quede. ¿Quieres o no quieres que viva aquí?

Edward… Bella… hija…

--- Eso no es justo, Bella. Sabes que quiero que te quedes.

--- Entonces, pórtate bien con Edward, ya que él va a estar donde yo esté

--- No bajo este techo —bramó. Te lo aseguro, o cumpliré lo que ya le dije a ese niño… que espero haya entendido porque…

--- Mira, no voy a darte ningún ultimátum más esta noche, bueno, más bien esta mañana. Piénsatelo durante un par de días, ¿vale? Pero ten siempre presente que Edward y yo vamos en el mismo paquete, es un acuerdo global.

---- Bella... hija no puedes hacerme esto… - Me sentí mal por Charlie.

—Tú sólo piénsatelo, y mientras lo haces, ¿te importaría darme un poquito de intimidad? De verdad, necesito una ducha.

Como quieras… pero… Claro. Charlie salió de la habitación diciendo pestes de mí. Bella se levanto, yo estaba ya sentando en la silla de su escritorio.

--- Lamento esto —me dijo.

--- Como si no me mereciera algo peor... No la tomes con Charlie por mi causa, por favor. – Ya había sufrido mucho él también y no quería más dolor después de lo que iba a pasar.

--- No te preocupes por eso…Haré todo lo que sea necesario y nada más. ¿O intentas decirme que no tengo ningún lugar adonde acudir? – inquirió mientras recogía las cosas para bañarse.

--- ¿Te mudarías a una casa llena de vampiros? – pregunte alzando las cejas.

--- Probablemente, ése es el lugar más seguro de todos para alguien como yo – sonrió, pero yo no, no estaba de acuerdo con que dejara a Charlie así por así, solo porque me odiaba y con justa razón- . Además, no hay necesidad de apurar el plazo de la graduación si Charlie me pone de patitas en la calle, ¿a que no?

--- Menudas ganas tienes de condenarte eternamente... – dije serio.

--- Sabes que en realidad no crees lo que dices.

--- ¿Ah, no? —dije alzando una ceja.

--- No. – dijo segura. La mire serio.

--- Bella claro…

--- Si de verdad hubieras creído que habías perdido el alma, entonces, cuando te encontré en Volterra, hubieras comprendido de inmediato lo que sucedía, en vez de pensar que habíamos muerto juntos. – me interrumpió-  Pero no fue así... Dijiste: “Asombroso. Carlisle tenía razón”. Después de todo, sigues teniendo la esperanza.

Me quede callado. Pues tenía razón había todavía una parte de mí, y no la más pequeña que creía en que teníamos alma o algo así.

--- De modo que los dos vamos a ser optimistas, ¿ok? – Dijo sonriente - No es importante. No necesito el cielo si tú no puedes ir a él.

Me levante y me acerque a ella para besarla.

--- Para siempre —prometí antes de hacerlo.

--- No te pido más —me contesto. 

Capítulo 25: Votacion Capítulo 27: Epilogo: Jacob Black

 
14444764 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10762 usuarios