Equinoccio

Autor: bella_147
Género: Romance
Fecha Creación: 03/07/2009
Fecha Actualización: 19/06/2012
Finalizado: SI
Votos: 31
Comentarios: 135
Visitas: 127059
Capítulos: 27

Version de Luna nueva contada por Edward Cullen. Ahora conoceras todo lo que paso Edward antes y despues de dejar a bella en aquel bosque.
Todos los personajes principales pertenecen a S.M.
No puede publicarse este fanfic en otra pagina sin mi permiso, gracias. 

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Capítulo 16: Volterra

La noche era bastante tranquila en Volterra, mas que en Forks - y eso era demasiado-  tanta calma era algo estresante. Camine por las calles de roca y saltaba de vez en cuando a los techos de los edificios solo para poder ver las estrellas – algo que aun amo – y solo encontraba a Bella entre ellas. Era estúpido pero aun una parte de mi pensaba que cuando muriera podría verla, una pequeña parte de mi creía en Carlisle y en que aun los de mi especie tienen alma.

Tenía bastante tiempo sin desear poder dormir, pues había pasado todo mi tiempo en perseguir a Victoria o Laurent – que por cierto no había servido de nada- pero ahora en la calma, donde solo imágenes borrosas llegaban a mi cabeza a consecuencia de los sueños de los italianos, anhelaba poder dormir y así soñar con Bella, soñar con lo que sea, simplemente tener esa libertad que todos los humanos pueden tener a la hora de dormir, y dejar de pensar, de planear, de volverme cada segundo más loco. La mañana llego bastante lenta, desde que el sol salió, fui a esconderme a las afueras de Volterra, a unos pequeños edificios casi destruidos que la gente no visita, donde seguiría pensando. Al cabo de unas horas decidí ir por lo más fácil y lo que mi cuerpo me pedía a gritos ahora, iría de caza, de humanos.

No muy lejos de donde estaba, estaba la primer casa al entrar a Volterra, pude oír los pensamientos de unas mujeres y también de 3 hombres y creo que dos niños. Eran las 6 de la mañana, tal vez más temprano, los niños corrían por el jardín junto a sus madres, los hombres – supuse padre y hermanos de los pequeños – arreglaban unos arbustos que cubrían el paso a la calle, eso me ayudaría.

Mi plan se creó casi por si solo en pocos minutos, era sencillo, correría hasta la orilla de los arbustos, eran los suficientemente altos como para cubrirme y lo suficientemente alejado de donde estaban los hombres, como para darles una verdadera sorpresa. Su muerte iba a ser rápida, podía beber la sangre de los hombres en pocos minutos, los suficientes como para que las mujeres salieran de su shock y fueran a pedir ayuda; para entonces los vecinos abrían odio los gritos de los niños y todos verían a un vampiro en acción.

Asqueroso – pensé cuando me repetí el plan a mí mismo, ese no era yo, realmente hacia meses que no era yo,  pero no quería defraudar a Carlisle por eso, no por convertirme en un asesino.

Mis demás planes eran casi imposibles o poco probables de que fueran castigados, Jane repitió varias veces que hiciera algo que los molestara, algo que realmente acabara con su paz y eso haría. Espere sentado varias horas más hasta que otra idea se me vino a la mente, después de la de volverme un asesino, podría tomar un carro y arrojarlo por los aires, después lo destruiría con un solo golpe.

Estúpido – si yo fuera un Vulturi – me dio repulsión solo de pensarlo – me reiría del pobre vampiro que quisiera demostrarse ante la sociedad con una exhibición de fuerza de ese nivel en lugar de matarlo. Tenía que hacer algo, algo que demostrara a simple vista que era un vampiro.

--- La luz – dije en voz alta, había sido tan estúpido todo este tiempo, estaba escondiéndome de la luz del sol por qué es lo que nos delata y no podía pensar que eso era lo único que necesitaba para asustar a la población. Una sonrisa salió de mi boca, no era de felicidad obviamente; eran las 9 de la mañana y aun quería pensar un poco en toda mi existencia antes de terminar con ella. Hacía casi 100 años había hecho lo mismo cuando supuse que moriría pero ahora iba a ser muy diferente.

Me aleje lo suficiente como para que los pensamientos de la población no llegaran a mi cabeza – no sabía porque pero la gente en Volterra al parecer estaba de muy buen humor – Bella invadió todos mis pensamientos; en algún momento, cuando vivía con mi madre, iba a la iglesia y oraba por todas las personas que me importaban, agradecía y todo eso que uno hace en la religión, ahora solo pedí por que Bella me hubiera perdonado, si verdaderamente existía ese mundo después de él en que ahora estaba, Bella debía estar en paz.

- Bella está muerta – pensé- Bella está muerta. ¡Dios mío, perdóname, perdón mi amor por ser este maldito monstruo, por ser tan estúpido y haberte perdido!... Si yo no hubiera tenido miedo, si tan solo hubiera sido un poco más valiente, si hubiera pensado en ti como me lo repitieron tantas veces… Bella… no Dios, tu no debiste morir, por favor… por favor perdóname.

--- ¡¿Cómo pude ser tan estúpido?! – grite como si alguien más pudiera escucharme- ¡Por el amor de Dios, ¿que voy a hacer si no me matan!?

--- No quiero mami – la voz de una niña, en mi cabeza, me hizo voltear- no parezco vampira…

Entre cerré los ojos y pude ver una larga fila de carros en la entrada de Volterra, por la colina.

“Apenas son las 10 y la fila es enorme” – de pronto pensamientos de todos lados comenzaron a llenar mi cabeza – “El padre Marcos, expulsó a los vampiros de Volterra hace 1500 años, lo martirizaron en Rumania, donde seguía combatiendo el flagelo del vampirismo” – un hombre leía un folleto de la fiesta de San marcos mientras esperaba la entrada al pueblo.

Revise mi reloj, era 19 de abril, sabia poco de la fiesta de San Marcos, pero sabía que la gente se juntaba en el Palazzo dei Priori y en general por todas las calles, había desfiles y banderas rojas por todos los edificios. No me sorprendió que en la noche no las hubiera visto, simplemente pudo haber pasado cualquier cosa y no me hubiera enterado.

El sol brillaba sobre mi cabeza, de hecho por alguna extraña razón sentía que brillaba más que nunca, estaba preparado, había gente por las calles – bastante para ser exacto – los Vulturis ya han de haber estado seguros de lo que haría y yo solo quería morir de una vez por todas.

Comencé a acercarme más a la ciudad, la gente vestía capas rojas. Salte hasta los callejones, decidí que sería algo más exuberante, el Palazzo dei Priori tiene un gran reloj, obviamente sonaría a las 12 del mediodía, todos los que estuvieran cerca voltearían automáticamente y detendrían su vista al ver a un hombre brillar – como diamantes, como alguna vez dijo Bella -  y lo demás no me importaba planearlo. No faltaba mucho, menos de una hora y todo iba a terminar. El tiempo nunca me había preocupado pero ahora me daba cuenta cuan valioso es. Yo no había aprovechado el tiempo con el amor de mi vida.

Yo nunca había pensado en que Bella iba morir, pero ahora debía pagar por su muerte, debía pagar por lo que era. Me acerque a la torre del reloj, niños y adultos sonreían y aplaudían a los que pasaban por las calles, yo en penumbras solo sentía como ya ni las lagrimas salían de mis ojos y esperaba a que las campanadas comenzaran, esperaba que fuera lo último que escuchara.

La primera campanada llego, cerré los ojos, el momento había llegado. Confié en que la gente me viera, en que los Vulturis llegaran por mí y me mataran. El reloj volvió a sonar. La imagen de Bella en el baile de graduación, hacia un año invadió mi mente, recordé cada instante, su voz, su olor, el color de su cabello, hasta la canción que sonada en ese momento, sus palabras, mis palabras…

--- Te quiero a ti… Para siempre, sueño con estar contigo para siempre-

--- ¿Para siempre?

--- Si

--- ¿No es suficiente pasar toda una vida conmigo?

--- Si… por ahora

Recordé sus labios contra los míos, siempre la amaría hasta después de lo que pasara cuando cruzara el umbral. Las campanas sonaron de nuevo.

Deje mis ojos cerrados, sonreí y di un paso hacia el frente. El sol se reflejo en mi pecho desnudo.

Capítulo 15: Escapatoria Capítulo 17: Reencuentro

 
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