Equinoccio

Autor: bella_147
Género: Romance
Fecha Creación: 03/07/2009
Fecha Actualización: 19/06/2012
Finalizado: SI
Votos: 31
Comentarios: 135
Visitas: 127037
Capítulos: 27

Version de Luna nueva contada por Edward Cullen. Ahora conoceras todo lo que paso Edward antes y despues de dejar a bella en aquel bosque.
Todos los personajes principales pertenecen a S.M.
No puede publicarse este fanfic en otra pagina sin mi permiso, gracias. 

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Capítulo 23: Aclaración

 

Bella paso casi toda la noche tranquila, de vez en cuando se movía en la cama y se enredaba con las mismas sabanas, pero al poco tiempo volvía a acurrucarse en mi regazo y su respiración se normalizaba.  Pero en algún momento, supuse que sus pesadillas volvieron y comenzó a agitarse, ni si quiera el cantarle la mantenía en calma, de hecho me mantuve en silencio pues parecía que así se tranquilizaba mas – me estrese y recordé las palabras de Jacob y Charlie, Bella estaba perfecta antes de que volviera – La abrace y trate de quitarle el cabello de la cara, le pase mi mano por la mejilla, una y otra vez hasta que dio un fuerte suspiro y despertó.

--- ¡Oh! —se froto los ojos con las manos y me veía fijamente. Al parecer no quería que estuviera ahí, tal vez había mal entendido las cosas y el que volviera a Forks no quería decir que podía seguir viéndola dormir.

 

--- ¿Te he asustado? —pregunte en voz baja, aun parecía adormilada, espere a que no fuera demasiado tarde y me corriera a patadas de su casa.

--- ¡Oh, mierda! —dijo con la voz ronca.

--- ¿Qué pasa, Bella? – dije, pero no la toque aunque lo deseaba. Su semblante cambio, ahora parecía que estaba en pánico, espere impaciente.

—Estoy muerta, ¿no es cierto? —me dijo—. Me ahogué de verdad. ¡Mierda, mierda, mierda! El disgusto va a matar a Charlie.

Arquee una ceja. ¿Qué estaba diciendo? No me reí pero era ridículo que pensara que estaba muerta.

—No estás muerta.  – le dije calmado.

—Entonces, ¿por qué no me despierto? —me reto alzando sus cejas y poniéndose más derecha para que nuestras caras quedaran a la misma altura.

—Estás despierta, Bella. – Movió su cabeza a los lados negando lo que yo le había afirmado.

—Seguro, seguro. – Dijo con sarcasmo -  Eso es lo que tú quieres que yo piense, y entonces, cuando despierte, todo será peor – se detuvo un momento antes de continuar - si me despierto, cosa que no va a ocurrir, porque estoy muerta. – Los ojos se le llenaron de lagrimas - Esto es horrible…pobre Charlie… Y René y Jake... —se quedo en silencio y comprendí que yo estaba normalmente en sus pesadillas.

—Ya veo que me has confundido con una pesadilla – le dije, mi tristeza salió a flote, nunca me perdonaría que por mi culpa Bella hubiera sufrido tanto- Lo que no me puedo imaginar es qué es lo que debes de haber hecho para terminar en el infierno. ¿Te has dedicado a cometer asesinatos en mi ausencia?

—Pues claro que no. Tú no podrías estar conmigo si yo estuviera en el infierno.

Suspire. Aun seguía pensando que era perfecto e incapaz de matar a alguien cuando todos sabían que era lo más probable. Bella comenzó a mirar todo su cuarto, analizándolo como si no hubiera estado ahí realmente en los meses pasados. Volvió a mirarme fijamente y después hablo.

 

--- Entonces, ¿todo eso ha ocurrido de verdad?

--- Eso depende —trate de sonreír pero los recuerdos no eran gratos— Si te refieres a que casi nos masacran en Italia, entonces, sí.

--- ¡Qué extraño! —Dijo, sus ojos tomaron un brillo extraño—. He viajado a Italia de verdad. ¿A que no sabías que por el este nunca había pasado más allá de Alburquerque?

Puse los ojos en blanco. Pero me alegre que aun siguiera siendo la Bella que era antes.

--- Quizá deberías dormirte otra vez. No dices más que tonterías.

--- Ya no me siento cansada – dijo con tono infantil —. ¿Qué hora es? ¿Cuánto tiempo he estado durmiendo?

--- Es la una de la madrugada. Así que, unas catorce horas.

Bella se estiro en su cama y tiro las sabanas al piso.

--- ¿Y Charlie? 

—Duerme. – conteste después de asegurarme, hacia varios minutos que no vigilaba que estuviera soñando, sería demasiado peligroso si me viera en la habitación de su hija - Deberías saber que en este preciso momento me estoy saltando las reglas, aunque no técnicamente, claro, ya que él me dijo que no volviera a traspasar su puerta, y he entrado por la ventana... Pero bueno, al menos la intención era buena. – Sonreí pero no estaba feliz, no después de todo lo que había dicho Charlie y Jacob, no después de que todo lo que me habían gritado era verdad y cabía la posibilidad de que Bella no quisiera estar más a mi lado.

--- ¿Charlie te ha echado de casa? —sus ojos mostraron furia.

--- ¿Acaso esperabas otra cosa? – su mirada me contesto, realmente no esperaba que Charlie se metiera en su vida. Recordé que ahora era mayor de edad y tal vez esas ideas de libertad se habían formado en su mente, cosas típicas de humanos.

--- ¿Cuál es la historia?  - me pregunto volviéndome al tiempo actual

--- ¿Qué quieres decir? – le pregunte nervioso, aun no estaba realmente preparado para contarle todo lo que había pasado desde septiembre.

--- ¿Qué le voy a decir a Charlie? ¿Qué explicación le voy a dar por haber desaparecido...? Ahora que lo pienso, ¿cuánto tiempo he estado fuera?

--- Sólo tres días —conté en mi mente pero me asegure en la de Charlie, antes de contestarle —. En realidad, albergaba la esperanza de que se te ocurriera alguna buena explicación…Yo no tengo ninguna.

--- Genial – dijo sarcásticamente.

--- Bueno, quizás Alice sea capaz de inventar algo – le dije y volví a sonreír. Su expresión se tranquilizo pero sabía que pensaba en algo mas, solo que no sabía en qué.

--- Y bueno... —comenzó- ¿en qué has andado hasta hace tres días?

La pregunta que sabía que haría llego más pronto de lo que deseaba.

--- En nada que me entusiasmara excesivamente. – dije.

--- Claro que no – puso los ojos en blanco.

--- ¿Por qué pones esa cara?

--- Bueno... si, después de todo, sólo fueras un sueño, ésa sería exactamente la clase de respuesta que darías. Mi imaginación no da para mucho, está muy claro.

Suspire, ¿aun seguía con que era un sueño? Al parecer sí.

—Si te lo cuento, ¿te creerás al fin que no estás viviendo una pesadilla?

—¡Una pesadilla! —repitió—. Quizá… si me lo cuentas. – dijo después de un momento.

—Estuve... – me detuve, no quería preocuparla - …cazando.

—¿Eso es todo lo que eres capaz de hacer? … Eso no prueba de ninguna manera que esté despierta.

Respire profundo y volví a hablar después de unos segundos analizando que podía contestar.

—No estuve de caza para alimentarme. En realidad, ponía a prueba mi habilidad... en el rastreo. Y no soy nada bueno.

--- ¿Y qué fue lo que estuviste rastreando? —me pregunto.

—Nada de importancia —conteste de inmediato, aunque en realidad Victoria era muy importante en estos momentos.

—No te entiendo.

Dude, voltee a varios lados.

—Yo... —inspire hondo de nuevo, como si lo necesitara o como si no me doliera al inspirar su olor—. Te debo una disculpa. No, sin duda, te debo mucho más, muchísimo más que eso, pero has de saber que yo no tenía ni idea... —mis palabras salieron disparadas, Bella me miro pensativa—. No me di cuenta del desastre que dejaba a mis espaldas. Pensé que te dejaba a salvo.  – cerré los ojos y me maldije - Totalmente a salvo. No tenía ni idea de que volvería Victoria... Debo admitir que presté más atención a los pensamientos de James que a los de ella cuando la vi aquella vez y, por consiguiente, fui incapaz de prever esa clase de reacción por su parte y de descubrir que ella tenía un lazo tan fuerte con él. – volví a recordar su mirada cuando me grito que deseaba venganza por haber matado al amor de su vida- Creo que me he dado cuenta ahora de que Victoria confiaba tanto en él que jamás pensó que pudiera morir, ni se le pasó por la imaginación. Quizá fue ese exceso de confianza el que nubló sus sentimientos por él y lo que me impidió darme cuenta de la profundidad del lazo que los unía.

Pero, de cualquier modo, no tengo excusa alguna por haber permitido que te enfrentaras sola a todo eso. – continúe después de unos segundos -  Cuando oí lo que le contaste a Alice - “y lo que yo mismo vi cuando estuve aquí”, pensé – e incluso lo que ella vio por sí misma, cuando me di cuenta de que habías tenido que poner tu vida en manos de hombres lobo – la imagen de Jacob en mi casa la tarde pasada hizo que me estremeciera -  esas criaturas inmaduras y volubles, lo peor que ronda por ahí fuera aparte de Victoria.... Por favor, créeme cuando te digo que no tenía ni idea de todo esto.  – la voz se me corto - Se me revuelven las tripas hasta lo más profundo, incluso ahora, cuando puedo verte segura en mis brazos. No tengo ni la más remota disculpa en...

—Espera, Espera – me interrumpió. La mire con el sufrimiento que no podía ocultar, pero ella estaba tranquila.

—Edward, esto tiene que terminar ya. – Sentí que todo se había derrumbado, pero antes de que buscara la forma de contestar volvió a hablar -  No puedes ver las cosas de esa manera. No puedes permitir que esa... culpa... gobierne tu vida. No tienes por qué asumir la responsabilidad de las cosas que me han ocurrido aquí. Nada de esto ha sucedido por tu causa, sólo es parte de las cosas que me suelen pasar a mí en la vida. Así que si tropiezo delante de un autobús o lo que sea que me ocurra la próxima vez, has de ser consciente de que no es cosa tuya asumir la culpa. – Me miro fijamente - No tienes por qué salir corriendo hacia Italia porque te sientas mal por no haberme salvado. Incluso si yo hubiera saltado de ese acantilado para matarme, ésa habría sido mi elección y, desde luego, no tu responsabilidad. – Me sentí apenado pero no encontraba la forma en cómo no sentirme culpable - Sé que está en tu... naturaleza el cargar con las culpas de todo, pero de verdad... ¡no tienes por qué llevarlo hasta ese extremo! – Me grito- Es de lo más irresponsable por tu parte no haber pensado en Carlisle, Esme y...

Se detuvo y respiro hondo.

--- Isabella Marie Swan —susurre, sonreí estaba loco tal vez pero la felicidad volvía a mi lentamente— pero ¿tú te crees que le pedí a los Vulturis que me mataran porque me sentía culpable?

Arqueo una ceja.

--- ¿Ah, no?

--- Me sentía culpable, de una forma muy intensa. – Conteste - Más de lo que tú podrías llegar a comprender.

--- Entonces, ¿qué estás diciendo? No te entiendo. – volvió a regañarme.

—Bella, me marché con los Vulturis porque pensé que habías muerto —dije tratando de sonar tranquilo y de buen humor—. Incluso aunque yo no hubiera tenido nada que ver con tu muerte.... Me hubiera ido a Italia aunque no hubiera ocurrido por culpa mía. – Eres mi vida Bella, pensé - Es obvio que debería haber sido más cuidadoso, tendría que haberle preguntado a Alice directamente, en lugar de aceptarlo de labios de Rosalie, de segundas. Pero vamos a ver... ¿Qué se suponía que debía pensar cuando el chico dijo que Charlie estaba en el funeral? ¿Cuáles eran las probabilidades?

--- Las probabilidades... —susurre para mí mismo, ni si quiera había pensado en las probabilidades, ni si quiera me había tomado el tiempo de verla por mí mismo, solo había caído en mi depresión, en mi locura y había salido corriendo a Italia - Las probabilidades siempre están amafiadas en contra nuestra. Error tras error. No creo que vuelva a criticar nunca más a Romeo. – dije.

--- Pero hay algo que aún no entiendo y ése es el punto más importante de la cuestión: ¿y qué? – me dijo.

--- ¿Perdón? – ahora era yo el que no entendía.

--- ¿Y qué pasaba si yo había muerto?

La mire fijamente. ¿Qué pasa si mueres? Bella, mi querida Bella…

--- ¿No recuerdas nada de lo que te he dicho desde que nos conocimos?

--- Recuerdo todo lo que me has dicho.

Pase mi dedo por su labio inferior.

--- Bella, creo que ha habido un malentendido —cerré los ojos, y trate de buscar las palabras adecuadas—. Pensé que ya te lo había explicado antes con claridad… Bella, yo no puedo vivir en un mundo donde tú no existas.

--- Estoy... Estoy hecha un lío

--- Soy un buen mentiroso, Bella, tuve que serlo. – dije recordando mis palabras en el bosque. Ella se quedo engarrotada y la tuve que sacudir un poco por los hombros pues al parecer había mal entendido las cosas, de nuevo.

--- ¡Déjame acabar! Soy un buen mentiroso, pero desde luego, tú tienes tu parte de culpa por haberme creído con tanta rapidez—Recorde como Bella se habia mantenido en silencio cuando pronuncie que no la quería mas—. Eso fue... insoportable.

--- Te refieres a cuando estuvimos en el bosque, cuando me dijiste adiós...

Cerré los ojos, el recuerdo volvió vivamente y seguía doliendo al igual que antes, hasta pensé que tal vez más que antes.

--- No ibas a dejar que lo hiciera por las buenas. – Hable - Me daba cuenta. Yo no deseaba hacerlo, creía que me moriría si lo hacía, pero sabía que si no te convencía de que ya no te amaba, habrías tardado muy poco en querer acabar con tu vida humana. Tenía la esperanza de que la retomarías si pensabas que me había marchado.

--- Una ruptura limpia —susurro

--- Exactamente. Pero ¡nunca imaginé que hacerlo resultaría tan sencillo! – me puse casi de pie - Pensaba que sería casi imposible, que te darías cuenta tan fácilmente de la verdad que yo tendría que soltar una mentira tras otra durante horas para apenas plantar la semilla de una duda en tu cabeza. – Suspire - Mentí y lo siento mucho, muchísimo, porque te hice daño, y lo siento también porque fue un esfuerzo que no mereció la pena. Siento que a pesar de todo no pudiera protegerte de lo que yo soy. Mentí para salvarte, pero no funcionó. Lo siento. – me quede callado pero la pregunta que me quemaba el pecho termino el silencio de la habitación - Pero ¿cómo pudiste creerme? Después de las miles de veces que te dije lo mucho que te amaba, ¿cómo pudo una simple palabra romper tu fe en mí?

--- Vi en tus ojos que de verdad creías que ya no te quería. – Continué después de que ella no dijo nada - La idea más absurda, más ridícula, ¡como si hubiera alguna manera de que yo pudiera existir sin necesitarte!

Las palabras salían de mi pecho rápidamente, hacia meses necesitaba decirle de frente que la amaba, que nunca lo había dejado de hacer…

--- Bella —suspire, después de que la moví y no contesto nada pero aun así me miraba—. ¡Dime de una vez qué es lo que estás pensando!

Mi voz salió desesperada, bella rompió a llorar en ese preciso momento. Los sollozos eran fuertes y las lagrimas constantes.

---Lo sabía… Sabía que estaba soñando... – dijo entre sollozos.

--- Eres imposible —me reí frustradamente—. ¿De qué manera te puedo explicar esto para que me creas? No estás dormida ni muerta. Estoy aquí y te quiero. – la mire a los ojos y espere que viera la verdad en ellos - Siempre te he querido y siempre te querré. Cada segundo de los que estuve lejos estuve pensando en ti, viendo tu rostro en mi mente. – Recordé mis primeros días sin ella - Cuando te dije que no te quería… ésa fue la más negra de las blasfemias. – No contesto nada pero el llanto no cesaba - No me crees, ¿verdad? —susurre—. Puedo verlo incluso con esta luz. ¿Por qué te crees la mentira y no puedes aceptar la verdad? – pregunte desesperado.

--- Nunca ha tenido sentido que me quisieras —me dijo antes de que la voz se esfumara y los sollozos tomaran su lugar —. Siempre lo he sabido.

--- Te probaré que estás despierta —le prometí, la tome con cuidado de la cabeza.

--- Por favor, no lo hagas —me dijo.

Me detuve a unos centímetros de sus labios y sentí el dolor profundo.

--- ¿Por qué no?

--- Cuando me despierte... ¡Está bien, olvídalo!  Rectifico: cuando te vayas otra vez, ya va a ser suficientemente duro sin esto. – Me dolieron mucho mas sus palabras y trate de examinar su rostro pero era inexpresivo.

—Ayer, cuando te toqué, estabas tan... vacilante, tan cautelosa. Y todo sigue igual. Necesito saber por qué. – Dije - ¿Acaso ya es demasiado tarde? ¿Quizá te he hecho demasiado daño? ¿Es porque has cambiado, como yo te pedí que hicieras? – Recordé a Jacob Black y sus palabras - Eso sería... bastante justo. No protestaré contra tu decisión. Así que no intentes no herir mis sentimientos, por favor; sólo dime ahora si todavía puedes quererme o no, después de todo lo que te he hecho. ¿Puedes? —murmure.

--- ¿Qué clase de pregunta idiota es ésa? – inquirió.

--- Limítate a contestarla, por favor.

--- Lo que siento por ti no cambiará nunca. – Me dijo, haciendo que volviera a vivir-  Claro que te amo y ¡no hay nada que puedas hacer contra eso!

--- Es todo lo que necesitaba escuchar. – dije antes de que mi boca se detuviera sobre la suya. La bese con la necesidad que había guardado tantos meses y con el amor que solo había crecido cada segundo de mi vida, su corazón latía fuertemente y sus manos pasaban una y otra vez por mi cabello. Sonreí y susurre su nombre antes de volver a besarle. Me aparte minutos después, disfrutando de los latidos de su corazón. 

 

Capítulo 22: Discusiones Capítulo 24: mas lios

 
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