Equinoccio

Autor: bella_147
Género: Romance
Fecha Creación: 03/07/2009
Fecha Actualización: 19/06/2012
Finalizado: SI
Votos: 31
Comentarios: 135
Visitas: 127065
Capítulos: 27

Version de Luna nueva contada por Edward Cullen. Ahora conoceras todo lo que paso Edward antes y despues de dejar a bella en aquel bosque.
Todos los personajes principales pertenecen a S.M.
No puede publicarse este fanfic en otra pagina sin mi permiso, gracias. 

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Capítulo 1: Feliz cumpleaños mi amor

Feliz cumpleaños mi amor.

Verla dormir ya era más que una costumbre, una necesidad, la mayoría de las noches pronunciaba mi nombre y no lograba evitar sonreír, esta noche no fue la excepción pero al parecer sus sueños no eran tranquilos, se movía en la cama y luchaba con la almohada hasta que la arrojo al suelo. Me acerque a ella, su respiración estaba acelerada.

--- Feliz cumpleaños – susurre en su oído antes de salir de un salto de su habitación. Llegue a mi casa, Alice brincaba por todo el comedor, aun no escogía que flores debían adornar toda la casa para la fiesta que le estaba preparando a Bella, volteo al oírme entrar.

--- Iré contigo hoy – dijo mi pequeña hermana mientras terminaba de formar otro jarrón de flores.

---  No Alice, bella no quiere…

--- Es su cumpleaños, tengo que ser la primera en felicitarla – me interrumpió.

A Alice no le importaba que Bella odiara su cumpleaños, cuando alguna idea se formaba en su cabeza nadie podía hacer que la olvidara, pasaron más de 20 imágenes por su mente,  algunos cambios de ropa, teléfonos, hasta una imagen de Bella con una cámara fotográfica. Hice un mohín y subí las escaleras para cambiarme de ropa, por más que intentara hablar con Alice y convencerla que lo mejor era no felicitar a mi novia, no lo lograría. Quince minutos después, Alice me esperaba en el volvo con una caja plateada en sus manos.

--- Vamos Edward bella ya va en camino, pretende evitar a todos – encendí el carro y salí de la cochera, maneje callado mientras oía los pensamientos de mi hermana que en general iban dedicados  a mí. - ¡Sera genial, Edward!... ¡ah! aun tengo que ir a recoger el pastel… ¿Crees que a Bella le moleste que haya hablado con la señora Newton?... porque, ¡ay!, tu novia es tan extraña, dios aun no puedo creer que no le gusten los cumpleaños… Edward, ¿Edward? ¡Edward!, ¿podrías hacerme caso cuando te hablo?

--- Alice, si te estoy prestando atención – di vuelta en el estacionamiento y apague el motor para esperar a Bella- si, será genial –“si es que bella va” pensé – Si estoy seguro que le molestara, sabes que solo necesita un pretexto para no festejar su cumpleaños  y le acabas de destrozar el único que tenia y si lo sé que es extraña pero tenemos que respetar su decisión ¿ok?- Alice puso los ojos en blanco y se bajo del carro, yo hice lo mismo y me recosté esperando ver la hermosa cara de mi novia, en los siguientes segundos escuche el ruidoso carro que se acercaba, no había duda era Bella.

--- ¡Ahí viene! – dijo Alice, la emoción corría por sus venas.

Bella estaciono su Chevrolet frente a nosotros y azoto la puerta. Definitivamente no estaba de buen humor, su cara aseguro lo que había comenzado a especular. Alice dio un salto hacia bella.

--- ¡Feliz cumpleaños, Bella! – reí al ver la cara de sufrimiento de Bella, me miro con ojos de suplica y después logro zafarse de mi hermana.

— ¿Cuándo quieres abrir tu regalo? ¿Ahora o luego? —pregunto Alice enseñándole la caja plateada mientras caminaban hacia mí.

--- No quiero regalos —contesto, voltee a ver a mi hermana, “dejaremos el tema del cumpleaños por unas horas, Alice”, sabía que ella podía ver en su cabeza lo que yo pensaba.

--- Bueno..., tal vez luego. ¿Te ha gustado el álbum de fotografías que te ha enviado tu mamá? ¿Y la cámara de Charlie? – puse los ojos en blanco, ¿Alice no entendía lo que significaba dejar el tema del cumpleaños de lado?

--- Sí, son maravillosos.

—A mí me parecen una idea estupenda. Sólo te haces mayor de edad una vez en la vida, así que lo mejor es documentar bien la experiencia.

--- Dios, Alice ¿podrías callarte? – dije con una voz que apenas yo pude escuchar pero obviamente mi hermana también había logrado oír, pues volteo a verme y me arqueo una ceja.

--- ¿Cuántas veces te has hecho tú mayor de edad? – le inquirió Bella, ¡Con que ese era el problema del cumpleaños!, nosotros no éramos mayores de edad, literalmente, y nunca lo seriamos.

—Eso es distinto – contesto Alice.

Por fin Bella estuvo lo bastante cerca mío para poder tomar su cálida mano, le di un apretón y sonreí al volver a oír su ritmo cardiaco acelerarse, amaba cómo reaccionaba cuando estaba cerca de ella, bueno más bien amaba todo lo que estuviera relacionado con ella.

--- Así que, tal y como me impusiste en su momento, no me permites que te felicite por tu cumpleaños, ¿correcto? – dije mientras pasaba mi dedo por sus hermosos y rosados labios.

--- Si correcto – sonreí, había prometido a mi mismo que aceptaría sus ideas en contra de su cumpleaños para que al final terminara asistiendo a la fiesta de Alice, no quería tener problemas con una vampira orgullosa.

—Sólo me estaba asegurando, podrías haber cambiado de idea. La mayoría de la gente disfruta con cosas como los cumpleaños y los regalos. – dije esto último asegurándome de que en realidad no deseara que la felicitara.

Alice se rompió a reír y no pude evitar también sonreír.

—Pues claro que lo disfruta. Se supone que hoy todo el mundo se va a portar bien contigo y te dejará hacer lo que quieras, Bella. ¿Qué podría ocurrir de malo? —la emoción de Alice volvió a salir a flote.

—Pues hacerme mayor —contesto Bella casi soltando el llanto, mi risa desapareció, en verdad esto de la edad le preocupaba bastante a Bella.

—Tener dieciocho años no es ser muy mayor —dijo Alice—. Tenía entendido que, por lo general, las mujeres no se sentían mal por cumplir años hasta llegar a los veintinueve.

—Es ser mayor que Edward —mascullo.

Suspire, como había pensado el único problema era que yo nunca iba a tener 18, técnicamente.

—Técnicamente —dijo Alice, repitiendo mis pensamientos— ya que sólo lo adelantas en un año y eso no es nada. – Bella se quedo callada, en momentos como estos era en los que odiaba no poder leer la mente de mi novia como los de los demás.

--- Alice, basta ya – Bella no logro escuchar que yo le hable a mi hermana pero por fin la pequeña vampira entendió y decidió cambiar de tema o algo así.

--- ¿A qué hora vendrás a casa?

—No sabía que tuviera que ir allí.

—¡Oh, por favor, Bella, no te pongas difícil! —se quejó Alice —. No nos irás a arruinar toda la diversión poniendo esa cara, ¿verdad?

—Creía que mi cumpleaños era para tener lo que yo deseara.

—La llevaré desde casa de Charlie justo después de que terminemos las clases —le dije tratando por fin de terminar con el tema.

—Tengo que trabajar —protesto Bella, como había pensado, era su excusa perfecta.

—En realidad, no —repuso Alice —, ya he hablado con la señora Newton sobre eso. Te cambiará el turno en la tienda. Me dijo que te deseara un feliz cumpleaños.

Mi hermana sí que estaba feliz por lo que había hecho. Bella abrió los ojos como platos.

—Pero... pero es que no puedo dejarlo —tartamudo—. Lo cierto es que, bueno, todavía no he visto Romeo y Julieta para la clase de Literatura.

—Te sabes Romeo y Julieta de memoria. – resoplo Alice.

—Pero el señor Berty dice que necesitamos verlo representado para ser capaces de apreciarlo en su integridad, ya que ésa era la forma en que Shakespeare quiso que se hiciera.

Puse los ojos en blanco, era la peor excusa que había escuchado en mi vida.

—Pero si ya has visto la película. – volvió a contestar Alice con una sonrisa en la cara.

—No en la versión de los sesenta. El señor Berty aseguró que era la mejor. – contesto bella, después dio un suspiro de alivio.

Alice desapareció la sonrisa de su cara y le hablo directamente a Bella.

—Mira, puedes ponértelo difícil o fácil, tú verás, pero de un modo u otro...

Tranquilízate, Alice. – La interrumpí, era mejor dejar a Alice con sus pensamientos dentro de ella- Si Bella quiere ver una película, que la vea. Es su cumpleaños.

--- Así es – dijo Bella y me tomo de la mano de nuevo como agradecimiento, yo sonreí.

—La llevaré sobre las siete, les dará más tiempo para organizar todo. – definitivamente estaría en aprietos con Bella pero eran preferibles a tener el reproche de la fiesta cancelada de Alice por toda la eternidad.

Alice volvió a reír.

—Eso suena bien. ¡Te veré esta noche, Bella! Verás cómo te lo pasas bien —sonrió y salió corriendo antes de que Bella volviera a decir algo.

—Edward, por favor... – la interrumpí colocando uno de mis dedos en sus labios.

—Ya lo discutiremos luego. Vamos a llegar tarde a clase. – excusa perfecta, pensé.

Pase casi todo el día con Bella, como siempre, ella estuvo tranquila, en parte porque no volví a hablar del cumpleaños y en parte porque sabía que se sentía mucho mejor al saber que sus amigos, más exclusivamente Mike, volvía a hablarle y no era porque el chico rubio ya estaba conforme con que yo saliera con Bella, si no que tenía otro “plan de ataque”, definitivamente me repugnaba oír sus pensamientos. En el almuerzo nos sentábamos con Mike y su ex novia,  Jessica, dos personas que como todos sabían no eran de mi agrado, también con Ángela y Ben, ellos sí que me caían bien, Ángela era esa clase de persona que no se mete en problemas, no le interesan los chismes y sobre todo era sincera con Bella, y Ben era tranquilo pero podías pasar un buen rato con él, quería a Ángela y tampoco había dejado de hablarle a Bella en el verano. Eric, Conner, Tyler y Lauren, sabía que no eran los mejores amigos de Bella, por lo tanto ni si quiera mis amigos podrían llegar a ser pero también se sentaban con nosotros. Alice obviamente también estaba con nosotros, ella siempre había sido la hermanita Cullen que quería socializar con los demás y ahora que Jasper, Emmett y Rosalie se habían “graduado”, tenía todas las opciones de ser alguien más “normal”.

El día termino más rápido de lo que Bella hubiera deseado, la acompañe hasta su carro, Alice y yo habíamos planeado en el almuerzo mientras los demás hablaban de su asombroso verano, que ella se llevaría el volvo y así yo podría acompañar a Bella a su casa sin necesidad de intentos de escapatoria. Abrí la puerta del copiloto pero ella se quedo parada con los brazos cruzados, sonreí.

—¿Es mi cumpleaños y ni siquiera puedo conducir? – me dijo indignada.

—Me comporto como si no fuera tu cumpleaños, tal y como tú querías.

—Pues si no es mi cumpleaños, no tengo que ir a tu casa esta noche.

—Muy bien —cerré la puerta del copiloto y pase por enfrente de ella para abrir la puerta del conductor—. Feliz cumpleaños – dije en su oído.

—Calla —me dijo y entro a la cabina. Manejo callada, algo normal ya en el día, al parecer habíamos llegado a un trato de estar en silencio para no llegar a discusiones, lo curioso es que nunca habíamos hablado del tema.

—Tu radio se oye fatal – dije después de pasar por varias estaciones.

Bella me miro enfadada, ella en verdad amaba ese carro, le había ofrecido regalarle un carro mejor varias veces, pero sabía de memoria ya lo que me contestaba, “no necesito otro carro, este está perfecto, tiene personalidad”, en realidad siempre se molestaba cuando le compraba algo, o simplemente cuando la llevaba a cenar a Seattle, de hecho me había hecho jurarle que no le compraría nada para su cumpleaños, y lo iba a cumplir pero eso no significaba que no iba a tener un regalo.

— ¿Quieres un estéreo que funcione bien? Pues conduce tu propio coche —me contesto con brusquedad, su humor estaba afectando y eso me hacía reír, siempre era divertido verla enojarse, apreté los labios para no soltar una carcajada.

Bella estaciono afuera de la casa de su padre, pretendía hacer que olvidara todo ese mal humor y  los nervios que le provocaba mi hermana. Voltee a verla y tome su rostro entre mis manos, acerque mis labios a su oído.

—Deberías estar de un humor estupendo, hoy más que nunca —susurre, sentí como se estremeció y me aleje para poder verla a los ojos, esos ojos chocolate que brillaban y me daban la fuerza para seguir vivo.

— ¿Y si no quiero estar de buen humor? —pregunto, sabía que debía besarla antes de que volviera a retarme y ella terminara convenciéndome a mí.

—Pues muy mal – conteste antes de inclinarme hacia ella y apretar sus cálidos y hermosos labios contra los míos, bella me abrazo con fuerza y no paro de besarme, aunque ya teníamos bastante tiempo de novios, su dulce sabor seguía quemando mi garganta y mis dientes seguían siendo un peligro para ella, quite su brazo que trataba de quedarse pegado a mi cuello, a veces era más difícil hacer volver a la realidad a bella que quitar el ardor en todo mi cuerpo.  

--- Pórtate bien, por favor —suspire, le di un último beso y reí al verla cruzar los brazos en su estomago y después pasar una mano hacia su corazón, claramente oía su pulso enloquecido pero era algo que realmente me encantaba.

—¿Crees que esto mejorará algún día? —Me pregunto y arquee la ceja—. ¿Alguna vez conseguiré que el corazón deje de intentar saltar fuera de mi pecho cuando me tocas?

—La verdad, espero que no — respondí, no me imaginaba volver a besar a bella y no oír su corazón latiendo fuertemente. Bella puso los ojos en blanco sabía que iba a ser más que difícil convencerme en convertirla en un fenómeno como nosotros.

—Anda, vamos a ver cómo los Capuletos y los Montescos se destrozan unos a otros, ¿si?

—Tus deseos son órdenes para mí.

Capítulo 2: La fiesta

 
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