La historia y los personajes no me pertenecen.. pertenecen a Abbi Glines y a la grandiosa Stephenie Meyer...
Siete años antes…
Edward...
—¿Has notado algo distinto en Bella? —preguntó mi primo Jacob mientras trepaba al árbol para sentarse a mi lado, en nuestra rama favorita con vista al lago.
Me encogí de hombros sin saber cómo responder a su pregunta. Claro que había reparado en algunas cosas respecto a Bella, últimamente. En cómo le brillaban los ojos cuando reía y lo bonitas que se le veían las piernas en pantalón corto. Pero no se lo confesaría ni loco a Jacob. Se lo contaría a Bella y los dos se partirían de risa.
—No —repliqué sin mirarle a la cara por miedo a que notara que estaba mintiendo.
—El otro día oí a mamá hablando con papá, le dijo que dentro de poco tú y yo empezaríamos a mirarla de manera distinta.
Dijo que Bella se estaba convirtiendo en toda una belleza y que las cosas iban a cambiar entre los tres. No quiero que nada cambie —explicó Jacob con tono preocupado.
No me atrevía a mirarle. Así que mantuve la vista fija en el lago.
—Yo de ti no me preocuparía. Bella sigue siendo Bella. Siempre ha sido guapa, supongo, pero eso no importa. Es capaz de trepar a un árbol más rápido que cualquiera de los dos y llena los globos de agua como una profesional. Los tres somos amigos desde chiquitos, eso no va a cambiar. Me atreví a echarle una mirada de reojo a Jacob. Mi explicación sonaba convincente, incluso para mí. Jacob sonrió y asintió con la cabeza.
—Tienes razón. A quién le importa si su pelo es como el de una princesa de las hadas. Sigue siendo Bella. Y hablando de globos de agua, a ver si paráis ya de salir de noche a escondidas para lanzarlos a los coches de delante de mi casa. Mis padres os pillarán un día de éstos y yo no podré hacer nada para sacaros del lío.
Sonreí de oreja a oreja al recordar a Bella tapándose la boca para que no se le escapase la risa la noche anterior, cuando nos habíamos escabullido hasta aquí para llenar los globos. Estaba claro que a la chica le gustaba romper las reglas. Casi tanto como a mí.
—He oído mi nombre. Más os vale que no os estéis riendo del estúpido sujetador que me obliga a llevar mi madre. Os romperé la nariz a los dos si no paráis.
La voz de Bella me sorprendió. Estaba de pie bajo el árbol, con un cubo lleno de grillos en una mano y una caña de pescar en la otra.
—¿Vamos a pescar o pensáis quedaros mirándome como si tuviera monos en la cara?—
Hola... esto seria la introduccion al libro.. espero les guste.. ami me gusto mucho cuando lo lei...
meresco votito algún comentario... :) nos vemos en el capitulo siguiente... SabriiCullen... <3
|