Arde el cielo

Autor: DenisseMCullen
Género: + 18
Fecha Creación: 12/06/2013
Fecha Actualización: 27/02/2015
Finalizado: NO
Votos: 12
Comentarios: 55
Visitas: 35885
Capítulos: 27

Disclaimer: Los mayoria de los personajes le pertenecen a Stephanie Meyer, los demas personajes y la historia fueron inventados por mi. 

Edward deja a Bella en plena luna de miel, ella decide regresar a Forks con la decision de olvidarlo todo e irse... Noticias inesperadas, personajes nuevos.. ¿Que mas ocurrira despues?.. +18 por futuros lemmons 

Enjoy :) 

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Capítulo 8: Desahogo

— ¿No me vas a contar de que hablaron, verdad? —Me cuestionó Sue, cuando bajamos de su camioneta camino al interior de la casa.

—Es que… son muchas cosas. —Murmuré, pensativa. —Son tantas cosas, que ya hasta me duele la cabeza de tanto pensar en ellas.

—Está bien, no te presiones. —Abrió la puerta, y entramos directo a la sala. — ¿Te apetece algo especial de almuerzo?

Pensé que no comería nada de nuevo, nada de lo que se me venía a la mente se me antojaba, todo me provocaba nauseas... solo había una cosa que atrapo mi atención y mi hambre por completo. —Huevos. —Dije, hambrienta.

—Te prepararé un omelett con verduras ¿Estás de acuerdo? —Asentí, se me hizo agua la boca, con solo imaginármelo.

Comencé a silbar, llamando al perrito, pero no aparecía por ninguna parte.

— ¡Oh, cierto! Tranquila, todo va bien. —Dijo Sue, notando mi preocupación. —Tu papá lo llevo al veterinario para ponerle las vacunas y que lo revisaran.

Suspire, bastante aliviada. —Pensé que se había ido. –Reí, avergonzada de mi reacción.

Me acosté en el sofá y me puse a hacer zapping con el control del televisor, en lo que esperaba la comida, y a que llegara mi papá, aunque no sirvió de mucho, pues no había nada bueno que ver; cocina, deportes, noticias, horribles películas... Suspire.

Estaba corriendo por el bosque, huyendo de algo, o de alguien. Había algo que me guiaba, y esto me llevaba hacia la luz blanca, que se podía vislumbrar a la salida. Sentí un movimiento en mi espalda. Era otra vez “el niño”. Lo cargue y apreté en mi pecho, queriéndolo esconder bajo mi piel. Miré hacia atrás y observé como los Vulturis avanzaban rápidamente, acercándose a nosotros. Comencé a correr, cada vez más rápido, hacia aquella luz… que resulto ser una especie de puerta, que daba a una habitación totalmente blanca, demasiado conocida para mí.

—Bella… —Escuché que me llamaban a lo lejos, pero no sabía, ni podía ver de dónde provenía esa voz. —Bella… —La oí más cerca. Entonces lo vi… Edward, estaba sentado en la arena con los rayos de sol cayendo sobre su piel marmoleada y con... Tanya entre sus brazos.

—No… —Susurré, dolida. Esto no podía estar pasando.

—Bella… —Escuché de nuevo, esa insistente voz.

— ¡No! —Me dirigí hacia ellos, pero cada vez que avanzaba en su dirección, notaba claramente cómo se alejaban. Se dieron cuenta de mi presencia y siguieron, como si no me hubieran visto. Tuvieron tiempo de observarme fijamente… ella me miraba con una sonrisa de suficiencia, mientras que el me miraba con repulsión, con odio. Movió sus labios en un susurro casi inaudible, pero descifre la palabra perfectamente… "Mátalos"

— ¡NO! —Grité, mientras me abalanzaba sobre ellos.

—Bella, despierta. —Sentí como sacudían fuertemente mis hombros. —Bella, solo es una pesadilla… despierta pequeña.

Me levanté de golpe, bastante asustada y llorando.

—Tranquila, nena. —Sue me abrazó arrullándome en su pecho. — Tuviste una horrible pesadilla, ¿Cierto?

Asentí con la cabeza, no podía hablar.

— ¿La misma de siempre?

Negué. Me dispuse a explicarle mi sueño.

—Esta vez fue diferente, pero de igual forma, tengo que proteger al niño… —Murmuré.

— ¿Niño? —Preguntó, muy interesada. — ¿Qué es lo que sueñas, exactamente?

—Hace dos días, soñé que estaba en un claro lleno de nieve y que estaban los Vulturis queriendo lastimar a un niño, y había algo, no sé qué fue, que me dijo que tenía que protegerlo a como diera lugar. El siguiente sueño que tuve, fue bastante similar, pero esta vez me sentí… diferente. —Suspire, esto sonaba realmente estúpido. —Y ahora, fue el mismo niño, pero estábamos en un bosque luego aparecí en la Isla Esme y... él estaba con Tanya. —Sollocé, mientras nuevas lágrimas caían de mis ojos.

—Ya mi niña, tranquila. —Me abrazó más fuerte. — ¿Sabes? En mis tiempos, decían que, si soñabas mucho con un niño, era porque estabas embarazada. —Sonrió, soñadora. —Pero, sabes cómo son las leyendas en las tribus y en la reserva… aunque algunas son reales. —Hizo una pausa, y me alejo un poco de ella, para mirarme a los ojos. —En tu caso, es algo imposible.

—Lo sé.

—Tal vez, en un futuro no muy lejano, tendrás un hijo y habrá algo, o alguien de quien debas protegerlo. —Se encogió de hombros, como si este tema fuese algún otro muy común.

—Yo creo que estas equivocada. —Reí, amargamente. —Si algún día vuelvo a considerar casarme, eso será en mucho, mucho tiempo. —Lo pensé mejor, si lo mío con Edward fue un completo desastre, ¿Quién me garantizaba que no sería igual en otra ocasión? —O tal vez nunca, con una sola vez que cometa este error, es suficiente para mí.

—Quien sabe… —Respondió, con un tono de voz insinuante. —Tú y Jake han pasado mucho tiempo juntos, últimamente…

—Es sólo mi mejor amigo... y no creo que suceda algo más entre nosotros, al menos no por ahora.

—Lo sé, lo siento. —Dijo, apenada.

—Está bien, Sue. —Le sonreí débilmente.

—Ahora… —me acercó el plato, con omelett y verduras y con solo olerlo, mi estómago gruñó de aprobación. —Come.

—Con gusto.

 

Ya me había comido casi cuatro omeletts, algo raro pasaba conmigo. Me puse a pensar en lo que me dijo Sue y en lo que Alice me comentó de sus visiones; ella me veía con una niña, pero, en mis sueños era un niño.

— ¿Carlisle te dijo cuándo hay que ir a ver los resultados? —Me cuestionó, sacándome de mis pensamientos.

Negué con la cabeza. —Me dijo que me iba a llamar, cuando estuvieran listos.

 

Seguí viendo a Charlie Sheen, mientras reía como loca. Me encantaba ver Two and a Half Men. Después de dos capítulos de llorar de la risa, me quede absorta de nuevo en mis pensamientos.

—Quiere el divorcio… —Murmuré, pensativa. —Alice no puede ver mi futuro, la última visión que tuvo... consistía en que me veía con una niña… —Comencé a contarle a Sue. —Carlisle está preocupado por los Vulturis. —Me tallé los ojos, queriendo no llorar. —Y yo también, aparecen mucho en mis sueños y eso no es buena señal.

Ella me miro atenta, escuchándome, sin decir una sola palabra.

—Hay veces que pienso, que Edward solo estuvo conmigo para que no dijera nada de lo que yo sabía sobre ellos, y que lo que paso con Jasper, fue la excusa perfecta para irse. Lo que no entiendo es porque se quiso matar por culpa... ¿Culpa de qué? —Bufé, incrédula. —Si yo no le importo… y como hizo que casi nos asesinaran, tuvo que regresar conmigo... por un momento pensé que de verdad me amaba, cuando me preguntó si me quería casar con él. —Sonreí, por el recuerdo. —Estaba segura de que me amaba, y que quería estar conmigo... pero parece que sabe cómo engañar perfectamente bien.

—Las personas nunca son lo que parecen. —Dijo Sue. —Nunca las llegas a conocer bien... cuando las cosas suceden, me planteo la idea de que es por alguna razón, y tal vez, en este caso, en la vida que ibas a tener no ibas a ser feliz y hay algo mejor que entrara a tu vida más adelante que lograra tu felicidad.

—Lo siento. —Dije, limpiando mis lágrimas. —He vuelto a llorar.

—Es bueno llorar a veces. —Sonrió, comprensiva.

—Aunque duela, creo que tienes razón, tal vez me iba a dar cuenta de mi error muy tarde. —Asintió. —Pero tengo miedo, ¿Sabes? Tenía toda mi vida planeada y ahora... no sé qué es lo que se supone que voy a hacer.

— ¿En cuántas universidades te aceptaron?

—Unas cuantas, ¿Por qué?

—Ve a la universidad… vete de Forks. Aquí no vas a encontrar nada bueno, créeme. —Sonrió. —Tienes que retomar tu vida, seguir adelante, no solo por ti, sino por tus padres; también tu mamá está muy preocupada, y tu papá se pone mal viéndote así. —Limpió mis mejillas. —Sal, diviértete... eres joven todavía, viaja, se feliz y no vivas detrás de una sombra... vive tu día como si fuera el ultimo.

—Vivir el día, como si fuera el último. —Reí. —Vas a lograr que comience a practicar deportes extremos.

—No tomes mis palabras muy en serio, entonces.

Se oyeron pasos en el porche de la casa, seguramente era Charlie. Me limpié lo que quedaban de lágrimas y sorbí mi nariz, sabía que no le gustaba verme así, que también le dolía verme sufrir.

—Bella… —Fue lo primero que gritó, al entrar a la casa.

—Aquí estoy. Eres muy exagerado, parece que estamos en una casa de locos; nos encontramos a unos cuantos centímetros de distancia y entras gritando.

—Graciosa… —Frunció el ceño. —Aquí tienes tu perro… está en perfectas condiciones.

Entró con el cachorrito en brazos. — ¡Hola, pequeño! —Chillé, bastante emocionada. —Te extrañe. —Lo abracé cariñosamente.

—Y a mí, ni me saludas como es debido. —Bufó mi padre, celoso de los mimos que le daba al cachorro.

—Hola, papi. —Le besé la mejilla, y el solo sonrió, complacido.

—Le compre el alimento para cachorro, ya está vacunado y le compre la correa* solo le falta grabarle el nombre.

—Gracias. —Le sonreí agradecida, agarré a mi perro y me lo lleve al sofá, mientras lamia mi mano y se recostaba conmigo.

Pase casi toda la tarde viendo la televisión, habían pasado algunas películas que me gustaban. Charlie había regresado a la comisaria y Sue fue a ver a Esme para continuar con los preparativos de la fiesta de compromiso.

— ¡Bu!

— ¡Mierda! —Me levante, demasiado alarmada, ya que nunca lo escuche entrar. —Me asustaste, Jake.

Rió divertido, con una la mano en el estómago. —No es gracioso. —Le dije enojada, tranquilizando al perrito que había comenzado a ladrar, sintiendo mi malestar.

—Lo siento mi vida… —Me abrazó. —Reconozco que fue muy cruel mi broma. —Me dió un beso en la mejilla. — ¿Y este animal?

—Oye… —Le di un manotazo, mientras me dirigía al perro. —No le hagas caso bebe, está celoso, porque tú eres sexy y él no.

—Estás loca, Swan. —Rió, mientras rodaba los ojos. —Estuviste llorando. —Se puso serio, notando mis ojos, rojos e hinchados.

Suspire, le conté todo lo que había pasado en el hospital, haciendo pausas cuando comenzaba a temblar. Todo por sus reacciones, yo tenía que calmar al perro, ya que le comenzaba a ladrar.

— ¿Y qué es lo qué vas a hacer?

Me encogí de hombros. —No lo sé, quiero quedarme hasta que Sue y Charlie se casen. Después de eso, volveré a mandar solicitudes a las Universidades.

—Te vas a ir…

—Jake… —Le tomé la mano. —Ya te lo dije una vez y te lo repetiré; podemos irnos juntos, sé que no es fácil para ti, porque tienes responsabilidades aquí... pero también sé que no te agrada mucho la idea de ser un lobo. —Rei, recordando la primera vez que lo hablamos.

— ¿De verdad te irías conmigo? —Vi un destello de esperanza en sus ojos. No quería ilusionarlo, por lo que decidí aclarar las cosas.

—Seré sincera, y puede que haya metido la pata en este momento… —resoplé. —te quiero más de lo que piensas, pero no de esa forma, sabes que no puedo aún…

—Lo sé, tontita. —Me abrazó, interrumpiéndome. —No te voy a presionar, puede que no pase nada entre nosotros y soy consciente de ello. —Sonrió. —Pero prefiero mil veces tenerte a mi lado como amiga, que a perderte.

—Baboso. —Reí, aliviada Pero recordé que no se había comunicado conmigo. —No supe nada de ti en estos dos días.

—Sam me tenía bastante ocupado, y el celular, bueno... lo rompí sin querer. —Dijo avergonzado, haciéndome reír. —Voy a comprar uno nuevo.

El resto del día, la pasamos conversando y viendo películas, hasta que llegaron Sue y Charlie. Esme había entrado un momento para saludarme y ver si ya estaba mejor. La verdad, me había mareado muy poco en el día, y había tenido pocas nauseas, pero no había vuelto a vomitar.

Seth se iba a quedar una semana más en la Push, haciéndole compañía a Leah, así que tenía la cama para mi solita y para mi perrito. Bueno, también dormía cómoda con Jake, pero tal vez él iba a regresar a su casa, me daba pena decirle que se quedara, ya que debía descansar, tenía las ojeras un poco más marcadas, que desde la última vez que lo vi.

Estábamos cenando hamburguesas, la mía tenía huevo frito y un poco de carne, pero la verdad es que me sentía con mucha hambre. Aunque ya llevaba como tres huevos fritos... comía tan rápido, que tanto Jake y mi papá, me miraban con la cara incrédula.

—Bella, si sigues comiendo así, se te va a subir el colesterol. —Me regañó mi papá.

—Solo uno más. —Hice un puchero. Mi padre iba a replicar, pero Jake se le adelanto.

—Déjala, yo me lo como con ella.

Le fruncí el ceño, no deseaba compartir con nadie, pero él me guiño el ojo dándome a entender que era mentira. Charlie y Sue se despidieron, según ellos porque estaban cansados, la verdad no quería ni imaginarme sus “actividades”.

—Ya no puedo, estoy satisfecha. —Aparté mi plato con medio huevo, lejos de mí, Jake solo rió, haciendo que le rodara los ojos.

— ¿Todavía sigues asustada por la película, o ya se te pasó? —Sonrió, arrogante.

—Eres un tonto. —Grité, riendo. —Ya me había olvidado de la película.

Rió a carcajadas, con la mano en el estómago y le saque la lengua de un modo tan infantil. Nos quedamos unas horas más viendo películas y conversando. Esa noche, se quedó a dormir conmigo, era tan cómodo tenerlo a mi lado, sé que en el puedo confiar ciegamente y que a pesar de todo siempre estará ahí para apoyarme y no importa cuanto lo intentemos, nunca nos podremos alejar.


Otro capitulo :) 

Espero que les guste :) 

 

Capítulo 7: Reunion Cullen Capítulo 9: Los Vega

 
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