Arde el cielo

Autor: DenisseMCullen
Género: + 18
Fecha Creación: 12/06/2013
Fecha Actualización: 27/02/2015
Finalizado: NO
Votos: 12
Comentarios: 55
Visitas: 35891
Capítulos: 27

Disclaimer: Los mayoria de los personajes le pertenecen a Stephanie Meyer, los demas personajes y la historia fueron inventados por mi. 

Edward deja a Bella en plena luna de miel, ella decide regresar a Forks con la decision de olvidarlo todo e irse... Noticias inesperadas, personajes nuevos.. ¿Que mas ocurrira despues?.. +18 por futuros lemmons 

Enjoy :) 

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Capítulo 2: Apoyo y regaños

Playlist: 

*Sweet Child O´ Mine - Guns -n- Roses 


Aquí estaba, frente a mi casa, con las pocas maletas que había podido traer conmigo. Justo cuándo me acercaba a la puerta, para tocar el timbre, Sue salió y directamente me abrazó, provocando que las lágrimas se deslizaran por mi rostro.

—Pequeña… — Comenzó a decir, arrullándome y acariciando mi espalda, tratando, con esas muestras de cariño, calmar mi dolor. —Llora mi niña, llora todo lo que tengas que llorar, ya pasara. Seth, ven, ayúdanos con las maletas, por favor.

Al entrar en la casa, decidí ponerme cómoda, por lo que me quité los zapatos, junto con el abrigo y amarré mi cabello en una coleta. Me senté en el sillón y subí los pies; me estaba mordiendo el pulgar, mientras trataba de tranquilizarme.

—Ten, tómalo. —Sue me tendió un vaso con lo que supuse, que era leche. —Tiene un poco de azúcar, te ayudara, para que te relajes un poco.

—Gracias Sue. —Atiné a decir.

— ¿Te sientes mejor? —Me preguntó, cuando me termine la leche.

—Si un poco, gracias —Le ofrecí una media sonrisa. — ¿Cómo sabias, que estaba allá, afuera?

—Alice y Emmett vinieron a casa ayer, nos contaron lo que paso, no con demasiados detalles, solo que Edward se había comunicado con ellos, para decirles la situación y les pidió que vinieran a dejar tus cosas. Ellos no dejaron de insultarlo; de decir que era un estúpido, que no tenía cabeza y siguieron con la agresión. —Rodó los ojos. —A Charlie, tuvimos que encerrarlo, porque quería matarlo; incluso llamó a casa de los Cullen pero le dijeron que no estaba ahí, él no había regresado y que no tenían idea de donde estaba. Alice fue la encargada de decirle que te encontrabas bien y que regresabas hoy, solamente así, logramos tranquilizarlo.

Suspire, esto iba a ser realmente difícil.

—Bella… —Me llamó. —Quiero que sepas, que puedes contar conmigo, para todo lo que quieras y te apoyare en todo lo que necesites, en verdad.

—Gracias, lo tendré en cuenta.

—Y si requieres a alguien, que te robe una sonrisa, o tan solo matar el tiempo, me puedes llamar a mí. —Dijo Seth, entrando a la sala, sonriente.

—Hola, Seth. —Lo abracé.

—Es bueno tenerte de vuelta, Bells. —Me revolvió el cabello. —Aunque, habrá muchas peleas. —Soltó una risita. —Tu cuarto, es mío ahora, pero podemos hablar, y llegar a un acuerdo...

—Puedes quedarte con el cuarto Seth, no creo que sea buena idea quedarme aquí. —Le interrumpí, no me sentía segura, estando en esta casa.

— ¿Cómo de que no te quedaras? Jacob se va a morir cuando se entere.

— ¿Jacob sabe lo que pasó? —Pregunté, alarmada, sabía perfectamente, de lo que Jake era capaz.

—Sí, aunque, al principio no se lo tomo muy bien. Él, al igual que Charlie, no se tranquilizó, hasta que Ali lo convenció de que estabas sana y salva, ah y de que seguías siendo humana.

— ¿Ali? —Cuestione.

—Sí. —Sonrió. —Después de lo que ocurrió en la boda, y cuando ustedes se fueron de luna de miel, me hice amigo, tanto de Alice, como de Emmett. Esme, es muy dulce y me cae increíblemente bien, y aunque Jasper anduvo desconfiado al principio, termino "soltándose" conmigo. —Hizo comillas en el aire, riendo. —A la única que no he podido domar, es a Rosalie, esa rubia sí que es un tanto difícil, pero nadie se escapa de mi encanto personal. —Terminó riendo, guiñándome un ojo.

Rodé los ojos: un hombre lobo y vampiros socializando, esto solo era obra de Seth, sin duda.

—Ahora que lo recuerdo. —Empezó a decir Sue. —Me parece raro que Jake no se haya aparecido aún por aquí, cuando sabe que Bella ya llegó.

Asentí, concordando con Sue, a mi también se me hacia extraño.

—Sam esta manteniéndolo ocupado, le dijo que no quería que hubiera problemas, no va a dejarlo acercarse por un par de días, al menos. —Confesó Seth.

Bien, eso era algo lógico, después de todo.

Estaba sentada en el sofá, viendo Greys Anatomy con Seth. Me fascinó observar como operaban a todas esas personas, según fuera el caso, a pesar de lo que sentía cuando veía sangre. Toda una ironía.

—Chicos, la cena esta lista, ¿Quieren comer ahora, o prefieren esperar a que Charlie regrese? —Nos pregunto Sue, que venía saliendo de la cocina.

Al escuchar el nombre de mi padre, me puse muy nerviosa, sabía con precisión lo que iba a decirme, fue lo que me aviso desde un principio, ahora… ¿Cómo lo miraría a los ojos, sin sentir vergüenza? Sue notó mi tensión, y me dijo:

—Todo va a estar bien Bells, el te comprenderá, estas cosas le pueden pasar a cualquiera, tranquila.

—No Sue, te equivocas, a cualquiera no la deja su esposo, que es un vampiro, para variar.

—Ya deja de pensar en eso Bells, no te tortures y sigamos viendo Grey`s, que esta increíble y van a dar otro capítulo, espera. —Seth puso sus dedos índices en las comisuras de mis labios y las levanto, para parecer que sonreía, hizo cara de asco, señal de que el resultado no fue lo que esperaba. —Mejor esperaré a que sonrías por ti misma, no insistiré más.

Sue río por lo bajo, me dió un beso en la coronilla y fue de nueva cuenta a la cocina. A pesar de que tenía los ojos en el televisor, mi mente divagaba por otros mundos. Realmente cuando se fue, lo comprendí un poco; no soy nada extravagante, no soy hermosa como una vampira, no tengo cuerpo de modelo: para él, era como una muñequita de porcelana, con la cual tenía que tener mucho cuidado para no romperla, siempre poniendo límites, por mi bien. Pero cuando regreso, pensé que de verdad, tal vez sí me quería, y que no le importaban esos detalles. Cuando me pidió que me casara con él, estuve completamente segura que me amaba, como yo lo amaba.

Pero, no era el caso y todo esto se fue a la mismísima mierda, en el momento que decidió abandonarme.

—Tierra llamando a Bella. —No me di cuenta que me hablaban, hasta que Seth chasqueó sus dedos, frente a mis ojos.

—Ah… ¿Qué? —Pestañé, demasiado aturdida. —Lo siento, pensaba en otra cosa.

—Sí, me di cuenta. —Sonrió, aunque de pronto se puso bastante serio y me abrazó. —Bella… por favor, no estés así, sé que es algo demasiado difícil, muy complicado, pero… —Suspiro. —Yo ví como estabas cuando él se fue, no me gustaría verte así de nuevo, no te pido que te rías de todo, pero, no quiero verte triste, sin ganas de hacer absolutamente nada.

—Seth, yo se a que te refieres, y tranquilo, no tengo intensión de deprimirme, me costará trabajo mantenerme alegre y activa pero, te prometo que lo voy a intentar. —Le sonreí, a medias. De pronto, Sue entro a la sala, y comenzó a hablar:

—Chicos, Charlie acaba de llamar, y dijo que iba a llegar algo tarde, así que… ¿Quieren que les sirva la cena?

—Por favor. —Respondió Seth. —Me muero de hambre, ya era hora.

—Yo no quiero comer. —Dije, un poco aturdida, por lo que acababa de hablar con Seth.

—Oh no señorita, a mí no vas a venir con ese cuento. Lo que menos quiero es que te enfermes, así que comes por las buenas, o por las malas. —Terminó por regañarme, con esa voz mandona.

—Te recomiendo que obedezcas, no la hagas enojar, mi mama puede parecer una mujer muy dulce, pero en realidad, es un ogro.

—Está bien. —Dije, resignada.

Habíamos terminado de comer carne asada, —muy deliciosa, por cierto —con jugo de naranja y papas fritas.

—Gracias Sue, la cena estuvo deliciosa.

—De nada Bella. —Sonrió. –Seth, ya deja de comer. —Gritó hacia donde él estaba devorando todo lo que encontraba a su paso.

—Pero tengo hambre, mamá.

—Ya comiste, deja eso ahí, que por tanto comer, estas así. —Le regaño suavemente, lo que provocó que Seth soltara el plato de papas fritas, a regañadientes.

—Ven B, te mostrare los cambios radicales. —Seth me cogió del brazo y me llevó escaleras arriba.

—Wow… —Exclamé. — que bien quedó todo. —Dije, viendo el que era antes mi cuarto, claro que ahora, tenía sus toques masculinos; se veía un poco más grande, había puesto una mesita de futbolito, un televisor en la pared, tenia puros juegos, películas y ropa tirada en el suelo, tenia posters de todo tipo en las paredes y un reproductor de música.

—¿Qué te parece? —Sonrió abiertamente. —Yo lo redecoré. —dijo orgulloso, sacando el pecho. —Ahora… ¿Qué tal una partida de Guitar Hero?

—Nunca había jugado eso, así que es muy posible que pierda, sin duda.

—No importa, es muy fácil, mira. —me pasó una guitarra, y comenzó a enseñarme como se jugaba.

Ya era de noche. Habíamos jugado varias canciones, sentía los dedos adormecidos. Estábamos acostados boca arriba en su cama, Sue tenía rato que se había ido a descansar, mientras nosotros comíamos chocolates, que Seth había tenido escondidos en la habitación, pero que ahora, se hallaban regados por toda la cama.

—Tengo los dedos agarrotados. —Dije, tratando de flexionarlos.

—Eso es ahora, cuando se convierte en un vicio y te acostumbras, no te duelen para nada. —Rió. —Esas canciones fueron de lo más sencillas, hay una canción que me gusta, pero es un poco complicada, escúchala… —Se levantó y fue hacia el reproductor. —Se llama Sweet Child O´Mine.

La canción era de lo más increíble que había escuchado, me reí como loca en la parte del solo de guitarra, Seth cogió la guitarra del juego y actuó como si él, la estuviera tocando.

—Seth, baja el volumen, que tu mama ya está dormida. —Me sorprendió ver a mi padre, entrar en la habitación. —Bella. —Me saludo y ofreció una sonrisa.

—Hola, papá.

—Este… yo iré a… si… —Dijo Seth, dejándonos solos.

Charlie se sentó a mi lado en la cama, me sonrió nostálgicamente y me abrazó fuertemente, logrando que derramara todas las lágrimas que estuve conteniendo por la tarde.

—Mi niña. Todo está bien. —Me consoló.

No podía emitir palabra alguna, lo único que hacía era llorar. Cuando por fin pude calmarme, le conté lo que sucedió, él solo me escuchaba con el ceño fruncido atentamente.

—Ese hijo de puta. —Suspiro…— ¿Cómo se atrevió a hacerte esto de nuevo? Lo aguante una vez, solo por ti, pero no lo voy a aceptar de nuevo, esta vez sí que me va a escuchar. —Exclamó, realmente furioso, poniéndose de pie.

—No papá, por favor, no hagas nada.

—Te lo dije Bella. —Se sentó de nuevo. —Te pregunte si estabas totalmente segura y me lo afirmaste, te conté lo que paso con tu mamá y conmigo, ¿Por qué no me hiciste caso, nena? No me gusta verte así.

—Yo sé papa, y lo siento, debí de haber escuchado a todos los que me aconsejaron que no debía casarme… —No podía controlarme, solo seguí llorando.

—Un error lo comete cualquiera, yo no soy quien para juzgarte, ya no llores mas. —Siguió abrazándome. —Yo sé que esto va a pasar, respira, tranquila.

Cuando pude tranquilizarme un poco, conversamos brevemente sobre su relación con Sue; el me contaba cómo iban las cosas, y me alegraba tanto por ellos… Sue siempre fue tan buena conmigo, desde que era pequeña. Y, por otro lado, sería bueno tener a Seth por aquí, siempre me lograba sacar una sonrisa, con todas sus locuras.

—Bella. —Me llamó Charlie, abriendo la puerta. — ¿Te puedo pedir un favor?

—Claro papá, de que se trata. —Bostecé.

—No me gustaría verte deprimida de nuevo, sé es algo difícil, pero no quiero que vuelva la misma zombie-Bella en que estuvo en esta casa cuando él se fue, quiero verte reír, y sé que si Seth está aquí, será mejor. Te costara mucho trabajo, y no quiero presionarte, pero no quiero verte sufrir de nuevo, no como la vez anterior.

¿Por qué todo mundo me dice eso? —Lo intentare papa, te lo prometo. —Traté de darle una sonrisa tranquilizadora.

—Te quiero Bella, nunca lo olvides. —Se acerco, y me dio un beso en la frente.

—Yo igual papá. –Salió de la habitación.

Tiempo después, bajé a la cocina, encontrándome con Seth: estaba comiendo —de nuevo —solo rodé los ojos.

— ¿Hasta cuando vas a dejar de comer? —Me reí un poco de su cara.

—Wow reíste. —Lo fulmine con la mirada. —Lo siento… y respondiendo a tu pregunta, nunca, cuando eres hombre-lobo te da más hambre.

Yo fui hasta a la alacena, saqué un plato y busqué que cereal había… me sorprendí, de ver mi cereal favorito, a nadie aquí le gustaba, excepto a mí. Lo abrí, llené mi plato con leche y cereal, y me puse a degustar mi cena.

—Tú dormirás en el cuarto. —Me advirtió Seth.

—No, no quiero incomodar.

—No incomodas, además es tu casa, así que, dormirás en la habitación.

— ¡No!... Ya veré como me acomodo aquí abajo.

— ¡Que no! Además, Charlie me dijo, que iba a arreglar el sótano para que se convirtiera en mi dormitorio —Contestó. —Así, que tú te vas a quedar con tú cuarto.

Había tantos recuerdos en ese cuarto, que no quería revivir; las entradas a media noche por la ventana, nuestro primer beso, todo, absolutamente todo y quería, necesitaba olvidarlo, no quería seguir sufriendo, no por mi solamente, por mi familia también.

—Qué tal si tú te quedas con el cuarto y yo me mudo al sótano, sería menos trabajo, tu dejarías tus cosas ahí, no tendrías que mover nada. —Tenía que lograr, que aceptara mi propuesta.

—Es buena idea, pero aun así hay que decirle a Charlie para ver que decide. —Comió un pedazo más de carne. —Pero por ahora, tu dormirás en el cuarto, y es mi última palabra.

Rodé los ojos, iba a replicar, pero su celular sonó

—Aló... aja... ok. —Colgó. —Bueno, tendrás que quedarte hoy en el cuarto, porque yo tengo que salir.

— ¿A dónde vas?

—Sam me necesita, nos vemos luego. —Me despeino. —Que duermas bien.

Después de que Seth se fue, subí y me di un baño, cogí un short que tenía en la maleta y una blusa, me cepille los dientes y me acosté en la cama.

Me saqué el anillo de boda, lo irónico era que después de todo, aun lo tenía puesto, ese símbolo del amor que siento por él, y lo puse encima de de la mesita de noche. Cerré los ojos, esperando que esto solo fuera una pesadilla.


Segundo capitulo!! 

Beteado por Lupita Carrasco de Betas FFTH.. 

Capítulo 1: Carta, excusa y regreso a casa Capítulo 3: Supermercado

 
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