¡Maldita perra! ¡Maldita perra!

¡Maldito él! ¡Malditos vampiros!

¿Por qué no puedo odiarlo? ¿Por qué tiene que ser tan cruel conmigo? ¿No puede tener un poco de pena, de lástima por mí?

Estaba, segundo tras segundo, tratando de retener las lágrimas que querían derramarse; pero no les iba a dar el gusto, no a ese idiota, mucho menos a esa mujer. Ni Esme ni, mucho menos Emmett, estaban felices con la visita que habían recibido en ese instante. Eleazar y Carmen me mandaban disculpas con la mirada, a los Cullen, en especial. Irina no había regresado con ellos después de lo que sucedió el día de la boda. Y Kate, bueno, era como tener a Alice, solo que más tranquila, sin obsesión por las compras, ni tanta energía como caracterizaba la enana.

Sue, Renee y Ali, salieron desde la mañana a la Push para recoger a Emily e ir de compras de último momento. Ali decidió no llevarme. Que "suerte". Pero ahora prefería una tarde con los pies hinchados, andando de un lado a otro, totalmente cansada, que ver a Tanya "resbalada" Denali, riéndose y coqueteando con mi... bueno, con mi ex-marido. Pero aun así, lo hacían en mis narices, como si yo no sintiera nada. Es verdad que Sam y Jake se ponen acaramelados conmigo frente a Edward, pero a él no le importaba en lo más mínimo por la sencilla razón que no me quiere; el problema es que yo todavía lo quiero a él, y me duele lo imbécil que puede llegar a ser.

—Toma, Belly. —Dijo el oso, mientras me entregaba un cuenco con helado de chocolate con nueces.

Ya era el tercero, tenía que dejar de comerlo. Me iba a dar diabetes si seguía alimentándome así.

—Deberías dejar de comer eso. —Habló la voz de "pito chillón" como le apodó Emmy. —Desde la última vez que te vi, estas un poco…. —hizo una mueca despectiva, para luego mirarme con burla. —gorda.

Le sonreí hipócritamente y me saboreé, con ganas, una gran cucharada de helado. No me afectaba que me dijera gorda. "Si ella supiera…" Bufé, con una sonrisa

— ¿Quien entiende a los humanos? —Siguió parloteando. —Comen y comen, pero luego se quejan. —Me miró. —Pero, tranquila querida, sé que la depresión es una etapa difícil, y que tienes la necesidad de comer y engordar…

Suficiente. Hasta aquí llego mi paciencia. Empecé a levantarme furiosa, aunque sé que me iba a partir la mano, igual le iba a dar un merecido. Pero antes de poder agarrar su cabello —muy mal pintado, por cierto— sentí unas manos sujetando mi cintura, jalando mi cuerpo hacia atrás.

—Wow fiera… —era Sam. —tranquila, nena.

— ¡Suéltame!

— ¿Qué? ¿Me vas a pegar? —Dijo Tanya, desafiándome.

—No, sólo te arrancare tu maldito pelo. ¡Oxigenada! —Le grité, molesta.

—Ja, como si pudieras. —Me retó, mientras se daba la vuelta.

Me salí del agarre de Sam y le cogí un mechón de su cabello, pero no tuve tiempo de tirar más de él, porque ya me habían agarrado otra vez.

— ¡Ya basta! —Gritó Esme, cogiendo mis hombros.

La desgraciada, soltó un bufido de burla.

—Tú deja de molestarla y de ser tan infantil. —Ahora Esme se dirigía a ella. —Porque si no lo haces, también te las veras conmigo.

Me miro a mí. Con profunda preocupación en los ojos.

—Recuerda que no sólo te estás haciendo daño a ti Bella, por favor.

Sam y Emmett me llevaron a mi habitación, soltando gruñidos y maldiciendo de vez en cuando.

Me senté en el borde de la cama, quería llorar de la rabia y la impotencia que sentía de no poder hacerle ni un rasguño a la perra maldecida. Pero Esme tenía razón, tenía que pensar en mi pequeño también, no me interesaba lastimarme, pero si ella me golpeaba, podía afectar y poner en riesgo la vida de mi bebé. La habitación estaba en silencio, era algo raro teniendo a esos dos ahí. Alcé mi mirada y los vi parados, uno al lado del otro, con los brazos cruzados en el pecho y el ceño fruncido. Estoy iba a ser malo, muy malo. Y ahora, a esperar a que Jake llegue y se entere...

— ¿Cuál de los dos me va a gritar primero? —Pregunté, abatida.

Emmett suspiró y suavizó su mirada, mientras se sentaba a mi lado y me cogía la mano, con infinito cuidado.

—Nadie te va a gritar, pero lo que hiciste estuvo muy mal.

—Lo sé, pero...

—No hay peros, Swan… —oh, no. Cuando Sam me decía Swan, era como cuando Edward me decía Isabella. Estaba enojado. Pero en su mirada, además de enojo, había preocupación, y tristeza. —Voy a estar abajo.

— ¡No! Sam, espera… —Lo llamé, pero prácticamente, ya le estaba hablando a la puerta.

—Tiene razones de sobra, para estar enojado, Bella. —Dijo Emmett, sonriendo. Aunque, hermanita… me siento orgulloso de lo que vi, se que pelearas como tu sexy hermano oso.

Reí divertida, viendo como Emmy se besaba los músculos.

—Pero, eso no quita el hecho, de que lo que hiciste estuvo mal. —Dijo, poniéndose serio. —Te pones en un gran peligro Bella, que nosotros te adoremos, y que no te hagamos daño físicamente por ello, no significa que ella también lo haga. ¿Ok? Y Esme también tiene razón.

Lo mire, atónita. ¿El sabia de mi embarazo, también?

—No sólo te lastimas a ti, sí te llegara a pasar algo, nos lastimaría a todos.

Suspiré aliviada. Confiaba en el oso, pero era muy bocón en algunas ocasiones.

Asentí.

—Ahora, ve a hablar con Sam. Está más que preocupado, y Jasper ya no lo soporta.

Bajé corriendo las escaleras, pero con cuidado para no caerme y empeorar las cosas. La zorra todavía estaba aquí y estaba apoyada en el hombro de Edward a la vez que él tenía una mano en su cintura. Los "hermosos" tórtolos estaban riendo, como sí momentos antes, no hubiera pasado nada.

—Bella, Carmen y yo nos disculpamos por el comportamiento de Tanya… —dijo Eleazar, avergonzado.

—Me disculpo yo también, mi comportamiento tampoco fue el adecuado.

Les dirigí una sonrisa tímida y me fui a sentar a lado de Sam en el sofá.

—Oye… —le jale un poco la manga de su camisa, pero igual me ignoró. —Sé que fui una tonta impulsiva. —Me reí por mi insulto. —Pero, ¿Me podrías perdonar?

Me miro como si estuviera loca.

—No me vas a hablar, ¿Verdad?

Seguía ignorándome. Para el soy una pequeña hermanita a la que debe cuidar, igual que con el oso. Soy algo así como su princesita.

Le di un sonoro beso en la mejilla, como sé que le gusta a él. Pero nada.

Tomé su rostro entre mis manos, e hice que me mirara.

— ¿Podrías, por una vez en tu vida, entender como me siento?

Siguió ignorándome. Me levanté y me fui al gran patio trasero. Me senté en un tronco que estaba al pie de un pequeño río.

—Solo ignóralo Bella, ya te lo he dicho. —Se sentó a mi lado.

—Tú y todos creen que es fácil, pero no lo es. —Me sequé las lágrimas. —Si de por sí, me siento una mierda, ella viene y me hace sentir peor.

—Pero sabes que no es verdad. —Me abrazó, reconfortándome. —No comes por estar deprimida, —comenzó a acariciar mi cabello —creo que ni siquiera estas deprimida, y no estas gorda, estas embarazada… —susurró lo último. —Tú le estas dando, lo que ella no podrá darle nunca. Un bebé.

Me dió de tomar mi dosis de sangre, para irse casi inmediatamente, porque Kat lo estaba llamando. Entramos a la casa y me dió un beso en la mejilla, uno tan tierno, que me hizo sonrojar. Edward se quedó mirándome, por su expresión, el color y las expresiones de sus ojos, que tenían un rastro de dolor y traición, supe que el también lo había visto del mismo modo que yo.

¿Te duele? ¡En tu cara, Cullen!

Beteado por Lupita Carrasco de Betas FFTH!!! 

Otro capitulo :) 

Keit... Mi fan #1, oficialmente :) Gracias por tu apoyo nena :*