Danza de pasiones

Autor: veronikice
Género: + 18
Fecha Creación: 25/04/2011
Fecha Actualización: 19/11/2011
Finalizado: SI
Votos: 20
Comentarios: 69
Visitas: 45489
Capítulos: 25

HISTORIA FINALIZADA

Tres mujeres, una camino insierto. Una herencia, una verdad revelada, una gran cambio.

Tres hombres, una fortuna, puja de poder y nuevos competidores amenazando su empresa.

Todos unidos por la pasión, la ambición el peligro y el amor en la fría y lejana Alaska.

Niñas aqui les dejo mi nueva historia ojala les guste y me ayuden con los votitos pero mas que nada con sus comentarios que son los que alimentan el alma de todas las que escribimos. Bueno sin mas que decir una abrazo grande a todas. Verooo

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Capítulo 5: 5- Mala suerte

 Bueno niñas aqui les dejo otro capítulo espero sea de su agrado les agradesco a todas las que me dejaron sus comentarios y sus votitos y a todas las que leyeron la historia y no se animaron un besote desde Argentina. Vero


5- Mal día





Isabella

-NO puede ser pero ¡¿Que clase de desesperadas por el sexo opuesto son Uds. dos?! ¿Como que no hablaron de negocios con los Cullen y que se supone que hicieron con la hora que llegaron?
-Alice me miraba algo avergonzada. -Pero Bella no sabes como son esos muchachos tan divertidos, educados, guapos y...y todo lo que se te ocurra encontrarle a un hombre -canturreo mi amiga

-Ya Al- No expliques tanto igual la Srta. Hielo no te escuchara ni mucho menos te  entenderá, a esta chica no le corre sangre por sus venas si no agua a punto de congelarse. Realmente Bella deberías encontrarte con ese Edward Cullen tiene el mismo mal humor que tú. -Contesto Rose, aparte lo único que hicimos fue ir a cenar. No daba para hablar de negocios ni esos animales sucios- puso cara de repugnancia al hablar de las ovejas.

-No soy fría Rose- Conteste de mala manera es que alguna vez estaría muy bueno que dejen de lado la frivolidad y nos ocupemos del negocio. Es lo que acordamos al venir aqui, hacer funcionar esto durante un año para poder heredar luego no me interesa si te vas a París o donde se te plasca te metes en una tina llena de champaña mientras cincuenta hombres te bailan semidesnudos alrededor diciendote lo hermosa y perfecta que eres, necesitamos ocuparnos del criadero aqui y ahora.
- Estaba furiosa. Sentía mi cara arder de rabia, me sentía sola, discriminada, extrañaba a horrores a los muchachos, mi trabajo, mi madre en realidad, mi antigua vida ¿Que estaba haciendo aqui? A mi no me interesaba el dinero ¿Valía la pena este sacrificio?
Una lágrima traicionera se escapo de mis ojos me sentía frustrada. Di media vuelta sin escuchar que las dos mujeres alli sentadas me llamaban preocupadas tome las llaves de la comioneta necesitaba salir de ese lugar me sentía ahogada, necesitaba descargarme.

No conocía bien el lugar pero no me interesaba un poco de velocidad no mata a nadie abri la ventanilla dejando que el aire frío golpeara en mi rostro la carretera estaba en muy buen estado y mi estado de ánimo me hizo acelerar más de la cuenta, tome conciencia que afuera estaba lloviznando cuando patine en una curva cerrada todos mis sentidos estaban puestos en tratar de controlar la camioneta cosa que me resulto muy difísil, una vez que lo logré para junto al camino me baje unos segundos para tranquilizarme ya estaba oscureciendo o sea.
 ¿Cuantas horas pase conduciendo? ¡Varias! al menos un par. Mi corazón se acelero, no sabía donde estaba ni cuanta gasolina me quedaba. -Hay Isabella por que te dejas llevar por tu genio ¿Que haras ahora? Y preocupada me volví a subir para fijarme en el indicador de la gasolina quedaba un poco, no creía que alcanzara para llegara de vuelta.
 Ya se. Una idea,llamare para que me vengan a auxiliar trayendome algo de gasolina donde me quede. Así llegaré. Busqué mi móvil en vano ya que no lo tenía. ¡Que idiota Isabella! golpee el volante con fuerza ya sin nada que hacer gire para volver al rancho o hasta donde llegase.
La cosa fue bien al menos por una hora y un poco más pero en cualquier momento quedaría varada sin dinero, sin saber donde estaba, sola, sin teléfono y de noche. ¡¡MARAVILLOSO!! te pasaste Isabella Swan (me decía mi yo interior) solo por que las reinas de la belleza te sacaron de las casillas tu te metiste en una situación peligrosa toda una genialidad.
Ya cuando vi que no avanzaría mas me aorille en el camino no logré ni siquiera lograr a estacionarme bien parte de las ruedas traseras quedaron sobre la cinta asfáltica. Salí casi a tientas.
 
Pase un largo tiempo en esa situación. el frío aumentaba a pasos agigantados, tenía hambre, debia adminitir que estaba asustada  y el silencio era absoluto al igual que la oscuridad no podría pasar la noche alli terminaria congelada, para peor comenzaba a caer una leve nevada.
 A lo lejos por obra divina se comenzaron a vislumbrar unas luces, solo debía esperar para hacer señas al conductor para pedirle ayuda. Me ganaba la impaciencia cuando calcule que estaba lo suficientemente cerca comence a saltar agitando los brazos como loca en medio del camino. Claro lo que no había tenido en cuenta era la velocidad del vehículo, combinada con la oscuridad reinante y la fina capa de hielo que se formaba sobre el camino por la llovizna y la nevada reciente podía ser muy peligrosa, el conductor me desvio abruptamente haciendo sonar la bocina lo peor que no controlo su camioneta y termino chocando contra un árbol, el golpe fue bastante duro.
 Tarde unos segundos en reaccionar ¡Había causado un accidente! ¡¡Dios que no se haya matado!!
Corrí hacia donde estaba la camioneta en esos momentos y gracias a las luces de la misma que continuaban encendidas pude ver que un hombre se bajaba de la misma vociferando.
- ¿Pero, estas loca? ¡Pude haberte matado! ¿No se te ocurrio encender las luces para hacer señas en medio de la carretera?
-Per - intente decir algo pero  me interrumpio.
- ¡No se como estamos vivos!
- Discu...- Otra interrupción.
- ¡Mira mi camioneta! Grito
- Por los nervios de la situación, mi genio afloro muy rápido- Si! ¡¡Ya vi!! -le grite
-Pero por favor ¿Me puedes disculpar? es que necesito ayuda.
-Se volvió hacia mí de forma repentina, tan veloz que me asusto me tire hacia atrás y sin darme cuenta buscaba mi arma  en la cintura típico de un policía. En ese instante recorde que no estaba en Forks. No se que movimiento con exactitud lo relajo a medias,  comenzó hablar mas calmo.
-Bueno al parecer yo tambien la necesito ahora- Paso su mano por su frente y allí me di cuenta que sangraba.
-Oh! ¡Por favor estas herido!
-Me acerque sin pensarlo todo mi entrenamiento salía a relucir lo mire minuciosamente con la poca luz que había- No es grave- dije pero un golpe en la cabeza siempre es un golpe .
-Por favor  ¿Puedes llamar a alguien?
-Se alejo un poco metiendo la mano en su campera desde donde saco un preciado teléfono. Me sentí infinitamente agradecida al fin podría salir de allí.
-La alegría no duro mucho el viento y la nevada se intensificaba, los auxilios estaban ocupados en un accidente en cadena en las afueras del pueblo y por si fuera poco se acercaba una tormenta. Todo esto le habían informado en escasos minutos a mi alterado compañero casual.
- Penso por unos minutos hasta que dijo- Mira a poco mas de un kilómetro hay una cabaña, es allí donde me dirigía, sera mejor que empecemos a caminar o esto se pondrá feo. Una vez allí podremos calentarnos al fuego de la chimenea. Me dijo.
-Ni loca eres un desconocido, no ire a la casa de nadie.
- Como te plasca- no sabía que eras suicida.
-No lo soy- le grite en la cara ¿Por que lo dices?
-Su cara se notaba irritada pero una sonrisa le cruzo los labios, -Bueno para no serlo lo intentas muy bien haces señas en un camino oscuro, y ahora pretendes morir congelada, por lo que veo no eres de aqui y no conoces la magnitud de las tormentas del lugar pero yo te recomendaría que busques un lugar cubierto, si no mañana serás un bloque de hielo.
- Claro pero sana ¿Como se que no eres un asesino o un violador? - le conteste.
-Su risa contenida salio. Lo deberías haber pensado antes de pararme en la ruta como sea y si fuese alguno de los dos me daría lo mismo asesinarte o violarte aquí o en la cabaña, se alejo de mi para buscar algo en su camioneta la cerró y comenzó a caminar.
- ¿Donde vas? - Pregunte asustada
- Ya te dije no me quedaré aquí, no con una noche como esta.
-Maldije mi mala suerte, hice lo mismo que él con su camioneta, saque un abrigo y la cerré, corrí  atrás suyo.
-Buena, e inteligente desición- me dijo por sobre su hombro.
-Si. Ya veremos le conteste ajustándome a su paso.
-Luego de caminar por un rato estaba exhausta, debemos entrar por aqui solo falta un poco.
-Me señalo un camino de tierra el cual estaba bordeado de árboles que se agitaban a causa del viento reinante, mi estomago se contrajo y no solo de hambre si no también por el miedo ¿Por que demonios estaba metida en semejante lío?
-Durante el camino mi acompañante me había prestado su teléfono para avisar a mis hermanas que no se preocuparan que a la mañana estaría de vuelta luego que solucionara un problema con la camioneta, corte la comunicación antes que preguntaran algo más no queria que ellas se vieran involucradas en nada de esto.

Ya una vez en la cabaña estaba tomando una ducha muy caliente, mi acompañante mal humorado casi lo exigió una vez que entramos, sonreí al recordar su cara de pocos amigos pero ¡¡Que buen mozo era!!! en cualquier otra circunstancia lo habría notado antes además debía reconocer que era muy caballero también insistio en darme una camisa suya seca y un sweter bastante grueso hasta que mi ropa se secara.
Cuando me anime a salir del cuarto de baño casi ridículamente vestida con la ropa que me dio y unos pantalones de algodón muy grandes para mí, el se encontraba en la cocina preparando algo que tenía un aroma delicioso mi estómago rugió casi audiblemente.
-Huele muy bien- le dije mientras me acercaba a la chimenea que era una bendición.
-Por la ventana se veía como la nieve y el viento azotaban la vegetación.
-Levanto la vista asombrado no se había percatado de mi presencia-
-Gracias no es mucho pero si solucionara las cosas por hoy- contesto dejando salir una sonrisa que acaloró definitivamente todo mi ser.
-Una vez que terminamos de cenar insistí en dormir en el sofá y en lavar los platos era lo menos que podía hacer. Una vez hecho esto seguimos charlando un largo rato el poseía un don hacer que quien este a su lado lo pase comodamente y se encuentre hablando de su vida mas de lo que esperaba es así que supo que yo era policía en un minusculo pueblo llamado Forks, de la relación especial que tenía con mi madre y las causas del por que me encontraba aquí en Alaska.
- Mis ojos se cerraban cuando lo último que recuerdo haberle dicho era mi nombre. Isabella Swan- por extraño que pareciese no nos habíamos presentado lo que  no puedo recordar es el nombre de mi angel salvador.

Capítulo 4: 4- Los Cullen Capítulo 6: 6- Demonio

 
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