Danza de pasiones

Autor: veronikice
Género: + 18
Fecha Creación: 25/04/2011
Fecha Actualización: 19/11/2011
Finalizado: SI
Votos: 20
Comentarios: 69
Visitas: 45496
Capítulos: 25

HISTORIA FINALIZADA

Tres mujeres, una camino insierto. Una herencia, una verdad revelada, una gran cambio.

Tres hombres, una fortuna, puja de poder y nuevos competidores amenazando su empresa.

Todos unidos por la pasión, la ambición el peligro y el amor en la fría y lejana Alaska.

Niñas aqui les dejo mi nueva historia ojala les guste y me ayuden con los votitos pero mas que nada con sus comentarios que son los que alimentan el alma de todas las que escribimos. Bueno sin mas que decir una abrazo grande a todas. Verooo

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Capítulo 24: 24- Desesperación y terror

    Bueno niñas espero que el final sea de su agrado aunque un poco triste. Les agradesco infinitamente a todas mis lectoras ya sean conocidas por sus comentarios o todas aquellas que lo hacen sileciosas. Espero nos veamos pronto con otra aventura. Las quiero muchísimooooo.(Por favor leean todo incluso el epílogo. G-r-a-c-i-a-s) Verooooo




                                      24- Desesperación y terror


Edward

Si la desesperación podía enloquecer a una persona era lo que a mí me estaba pasando en este momento. Estaba en un avión rumbo a Alaska donde por supuesto no podía usar el teléfono, sabiendo que mi familia estaba en peligro, mi hijo en teoría desaparecido.
No podía dejar de escuchar los gritos desgarrados de Bella, no sabía si algo le había ocurrido a ella ¿podría ser que  las llamadas que ella recibía esten conectadas a este suceso? Y por que alguien deseaba dañar a mi familia. Me maldecía por haberme ausentado. Reconocí en mi interior que cuando Bella me planteó el asunto de las llamadas me pareció que ella estaba un poco paranoica.
Pero igual Steve estaba investigando, al igual que la policía local por lo último que supe nada que llamara la atención a nadie ocurría.
La otra persona que estaba loco con el tema era Emmet. Cuando supo que en realidad toda la familia estaba siendo llamada se enfureció, según él teníamos que tomar mas en serio a los locos. Sus palabras exactas fueron: -¿Qué les pasa a todos Uds. que no vivieron suficiente peligro ya en sus vidas que no toman en serio a los dementes?
Rose trato de calmarlo pero dijo que el mismo se encargaría de todo en mi ausencia. Maldito par de días, me dije para mí si solo no hubiese asistido a la maldita entrevista yo estaría para defenderlos. Sentía ganas de vomitar por si fuera poco ahora nuestro comandante pedía que abrochemos los cinturones atravesaríamos una fuerte tormenta. Mis puños estaban tan apretados que sentía como mis uñas rasgaban la piel de las palmas.
Pasaron unas horas antes de llegar. Por suerte ahora ya estaba en camino al Rancho,  debía manejar mas prudente si quería llegar a salvo y estar para mi familia pero era imposible manejaba por esas carreteras como un demonio, si algo les paso a uno de ellos o a todos ya  mi vida no tendría sentido.
Apenas pude hablar con alguien me comuniqué con Emmet que no estaba disponible ... mala señal... Ahora logré hablar con Steve que se mostraba demasiado cauteloso, no se me escapó que alguien lloraba, una mujer. ¿Mi Bella quizas? y gran revuelo a su alrededor, sonido de sirenas mi estomago encogía de terror.
-Por favor Edward - cuando llegues te pondré al tanto de todo no te preocupes todo saldrá bien-
- ¿Qué tiene que salir bien? ¿Dónde esta Isabella? Steve por favor dejame hablar con ella- Un auto frenó bruscamente delante mío.
Solté el teléfono que cayó al piso de la camioneta tuve que hacer una maniobra casi milagrosa para no llevarlo por delante. Respiré profundo debía controlarme yo sabía hacerlo me entrenaron para mantener la calma pero no, no podía calmarme cuando no sabía que pasaba con mis hijos.
Conduje mas despacio, logré encontrar mi móvil a tientas, cuando lo alcancé ya mi amigo no estaba en línea.

En una carrera contra la desesperación y el peligro logré llegar. Al ver el espectáculo delante de mi casa, no solo mi estómago se contrajo ahora, si no también mi corazón.
Las sirenas brillaban en contraste con el atardecer frío y lluvioso. El área estaba acordonada con una cinta amarilla, me arrojé a correr hacia lo que, hasta hace un par de días era nuestra acogedor hogar, cuando transpasé la cinta solo pude hacer unos metros antes que ls policías me detuvieran yo gritaba como un loco diciendo que era mi casa.
Bellaaaa!!, Belllaaaa!!!, Marco, Marcooo!!! ¡dejenme! sueltenme mi familia vive aqui.
No daba crédito a lo que veía, la casa estaba cai destruída todos los cristales estaban rotos se veían signos que el lugar fue azotado por ráfagas de balas la parte que quedaba en pie ardía.
Steve, el comisario, Emmet y Alice se acercaron a mí.
- ¿Donde estan?  ¡Por Dios diganme donde estan! Nadie decía nada creí enloquecer.
- Alice se arrojó a mis brazos llorando mire las caras de uno en uno y lo que veía me aterraba a cada instante una daga comenzó a atravesar mi pecho el dolor era inmenso tanto que pensaba que mi cuerpo estaba en carne viva.

Emmet me tomó por los hombros para que me fijara en él, escucha hermano lo poco que sabemos es por la sra. Sayer. Ella estaba en la casa descansando.  Todo comenzó tarde, pero ella fue la última en ver al niño y a Bella en realidad sus palabras textuales fueron:
- La sra. Isabella gritaba pidiendo auxilio que se llevaban al niño, al seguirla logré ver  las luces de un auto que se alejaba ella subía a su camioneta arrancó para detenerse delante mío rogando que me ocupara de la pequeña Antonia y que le dijera a ud.
 sr. Edward que no permitiría que nada le sucediera al niño que lo ama,  luego de eso arrancó para perderse en el camino.
Yo los miraba como si estuviera en trance hablando de otra persona, dicen que los locos hablan en tercera persona, ese era mi sentimiento, para poder hilar alguna idea me desasociaba de mi persona.

-¿Donde esta Antonia? como si nuestros pensamientos estarían conectados la sra. Sayer apareció con mi hija entre sus brazos la tomé en brazos, recordando cada palabra que dijo Bella antes de salir tras quien secuestró a nuestro hijo.
Las palabras caían como mazasos haciendo simbrar mi estabilidad emocional. Le agradecí y abracé con fuerzas a mi hija. olí su perfume esto hacía que mi cordura se mantuviera sin quebrarse dentro de tanto caos.
 Me alejé unos pasos hablé despacito  con Antonia prometiendo que le regresaría a su mamá y hermano aunque fuera lo último que haga. Volveremos a estar junto Anto,  te juro que lo haré.
 Una vez recompuesto se la devolví a la nana para ponerme a buscar al resto de mi familia, como sea se la devolvería a mi hija.
El tiempo y las conjeturas eran demasiadas  y no había rastros ni de mi hijo, ni de mi mujer.
El tiempo para mí estaba casi detenido una hora me parecían diez, estaba molesto el estar encerrado escuchando teorías en vez de buscarlos me resultaba tonto.
No aguanté más les dije que me mantendría  en contacto pero no podía estar encerrado un minuto más trataron de retenerme pero fue imposible fui a casa de las Swan para buscar las armas que había dejado allí, buscaría cada centímetro de Alaska  y del mundo si fuera necesario pero daría con ellos si o si.
Emmet intentó acompañarme pero no se lo permití bajo la excusa que me era mas útil aquí si llamaba Isabella, me dejó ir a regañadientes.
Ahora que al menos hacía algo para encontrarlos me sentí mejor, una luz de esperanza brillaba tenue en mi cabeza.


Bella


El dolor me transpasaba pero mi adrenalina y mi instinto policial salió a flote a pesar de la herida en carne viva de la madre deshecha.
 Apenas reaccioné del primer impacto de ver que mi hijo no estaba allí, corrí a mi habitación donde me abalancé sobre el placar en uno de los estantes dentro de una caja encontré mi arma ya hacía rato no la llevaba en la guantera del auto y un cuchillo que coloqué dentro de mi bota una vez hecho esto corri a la cocina donde saque unas cajitas con municiones y al pasar rauda besé a Antonia que lloraba en brazos de una mujer estupefacta por la situación.
Junté corage pidiéndole , no mejor dicho rogando que cuide de ella.
La niñera asintió con mi hija entre sus brazos pero salió detrás de mí una vez que arraqué la camioneta cuando pasé a su lado  aminoré la marcha para decirle:
-Dígale al Edward que no permitiré que nada le pase a nuestro hijo. Salí a toda velocidad diciendo ...también dígale que lo amo.
 Esas fueron mis últimas palabras para Edward no sabía  cuanto recordaría la sra. Sayer estaba en shock pero ahora lo primordial era seguir el coche que corría a una velocidad inaudita con mi hijo adentro.
Trato de perderme varias veces hasta que ya al cabo de una media hora se misteriosamente se detuvo la situación me superaba   ¿Por qué detenerse? ¿Para que lo alcance? O esa era lo que en realidad quería quien se llevó a mi hijo.

La temperatura había bajado notoriamente, lo noté cuando bajé de la camioneta apuntando firme hacia el auto. Escuché como la ventanilla dejaba bajar el cristal una mano me hizo señas que avanzara.
Esto no me gustaba nada, pero necesitaba saber que querían además allí estaba mi hijo,que mejor que ver como estaba.
-Baja el arma y te daré algo con que negociar - ¿Qué? no entendía nada. Pero tampoco discutí o lo dudé despacio me agaché dejando el arma a mis pies.
-Vamos oficial Swan que crees patéala hacia los árboles-
- Me conocía sabía quien era siempre como policía me llamaron así, esto era una venganza contra mí. Al menos tenía un dato.
-Por favor no le hagan nada al niño. Si existen problemas lo pueden resolver conmigo- Mi voz no sonaba tan firme como pretendía pero al menos era clara.
- La voz me resultaba vagamente familiar pero no reconocía quien era. Una risa me sacó de mis pensamientos. Me importa un bledo tu hijo te quiero a ti y como verás mi plan fincionó de mil maravillas saliste corriendo tras nuestro ahora estas aquí en medio de la nada y nadie sabe donde estas.
Tragué como pude por que tenía toda la razón del mundo si este maldito pretendía hacernos daño lo haría y nadie sabrá nada hasta que alguien nos encuentre eso, si las alimanias dejaran algo de nuestro cuerpo. Podía oler el peligro, no estaban jugando.
-¿Qué quieres conmigo entonces? - Pregunté. Sin pensarlo subí la barbilla desafiante era mas bien un instinto de preservación no muy bueno en estos casos que tu vida y lo más importante la de tu hijo esta en juego.
-Por lo visto fue evidente, por que ese hombre volvió a reir divertido. Parecía que la situación le resultaba mabacramente reconfortante.
- No sabes como me exita oficial Swan, le puedo asegurar que no tiene idea lo dura que la tengo en este momento.
La declaración me dejó helada no pensaba que todo esto sea debido a sexo, estaba descolocada, perpleja, confundida y estaba segura que él lo notaba.
-Un frío mortal corrió por mi columna, si de eso se trata dije- haré lo que me pidas pero por favor suelta al niño. devuélveselo a su padre, por favor. Mi estómago estaba revuelto de los nervios y el asco.
- Todo a su debido tiempo mira quiero que veas  algo. Las luces del interior de la camioneta se encendieron había tres hombres el que me hablaba sentado en el asiento del conductor y los otros dos atrás, uno estaba con la cabeza de mi hijo sobre un hombro y le apuntaba a su cabeza el otro llevaba una escopeta entre sus piernas.
- No pude evitar correr hacia ellos las lágrimas mojaban mi cara, ¡Marco! ¡Hijo! La desesperación me traicionó, el sujeto que estaba adelante se bajó del vehículo sin que lo advirtiera me tomó por detrás colocando un pañuelo en mi nariz. Fue suficiente para que todo se tornara oscuro y frío.
 Cuando desperté una manito se apoyó en mi brazo, mis ojos buscaron hacia ese lugar allí estaba mi hijo su carita denotaba el miedo que tenía, pero sus palabras sonaron fuertes y seguras.
-Aca estoy mamá, no te preocupes me siento bien. ¿Y tú? ¿Te duele la cabeza mami? Eso del pañuelo hace domir pero luego duele la cabeza.
- Estoy bien amor trate de tranquilizarlo, mire a nuestro alrededor no sabía donde estábamos podía ser cualquier parte solo podíamos ver montañas y bosque, aunque se escuchaba que no muy lejos de allí corría agua.
- Mami ¿papá vendrá por nosotros no? -El nos buscará ¿Verdad?-
-Mi corazón se contrajo, Edward no sabía donde buscar ni a quien pero claro que sonreí contestando claro que lo hará Marco papi hará cualquier cosa por encontrarnos él nos ama mucho no pasará nada amor. Cuando quise acercarme mas al niño me di cuenta que estábamos sujetos por los tobillos. Esto no estaba bien no debí descontrolarme de seguro ahora mi hijo estaría a salvo. Me sentí la peor madre del mundo.
No logré seguir sintiendo culpa apenas vi quien se acercaba hacia nosotros riendo malévolamente simplemente me quedé estupefacta.
-Pero...per... tú estas muerto!- No puede ser la vida jugaba con nosotros pero ¿cuánto más se ensañaría? Ahora la poca esperanza que todo salga bien se desvanecía.


Edward


Como si el destino me guiara encontré la camioneta de Isabella al costado del camino, la puerta estaba abierta como así
también la guantera revisé pese a que sabía que no debía tocar nada. Lo hice con mucha cautela de no alterar la escena lo que
deseaba saber  ya lo había visto.
 Faltaba el arma de Isabella. Ella siempre la llevaba a modo de defensa. Al registrar un poco el lugar las huellas de otro vehículo se notaban claramente, distintas pisadas y hasta marcas de  forcejeo.
Podía asumir que Bella fue llevada a la fuerza por esos sujetos. La habían descubierto. Maldita sea.
Unos metros adelante manchas de aceite muy claras tanto que parecían hechas a propósito como que si quien secuestró
 a parte de mi familia deseara que lo encuentren. Esto me gustaba cada vez menos no deseaba demorar pero no quería arriesgar a mi hijono sabía que tramaban estos sujetos.
Llamé a Steve le dije todos los datos sobre el lugar, que encontré y hacia donde me dirijía intentó detenerme en vano sería fácil que nos encontraran, más la policía local.
Seguí el rastro un poco más en auto pero ya después lo descarté por completo seguí mi camino a pie.
No entendía el motivo de esta gente de llevarse a mi hijo lo asocié con un secuestro pero si así fuera ya pasadas varias horas no existía  ningún pedido de rescate.
Para ser por venganza era difísil de creer, nosotros habíamos dejado por completo la policía una vez juntos.
Ya me acercaba al acantilado esa era una zona poco conocida  y peligrosa unos metros adelante vi una camioneta. Un hombre estaba recostado sobre la parte delantera sosteniendo una escopeta había mas gente por que detrás de él se veía encendia una hoguera.
Rodee el lugar sigilosamente dos hombres hablaban sobre una mesa improvisada en un tronco me acerqué lo más posible para poder escucharlos.
- No me importa que hagan con el niño ni que dirán si los encuentran yo les pagué muy bien para este trabajo y hasta aca llegó su participación.
 Yo me llevaré a la mujer es todo lo que me importa sera mejor que uds. desaparescan de aquí por un tiempo.
La voz de quien hablaba o daba las órdenes me resulto familiar pero no la ubiqué.
Seguí adelantando unos pasos hasta que mi corazón latió con fuerza al verlos.
Bella estaba sentada con el niño dormido apoyado en su regazo. Estaban vivos debía hacer algo para rescatarlos traté de pensar con coherencia aunque me costaba solo deseaba correr hacia ellos.
El hombre de la voz familiar se acercó para hablar con mi Bella.
- Isabella, el niño volverá con su padre estos hombres lo dejaran cerca de la casa de sus abuelos. Tú por otra parte vendrás conmigo. Siempre soñé este momento
La sangre me hervía este tipo quiere a Bella ¿todo esto era para tenerla?
- Escribirás una carta explicando a tu maridito que lo dejas, que ya no lo amas así nos libraremos de él amor mío.
- Ni lo sueñes- Respondió ella en un susurro.
- No creas que puedes negociar mi linda Isabella, es más se me ocurre una idea tu hijo será testigo que su mamise fue con otro hombre. - El le contará a Cullen como su mami se revolcó con el sr. que se lo llevó. Te odiará y nos dejara en paz.
- Nooo. No lo haré.
- La sangre me hervía, el odio que sentía hacía que mi boca supiera amarga, este maldito quería llevarse a mi Bella,
 quería arruinar a mi hijo viendo ¿Qué? Estaba completamento loco, ¿qué razón tenía para odiarnos tanto?

Marco se levantó para colocarse delante de su mamá, no le haga daño gritó.
El hijo de perra se rió de él lo tomó por el hombro sacudiéndolo lo arrojó hacia su compañero.
 El niño solo quería defender a su madre. Sollozaba ante su impotencia.
Necesitaba ayudarlos salir de allí pero era peligroso ellos estaban armados y cualquier tontería podía terminar en tragedia.
Mis manos casi sangraban de contener la furia que me quemaba en el interior.
Para mi sorpresa el maldito loco se acercó a Isabella la tomó del cabello y la besó con fuerza, la alejó unps centímetros de él para arrancar su camisa lo hizo con tal  fuerza que los botones saltaron a su alrededor.
Dejó deslizar un cuchillo entre sus manos cortó la suave tela del soutien dejando sus pechos desnudos, uno de los hombres festejaba su repugnante acción.
Llevó la boca a sus pechos desnudos succionándolos. -Bella gritó tratando de liberarse sus empujones fueron inútiles.
Fue suficiente para que entrara corriendo en medio de la escena en un momento herí a uno de los hombres los disparos zonaban por todos lados. No se como pero mi hijo me abrazaba fuertemente.
Todo pasó muy rápido entraron en acción mós hombres nos habían encontrado. gracias al cielo por eso hasta que un grito nos paralizó a todos el maldito Jacson Brooks había empujado a mi Bella al acantilado su grito fue el que se escuchó rasgar el aire.
Steve, Emmet , todos en realidad nos paralizamos. Ya era tarde para Isabella nadie sobrevive a semejante caída.
Lo último que escuchamos de ese maldito loco que arruinó nuestras vidas fue si no era mía no sería de nadie.
Escuché dos disparos en medio de la consternación de lo que acababa de ocurrir.
 Steve disparó al hijo de p... que cayó al  mismo lugar que el amor de mi vida al final tenía razón él la acompañaría allá donde el cuerpo de la mujer que amaba quedaría para siempre.
Me arrodillé para abrazar a mi hijo que lloraba inconsolable, nuestras lágrimas se confundieron mezcladas de dolor y el alivio de volver a vernos. Podía sentir como mi corazón se partí en miles de pedazos, había fallado en la promesa que le habí hecho a mi hija, había fallado como padre en proteger a mis niños y como esposo en no poder cuidar a mi esposa. Ya nada sería igual.
El silencio era total lo tomé en brazos para sacarlo de allí. Emmet lloraba solo al pasar, coloqué mi mano sobre su hombro en señal de agradecimiento.
Lo mismo hicimos con Steve, que acompañaría a la policía por haber disparado al maldito que me arrebató a mi Bella.

Ya casi amanecía cuando íbamos rumbo a casa de mis padres, mi alma dolía tanto que hasta las lágrimas se secaron de mis ojos. Ahora yo debía ser fuerte no tenía el eje de mi vida pero tenía la justa balanza para mantenerme vivo. Marco y Antonia.





Capítulo 23: 23- Mala jugada Capítulo 25: Epílogo

 
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