-"El Conde Montelpuciano"- (Secuela De Un Amor En 1920)

Autor: vaneian08
Género: Drama
Fecha Creación: 11/09/2010
Fecha Actualización: 12/01/2011
Finalizado: SI
Votos: 20
Comentarios: 57
Visitas: 52259
Capítulos: 26

¿Que sucedio con la vida de Bella despues de la muerte de Edward? ¿Edward muerto? ¿Que sucedera cuando el nuevo conde llegue a poner orden al pueblo y a la vida y familia de Bella?. Secuela de un amor en 1920

Autora; LOkiicita Cullen.

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Capítulo 21: -"Marcus"-

 

BPOV

Unos minutos después me obligue al reaccionar al escuchar que Heidi iba a salir, me oculte detrás del otro pasillo y me quede pensando que hacer, era un hecho que me apoderaría de esa carta a como diera lugar ¿pero como? Alec no parecía querer salir de su despacho, sobre todo después de lo ocurrido con Dídima.

Con paso decidido entre sin golpear y cuando el me vio pude ver que escondía la carta de manera sigilosa en uno de sus cajones.

-¿Todo bien?- pregunto con una sonrisa que pronto me dieron ganas de borrar con mi puño.

-Charlie quiere salir a dar una vuelta y bueno, quería saber si podíamos salir- le pedí tímidamente más mi cabeza solo estaba en esa bendita carta guardada a un par de pasos de mi.

-Claro, vayan- dijo animado, realmente estaba desesperado por que saliera de ahí para leer la carta de mi padre ya que me dejo así a buenas a primeras.

Sin saber que más decir para extender mi permanencia en su despacho, resignada tuve que salir de ahí pero con la promesa de que volvería, eso estaba seguro y claro.

De no ser por que Dídima guardaba esa carta, quizás nunca hubiese pensado en arriesgarme tanto pero al parecer lo valía.

Cuando aliste a mis pequeños pasa salir, me sorprendió aún más que Alec no enviara a su sequito de guardias para cuidarnos pero no le di más importancia que eso y salimos juntos los tres al parque.

Los pequeños corrían, saltaban y gritaban entusiasmados, con poco se estaban divirtiendo mucho y es que la pequeña labradora era una revoltosa que se sumaba a las travesuras de ese par.

-Mi hemanita se eta demodando mucho mami- dijo Anne horas más tarde cuando acariciaba a su perrito quien intentaba lamerle la mano de manera juguetona, mis manos involuntariamente se fueron a mi ya cada vez más formado vientre.

-Será hombre como yo- le dijo Charlie sacándole la lengua provocando que la pequeña comenzara a hacer pucheritos.

-Eso aún no lo sabemos pero sea lo que sea lo amaremos con todo el corazón ¿cierto?- ambos asintieron con una sonrisa.

-Y de seguro será tan o más hermoso o hermosa que su madre- escuche a mi espalda y de inmediato me gire con una sonrisa en los labios al reconocer esa aterciopelada voz.

-¡Ed…Anthony!- grite corrigiéndome de inmediato.

-¡Tío!- gritaron los pequeños igual de entusiasmados que su madre, entre los tres abrazamos a Edward quien me sostenía de la cintura mientras los pequeños abrazaban sus piernas.

-¿Habrá un espacio para mi entre sus juegos?- pregunto con una de esas sonrisas que me hacia olvidar el mundo en el que estaba metida.

-¡Siii!- grito Charlie quien se puso a correr a nuestro alrededor y pronto Anne comenzó a imitarlo.

-Niños, se van a marear- les dije al verlos correr rápidamente haciendo círculos.

-Déjalos se están divirtiendo- me dijo él viéndolos a ellos con una sonrisa boba que provoco que el corazón se me hinchara de amor –Además es bueno que liberen energía, así podrán dormir de corrido- pestañee.

-¿Cómo sabes eso?- le solté y el se ruborizó levemente.

-He estado leyendo acerca de bebes y niños- confesó avergonzado sin mirarme y de no ser por mis hijos y la gente que estaba cerca me hubiese lanzado sobre él para besarlo.

-Mami tengo hamble- me dijo mi pequeña jalando mi vestido.

-Descuida Anne, iremos a comer panqueques con miel ¿bueno?- le pregunte con una sonrisa mientras acariciaba su mejilla, la pequeña comenzó a dar brincos de felicidad sacándonos sonrisas.

-¿Puedo acompañarlos?- nos pregunto Edward y yo rodé los ojos.

-Siempre quiero que nos acompañes- le dije mirando sus labios que en esos momentos se me hacían lo más delicioso.

-Pronto- dijo sabiendo a donde estaban mis pensamientos –Mira que tengo pensado sacarte de esa casa esta semana por motivos de mi despedida de soltero- dijo con una sonrisa picara pero a mi el recordatorio de su casamiento con Jane no me hacia para nada gracia.

-Aja- dije y mire a mis pequeños –Por que no se adelantan- les dije a mis pequeños con una sonrisa y ellos comenzaron a correr por el parque delante de mí para que los viera mientras yo comenzaba a caminar dándole la espalda a Edward.

-Oh vamos Bella, esto ya lo habíamos hablado- dijo dándome.

-Ya no se que tanto de ello sea cierto, si realmente es por una venganza y querías acercarte a la familia pues bien, ya lo conseguiste, de hecho Jane confío en ti más que en Dídima o cualquier otra persona- le dije molesta –No entiendo por que tienes que llegar hasta el altar para acabar con todo eso- le espete molesta.

-¿Celosa?- pregunto cerca de mi oído.

-¡Claro que estoy celosa!- le grite pero de inmediato baje la voz –Como no estarlo si prácticamente nosotros tuvimos que casarnos a escondidas y resulta que para tú casamiento con Jane vendrán hasta los de la realeza- seguí caminando sin mirarlo.

-¿Realmente crees que le daré un sí?- pregunto entre divertido y asombrado.

-Y que esperas que piense si ya prácticamente esta todo listo ¿la dejaras plantada en el altar?- le pregunte y el me dio una hermosa sonrisa que me hizo pestañear asombrada -¿Eso harás?- pregunte al no recibir una respuesta.

-No de esa manera pero pienso decirle de una manera muy cortés en el altar que no puedo casarme con ella- sonrío nuevamente.

-¿Estas loco? Marcus, Alec y el resto de los Vulturi son capaz de matarte con sus propias manos si haces algo así con una mujer de su familia- le dije preocupada.

-¿Crees que no lo he pensado?- sus ojos tenían un brillo de diversión que me hizo alzar una ceja.

-¿Hay algo que no me hayas contado?- le pregunte de manera suspicaz.

-Eso tendría que preguntártelo yo a ti pero el caso es que al final me entere por las mías de una relación incestuosa que mantenía Jane con Alec- hice un gesto como si me dieran arcadas.

-En su momento no lo encontré relevante mencionar, suficiente tenia con saber que mi "esposo" le era infiel a esta clase de lazo que tenia conmigo y sobre todo con su prima- le conteste.

-¿Te enojo saberlo?- preguntó con su ceño fruncido.

-¡Claro que no!- le conteste molesta solo de que lo pensara –Sabes que te amo con locura, solo a ti- respondí firme y una pequeña sonrisa se asomo por sus labios.

-Eso era lo que quería escuchar- contesto como un niño pequeño y retomamos la caminata hasta uno de los restaurantes que solíamos ir mis pequeños y yo.

Al llegar al lugar de inmediato los pequeños pidieron panqueques con miel, Edward un café y yo solo pude tomar un batido de fruta aunque Edward se opuso a que no comiera nada más, Edward en su calidad de padre preocupado me exigió que comiera algo más.

-Esta bien, esta bien, pediré unos huevos revueltos- le dije para que dejara de regañarme. Con una sonrisa de suficiencia fue que seguimos comiendo hasta que ya se había hecho lo suficientemente tarde ya que solo habíamos ido a dar una vuelta a la plaza, cuando salimos al exterior nuevamente el abordo el tema de reunirnos.

-Intenta escabullirte estos días, Theo te esperará donde siempre por las mañanas, si no aparecer en el rango de una hora Theo regresara a casa, lo entiendo Bella- dijo acariciando mi mano sobre la mesa.

-Te amo- le susurre mientras tomaba su mano para despedirme cortésmente como si estuviese hablando con un amigo, él tomo mi mano para dejar un beso y sobre ella también susurro un te amo.

-Espero verte pronto- como si hablara del clima intentando pasar como simples conocidos pero sin que nadie llegase a escucharnos.

-Niños- los llame mientras revoloteaban alrededor nuestro.

Finalmente los tres nos devolvimos a la casa sintiéndonos más relajados.

Cuando llegamos a casa el silencio era completamente sepulcral y me pregunte si habría sucedido algo nuevo ya que los últimos días había sido una avalancha de sucesos desagradables.

-¿Dónde andabas?- salte asustada al escuchar de pronto la voz de Alec detrás de mí, como acción reflejo apreté la mano de mis pequeños que se encontraban a mi lado

-Fui al parque con los niños ya que querían jugar y yo necesitaba aire puro, recuerda que te informe de ello hoy en la mañana- puse mi mejor cara inocente.

-Tienes razón, lo olvide disculpa- dijo mientras se frotaba la frente.

-¿Estas bien?- le pregunte viéndolo algo ido.

-No se si se pueda llamar bien al hecho de saber que tu madre mantenía una relac...- lo corte.

-Charlie por que no van arriba y de paso ves si Gregorio esta bien- le sonreí a mis pequeños quienes de inmediato obedecieron a mi orden, no quería que ellos escucharan los descargos de Alec.

-¿Quieres hablar de ello en tu despacho?- pique, como una iluminación una idea cruzo por mi cabeza.

-¿Lo dices en serio?- pregunto mirándome entre asombrado y perspicaz, yo le sonreí de manera amable.

-Se que todo esto a sido muy difícil para ti Alec- le dije llegando a él y dejando una suave caricia sobre su brazo, me contuve para no poner una mala cara.

El me tomo de la mano y me guío hasta su despacho donde de inmediato me ofreció el sofá más cómodo y él se sentó sobre la mesita para quedar frente a mi.

-Mi madre vino cuando tú estuviste afuera- dijo de pronto y yo me asombre por lo que estaba diciendo.

-¿Y Marcus?- le pregunte.

-El no esta en casa, salio esta madrugada con tío Aro a Roma ya que pretende anular su matrimonio directamente con el Vaticano- afirmo sus codos en sus rodillas y descanso su cabeza en sus manos, escuche como unos leves sollozos salían de sus labios.

-Piensa en como debe sentirse tú padre ante semejante desilusión por lo que quizás esta solución le traiga algo de paz mental- dije acariciando sus cabellos pero por dentro me sentía terrible engañándolo, si él era así no tenia por que serlo yo también.

-Lo entiendo pero es terrible ver que tú familia que creías perfecta se desmorona- dijo aún recargado en sus piernas, en otra situación puede que hasta me haya alegrado con su desgracia pero lamentablemente no podía mofarme de ello.

-¿Quieres que te sirva un coñac para relajarte?- le pregunte sin dejar de acaricias su cabello, el asintió y me paré para servirle uno doble.

Así poco a poco me paraba cada tanto para servirle uno tras otro que se volvieron muy continuos tal y como lo había planeado, no paso mucho tiempo hasta que se quedo dormido sobre el sofá recostado sobre mi regazo.

Lo corrí de mi dejándolo lo más cómodo posible y pronto me puse a hurgar en sus cosas, primero fueron los cajones donde había visto que guardo la carta pero nada al parecer la había cambiado de lugar, lo mire con odio por hacerme el trabajo más difícil.

Me pase cerca de media hora intentando buscar la maldita carta hasta que me ilumine y me acerque a él para revisar los bolsillos de su pantalón, me golpee la frente cuando sentí un papel en ellos y cuando estaba por arrebatárselo llamaron a la puerta.

-Disculpe señor el almuer…- Heidi se quedo mirándome algo molesta cuando vio que estaba casi sobre Alec -¿El señor esta bien?- pregunto como si yo tuviese que darle explicaciones.

-Mi marido se quedo dormido porque bebió un poco de más pero esta bien, puedes llamar a los de seguridad para que lo lleven a su habitación- le pedí dándome el lugar de señora que me correspondía y si le dí explicaciones era por que no quería levantar sus sospechas y luego le dijera algo a Alec, ella asintió y de inmediato se fue a hacer lo que le pedí, cuando saque el papel de su bolsillo lo abrí rápidamente sintiendo el corazón desbocado pero al desilusión fue mayor cuando en el solo había una dirección que no me sonaba conocida.

Finalmente los guardias fueron por Alec para llevarlo a su habitación y cuando me quede sola en su despacho pensando en otros posibles lugares Heidi se me quedo viendo esperando algún movimiento de mi parte.

-Los niños ya están en sus sillas listos para su comida así que en cuanto llegue les serviré- dije e hizo una leve reverencia y se marcho, bufe frustrada y camine hacia el comedor.

Las cosas ese día no fueron muy diferentes a las que le siguieron, por suerte la casa era un completo silencio y la anuncia mental de Alec se hacia notar ya que pasaba prácticamente todo el día en su despacho evadiendo su nueva realidad, yo por mi parte aprovechaba pasa salir de "paseo" con mis pequeños, tal y como Edward lo había dicho Theo estuvo puntual cada mañana para llevarnos hasta su casa y en ella María se encargaba de cuidar a los pequeños mientras yo estaba a solas con Edward.

-¿Cuánto crees que falte para que estemos así de manera permanente?- le dije haciendo pequeñas caricias circulares sobre su pecho desnudo, ambos estábamos en su cama desnudos luego de una extenuante sesión de amor y entrega.

-Pronto Bella, solo tienes que confiar en mi, el siguiente paso ya esta dado y solo tengo que esperar a que Marcus caiga.

-Marcus- me afirme de uno de mis codos para mirarlo a los ojos -¿Qué hiciste con él?- le pregunte alzando una ceja.

-Se que esta en el Vaticano pidiendo la revocación de su matrimonio, lo que no sabe tu querido suegro es lo que le espera allá- dijo con una sonrisa.

-¿Qué hiciste?- le pregunté sonriendo de la misma manera.

-Digamos que hay personas influyentes que se han enterado con pruebas concretas de los negocios de Marcus, de cómo a estado invirtiendo su dinero e incluso la malversación de fondos estatales que a estado manteniendo con el Alcalde- sonrío como un niño pequeño.

-¿El alcalde?- pregunte extrañada -¿Cómo sabes eso?

-De la misma manera que él a hecho sus negocios, pagando por información- dijo como si nada y se acurruco nuevamente a mi entrelazando sus piernas con las mías –Cuando todo esto acabe lo primero que haré será cambiarle el apellido a Charlie para que sea oficialmente un Cullen- dijo con su rostro escondido en mi cuello e inhalaba mi aroma, cosa que me hizo reír por las cosquillas.

-¿Qué sucederá con Anne?- le pregunté preocupada.

-Amor no te quiero mentir, eso es algo más complicado ya que Alec es el padre legitimo de Anne y a respondido por ella, veremos que sucede con él y quizás pueda pelear la tutela de la pequeña- tomo mi rostro entre sus manos –Entiende que todo lo que a ti te importe para mi también es importante y si Anne es tú hija para mi también lo será- me miro a los ojos y vi tanta verdad en ellos que me sobrecogió el corazón, me lancé a por sus labios y retomamos aquello que habíamos dejado minutos atrás.

Cuando bajamos al jardín nos encontramos con una hermosa imagen, mis pequeños estaban frente a un atril pintando un hermoso paisaje en un cuadro.

-¿Y todo esto?- pregunte al ver las herramientas de un pintor profesional.

-Lo compre para entretener a los niños- dijo con una sonrisa.

Luego de eso Edward pidió que la comida la sirvieran en el jardín y así pasamos un agradable día, días que se fueron repitiendo en donde mis pequeños se veían como nunca, sonrientes y demostrando aquella felicidad digna de unos pequeñitos disfrutando e su infancia, otro tema era cuando llegábamos a la lúgubre mansión Vulturi donde la tensión se sentía desde la entrada a los jardines.

Varios días habían pasado en los que veía a Edward y otros lamentablemente no ya que a Alec le bajaba sus momentos de melancolía en donde me debía quedar con él, también aprovechaba otros para buscar la bendita carta pero era como si él supiera que la estaba buscando ya que se me hacia cada vez más imposible encontrarla.

-¿Cuándo nos iremos de aquí?- me pregunto Charlie de pronto dejándome sin saber que contestarle.

-¿Qué?

-Me gusta estar más en casa de tío Anthony que aquí y se que a ti también por que lo veo en tu rostro cuando lo miras- dijo con una sonrisa ganándose un fuerte abrazo de mi parte, me arrodille frente a él y lo llené de besos, mi pequeño para su edad era muy maduro y sumamente inteligente, como su padre.

-Que escena más tierna pero lamentablemente no dispongo de mucho tiempo para espectáculos amorosos- espeto Jane que pasaba por nuestro lado, llevaba varias cajas y bolsas de distintas tiendas –Espero y no hagas algún escandalito con tu amiguita la loca en mi cena de ensayo para la boda- dijo Jane con una sonrisa.

-Claro, déjame prepararme unos días para mentalizarme de hacer mi mejor show y te prometo ser encantadora- le dije sarcástica.

-¿Unos días?- pregunto con una sonrisa –Isabella, la cena es en tres días ya que me caso en cuatro- dijo como si hubiese dicho la peor blasfemia pero yo no pensé e nada de eso sino que en aquellos benditos cuatro días que restaban ¿Cómo era posible que el tiempo apsara tan rápido?

Claro, era obvio que lo dejara pasar si mis días giraban solo en torno a lo que vivíamos con Edward y a mis pequeños, el resto simplemente desapareció esas semanas.

Al día siguiente por desgracia Alec se entero que tenía hora con mi Doctor por lo que me fue imposible evitar que me acompañara, Edward se puso una furia cuando le dije que no podría ir conmigo pero que no se preocupara ya que el Doctor aún seguía sus ordenes a cambio de una buena suma de dinero y seguir manteniendo oculto la verdadera cantidad de tiempo que llevaba mi embarazo.

-Es lo mejor que me a pasado estas últimas semanas- dijo Alec a mi lado en los asientos traseros del auto cuando íbamos de regreso a la casa y dejaba algunas caricias sobre mi vientre.

-Me alegro- dije con falsa alegría.

-Había pensado en comenzar a decorar el cuarto del bebé, quizás y así dejo de pensar en tantas cosas- comentó cerrando sus ojos como si las imágenes volviesen a su mente.

-Creo que deberíamos esperar a que pase la boda de tu prima, ya de por si la casa a estado de locos desde ayer con la preparación de su famosa cena- le dije intentando ocultar mi enfado.

-Si, tienes razón- zanjó.

Cuando llegamos a casa nos encontramos con uno no muy grato Marcus que echaba fuego por los ojos.

-¿Padre que sucede?- pregunto preocupado al verlo así.

-Algo sucedió Alec, necesitamos hablar- le dijo a su hijo y luego me miró a mi haciendo notar que estaba ahí por lo que no estaba dentro de su margen de privacidad, Alec asintió y antes de ir con él besó mi frente.

Esa misma tarde Stevenson llego junto con Aurora y su pequeño Matt por lo que ya no tuve tiempo de averiguar lo que había sucedido, lo primero que hice fue dejarlos instalados en uno de los cuartos de invitados ya que venían por invitación de Alec por lo que se quedaría con nosotros hasta después de la "boda"

-Es hermoso- le dije teniendo al pequeño en mis brazos, mi amistad con Aurora había crecido de manera exponencial ese último par de meses.

-Es un comilón de primera- dijo mirando a su hijo con ojos soñadores -¿Cómo va tú embarazo? ¿Ya sabes lo que es?- pregunto y yo negué.

-Aún quedan un par de semanas, ya sabes- le dije con una sonrisa confidente que ella correspondió de inmediato.

-Espero y pronto puedan estar juntos- susurro para mí, luego de eso nos quedamos conversando de todo y nada a la vez, ella simplemente observaba como su bebé intentaba tomar sus patitas mientras yo la observaba emanar ese amor de madre.

El día de la cena había llegado y tal cual lo esperaba, no era más que un espectáculo de Jane para llamar la atención, todo el pueblo estaba ahí más parte de la realeza, condes, vizcondes marqueses, duques, príncipes y uno que otro embajador en representación oficial del gobierno, realmente la mansión estaba repleta de invitados aunque se podía notar la ausencia de la gran Dídima Vulturi, de hecho se podían escuchar varios comentarios entre las mujeres mayores hablar de lo que sucedía, unos más acertados que otros. Al fin todo esto era por apariencias, todos lucían sus mejores trajes y joyas y demostrar así quien era mejor que el otro aunque para mi había uno solamente que sobresalía, con un traje negro y una capa en tonos verde musgo que resaltaban aún mas sus ojos, Edward lucia simplemente hermoso aunque la mujer que estaba colgado a él en todo momento no lo hacia lucir tan encantador para mi.

-Te ves preciosa amor- susurro Edward cerca mío -Lamento que tengas que soportar de todo esto - mantuvo su distancia y así vernos de manera amistosa.

-Veo que te han dejado compartir con otros invitados- le espeté molesta solo de recordar a Jane pegado a él como lapa.

-Me encanta verte celosita- susurro acercándose a mí un poco más.

-Señor Sanguinetti- le dije divertida alejándome de él –Su novia si sabe dar fiestas ¿no?- dime mirando al resto

–Muchos son amigos los Vulturis pero hay varias personas que vienen por mi y mi abuelo por lo que entenderás son parte de todo esto y me ayudaran en algo importante esta noche- dijo de manera más cómplice dijo tomándome por la espalda y guiándome un poco más allá donde habían menos personas cerca, lo mire con curiosidad –Ya verás a que me refiero, espero no tengas mucha hambre ya que tengo el leve presentimiento que no llegaremos a la cena.

-¿A que te refieres?- le pregunte

-Marcus tiene que enfrentarse a la justicia y como tal la justicia nunca espera.

-¿Esto tiene algo que ver con su llegada desde el Vaticano?- pregunté curiosa mirando haca todos lados y asegurarme que nadie nos escuchara.

-Marcus tiene varias ordenes en su contra de varios invitados de esta fiesta- dijo mirando a su alrededor –Por lo que lo detendrán un par de días mientras se hace una investigación en su contra, su salida del país solo sirvió para mantenerlo alejado de sus negocios, los descuidos que a estado teniendo últimamente por su situación sentimental lo han debilitado enormemente- mire junto con él a mi alrededor viendo al resto animado aparentando no tener problemas.

-¿Qué sucederá luego en tú boda?- pregunte alzando una ceja maliciosa.

-Le diré a Jane que todos los planes siguen igual, aunque puedo asegurarte que para la boda no estarán ni la mitad de los que ves aquí- sonrío sacándome una sonrisa traviesa –Creo que la vergüenza es algo que esta familia no puede tolerar así que será divertido ver- dijo y en ese momento hubo un gran revuelo entre los invitados, ambos nos giramos hacia la entrada principal donde varios policías entraron en tropel armando gran revuelo.

-¡¿Qué es todo esto?- escuchamos como Alec gritaba por sobre los invitados.

-Discúlpenos señor Vulturi pero estamos aquí representando al poder judicial y tenemos una orden de arresto para el Sr. Marcus Vulturi- grito provocando que varias mujeres llevaran sus manos a sus bocas y acallar los gritos de espanto, Edward que me guiñó un ojo e hizo un ademán de retirarse se fue junto a Alec.

-¿Amigo que esta pasando?- le pregunto indignado llegando a su lado mientras los murmullos no se hacían esperar y Marcus aparecía entre la multitud.

-¿De que se me acusa?- pregunto altanero llegando junto a su hijo y a Edward.

-Señor Marcus Vulturi se le acusa de malversación de fondos del Estado, lavado de dinero, intentos de coimas al poder judicial, sobornos y tratos ilícitos con la mafia- podía ver como su rostro se contraía cada vez más y a la vez palidecía.

-¿Qué es todo esto Marcus?- le dijo uno de los embajadores de Inglaterra a Marcus, el escándalo fue mayor cuando tomaron a Marcus por los brazos y lo esposaron para llevárselo, Jane llego de inmediato a ocupar su lugar al lado de Edward pero éste me miro ante la escena y sonrío imperceptiblemente para el resto, para mi no ya que podía imaginar que pasaba por su cabeza "la misma escena que yo tuve que vivir cuando a él se lo llevaron, solo que él era completamente inocente"

-¡No pueden hacerme esto!- grito Marcus mientras forcejeaba para que no lo esposaran. Jane comenzó a llorar asustada por todo lo sucedido mientras el resto de los invitados seguían comentando conmocionados ante la escena, cuando ya todo hubo acabado y se llevaron a Marcus explicándole a Alec que consiguiera un abogado pero que dudaban de que sirviera de algo ya que al parecer tenían pruebas irrefutables, los invitados comenzaron a dejar poco a poco la mansión Vulturi mirando horrorizado al resto de la familia Vulturi.

-De haberme avisado hubiese estado en primera fila desde el comienzo- me dijo Aurora a mi lado con una sonrisa –Menudo espectáculo se tenia preparado ese Cullen ¿eh?- la mire extrañada preguntándome como es que Aurora conocía la verdad de Edward –No te preocupes que él mismo nos lo contó a mi marido y a mi, como puedes ver confía en nosotros- asentí con una sonrisa.

-Somos dos- le dije y fue su turno de sonreír.

-Es una lastima que todo esto haya sucedido tan rápido- la mire sin entender –Es que tenia pensado algunas travesuritas para esa Jane- dijo con mala cara y yo me puse a reír.

-Puedes estar segura que tu felicidad será mayor cuando este frente al altar- sonreí satisfecha mientras la veía a ella abrazada a Edward y lloraba por su arruinada cena de ensayo antes de la boda.

Continuara...

Hola perdon por la demora aca les dejo el capitulo ya falta poco para q termine esta historia

Capítulo 20: -"Didema"- Capítulo 22: -"Boda"-

 
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